Aquel incre¨ªble Givenchy de Rania que volvi¨® loco a medio mundo (y que hizo sombra al vestido de novia de Letizia)
Hoy se cumplen 15 a?os de la boda de nuestros reyes. Tambi¨¦n de este estilismo de la reina de Jordania, que fue toda una sensaci¨®n. Tanto que todav¨ªa hoy se siguen replicando.
La diferencia entre una mujer bien vestida y un referente de estilo es que la primera es capaz de salir airosa de todas las situaciones pero la segunda crea modelos que se convierten en s¨ªmbolos. Ese el motivo por el que Jackie Kennedy por ejemplo, merece la etiqueta de icono: si cierras los ojos probablemente vendr¨¢ a tu cabeza un sombrero pillbox. ?Qu¨¦ viene a tu mente si piensas en Rania de Jordania?
Madrid. 22 de mayo de 2004. Los invitados a la boda de Felipe de Borb¨®n y Letizia Ortiz empiezan a pasear por la alfombra roja que conduce a la catedral de la Almudena. ...
La diferencia entre una mujer bien vestida y un referente de estilo es que la primera es capaz de salir airosa de todas las situaciones pero la segunda crea modelos que se convierten en s¨ªmbolos. Ese el motivo por el que Jackie Kennedy por ejemplo, merece la etiqueta de icono: si cierras los ojos probablemente vendr¨¢ a tu cabeza un sombrero pillbox. ?Qu¨¦ viene a tu mente si piensas en Rania de Jordania?
Madrid. 22 de mayo de 2004. Los invitados a la boda de Felipe de Borb¨®n y Letizia Ortiz empiezan a pasear por la alfombra roja que conduce a la catedral de la Almudena. Toda Espa?a se sienta frente al televisor para comentar los vestidos de las mujeres que van llegando, que si para algo sirven las bodas reales, adem¨¢s de para prolongar la vida de la instituci¨®n que las sustenta, es para que los comunes puedan entretener un rato los ojos e inspirarse en todo aquello que ven para vestirse en los pr¨®ximos enlaces a los que sean invitados. De entrada todo parece bastante convencional. Las invitadas, desde la Begun Inara hasta la madre de la futura reina, parecen haberse decantado por la misma f¨®rmula: falda tubo midi y chaqueta o levita en el cuerpo; una pamela en la cabeza, monumental (en el caso de las m¨¢s atrevidas, como Paloma Cuevas) o discreta (en el caso de las m¨¢s discretas, como la reina Fabiola de B¨¦lgica).
Las variaciones estil¨ªsticas llegan, como mucho, a elecci¨®n de los colores, la forma de los zapatos, los detalles del bolso de mano o los complementos inesperados (los abanicos fueron un recurso muy visto).
Pero entonces lleg¨® ella. Rania de Jordania. El mundo ya sent¨ªa cierta fascinaci¨®n por la seguridad con la que esta reina, que cuando lleg¨® al trono en 1993 era la m¨¢s joven del mundo, de la que se dec¨ªa que era hab¨ªa conseguido plantarle cara a la reina Noor para hacerse con el control de la corte. Pero el 22 de mayo de 2004 supuso su bautismo definitivo en el olimpo del estilo.
??C¨®mo? ?Qu¨¦ es esa combinaci¨®n? ?No nos enga?an nuestros ojos? ?Eso que lleva es una falda (impresionantemente bella, s¨ª, pero una falda, con una camisa blanca (implcable, s¨ª, pero una camisa), y nada m¨¢s?? El p¨²blico y la prensa internacional tuvo que mirarla varias veces para dar cr¨¦dito.
Y, efectivamente. Se trataba de un look compuesto por una simple falda y una camisa blanca. Ambas piezas, hab¨ªan salido del atelier de Givenchy en Paris, que entonces capitaneaba un Alexander MacQueen en la c¨²spide de su carrera. El a?o anterio hab¨ªa recibido el prestigioso premios CFDA en reconocimiento a toda su carrera. Pero el m¨¦rito del estilismo era, adem¨¢s del dise?ador, de ella, que se atrevi¨® a romper convenciones en un acontecimiento en el que todas las Casas Reales iban estar sometidas a escrutinio p¨²blico.
Rania se atrev¨ªa a algo tan sencillo como llevar un look b¨¢sico de las ladies del Upper West Side neoryorquino (inicialmente popularizado por Carolina Herrera) a la explanada del Palacio Real. A nadie se le hab¨ªa ocurrido antes.
La camisa, de seda blanca y la falda, lila con remates, de encaje chantilly, era incluso un outfit plausible hasta para una novia¡ lo que quiere de hacer que de alguna forma, muy elegante, eso s¨ª, compet¨ªa con Letizia, quien deber¨ªa haber sido la protagonista absoluta.
Esta combinaci¨®n se convirti¨® muy r¨¢pidamente en el ¡®look¡¯ m¨¢s demandado por las invitadas de boda de Espa?a y hoy en d¨ªa sigue siendo reinterpretado por las modistas especializadas en este g¨¦nero.
El furor fue tal, que incluso Famosa hizo una edici¨®n del estilismo de Rania y visti¨® a una de sus mu?ecas con una versi¨®n confeccionada por la dise?adora Herminia Marcado. A la r¨¦plica se incorpor¨® incluso una versi¨®n en miniatura del bolso de mano blanco, que hac¨ªa juego con su manicura.
Lo que no pudieron replicar, claro, fue la majestuosidad del colgante de diamantes y de los espectaculares pendientes.
Solo una reina puede tener un joyero a la altura del de Rania. Y solo Letizia Ortiz puede intentar replicar casi una d¨¦cada despu¨¦s el ¨¦xito de aquel ¡®outfit¡¯. Ocurri¨® justo una d¨¦cada despu¨¦s de su boda en una visita a Marruecos en la que se encontr¨® con la Reina Lala Salma. Es pr¨¢cticamente id¨¦ntico, incluso el discreto recogido. Donde las dan, las toman.