Greta Thunberg o el caso de los adultos que no se toman en serio el activismo de las j¨®venes
Las cr¨ªticas para desacreditar a la activista sueca por su edad durante su paso por la cumbre clim¨¢tica han puesto de relieve la persistencia de una visi¨®n adultista, que ignora los derechos e inquietudes de una generaci¨®n que supone el 18% de la poblaci¨®n mundial.
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El paso de los j¨®venes activistas por la cumbre clim¨¢tica de la ONU en Nueva York, con Greta Thunberg a la cabeza, ha hecho historia. Bajando considerablemente la media de edad de los asistentes habituales, los discursos y demandas de un grupo de chicos y chicas de entre 8 y 17 a?os llamando la atenci¨®n a los l¨ªderes pol¨ªticos por su falta de actuaci¨®n frente a la situaci¨®n de crisis y por la desprotecci¨®n de los derechos de la infancia, han acaparado titulares. Entre ellos, tambi¨¦n los que recogen los insultos y vejaciones que algunos de esos l¨ªderes y personajes medi¨¢ticos les han dedicado. Donald Trump mof¨¢ndose con un tuit del discurso de Greta: ¡°Una chica joven y feliz que espera un futuro brillante y maravilloso¡± -del que la propia activista sueca se reapropiaba ironizando us¨¢ndolo a modo de biograf¨ªa en Twitter-. Michael Knowles, comentarista de Fox News, insult¨¢ndola en directo con un ¡°ni?a enferma mental sueca¡± por su condici¨®n de Asperger. O el periodista franc¨¦s Bernard Pivot escribiendo en Twitter: ¡°En mi generaci¨®n, los chicos buscaban a las muchachitas suecas, que ten¨ªan la reputaci¨®n de ser menos estrechas que las francesas. Me imagino nuestro asombro, nuestro terror, si nos hubi¨¦ramos acercado a Greta Thunberg¡¡±.
No es la primera vez que Greta y los chavales que abanderan diferentes causas de activismo de su generaci¨®n se enfrentan a las cr¨ªticas, descr¨¦dito y acoso de los poderosos. Emma Gonz¨¢lez, la joven superviviente del tiroteo de Parkland que desencaden¨® el movimiento anti armas March For Our Lives ¨C a quien la propia Thunberg reconoc¨ªa como influencia-, ya tuvo que encarar los comentarios hom¨®fobos que el candidato republicano estadounidense Leslie Gibson le dedicaba (¡°lesbiana cabeza rapada¡±). Las acusaciones sobre si los ni?os y j¨®venes deber¨ªan estar en el colegio y no haciendo las huelgas escolares de los viernes (Fridays For Future), que han materializado universalmente el movimiento ecologista estudiantil, han sido constantes en redes sociales. Y las especulaciones sobre si estas huelgas no han surgido de manera espont¨¢nea entre los j¨®venes sino que son marionetas de empresas, partidos pol¨ªticos o sus propios padres, han tenido consecuencias: llevaron a la dimisi¨®n a la ministra belga de Medio Ambiente, Joke Schauvliege, que insinu¨® p¨²blicamente la existencia de intereses ocultos tras ellas.
Los centennials no se cortan en poner altavoz, en las calles y en internet, a su hartazgo por la falta de acci¨®n pol¨ªtica y su preocupaci¨®n por el presente y el futuro, sin miedo a se?alar a los adultos responsables. ?Irreverencia, inmediatez e incertidumbre? son las tres palabras que mejor les definen seg¨²n Nuria Vilanova e I?aki Ortega, autores de Generaci¨®n Z (Ed. Plataforma). Y esto es lo que, seg¨²n explica a S Moda Myriam Fern¨¢ndez Nevado, soci¨®loga, abogada y cofundadora de Asociaci¨®n GSIA (Grupo de Sociolog¨ªa de la Infancia y la Adolescencia), inquieta a algunos. ¡°Estos movimientos activistas de los j¨®venes como Greta est¨¢n apelando a su derecho a la supervivencia, recogido en la Convenci¨®n de los Derechos del Ni?o. Esto supone un cambio brutal del statu quo. Y ese movimiento es visto por los l¨ªderes desde una posici¨®n amenazante, que rompe con su visi¨®n adultista en la que solo este grupo [que excluye a los menores de edad y a los ancianos]?toma las decisiones sin facilitar otros discursos y di¨¢logos que incorporen otras voces m¨¢s j¨®venes. Lo ven como un ataque frontal a esas ideas obsoletas sobre c¨®mo hacer pol¨ªticas¡±.
Alabar la precocidad a conveniencia
Esos mismos ni?os que a los 16 a?os en Espa?a ya pueden trabajar, ir a la c¨¢rcel, heredar e incluso se plantea si deber¨ªan votar, como en otros pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, son tachados en muchas ocasiones de incapaces e inmaduros cuando toca verlos como sujetos activos en la pol¨ªtica, infantiliz¨¢ndolos para quitarles cr¨¦dito. ¡°Estamos acostumbrados a no reconocerles estas capacidades a los ni?os y adolescentes, que deben ejercerlas, con autonom¨ªa relativa, junto a los adultos. Necesitan su apoyo para cubrir esta necesidad¡±, explica Myriam Fern¨¢ndez Nevado.
La edad del menor se juzga a conveniencia. Tradicionalmente se ha ensalzado a los peque?os prodigios que han despuntado j¨®venes en el deporte o el espect¨¢culo. Messi comenz¨® a jugar en clubes a los ocho a?os y a los 24 ya sumaba tres balones de oro. Rafa Nadal gan¨® su primer partido de torneo oficial dentro de la ATP a los 15. Jodie Foster comenz¨® a actuar a los dos a?os antes de debutar con 13 de la mano de Scorsese en Taxi Driver. Y?Drew Barrymore, que apareci¨® por primera vez en pantalla a los siete, ser¨¢ reconocida eternamente como ¡®la ni?a de E.T¡¯. En estos casos, a diferencia de lo que ha ocurrido en los ¨²ltimos d¨ªas con los j¨®venes activistas por el cambio clim¨¢tico, el relato sobre lo excepcional de sus logros y sus capacidades para soportar situaciones de presi¨®n, rutinas largu¨ªsimas e incluso estar separados de sus familias y no ir a la escuela tradicional, se ha aplaudido de forma un¨¢nime. Seg¨²n explica la soci¨®loga Fern¨¢ndez Nevado, no ocurre igual cuando hablamos de actividades relacionadas con el activismo y que instan a un movimiento en el orden establecido, por ejemplo: ?El caso de un ni?o que triunfa haciendo deporte no les obliga a cambiar [a los pol¨ªticos]?.
Pero en 2019, incluso esos ni?os prodigio de la generaci¨®n Z ya han incorporado el activismo a sus vidas y, en entrevistas, el discurso por el cambio. Millie Bobby Brown dec¨ªa a S Moda: ¡°Creo que la generaci¨®n m¨¢s joven est¨¢ tomando una posici¨®n activista, y pienso que se debe a que somos m¨¢s conscientes de los problemas que existen (¡) No nos quedaremos callados¡±, advert¨ªa. Las estrellas del audiovisual compiten hoy en fama y popularidad con los j¨®venes activistas que, desde redes sociales acumulan tambi¨¦n miles y millones de seguidores y han encontrado un importante altavoz para exponer sus ideas y conectar con otros que est¨¦n en sinton¨ªa y organizarse. La afgana Sonita Alizadeh viraliz¨® en YouTube un rap contra el matrimonio infantil gracias al que consigui¨® eludir hasta dos veces los matrimonios de conveniencia a sus 16 a?os. Jazz Jennings cre¨® la Transkids Purple Rainbow Foundation, una fundaci¨®n de apoyo para ni?os y ni?as trans y para todo el colectivo LGTBIQ. Y Ethan Lindenberger, al cumplir los 18 a?os se hizo famoso por contar en un hilo de Reddit que decid¨ªa vacunarse en contra de las creencias antivacunas de su madre, infundadas, seg¨²n ¨¦l, por la informaci¨®n de mala calidad difundida a trav¨¦s de grupos de Facebook o webs sin evidencia cient¨ªfica. Y ahora abandera la lucha por un acceso a la informaci¨®n veraz y de calidad en internet al alcance de todos, contando su caso ante el Senado estadounidense.
La cumbre clim¨¢tica ha acabado y este 27 de septiembre tiene lugar la primera huelga mundial por el clima. Que las im¨¢genes para el recuerdo que nos ha dejado esta semana por el clima no respondan a diplomacia y apretones de mano pensados para la foto, sino a pancartas reivindicativas que recogen el esp¨ªritu cr¨ªtico e ingenioso de los j¨®venes, o la cara de enfado y desaprobaci¨®n del v¨ªdeo viral en el que Greta Thunberg se cruza con Trump y su discurso contundente sin un ¨¢pice de ira contenida -para mosqueo del patriarcado, como explica Bego?a G¨®mez Urz¨¢iz en este art¨ªculo para Vogue-, es significativo. Ante la pasividad y la condescendencia adultista, los centennials no se achantan, pelean.