Cinco frases clave del documental de Martha Stewart y los motivos por los que ella no lo aprueba
La empresaria pas¨® de ser una joven humilde a la primera mujer milmillonaria de EE UU, pero su vida est¨¢ llena de altibajos, incluidas dolorosas rupturas y su paso por prisi¨®n. ¡®Soy Martha Stewart¡¯ ahonda en esa historia, pero a la protagonista no le convence el resultado, que define como ¡°chocante¡±
¡°Lleva m¨¢s de 50 a?os siendo relevante¡±, advierte una voz al inicio del nuevo documental sobre Martha Stewart (Nueva Jersey, 83 a?os), reci¨¦n estrenado en Netflix, mientras se sucede un carrusel de fotos, v¨ªdeos y apariciones televisivas de la empresaria, incluidas imitaciones en programas de humor o incluso un encuentro con Marge en un cap¨ªtulo de Los Simpson. ¡°La influencer original¡±, ¡°una millonaria hecha a s¨ª misma¡±, ¡°una feminista moderna¡±, la describen personas de su entorno. Luego la propia Stewart entra en escena y responde a la primera pregunta. ¡±?Qu¨¦ es lo que menos te gusta?¡±. ¡°No me gusta el despilfarro, ni la ineficiencia, ni la evasi¨®n, ni la impaciencia. Me cae mal la gente que cree que puede hacer m¨¢s de lo que puede hacer, no me gusta que no se atienda a los detalles. La maldad por la maldad, los delantales y la bata de estar por casa. Antes odiaba el color violeta, mucho, y el rojo, no planto muchas cosas en el jard¨ªn de ese color, si sale algo rojo suelo quitarlo¡±, responde del tir¨®n.
A esta completa lista se suma ahora otro elemento que no le agrada: su propio documental, titulado Soy Martha Stewart. ¡°Le ped¨ª que quitara las escenas finales, donde aparezco como una anciana encorvada en el jard¨ªn, pero se neg¨®. Las detesto. Las odio con todo mi ser¡±, asegur¨® sobre el director de la cinta, R. J. Cutler, en una entrevista con The New York Times. Esta es solo una de las muchas cr¨ªticas que la protagonista ha hecho sobre el resultado final. A sus 83 a?os, Martha Stewart tiene menos pelos en la lengua que nunca y no tiene ning¨²n problema en decir lo que piensa, o por lo menos as¨ª lo demuestra ante la c¨¢mara. He aqu¨ª cinco frases clave de las casi dos horas de cinta y una explicaci¨®n final de por qu¨¦ a ella no le convence c¨®mo ha sido retratada.
1. Cuando perdi¨® la virginidad con Andrew Stewart: ¡°Era muy agresivo y eso me gustaba¡±
La primera parte de Soy Martha Stewart se centra bastante en el hombre del que Martha Kostyra ¨Dsu nombre de soltera¨D tom¨® su apellido cuando se casaron en 1961, Andy Stewart. Sentada en un sill¨®n de su enorme mansi¨®n, con una melod¨ªa alegre de fondo ¨Della tambi¨¦n ha criticado la banda sonora¨D, recuerda c¨®mo se conocieron y se enamoraron, acompa?ando su testimonio con fotos de la entonces joven pareja. ¡°Era educado y guapo y viajaba mucho, era emocionante conocer a un joven sofisticado¡±, relata. Lo define como ¡°intrigante juguet¨®n y amable¡± y, lo m¨¢s importante: asegura que no ten¨ªa nada que ver con su padre, al que considera ¡°un ser humano insatisfecho e infeliz¡±, adem¨¢s de alcoh¨®lico. ¡°Me propuso matrimonio. Era lo natural: enamorarse y casarse¡±, explica.
La m¨²sica alegre se torna tensa cuando cuenta que su padre le abofete¨® cuando le dio la noticia de la boda y que se opuso al enlace por ser Andrew jud¨ªo. ¡°No me sorprendi¨® porque era un intolerante y un impulsivo, pero le dije que me casar¨ªa con ¨¦l¡±, reconoce. El d¨ªa de su boda, dice, fue el comienzo de su vida. Sobre la noche de bodas, tambi¨¦n tiene una opini¨®n favorable. ¡°Jam¨¢s me hab¨ªa acostado con nadie antes. Era muy agresivo y eso me gustaba¡±, confiesa. Al feliz enlace le sigui¨® una luna de miel de cinco meses por Europa y fue ah¨ª donde despert¨® su amor por la cocina, viajar y descubrir. ¡°Decid¨ª que quer¨ªa pasar la vida ocupada en eso¡±, cuenta la mujer que se convirti¨® en la primera milmillonaria de Estados Unidos hecha a s¨ª misma gracias al imperio que forj¨® a partir de su negocio de estilo de vida y cocina.
2. Su consejo a las mujeres: ¡°Si vuestro marido empieza a ser infiel, es que es un mierda¡±
Lo id¨ªlico de la luna de miel ¨Den la que Martha bes¨® a un desconocido en la catedral de Florencia mientras su marido esperaba en el hotel, seg¨²n cuenta¨D, no dur¨® para siempre. ¡°Ten¨ªa 19 a?os y no quer¨ªa volver a casa¡±, admite. Pero volvi¨® y sigui¨® su vida. Tuvo una hija, trabaj¨® como corredora de Bolsa en Wall Street y empez¨® a ganar un cuarto de mill¨®n de d¨®lares al a?o, seg¨²n explica uno de sus colegas de la ¨¦poca (a?os sesenta), cuando en las oficinas del distrito financiero de Manhattan ¡°no hab¨ªa ni ba?os de se?oras¡± porque no era un oficio para ellas. ¡°Era la ¨²nica mujer de la firma. Ten¨ªa que ponerme firme por las cosas que pasaban en los asientos traseros de los taxis [dice estirando el brazo en un gesto de apartar a alguien], que no voy a mencionar. Pero era gente muy inteligente y aprend¨ª mucho ah¨ª¡±, sostiene ella.
Sin embargo, mientras la vida le sonre¨ªa en lo profesional, empez¨® a truncarse en lo amoroso. ¡°Andrew no se sent¨ªa satisfecho en casa. No s¨¦ cu¨¢ntas novias tuvo durante aquel tiempo, pero creo fueron unas cuantas¡±, cuenta Stewart. Es entonces cuando por primera y ¨²nica vez en el documental apela directamente a los espectadores: ¡°J¨®venes, escuchad mi consejo. Si vuestro marido empieza a ser infiel, es que es un mierda. Enteraos, es un mierda y m¨¢s os vale ponerle fin a ese matrimonio. Yo no pod¨ªa marcharme¡±. El giro viene cuando le preguntan si ella fue infiel a Andrew. ¡°Tuve una aventura muy breve con un hombre irland¨¦s muy atractivo¡±, reconoce nerviosa. Despu¨¦s de un largo silencio, a?ade: ¡°Pero no fue nada, nunca habr¨ªa roto un matrimonio por eso¡±.
3. Las cartas a su marido con el coraz¨®n roto: ¡°Espero que mi avi¨®n se estrelle¡±
¡°A Martha no le gustaban ni el matrimonio ni criar a una hija y eso fue lo que fall¨®¡±, cuenta una amiga de la pareja. Dice que eran m¨¢s compa?eros de trabajo que familia, que cada vez hab¨ªa m¨¢s roces entre ellos y que corr¨ªan rumores de que Andrew ten¨ªa una aventura con la mujer que hac¨ªa los arreglos florales en Turkey Hill, la hermosa granja en la que viv¨ªa el matrimonio. Fue el colmo para Martha. Empez¨® a sufrir migra?as e imsomnio, se portaba mal con el servicio, se arrancaba el pelo, seg¨²n recuerda su entorno. ¡°Andy me traicion¨® en nuestra propia casa. Muy mal¡±, sostiene ella arropada por m¨²sica taciturna. Sufri¨® tanto que prefiere no recordarlo. ¡°Me cuesta hablar de ello. Otras personas se regodean con esa autocompasi¨®n, yo no lo hago. Entregu¨¦ cartas que eran muy personales. As¨ª que, ?sab¨¦is qu¨¦? Sacadlo de las cartas¡±, propone.
Y eso es lo que hacen. Las siguientes confesiones no las cuenta a viva voz, pero est¨¢n extra¨ªdas de cartas in¨¦ditas. ¡°Andy, cari?o. No puedo dormir, no puedo comer. Mi piel est¨¢ preocupada y me han salido muchas arrugas. Siento celos ag¨®nicos de otras mujeres, no puedo soportar verte con otras¡±, se lee en una de ellas. ¡°Vuelvo a sentirme traicionada y sola. Cuando me dices que este ya no es tu hogar, despu¨¦s de lo que hemos hecho juntos aqu¨ª, ?no te parece normal que quiera prenderle fuego?¡±, se pregunta en otra. La m¨¢s dura la escribi¨® durante un viaje a San Francisco para promocionar un libro en el que retrataba su supuesta fant¨¢stica vida: ¡°Voy sentada en el avi¨®n, llorando, tosiendo, con fiebre y sinti¨¦ndome tan mal que no puedo creerlo. Deber¨ªa estar llena de vitalidad, hermosa, sexual y deseable. Tengo 45 a?os y me siento vieja, sola y preocupada, sin esperanzas. El futuro es un nubarr¨®n. Espero que disfrutes de tu libertad y espero que mi avi¨®n se estrelle¡±. Andrew y ella se divorciaron en 1990, despu¨¦s de 27 a?os de matrimonio. Tres a?os despu¨¦s, ¨¦l se cas¨® con una mujer 21 a?os m¨¢s joven. ¡°?Podemos pasar a un tema m¨¢s amable?¡±, solicita Martha.
4. Sobre su siguiente novio, Charles Simonyi: ¡°No me interesaba saber c¨®mo se sent¨ªa¡±
Un hilo conductor del documental es la dificultad de Stewart para expresar sus emociones. Admite que la maternidad fue dif¨ªcil porque proven¨ªa de un hogar bastante fr¨ªo y que quiz¨¢ esa falta de cari?o sea el motivo por el que no le interesan demasiado las relaciones rom¨¢nticas. Tras su divorcio, el ¨²nico hombre al que menciona (y poco) es al multimillonario Charles Simonyi ¨Dresponsable del desarrollo de Word y Excel¨D, con quien estuvo saliendo 15 a?os. Aun as¨ª, reconoce que as¨ª como ella nunca habla de sus sentimientos tampoco le interesaba conocer los de su expareja. ¡°No s¨¦ cu¨¢l es la raz¨®n¡±, explica riendo, ¡°pero no me interesa tanto saber, ya sabes: ¡®Charles, ?c¨®mo te sientes ahora mismo?¡¯ No me importa. En realidad, me importa m¨¢s: ¡®Charles, ?qu¨¦ est¨¢s haciendo? ?Qu¨¦ piensas hacer?¡¯. Por eso me inclino por la gente que hace cosas todo el tiempo¡±, admite Stewart mientras se encoge de hombros.
Ya hacia la parte final de documental, cuenta el desenlace de su romance con Simonyi como una segunda decepci¨®n amorosa (como un segundo divorcio, dice haciendo comillas con las manos). Seg¨²n relata, estaban juntos en la cama cuando le dijo que se iba a casar con otra y que los padres de la novia ¨D32 a?os m¨¢s joven¨D no quer¨ªan que volviese a hablar con ella jam¨¢s. ¡°Me pareci¨® lo m¨¢s horrible que pod¨ªa hacer una persona¡±, recuerda. ¡°?C¨®mo pod¨ªa hacerme eso alguien que hab¨ªa pasado 15 a?os conmigo? No se le puede hacer eso a una persona que te importa de verdad¡±, critica.
5. Sobre una periodista de ¡®The New York Post¡¯ que escrib¨ªa sobre ella: ¡°Ha muerto, gracias a Dios¡±
Mientras las primeras seis d¨¦cadas de la vida de Stewart se resumen en los primeros 50 minutos del documental, los siguientes 60 minutos se centran en solo dos a?os de su vida, pero especialmente medi¨¢ticos. En 2004, a?os despu¨¦s de vender unas acciones, la empresaria se vio envuelta en un juicio con ella siendo acusada de obstrucci¨®n a la justicia, uso de informaci¨®n privilegiada y aportaci¨®n de declaraciones falsas a los investigadores federales. ¡°Era obsceno. Ten¨ªa que mantener la cabeza erguida y no llorar. Recordemos que las mujeres en los negocios no lloran¡±, asegura muy en sinton¨ªa con la canci¨®n de Shakira.
Stewart fue condenada a cinco meses de prisi¨®n en 2004 ¨DSimonyi solo la visit¨® una vez¨D y una multa de 30.000 d¨®lares por enga?ar a la justicia sobre las razones que le llevaron a vender sus acciones en la compa?¨ªa farmac¨¦utica ImClone. La noticia acapar¨® portadas de peri¨®dicos y programas de televisi¨®n, pero, 20 a?os despu¨¦s, la empresaria recuerda con especial odio a una periodista en concreto. ¡°La se?ora de The New York Post estaba ah¨ª con actitud altiva¡±, rememora sobre su salida del juzgado el d¨ªa del veredicto. ¡°Hab¨ªa escrito aut¨¦nticas barbaridades durante el caso. Ha muerto, gracias a Dios. Ya nadie tendr¨¢ que leer las porquer¨ªas que no dejaba de escribir¡±, comenta sin tapujos en una de las frases que se ha hecho m¨¢s virales.
Decepcionada con el resultado
Lo que m¨¢s molesta a Stewart de Soy Martha Stewart es que la etapa de juicios y prisi¨®n tenga tanto peso en detrimento de todo lo dem¨¢s. Describe como ¡°chocante¡± el limitado uso de su archivo, a pesar de que otorg¨® ¡°acceso total¡± al director, seg¨²n explica en The New York Times. ¡°Me encanta la primera mitad. Explora temas que mucha gente desconoce y eso es lo que me gusta. Era el enfoque que quer¨ªa¡±, confiesa en la entrevista.
La banda sonora la tilda de ¡°horrible¡± y lamenta que en vez de rap, como solicit¨®, se empleara ¡°una p¨¦sima partitura cl¨¢sica¡± que, dice, no tiene nada que ver con ella. Stewart, que el a?o pasado hizo historia al protagonizar la portada de Sports Illustrated Swimsuit con 81 a?os y es ahora ¨ªdolo de masas en redes sociales gracias a sus v¨ªdeos y sus amistades con Justin Bieber o Snoop Dog ¨Duna faceta que se resume en los ¨²ltimos 15 minutos¨D, se siente ofendida por la imagen de anciana afable que considera que se expresa en la cinta. ¡°Sigo trabajando los siete d¨ªas de la semana. Y eso no lo mencionan¡±, avisa.
En respuesta a las cr¨ªticas de Stewart, Cutler ¨Dque tambi¨¦n ha dirigido documentales sobre Billie Eilish y Elton John¨D coment¨® a The New York Times que ¡°es una pel¨ªcula, no una p¨¢gina de Wikipedia¡±. ¡°Cuenta la historia de una persona fascinante, compleja, visionaria y brillante¡±, se defiende.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.