Versatilidades amargas
¡°Martha Stewart muestra cu¨¢nto le molesta al mundo una mujer empoderada¡±
Me imagino que, tal y como me pas¨® a m¨ª, mujeres de todo el mundo consumieron con igual deleite que asombro el documental que hace unos meses se estrenaba en Netflix Soy Martha Stewart, relatado en primera persona por la propia Martha. Digo ¡°desde el asombro¡±, porque es posible que muchas se toparan por primera vez con la historia de la exc¨¦ntrica figura que revolucion¨® la visi¨®n que el mundo ten¨ªa de las tareas que conforman el universo de la gesti¨®n dom¨¦stica. Para las nacidas m¨¢s all¨¢ de los noventa el nombre de Stewart podr¨ªa estar vac¨ªo de significado¡ hasta que el documental volvi¨® a ponerla en el punto de mira y esta vez, no para sorprendernos con una nueva versi¨®n del souffl¨¦ de chocolate, ni para instruirnos en el arte de integrar elementos comestibles en los centros de mesa (destrezas, por otro lado, nada despreciables), sino para compartir con el mundo su versi¨®n de c¨®mo se sucedieron los acontecimientos que la llevaron a degustar una carrera empresarial con igual presencia de dulces que de amargos.
En un contexto social en el que la libertad que una mujer ten¨ªa para decidir si quer¨ªa o no que la gesti¨®n del hogar fuese su ocupaci¨®n principal no era un privilegio al alcance de la mayor¨ªa, Martha revisti¨® de sofisticaci¨®n y buen gusto todo lo que se encontraba dentro del territorio de lo dom¨¦stico. Consigui¨® colarse en las casas y en el coraz¨®n de miles de amas de casa, convirti¨¦ndose en un referente aspiracional: ser gestora de tu hogar no ten¨ªa por qu¨¦ ser (al menos, no solo) una imposici¨®n social. Martha era, sobre todo (y aqu¨ª residen, probablemente, tanto su encanto como su perdici¨®n), una ¡ªtremendamente vers¨¢til e intuitiva¡ª mujer de negocios, la primera en Estados Unidos que se granje¨® la condici¨®n de multimillonaria a trav¨¦s de la empresa que ella misma fund¨® y llev¨® a Bolsa.
Pese a todo, termin¨® cumpliendo condena en una c¨¢rcel durante cinco meses, despu¨¦s de atravesar un proceso de fustigaci¨®n p¨²blica que termin¨® por dinamitar su carrera con la misma intensidad con la que la hab¨ªa hecho eclosionar. M¨¢s all¨¢ de la implicaci¨®n que tuviera o no en los cargos que se le imputaban, lo que realmente me revolvi¨® el est¨®mago al finalizar el documental fue la siguiente conclusi¨®n: cu¨¢nto le molesta al mundo una mujer empoderada. El escarnio p¨²blico al que fue sometida ten¨ªa menos que ver con el delito econ¨®mico que se le atribu¨ªa que con intentar destruir p¨²blicamente la figura de la mujer que hab¨ªa intentado hacer del universo dom¨¦stico un arte lo suficientemente digno como para, incluso, ganar dinero. Los compartimentos que la sociedad ha dise?ado para encasillar a la mujer siguen siendo estrechos: la versatilidad femenina, cuando sale a la luz, sigue siendo motivo de escepticismo. La presunci¨®n de que una mujer no puede ser lo suficientemente buena en varios campos a la vez sigue teniendo el peso de una losa y con bastante regularidad se nos invita ¡ªcuando no se nos fuerza¡ª a renunciar. Se asume que si eres buena profesional no eres tan buena madre. Que si muestras un inter¨¦s patente por el cuidado de tu imagen personal es probable que est¨¦s descuidando aspectos m¨¢s profundos de tu persona (por eso de que la coqueter¨ªa parece estar re?ida con la inteligencia) y as¨ª ocurre con tantos otros intentos de que la mujer no se salga del molde unidimensional y contenido que ha sido dise?ado para ella. Pero ?sabes qu¨¦? ¡°Las mujeres que hacen cosas y se desaf¨ªan a s¨ª mismas son las que marcan la diferencia en el mundo¡±. Tambi¨¦n esto lo dijo Martha.