Tu cara en un McDonald¡¯s: la moraleja de no leer lo que firmas al hacerte fotos
La joven sudafricana Shubnum Khan ha visto c¨®mo su rostro ha protagonizado numerosos anuncios por todo el mundo. Y sin ella dar el permiso (o eso cre¨ªa).
Todo comenz¨® en su ¨¦poca de estudiante en la universidad de Durban, cuando un fot¨®grafo profesional ofreci¨® a Shubnum Khan? y a sus amigos una sesi¨®n de fotos gratuita para un proyecto llamdo ¡®100 Faces Shoot¡¯ para el que necesitaba 100 caras diferentes de todas las edades y razas. Acept¨® sin dudarlo ni un segundo y firm¨® todo lo que le pusieron por delante, sin leer la letra peque?a. Ah¨ª fue donde cometi¨® el gran error que har¨ªa que su cara recorriera medio mundo.
A?os despu¨¦s, un amigo suyo de Can...
Todo comenz¨® en su ¨¦poca de estudiante en la universidad de Durban, cuando un fot¨®grafo profesional ofreci¨® a Shubnum Khan? y a sus amigos una sesi¨®n de fotos gratuita para un proyecto llamdo ¡®100 Faces Shoot¡¯ para el que necesitaba 100 caras diferentes de todas las edades y razas. Acept¨® sin dudarlo ni un segundo y firm¨® todo lo que le pusieron por delante, sin leer la letra peque?a. Ah¨ª fue donde cometi¨® el gran error que har¨ªa que su cara recorriera medio mundo.
A?os despu¨¦s, un amigo suyo de Canad¨¢ le avis¨® de que hab¨ªa visto su cara anunciando una campa?a de inmigraci¨®n en un peri¨®dico local. Fue entonces cuando se puso en alerta y comenz¨® a investigar. Se di¨® cuenta de que su rostro se estaba utilizando para publicitar todo tipo de cosas en diferentes partes del mundo: desde las hamburguesas del McDonald?s en China, a una tienda de alfombras en Nueva York o una agencia de senderismo en Camboya.
Tambi¨¦n ha protagonizado anuncios sobre sedaci¨®n dental en Estados Unidos, productos antiojeras y hasta cursos universitarios en Australia. Incluso le han cambiado la etnia y el nombre para adaptarse a la audiencia de cada caso.
La sudafricana contact¨® con el fot¨®grafo que tom¨® las im¨¢genes. Su respuesta fue clara: todo era legal, su firma di¨® el permiso necesario para utilizar las im¨¢genes e incluso distorsionar su identidad. Todo estaba en la letra peque?a. Ahora Khan publica su caso en Twitter para que otras personas no comentan el mismo error. Muchos de sus seguidores le responden con nuevos anuncios donde han visto su cara.
?Espero que mi historia sirva de advertencia para que otras personas tengan cuidado con lo que firmen. Es muy revelador lo f¨¢cil que puedes ser explotado y lo enga?oso que es todo. Los anuncios y testimonios son falsos, con rostros de personas elegidos al azar que pueden estar viviendo tranquilamente sin saber c¨®mo est¨¢n utilizando su imagen en beneficio de otros¡±.