Cuatro sucesos del Mundial que sacan a relucir una sociedad machista y mis¨®gina

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Desde las profesionales hasta las aficionadas, las mujeres que presencian el Mundial de Rusia tienen m¨¢s complicado realizar su trabajo o disfrutar de los partidos por la mera raz¨®n de serlo. No faltan pruebas. Faltas de respeto constantes, abusos, acoso y muchas l¨ªneas rojas que se cruzan con demasiada frecuencia y facilidad por parte de los aficionados, pero que tambi¨¦n se promueven por parte de grandes empresas con la publicidad que lanzan o incluso desde las propias organizaciones futbol¨ªsticas. Los casos de las reporteras acosadas frente a las c¨¢maras mientras hacen una conexi¨®n en directo, las burlas machistas de las que mujeres de diferentes nacionalidades han sido v¨ªctimas (recopiladas en v¨ªdeos denuncia de alcance viral) o la idea imperante, anticuada y falsa de que ellas no disfrutan del f¨²tbol que transmiten anuncios creados ex profeso para el torneo, como el de la firma de lencer¨ªa Vicky Form, sacan a relucir en este entorno -tradicionalmente asumido de dominio masculino- un problema que es de calado social. ¡°Son comportamientos muy cuestionables y referencias a una masculinidad muy simplona -que se espera represente cada vez a menos hombres- que confronta con el reconocimiento de hombres y mujeres como iguales¡±, explica Sara Garc¨ªa Cuesta, soci¨®loga y antrop¨®loga experta en G¨¦nero (Universidad de La Laguna), a S Moda.

Bromas de corte machista aprovechando la barrera del idioma

Podr¨ªa ser humor ¡®cu?ado¡¯, pero el trasfondo es m¨¢s preocupante. La cl¨¢sica broma de hacer a un extranjero decir algo en tu idioma -esa que explota Pablo Motos¨C se eleva con frecuencia a nivel de degradaci¨®n a la mujer durante el Mundial. Son varios los v¨ªdeos denuncia que circulan por redes recopilando momentos en los que hombres que hablan espa?ol y portugu¨¦s se aprovechan de mujeres de diferentes nacionalidades que no hablan el idioma para hacerlas repetir soeces o frases de contenido sexual sin que ellas sepan qu¨¦ est¨¢n diciendo.

El c¨¢ntico ¡°vagina rosa, vagina rosa¡± de algunos miembros de la hinchada brasile?a, entre los que se identific¨® a un polic¨ªa, o el ¡°yo soy perra¡± que un aficionado colombiano incitaba a decir a una aficionada japonesa (juzgado y rechazado p¨²blicamente por la Canciller¨ªa Colombiana) son algunos ejemplos. Al hincha argentino Fernando Penovi, que hac¨ªa lo propio con una mujer rusa, le ha costado incluso la expulsi¨®n de todos los partidos del Mundial a petici¨®n del gobierno de su pa¨ªs por ¡°procaz, por deshonesto y por indecente¡±.

¡°La presi¨®n social est¨¢ haciendo efecto¡±, es el apunte en positivo de la soci¨®loga Garc¨ªa Cuesta. ¡°Donde antes hab¨ªa miradas hacia otro lado (o incluso complicidad m¨¢s o menos expl¨ªcita), ahora hay cada vez m¨¢s rechazo social en todo el mundo. Es ya pol¨ªticamente incorrecto grabar estas formas de abuso verbal. No significa que no se sigan reproduciendo estos comportamientos, pero mujeres sobre todo, y tambi¨¦n otros hombres, est¨¢n condenando y respondiendo cr¨ªticamente a esto como nunca antes¡±.

La constante del acoso y abuso a reporteras mientras hacen su trabajo

M¨¢s mujeres profesionales cambiando la historia del Mundial y un contexto de menor tolerancia y m¨¢s denuncia, pero las din¨¢micas de algunos aficionados son las de siempre. En plena era #MeToo, cuando los testimonios de situaciones de abuso y acoso sexual copan titulares y el mensaje cala en una buena parte de la sociedad -por desgracia a¨²n no tanto en la justicia, como ha quedado demostrado en nuestro pa¨ªs con la reciente puesta en libertad de La Manada-, la escena de hombre que interrumpe y acosa sexualmente a una mujer que realiza su trabajo no deja de repetirse. Dos sucesos como este, que podr¨ªa decirse que constituyen un g¨¦nero de acoso en s¨ª mismo, ha dejado el Mundial de Rusia en cuesti¨®n de una semana.

Primero fue el caso de la periodista colombiana Julieth Gonz¨¢lez Ther¨¢n, de DW Espa?ol, a quien un hombre tocaba un pecho e intentaba besar en pleno directo. D¨ªas despu¨¦s el de la periodista Julia Guimar?es, de las cadenas brasile?as Globo Esporte y SporTV, a quien un aficionado tambi¨¦n trataba de besar y ella respond¨ªa con una bronca en directo denunciando su actitud: ¡°No te permito que hagas eso. Nunca, ?vale? No es educado y no est¨¢ bien. No vuelvas a hacer eso a una mujer, ?vale? Respeto¡±. Esta misma reportera ya hab¨ªa participado junto a m¨¢s periodistas deportivas brasile?as en la campa?a ¡®D¨¦jala trabajar¡¯, creada para concienciar frente al abuso antes del Mundial. Un reflejo de la ¡°sensibilizaci¨®n de forma m¨¢s contundente y el estado de alerta frente a este tipo de situaciones que medios y redes sociales han adoptado¡±, se?ala Garc¨ªa Cuesta.

Publicidad que dibuja a una mujer objeto, ?ignorancia o provocaci¨®n?

¡°La publicidad busca llamar la atenci¨®n y es perfectamente consciente de los debates y targets sociales a los que debe dirigirse para tener ¨¦xito¡±, dice Sara Garc¨ªa. ?Qu¨¦ persiguen entonces marcas como Vicky Form o Burger King Rusia con sus pol¨¦micos anuncios sexistas lanzados durante el Mundial?

En el primero, una pareja heterosexual. Ella se queja de que el torneo hace que su chico ¡°encienda la televisi¨®n y ya no exista nadie m¨¢s¡±. La firma lencera ofrece entonces una soluci¨®n para que ¡°ambos disfruten por igual¡± de la competici¨®n: ropa interior inteligente que traduce la intensidad del juego que ¨¦l est¨¢ viendo por vibraci¨®n para ella. Sexualizaci¨®n, cosificaci¨®n y, de nuevo, querer perpetuar la idea de que el f¨²tbol es cosa de hombres. Cuesta creer que la agencia encargada de realizar el spot mexicano no haya investigado al respecto y sepa que, en el pa¨ªs latinoamericano, el 45% de la audiencia televisiva total del Mundial de Brasil (2014) fue femenina, seg¨²n datos de la propia FIFA (en Espa?a fue del 38%).

?Las chicas que se queden embarazadas de estrellas de f¨²tbol mundiales tendr¨¢n derecho a tres millones de rublos (unos 40.000 euros) y Whoopers gratis de por vida¡±. As¨ª de desconcertante era el eslogan de la campa?a del Mundial de Burger King en Rusia. Su intenci¨®n, ¡°promover el ¨¦xito de la selecci¨®n rusa para pr¨®ximas generaciones¡±. Fue retirado horas despu¨¦s de su lanzamiento con las disculpas de la compa?¨ªa, que reconoc¨ªa que su contenido era ¡°demasiado insultante¡±. Un mensaje que incide en el estereotipo y en la idea de que el cuerpo femenino es de dominio p¨²blico y que, seg¨²n explica Garc¨ªa Cuesta, no tiene pinta de ¡°error de c¨¢lculo. Parece que hay reincidencia en ese estilo tan agresor contra las mujeres por parte del gigante en Rusia, quiz¨¢s asociado a un clima social que pueda estar teniendo lugar en el pa¨ªs como respuesta al empoderamiento de las mujeres y cargado de una cierta misoginia¡±.

Mensajes que fallan ya desde la base

Antes de que el Mundial de f¨²tbol arrancara oficialmente, la pol¨¦mica ya estaba servida. Y con raz¨®n. Empez¨® a circular por redes sociales un manual creado por la AFA (Asociaci¨®n de F¨²tbol Argentino) dirigido a m¨¢s de 40 periodistas alumnos de un taller impartido por la organizaci¨®n, con un cap¨ªtulo titulado ¡®Qu¨¦ hacer para tener alguna oportunidad con una chica rusa¡¯. ?A las chicas rusas no les gusta que las vean como objetos¡±, dec¨ªa parad¨®jicamente el libro que la AFA dijo haber retirado r¨¢pidamente de la circulaci¨®n impidiendo que llegara a manos del grueso de sus alumnos y alegando la creaci¨®n de este cap¨ªtulo controvertido a ?un tercero ajeno a la AFA que vivi¨® muchos a?os en Rusia¡±.

En un clima de conciencia feminista que aumenta y en el que precisamente en el pa¨ªs argentino, las mujeres acaban de alcanzar logros como la legalizaci¨®n del aborto. O el propio Mundial nos ha dejado mejor sabor de boca con noticias como la posibilidad de que las mujeres iran¨ªes ya puedan acceder a sus estadios a ver jugar a su selecci¨®n (aunque a¨²n con fuertes resistencias), la sensaci¨®n con este tipo de situaciones que se repiten sistem¨¢ticamente es la de que el camino hacia la igualdad sigue siendo largo y empedrado. Como defiende la periodista deportiva Marion Reimers desde su columna en The New York Times ¡®El absurdo estereotipo femenino del Mundial¡¯, ¡°el f¨²tbol es probablemente uno de los meg¨¢fonos m¨¢s poderosos de lo que acontece a su alrededor, un espejo del mundo en el que vivimos y que, con la Copa del Mundo, cada cuatro a?os visibiliza el estado de las cosas¡±.