Bea Espejo, June Crespo y Teresa Solar: hablan las tres espa?olas invitadas a llevar sus propuestas a la Bienal de Venecia
La pr¨®xima edici¨®n del evento de arte contempor¨¢neo comenzar¨¢ el 23 de abril, con una mayor¨ªa de artistas mujeres.
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No es habitual que en la Bienal de Venecia, posiblemente el principal evento internacional del arte contempor¨¢neo, abunden los nombres espa?oles. Pero este a?o la comisaria Cecilia Alemani ha seleccionado varios para la exposici¨®n central, titulada The milk of dreams, en referencia a un libro de la surrealista Leonora Carrington. Todos ellos femeninos. Est¨¢n las hist¨®ricas Maruja Mallo, Remedios Varo y Josefa Tolr¨¤, y tambi¨¦n Teresa Solar (Madrid, 36 a?os) y June Crespo (Pamplona, 40 a?os), dos escultoras contempor¨¢neas muy conocidas en la escena nacional con presencia ascendente fuera de nuestras fronteras. Todas forman parte de una muestra con mayor¨ªa de artistas mujeres y no binarias, y donde se desarrollan temas como lo h¨ªbrido y lo m¨¢gico y se cuestiona el racionalismo patriarcal. Las obras de Solar y Crespo podr¨¢n verse respectivamente en el Arsenale y los Giardini venecianos. En esta ¨²ltima ubicaci¨®n tambi¨¦n queda el pabell¨®n espa?ol, ocupado este a?o por el proyecto de la cr¨ªtica y comisaria Bea Espejo (Vilanova i la Geltr¨², 44 a?os) con el artista Ignasi Aball¨ª, que propone una intervenci¨®n arquitect¨®nica para tratar sobre la identidad espa?ola y sobre otras cuestiones que enlazan con el hilo general de esta edici¨®n que comienza el 23 de abril. Todas tienen nuevos proyectos despu¨¦s de la Bienal: en 2023 a Solar le espera una gran exposici¨®n individual en el CA2M de M¨®stoles, Crespo prepara otra m¨¢s peque?a en ese mismo centro y una mayor en el Guggenheim de Bilbao, y Espejo ser¨¢ la comisaria de una retrospectiva del pintor Luis Gordillo en la sala Alcal¨¢ 31 de Madrid. De momento, mientras ultiman los detalles de su trabajo para Venecia, gestionan su miedo esc¨¦nico y unas agendas desquiciadas. Durante la feria ARCO, coinciden brevemente para compartir caf¨¦ y charla en casa de Bea en Madrid. Es la primera vez que las tres ponen en com¨²n c¨®mo se sienten ante la (supuesta) gran prueba veneciana.
Bea Espejo: No hay que ponerse nerviosas. Yo me lo digo cada d¨ªa, porque es m¨¢s un deseo que una realidad. Trato de trabajar como si esto tuviera una escala muy menor. Y poner en valor cada paso del trabajo, no solo la inauguraci¨®n de la Bienal, que ser¨¢ un paso de muchos. As¨ª los nervios se regulan un poco. Pero esto es un aprendizaje, no s¨¦ c¨®mo lo llev¨¢is vosotras.
June Crespo: En mi caso la invitaci¨®n que recib¨ª era muy acotada, pero me aventur¨¦ a proponer una pieza nueva que me supusiera un reto, un paso m¨¢s en una l¨ªnea. Y justo ahora que estoy finalizando mi trabajo es cuando noto que todo se precipita, y al mismo tiempo tengo la sensaci¨®n de estar encontrando la v¨ªa de algo nuevo. Algo que va m¨¢s all¨¢ de la Bienal. As¨ª que ah¨ª estoy, lidiando con todo eso a la vez.
Teresa Solar: Yo no he ido a hacer piezas de una l¨ªnea completamente nueva porque no habr¨ªa sabido c¨®mo gestionar esa ansiedad. Y estoy empezando a sentir los nervios ahora que el pescado est¨¢ vendido. La propuesta que llevo es grande, y muy compleja de producir, y ha requerido un esfuerzo f¨ªsico inmenso. As¨ª que me he puesto como un cord¨®n sanitario frente a los nervios, me he aislado de ellos para no entrar en un proceso paralizador. He intentado llevarlo como si fuera mi cumplea?os: esto es una fiesta y vamos a vivirla as¨ª, desde la despreocupaci¨®n de la fiesta.
?Sent¨ªs que vuestra presencia en la Bienal legitima un trabajo de muchos a?os?
B. E.: Uno es quien valida su propio trabajo. Yo tengo cierto conflicto con la idea de que lo haga el contexto internacional. No tengo respuesta clara frente a eso. ?Y vosotras?
J. C.: Tu trabajo no ser¨¢ ni mejor ni peor por estar en la Bienal. A m¨ª esto me ha hecho pensar que por qu¨¦ unos contextos valen m¨¢s que otros, y por qu¨¦ damos m¨¢s all¨ª donde en teor¨ªa obtienes m¨¢s legitimidad. En espacios m¨¢s peque?os se debe mimar igual el trabajo, o incluso te permites ser m¨¢s fresco e innovador. A veces, querer hacerlo mejor juega en tu contra, porque hay esa tentaci¨®n de perfeccionar las piezas hasta tal punto que el resultado puede ser m¨¢s relamido. Me agarro a eso, al compromiso con el trabajo, sea donde sea.
B. E.: Es incre¨ªble estar aqu¨ª por el aprendizaje profesional y personal de cada una, pero tampoco te cambia tanto la vida. No tengo mis dudas de que sea para bien. La presi¨®n de que hay un antes y un despu¨¦s y la obligaci¨®n de hacer algo excepcional pueden llevarte al fracaso.
T. S.: Todo el mundo me dice ¡°guau, Venecia¡±, pero tengo la sensaci¨®n de que va a ser un ¡®Bienvenido, Mr. Marshall¡¯ muy fuerte. Y comparto lo que dices, June, es en la batalla de la pieza peque?a donde nos jugamos el tipo. Lo genial de esta Bienal es el comisariado. Estar en ese mundo que Cecilia est¨¢ creando, y que podr¨ªa estar en cualquier otro sitio.
?C¨®mo encaja vuestro trabajo en los temas de la exposici¨®n central?
J. C.: Al leer el texto de Cecilia me vi muy convocada por ¨¦l y pens¨¦ que mi trabajo encajaba. Y cuando anunciaron todas las participantes, me sent¨ª muy en paz, vi que ten¨ªa todo el sentido. Esa combinaci¨®n de artistas hist¨®ricas y contempor¨¢neas y esa mirada me han dado ilusi¨®n por estar ah¨ª.
T. S.: F¨ªjate qu¨¦ pr¨¢cticas tan diferentes tenemos, June, y las dos nos sentimos tocadas por lo mismo. Est¨¢ la cuesti¨®n de la metamorfosis, a la que aluden Cecilia y Leonora Carrington, y en la que he trabajado de manera muy intuitiva en los ¨²ltimos a?os. Como en mi pieza Cabalga, cabalga, cabalga, de la que por cierto, Bea, hiciste una rese?a preciosa, en la que hablabas de la exuberancia del pensamiento, que me parece un t¨¦rmino fascinante para hablar de cualquier cosa.
J. C.: Entiendo que para ti es diferente, Bea, porque tu proyecto es individual y tienes otra responsabilidad.
B. E.: Aball¨ª y yo planteamos el proyecto sin saber nada de la exposici¨®n central, as¨ª que en teor¨ªa no hay ligaz¨®n. Pero escuchando el proyecto de Cecilia, hay un punto de uni¨®n. Leonora Carrington hablaba de c¨®mo definimos la vida, y en nuestro caso no estamos tan lejanos de eso, porque nuestro pabell¨®n trata sobre qu¨¦ nos define y qu¨¦ nos distingue como Espa?a. Tambi¨¦n sobre el cuestionamiento de lo racional, porque el pabell¨®n espa?ol desdibuja un territorio y propone otro donde empiezan a pasar cosas. As¨ª que cuestiona un pensamiento ¨²nico e inmutable.
Se ha destacado que la mayor parte de las artistas de este a?o son mujeres. Pero durante mucho tiempo han sido hombres y de eso no se hablaba, porque se asum¨ªa como lo ¡°natural¡±.
B. E.: A¨²n sigue siendo un titular, y cuando deje de serlo no habr¨¢ ni que opinar sobre ello. Pero me parece estupendo que haya mayor¨ªa de mujeres, la verdad. Es lo que los tiempos demandan.
J. C.: Hace poco en una entrevista nombr¨¦ conscientemente m¨¢s referentes m¨ªos de mujeres artistas que hombres simplemente porque era un gesto hacerlo. Tambi¨¦n es que son modelos que me han hecho pensar que era posible ser yo artista. As¨ª que tambi¨¦n me gusta formar parte de esa genealog¨ªa. Habr¨ªa que ver en detalle todas las propuestas, porque tambi¨¦n hay una l¨ªnea que va en el sentido de la no definici¨®n del g¨¦nero.
T. S.: Suscribo lo que dec¨ªs. Qu¨¦ suerte ser artistas en 2022, y no en otro tiempo de la historia de la humanidad. Pero s¨ª, lo incre¨ªble ser¨¢ cuando una mayor¨ªa de mujeres artistas no sea una noticia.
Tambi¨¦n se habla mucho de la falta de difusi¨®n internacional del arte espa?ol contempor¨¢neo. ?A qu¨¦ cre¨¦is que se debe?
B. E.: Yo creo que hay un gran c¨®ctel de motivos. Desde que carecemos de tradici¨®n hasta que el trabajo gubernamental es d¨¦bil y cambia cuando hay elecciones. Como pa¨ªs no hay un compromiso fuerte con el arte.
J. C.: En cuanto a la responsabilidad de los artistas, justo Teresa y yo estamos haciendo esfuerzos por internacionalizarnos. Cuando has estado fuera obtienes m¨¢s legitimaci¨®n, y eso hace que la visibilidad dentro sea tambi¨¦n mayor, pero a su vez puedes caer en cierta comodidad por sentirte m¨¢s valorada. Yo colaboro con una galer¨ªa de Italia que mueve mi trabajo en las ferias m¨¢s importantes. Y siento que ahora me est¨¢n empezando a ver algo m¨¢s fuera. Como con un festival en el que participo ahora en Jeu de Paume de Par¨ªs, que me lleg¨® a trav¨¦s de Katinka Bock, otra artista. Es verdad que ¨²ltimamente yo me sent¨ªa bien movi¨¦ndome menos, no haciendo tantas residencias fuera, y he estado m¨¢s en Bilbao, donde tengo mi estudio. Es una base donde estoy c¨®moda, me gusta el contexto y puedo hacer una vida m¨¢s regular.
T. S.: En Espa?a no hay carreras explosivas como pueda haberlas en el contexto anglosaj¨®n. Y eso hace que los que ayudan a que la carrera de un artista sea exitosa en el extranjero deban tirar de ti durante mucho tiempo. Un apoyo institucional puntual no es suficiente. Los artistas, aunque estemos encantados de coger el primer avi¨®n, necesitamos un apoyo integral por parte de todos los implicados: instituciones, comisarios, prensa¡ De coleccionistas ya ni hablo. Y ese apoyo integral a la figura art¨ªstica no existe en este pa¨ªs. Tambi¨¦n hay algo mucho m¨¢s global que tiene que ver con la falta de confianza en lo buenos que somos¡
B. E.: No puedo estar m¨¢s de acuerdo.
T. S.: ¡y con que hablemos mal los unos de los otros.
B. E.: ?Eso es! El problema est¨¢ en casa. Hay muchos espa?oles hablando mal de Espa?a. Es como que te tiran todo abajo: ¡°Si yo no puedo, t¨² tampoco¡±. Y ya ver¨¦is, pasar¨¢ igual este a?o con Venecia. Las mayores cr¨ªticas siempre salen de nuestro propio pa¨ªs, y as¨ª no se puede construir nada. Por otra parte, los artistas sois quienes m¨¢s hac¨¦is, los que m¨¢s pasos dais y los que m¨¢s os compromet¨¦is. Aqu¨ª no hay nadie toc¨¢ndose la barriga.
J. C.: Despu¨¦s de haber visto muchas cosas fuera, las mejores exposiciones las veo cuando vuelvo. Esto tiene que ver con lo que nos creemos, con el lugar que aqu¨ª ocupa el arte culturalmente. Porque cuando yo estudi¨¦ tampoco pensaba que podr¨ªa ser artista. As¨ª que cuando empec¨¦ a ser yo la que daba clases, he intentado ser modelo de la posibilidad de trabajar en el arte.
T. S.: Todo el mundo est¨¢ dispuesto a irse en cuanto hay algo interesante. Otra cosa es que, como dice June, tambi¨¦n quieras volver a un espacio de protecci¨®n. Necesitas casa.