El boicot contra Meryl Streep no es lo que parece (es una campa?a de la extrema derecha)
Muchos pensaban que la acci¨®n estaba echando en cara a la actriz que no hubiera actuado contra Weinstein. Ahora sabemos que ha sido un provocador de ultra derecha el que ha empapelado la cuidad de Los ?ngeles con los pol¨¦micos carteles.
Desde hace unos d¨ªas, unos misteriosos carteles han empapelado la ciudad de Los ?ngeles. En ellos se ve a Meryl Streep sonriendo junto al productor Harvey Weinstein ¨Cla foto es una instant¨¢nea de 2012¨C y sobre sus ojos aparece escrito She Knew (Ella lo sab¨ªa), con la misma tipograf¨ªa de la artista Barbara Kruger de la que despu¨¦s se apropi¨® la popular marca Supreme. En un principio se supuso que esta acci¨®n espont¨¢nea buscaba culpar a una mujer por las acciones cometidas por un depredador sexual. Introducir a Streep en la narrativa de complicidad que planea sobre los artistas de Holly...
Desde hace unos d¨ªas, unos misteriosos carteles han empapelado la ciudad de Los ?ngeles. En ellos se ve a Meryl Streep sonriendo junto al productor Harvey Weinstein ¨Cla foto es una instant¨¢nea de 2012¨C y sobre sus ojos aparece escrito She Knew (Ella lo sab¨ªa), con la misma tipograf¨ªa de la artista Barbara Kruger de la que despu¨¦s se apropi¨® la popular marca Supreme. En un principio se supuso que esta acci¨®n espont¨¢nea buscaba culpar a una mujer por las acciones cometidas por un depredador sexual. Introducir a Streep en la narrativa de complicidad que planea sobre los artistas de Hollywood que, pese a no haber experimentado el acoso del productor en primera persona como Salma Hayek y otras, supuestamente conoc¨ªan las t¨¦cnicas de agresi¨®n sexual del productor de Miramax o el funcionamiento estructural de abuso de poder y acoso en el gremio.
Al contrario que Tarantino ¨Cque ha confirmado su complicidad al ?saber lo suficiente como para hacer m¨¢s de lo que hice?¨C, Streep ha defendido por activa y por pasiva que nunca tuvo conocimiento de los actos de Weinstein, que su posici¨®n privilegiada en la industria le permiti¨® mantener al productor alejado de su ¨®rbita personal, que Weinstein nunca estuvo en su casa o ella lo visit¨® en su hotel y que si agradeci¨® y le llam¨®? ?Dios? cuando recogi¨® su Globo de Oro por La dama de Hierro fue por representar el juego de Hollywood en las galas de premios. Lo hizo mediante un comunicado a principios de octubre y lo ha vuelto a hacer al contestar a Rose McGowan el pasado lunes en otro texto publicado en la edici¨®n estadounidense del Huffington Post: ?No fui deliberadamente silenciosa. No lo sab¨ªa. No aprob¨¦ t¨¢citamente la violaci¨®n. No lo sab¨ªa. No me gusta que las mujeres j¨®venes sean agredidas. No sab¨ªa que esto estaba sucediendo? e insisti¨® que? ?Weinstein me necesitaba m¨¢s que yo a ¨¦l y ¨¦l hizo todo lo posible para que no me enterase?.
Pocas horas despu¨¦s de hacer p¨²blica esta nota, la ciudad de los grandes estudios amaneci¨® con los carteles de la discordia. Unas pancartas que generaron un gran debate por si el #MeToo hab¨ªa dado un paso en falso al culpabilizar?a una mujer ¨Cque defiende su desconocimiento¨C de las violaciones de un hombre (??Por qu¨¦ no se ha atacado con la misma dureza a George Clooney o Brad Pitt?, se preguntaba Ira Madison III en The Daily Beast), o por si esta era una acci¨®n colectiva del #RoseArmy, la guerrilla antisexista de Rose McGowan en las redes. Ni lo uno ni lo otro. La autor¨ªa de la obra radica en la extrema derecha y es una venganza contra la actriz por su constantes cr¨ªticas a las pol¨ªticas de Trump.
Lo ha confirmado a The Guardian Sabo, un provocador af¨ªn a la alt-right y fan¨¢tico de Trump. Un ex marine de 49 a?os que dice pertenecer a una ?guerrilla de artistas de la derecha radical? (una de sus acciones fue empapelar bancos de Los ?ngeles con el lema ?Los republicanos son el nuevo punk?). A Sabo, que algunos medios apodan como ¡®el Banksy de la extrema derecha¡¯ por aquello de imitar el lenguaje del conocido artista, tambi¨¦n se le conoce por sus acciones contra Barack Obama o Hillary Clinton. Sus posters contienen un elevado contenido sexista y racista (atacando el aspecto de Hillary Clinton o de Bernie Sanders) y tambi¨¦n han sido acusados de contener una doble moral respecto al abuso sexual. Mientras una de sus ¨²ltimas acciones se burlaba de las acusaciones sobre el acoso perpetrado por el senador dem¨®crata Al Franken, la ¡®guerrilla¡¯ de Sabo no parece tener el mismo parecer respecto a las 16 mujeres que acusan a Trump de agredirlas sexualmente. ?l mismo resta importancia a las famosas declaraciones de ?agarrarlas por el co?o? del presidente. ?No conozco a un hombre con el que haya tomado una cerveza que no diga cosas como ¨¦sta. No tenemos pruebas de Trump haci¨¦ndolo. ?Qui¨¦n soy yo para juzgarlo??, ha dicho a The Guardian.
La campa?a contra Streep, orquestada por Sabo y dos colaboradores m¨¢s, se concibi¨®, seg¨²n ha explicado al rotativo, despu¨¦s de que la int¨¦rprete hablase mal de Trump en la promoci¨®n de Los archivos del Pent¨¢gono. ?Ella nos golpea fuerte y nosostros se la devolvemos?. Ahora vende los posters en los que copia el imaginario de Barbara Kruger y utiliza una imagen de la agencia Getty a 25 d¨®lares la copia.