Vecina, saca tu aguja, que tenemos que dar sombra a todo el pueblo Desde el verano de 2013 en Valverde de la Vera, un pueblo de 500 habitantes en C¨¢ceres, las vecinas tejen parasoles con pl¨¢sticos reciclados en una instalaci¨®n impulsada por la arquitecta Marina Fern¨¢ndez Ramos. El proyecto se recoge ahora en un libro, 'Tejiendo la calle'. Los "parasoles picaos" se han convertido un cl¨¢sico veraniego en Valverde de la Vera, un pueblo de medio millar de habitantes en C¨¢ceres. Desde hace casi una d¨¦cada, desde que las Navidades de 2012 cogieran sus agujas entre 15 y 20 vecinas del pueblo (en total habr¨¢n participado unas 50 mujeres durante todos estos a?os), cada verano se cuelgan las obras que ellas mismas han tejido reciclando pl¨¢sticos usados (bolsas de la compra,?envoltorios o cualquier l¨¢mina pl¨¢stica se puede convertir en una tira para tejer) para dar sombra al pueblo en verano. Todo forma parte de la instalaci¨®n?Tejiendo la Calle,?un proyecto impulsado por la arquitecta?Marina Fern¨¢ndez Ramos. El proyecto, que sigue en marcha y ya est¨¢ preparando su siguiente edici¨®n, se ha materializado en el libro?Tejiendo la Calle, editado por R¨²a Ediciones. Arquitecta de formaci¨®n y dise?adora de producto, Fern¨¢ndez Ramos ten¨ªa experiencia en la realizaci¨®n de instalaciones espaciales y proyectos colaborativos, as¨ª que no lo supuso un problema imaginar un proyecto de estas caracter¨ªsticas. "Me encantaban ¨C y me encantan ¨C los maravillosos playgrounds de Toshiko Horiuchi, las intervenciones en el espacio p¨²blico con elementos tejidos a mano que inici¨® Magda Sayeg, las tradiciones populares como la realizaci¨®n de alfombras con flores en el suelo, o cuando se llenan los balcones de colchas y mantones para la celebraci¨®n del Corpus", explica a S Moda. Ella, que es hija de maestros rurales en el pueblo y que siente como suyo a Valverde de la Vera (ahora vive en Madrid), decidi¨® lanzar el proyecto cuando desde el pueblo le pidieron hacer una exposici¨®n de sus trabajos y apost¨®, en su lugar, por un proyecto que involucrase a toda la comunidad. Como cuando era ni?a y grababa cortometrajes con sus compa?eros de la escuela del pueblo, pero en versi¨®n tejido en comunidad.? "En ese momento estaba reformando una antigua casa de mi familia en el Valle del Jerte, y en homenaje a mi abuela quise incorporar motivos tejidos como los que ella realizaba en la arquitectura de la vivienda, en los huecos de las barandillas", aclara la ide¨®loga, que con este proyecto busc¨® hacer visible ese arte invisible y dom¨¦stico de las mujeres. "Tratamos de mantener un saber tan precioso. Sacar a la esfera p¨²blica un trabajo elaborado tradicionalmente por mujeres para el cuidado de sus hogares, tantas veces infravalorado", aclara.? "Cuando les pregunto mis compa?eras de Tejiendo la calle, algunas me dicen que tejer es un vicio, una necesidad. Otras, que les relaja. Para otras, un reto. Chus, tejedora experta, me comentaba que a ella cuando se le enciende una idea tiene que ponerse de inmediato y que le pueden dar las tantas, hasta que no termina no para", explica la impulsora del proyecto. Por el momento hay pocos hombres tejiendo (s¨ª colaborando en otras tareas del proyecto), pero Fern¨¢ndez Ramos percibe que cada vez habr¨¢ m¨¢s. "Mi padre teje, Vito ayuda haciendo ovillos, Ricardo, hijo de Angelita, hizo un bordado, otro compa?ero que tambi¨¦n se llama Ricardo se ha apuntado este a?o a cortar bolsas. Se acaban de incorporar cuatro compa?eras nuevas para la siguiente edici¨®n, que ya est¨¢n probando con motivos florales y vegetales de la zona. Y tambi¨¦n con motivos animales como p¨¢jaros. Unos de los motivos ornamentales que trabajamos es la decoraci¨®n de picao o picado donde aparecen este tipo de elementos. Tambi¨¦n aparecen representaciones sobre cuestiones personales, cada cual dise?a y produce con libertad creativa".? "Admiro much¨ªsimo su poder¨ªo vital", dice Fern¨¢ndez Ramos sobre las tejedoras de su pueblo. "Algunas, incluso habiendo pasado o estar pasando por situaciones muy duras, tienen una alegr¨ªa de vivir que se contagia".? ? Cortes¨ªa de Rua Ediciones "Parece que la pandemia ha hecho que var¨ªe la visi¨®n de la vida rural", explica la ide¨®loga de Tejiendo la calle sobre el cambio social de los ¨²ltimos dos a?os, aunque lamenta la escasez de pol¨ªticas sobre la Espa?a vaciada. "Me molesta que no se tomen medidas que realmente mitiguen la despoblaci¨®n, o que vayan muy lentas. Es un asunto grave, dif¨ªcil de resolver, pero muy necesario. Nos afecta a todos". ? Para Fern¨¢ndez Ramos, su proyecto demuestra que las iniciativas comunitarias funcionan y son contagiosas. "Creo que es necesario abrir espacios donde se refuercen las habilidades para la cooperaci¨®n, que nos ayuden a conectar, a mejorar la convivencia. Para un peque?o pueblo como el nuestro es un gran orgullo, tanto haber iniciado el proyecto, como que se contin¨²e manteniendo en el tiempo. Muchos grupos nos contactan porque se sienten inspirados y quieren activar procesos similares en sus contextos. Es un honor. A partir de Tejiendo arrancan iniciativas como Supertrama, o Filare, accesibilidad y creaci¨®n contempor¨¢nea en Extremadura rural". El craftivismo de Tejiendo la calle?se recoge en un libro editado por R¨²a Ediciones. "El padre de Asier, editor del libro, que ha sido marinero toda su vida, dio un peque?o taller de tejido de redes el verano pasado. Trataremos de hacer alguna pieza con esta nueva t¨¦cnica", aclara Marina sobre el nivel de implicaci¨®n de los creadores del pro. ? "Mientras escrib¨ªa el texto para el libro de Tejiendo la calle, tratando de recordar las cuestiones que para mi dan sentido al proyecto, una de las vivencias de la infancia que se me hizo m¨¢s presente fue una actividad en la que generamos un paisaje a trav¨¦s de poemas, recitando y dibujando sus protagonistas en un gran lienzo: el cisne que quer¨ªa ser pato de Gloria Fuertes, el r¨ªo de Agua, ?d¨®nde vas? de Lorca, el chopo y los cuatro p¨¢jaros sin rumbo. Creo que Tejiendo tambi¨¦n tiene algo que ver con esto, con hacer paisajes", cuenta la impulsora. "Tejer tiene que ver con imaginar y construir, con conectar", cuenta Fern¨¢ndez Ramos, en la imagen, de ni?a, con un pa?uelo de mil colores de su pueblo. "De las primeras cosas que tej¨ª de ni?a fue un peque?o bolso con hilos de seda y abalorios de cristal que, para m¨ª, eran tesoros. Era un bolso tan m¨ªnimo que val¨ªa para llevar poca cosa, pero todav¨ªa recuerdo la ilusi¨®n de haber hecho algo a mano, un dise?o propio. Creo que todav¨ªa lo tengo guardado en alguna parte".?