Muere Pierre Cardin, el pionero del pr¨ºt ¨¤ porter que vaticin¨® en los a?os 60 la est¨¦tica de 2020
El modisto franc¨¦s ha fallecido a los 98 a?os. Hoy su legado es m¨¢s pertinente que nunca: antes de hacer negocio con las licencias y convertirse en el tercer hombre m¨¢s rico de Francia, el modisto fue pionero en dise?ar un mundo que hoy, desgraciadamente, nos resulta bastante veros¨ªmil.
?Me gusta la ropa que no existe, imaginar el ma?ana?. Lo que no sab¨ªa Pierre Cardin era que su ropa futurista, inspirada en la carrera espacial que marc¨® los a?os de la Guerra Fr¨ªa, iba a volver a la actualidad m¨¢s de medio siglo despu¨¦s. C¨®mo iba a saberlo; ¨¦l, que dise?aba desde el ¡®optimismo¡¯ abrigos de tejido t¨¦cnico y pantallas protectoras, pensando en un futuro de conquista espacial que ¨¦l disfrazaba de utop¨ªa. Pierre Cardin ha fallecido a los 98 a?os?seg¨²n...
?Me gusta la ropa que no existe, imaginar el ma?ana?. Lo que no sab¨ªa Pierre Cardin era que su ropa futurista, inspirada en la carrera espacial que marc¨® los a?os de la Guerra Fr¨ªa, iba a volver a la actualidad m¨¢s de medio siglo despu¨¦s. C¨®mo iba a saberlo; ¨¦l, que dise?aba desde el ¡®optimismo¡¯ abrigos de tejido t¨¦cnico y pantallas protectoras, pensando en un futuro de conquista espacial que ¨¦l disfrazaba de utop¨ªa. Pierre Cardin ha fallecido a los 98 a?os?seg¨²n ha informado su familia a la agencia France Presse.
Protegido de Christian Dior y rechazado por su admirado Balenciaga, Cardin fund¨® su propia marca en 1950. Pocos a?os despu¨¦s, tom¨® una decisi¨®n revolucionaria: asociarse a los almacenes Printemps para hacer ropa ¡®democr¨¢tica¡¯, producida de forma mec¨¢nica. As¨ª naci¨® el pr¨ºt ¨¤ porter y as¨ª, tambi¨¦n, el dise?ador propici¨® su despido de la Chambre Syndicale de la Couture et de la Mode, el organismo gubernamental que regulaba y regula la moda de autor en Francia. Fue as¨ª como, entre los a?os ¡¯60 y los ¡¯70, ya libre de ataduras y directrices, comenz¨® a crear con la moda su propia visi¨®n del futuro: para Cardin, el siglo XXI se atrever¨ªa con patrones tan geom¨¦tricos que el cuerpo que los portaba era lo de menos, se enfundar¨ªa en tejidos t¨¦cnicos (¨¦l mismo patent¨® su propia materia prima, Cardine, que proteg¨ªa del calor, se adaptaba al cuerpo y era tan moldeable para la ¨¦poca que aceptaba acabados en tres dimensiones), se te?ir¨ªa de colores planos y se acercar¨ªa al unisex. Pero, sobre todo, se adornar¨ªa con cascos, pantallas, pasamonta?as o gafas de espejo, una parafernalia que servir¨ªa de protecci¨®n frente a otros mundos posibles, propiciados por la carrera espacial y la amenaza nuclear que se cern¨ªa sobre aquellos a?os de Guerra Fr¨ªa.
De todos los cambios en la industria que predijo Pierre Cardin este era, de lejos, el menos plausible. ?l vaticin¨® la llegada del pr¨ºt-¨¤-porter, fue el gur¨² est¨¦tico junto a Mary Quant y Andr¨¦ Courr¨¨ges del swinging London y del movimiento mod, fue pionero en integrar la moda en el dise?o o la arquitectura y se adelant¨® al sistema de licencias con su nombre que muchos copiaron despu¨¦s (de hecho, sigue explot¨¢ndolo, a sabiendas de que hace tiempo que perdi¨® su aura, pero sin sentirse culpable por ello). Lo que no era tan probable es que ese futuro que ¨¦l imagin¨®, esas pantallas protectoras, hoy volvieran a estar de actualidad, aunque por motivos muy distintos.
?Es el miembro de una escuela marciana: sus modelos van equipadas para cualquier actividad de ciencia ficci¨®n. Sus cabezas est¨¢n protegidas con cascos de pl¨¢stico, llevan m¨¢scaras de bombero y aras culinarias. Sus siluetas remiten a las peras, los torpedos o los misiles, pero con estructuras ligeras. Son la guardia espacial del futuro?, escrib¨ªa Cecil beaton en 1967 a prop¨®tico de Cosmocorps, una de las colecciones m¨¢s c¨¦lebres de Cardin. El modisto estaba tan obsesionado con la llegada del hombre a la Luna que termin¨® por dise?ar trajes para la NASA, pero quiz¨¢, si su obra cal¨® en su momento, no fue solo como fruto de la euforia, sino de un miedo latente que se ocultaba tras esos colores brillantes y esas poses despreocupadas.
?Tuve mucha suerte, dise?¨¦ en la posguerra, en un mundo que estaba por rehacer?, coment¨® en una ocasi¨®n. Un mundo que viv¨ªa en constante amenaza y que, por eso, entre otros motivos, traslad¨® invenciones militares al dise?o de la vida cotidiana. En 2008, una exposici¨®n el museo Victoria and Albert, Cold War Modern, puso de manifiesto que aquella est¨¦tica, que molde¨® todo el dise?o, en sentido amplio, no solo estaba motivada por un nuevo futuro, tambi¨¦n por un incierto presente. El miedo, como ocurre ahora, tuvo? que ver, y mucho, en la cultura visual.
En aquella exposici¨®n hab¨ªa, por ejemplo, una reproducci¨®n del famoso debate entre Nixon y Kushchev que tuvo lugar en 1959 en una casa prefabricada. En este ¡®debate de la cocina¡¯, como pas¨® a la posteridad, Nixon ten¨ªa la intenci¨®n de demostrar a los americanos que las cosas prefabricadas eran un futuro que todos pod¨ªan costearse. Un futuro equipado con alta tecnolog¨ªa dom¨¦stica. La casa como escenario y como punto de partida para construir un estilo de vida. ?La guerra fr¨ªa estableci¨® un nuevo campo de talla: el hogar?, escrib¨ªa la comisaria, Jane Pavitt, en el cat¨¢logo que acompa?aba a la exposici¨®n. ?Les suena?
La idea subyacente estaba cargada de optimismo. En todas partes pod¨ªan leerse esl¨®ganes relacionados con una vida mejor, con la tranquilidad que aporta lo simple y lo funcional, con la felicidad que sobreviene a lo tecnol¨®gico¡pero la traslaci¨®n de aquel ideario se materializaba en casas ultraseguras e hiperequipadas para no tener que abandonarlas y en una moda que echaba mano de las t¨¦cnicas militares para hablar entre l¨ªneas de protecci¨®n ante la amenaza externa. Hasta Cardin cre¨® su propio hogar, hoy carne de Instagram, en el Sur de Francia: el Bubble Palace, una especie de palacete construido a base de burbujas anexas que tiene, por lo que sea, cierto aire a un bunker de lujo.
Hoy, que las preocupaciones son otras pero el grado de incertidumbre es parecida, el futuro que imagin¨® Cardin vuelve a actualizarse, si bien, esta vez, sin ¨¢pice de optimismo. ¡°Soy optimista. Las crisis son c¨ªclicas, y se saldr¨¢ de esta como de las otras. Son momentos para la reflexi¨®n¡±, contaba Cardin a El Pa¨ªs en 2008, en plena debacle econ¨®mica. Sin embargo, otro de los contempor¨¢neos de Cardin, el americano Rudy Genreich, vaticinaba a finales de los sesenta que ?llegar¨¢ un momento en que la moda no existir¨¢, porque dejar¨¢ de ser importante?. No sabemos si est¨¢ o no en lo cierto, pero resulta curioso comprobar c¨®mo las profec¨ªas del presente apuntan a lo mismo: desde el minimalismo unisex y monocromo de la pel¨ªcula ¡®Her¡¯ a 2049, una colecci¨®n que lanz¨® el pasado enero Virgil Abloh en Louis Vuitton a base de uniformes t¨¦cnicos m¨¢s enfocados a la supervivencia que al adorno. Qui¨¦n sabe.