Ni ¡®pop-up store¡¯ ni ¡®streetwear¡¯: Francia veta el ingl¨¦s e intenta recuperar el lenguaje de la moda
Y empieza por lo m¨¢s evidente: el vocabulario.
La moda es cuesti¨®n de estado en Francia. Aspecto esencial del panorama econ¨®mico y cultural de nuestro pa¨ªs vecino, ha aportado mucho a su idiosincrasia desde hace siglos. Hoy en d¨ªa all¨ª, para esbozar el panorama, el volumen de esta industria supera a los de la automoci¨®n y la aeron¨¢utica juntos. ?En n¨²meros? Un 2,7% del PIB (incluyendo los empleos relacionados con los servicios) y 67.000 millones de euros anuales en ventas al extranjero. Con sus exportaciones amenaz...
La moda es cuesti¨®n de estado en Francia. Aspecto esencial del panorama econ¨®mico y cultural de nuestro pa¨ªs vecino, ha aportado mucho a su idiosincrasia desde hace siglos. Hoy en d¨ªa all¨ª, para esbozar el panorama, el volumen de esta industria supera a los de la automoci¨®n y la aeron¨¢utica juntos. ?En n¨²meros? Un 2,7% del PIB (incluyendo los empleos relacionados con los servicios) y 67.000 millones de euros anuales en ventas al extranjero. Con sus exportaciones amenazadas por los aranceles de la administraci¨®n Trump y el mundo al borde del colapso por la crisis del coronavirus, el Ministerio de Cultura ha decidido volver a los or¨ªgenes y tratar de colocar de nuevo a la moda francesa en el epicentro mundial. Porque puede que Par¨ªs siga siendo la capital de la moda, pero el franc¨¦s ya no es su lengua oficial.
Al igual que ha sucedido en castellano, anglicismos como topmodel, streetwear o pop-up store se han impuesto entre el l¨¦xico cotidiano. Y esto no gusta al responsable de la lengua francesa en el ministerio, Paul de Sinety, que ha unido fuerzas con la F¨¦d¨¦ration de la Haute Couture et de la Mode. La c¨¢mara sindical, fundada en 1868, ha difundido una gu¨ªa de recomendaciones en las que se insta a utilizar mannequins, la mode de la rue o boutique ¨¦ph¨¦mere. Todas con mucho m¨¢s allure, por supuesto.
Precisamente ese encanto de la lengua francesa es el que su ministerio quiere volver a asociar a las creaciones de los dise?adores galos. ¡°Nuestra lengua ya no se usa tanto como en el pasado para hablar de moda¡±, explicaba de Sinety en Le Figaro. Su iniciativa busca por ello rescatar esas conexiones entre el idioma y la idea de un estilo de vida muy concreto (y chic), algo que sigue siendo potente por ejemplo en China. Y es que el gran volumen de exportaciones del pa¨ªs parad¨®jicamente ha hecho, seg¨²n los analistas de la delegaci¨®n de la lengua francesa, que se adopten m¨¢s t¨¦rminos extranjeros.? ¡°Naturalmente, la gente de marketing se dirige al p¨²blico exterior en ingl¨¦s. Sin duda se equivocan, nuestra lengua tiene un sorprendente poder de seducci¨®n¡±, a?ade el secretario general de la F¨¦d¨¦ration fran?aise du pr¨ºt-¨¤-porter f¨¦minin, Fran?ois-Marie Grau.
No se trata de una iniciativa puntual, sino de un grupo de trabajo que persigue enriquecer el idioma a largo plazo. A partir de ahora varios expertos se encargar¨¢n de identificar nuevos t¨¦rminos para los que sugieren una traducci¨®n, la Academia Francesa valida y son publicados en la web que el Ministerio de Cultura ha creado para ello. Con esta acci¨®n se busca sobre todo interceptar expresiones que a¨²n no se han instalado entre los hablantes, como podr¨ªan ser upcycling o concept store, pero rechazan meterse con las que ya tienen amplia acogida (como sucedi¨® con el t¨¦rmino it-bag).
Los trasvases entre los diccionarios franc¨¦s e ingl¨¦s no son una modernidad del siglo XXI. En su Tratado de la vida elegante (1830), Honor¨¦ de Balzac ya recurre reiteradamente al t¨¦rmino fashionable para hacer alusi¨®n a lo que est¨¢ de moda. A su vez, el ingl¨¦s fashion proviene de?fa?on, que en franc¨¦s antiguo significaba apariencia, patr¨®n, belleza y rasgo caracter¨ªstico.?La prensa de moda gala tambi¨¦n utiliza anglicismos desde hace casi 100 a?os: en 1925 ya aparec¨ªa la palabra pullover (jersey) y sweatshirt (sudadera), desde los a?os treinta del pasado siglo. No se trata, literalmente, de prohibir el ingl¨¦s, sino de presentar alternativas: ¡°Queremos ofrecer la posibilidad de expresarse en franc¨¦s en los casos en los que se ha instalado el ingl¨¦s¡±, dice el defensor del franc¨¦s. Y, ya de paso, volver a difundir globalmente uno de los axiomas de Balzac: ¡°Quien no venga a menudo a Par¨ªs no ser¨¢ nunca por completo elegante¡±.