R¨¦quiem por los dos besos: adi¨®s al saludo ¡®franc¨¦s¡¯ que incomoda a muchas culturas
De los veintid¨®s tipos de besos que recoge el Kamasutra solo dos se perfilan adecuados para nuestros d¨ªas.
Pues s¨ª, existe el D¨ªa internacional del beso. Se celebra el 13 de abril de cada a?o y conmemora el beso m¨¢s largo que se dio una pareja: fue en un concurso celebrado en 2013, dur¨® 58 horas y media y no lo interrumpieron ni para ir al ba?o. En 2020, por razones obvias, esta celebraci¨®n ha pasado sin pena ni gloria por el planeta. De hecho, al preguntar a cualquier persona en cuarentena qu¨¦ es lo primero que desea hacer cuando pueda reencontrarse con amigos y familiares, su respuesta incluye indefectiblemente el verbo ?abrazar?, pero no tanto el verbo besar. ?Ser¨¢ que esa gente ya consideraba o...
Pues s¨ª, existe el D¨ªa internacional del beso. Se celebra el 13 de abril de cada a?o y conmemora el beso m¨¢s largo que se dio una pareja: fue en un concurso celebrado en 2013, dur¨® 58 horas y media y no lo interrumpieron ni para ir al ba?o. En 2020, por razones obvias, esta celebraci¨®n ha pasado sin pena ni gloria por el planeta. De hecho, al preguntar a cualquier persona en cuarentena qu¨¦ es lo primero que desea hacer cuando pueda reencontrarse con amigos y familiares, su respuesta incluye indefectiblemente el verbo ?abrazar?, pero no tanto el verbo besar. ?Ser¨¢ que esa gente ya consideraba obsoleto el roce de labios y mejillas hac¨ªa tiempo, o ser¨¢ m¨¢s bien que se est¨¢n preparando para abandonarlo como saludo?
Parece claro que el ?te voy a comer a besos? se va a pronunciar menos durante un tiempo, no sabemos si para ser sustituido por un as¨¦ptico ?te voy a comer a codacitos?. Por eso el New York Times, atento a este tipo de efectos colaterales de la pandemia, ha reparado en este futuro sin saludos en forma de beso reflej¨¢ndolo en un art¨ªculo reciente escrito por el periodista Nick Haramis, editor de la revista Interview. El autor comienza recordando un beso inc¨®modo que le dio a Miuccia Prada cuando la conoci¨®: ?Apenas roc¨¦ un lado de su mejilla al primer intento. Al segundo, determinado a hacer contacto esta vez, toqu¨¦ la comisura de sus labios con los m¨ªos?. Su poca destreza en el beso convencional de saludo lo sit¨²a ¨C¨¦l lo reconoce abiertamente¨C dentro del colectivo de estadounidenses poco avezados a la hora de plantarle dos besos a un desconocido y m¨¢s bien propensos al apret¨®n de manos propio de aquellas latitudes.
El art¨ªculo menciona tambi¨¦n la sensaci¨®n de torpeza al no saber calcular el n¨²mero de besos de cortes¨ªa que se da en cada pa¨ªs; a menudo, o te pasas o te quedas corta. De hecho, la actriz Christina Ricci considera que el beso de saludo europeo es una ?trampa para estadounidenses torpes?, por eso en los ambientes art¨ªsticos de Norteam¨¦rica tambi¨¦n se deja notar cierto alivio ante una pr¨¢ctica extendid¨ªsima pero que no satisface a todos.
Pero la filematolog¨ªa ¨Cas¨ª se denomina el estudio del beso¨C no es un fen¨®meno reciente: ya Charles Darwin le dedic¨® su atenci¨®n en su ensayo La expresi¨®n de las emociones en los animales y en el hombre, y hace solo unos a?os, en 2015, se public¨® en la revista cient¨ªfica American Anthropologist un art¨ªculo acad¨¦mico acerca del posible car¨¢cter universal del beso rom¨¢ntico-sexual. La investigaci¨®n la llevaron a cabo profesores de las universidades de Nevada e Indiana e inclu¨ªa un dato escalofriante: al rozar dos pares de labios se intercambian ochenta millones de bacterias (es pertinente recordar justo ahora la temida mononucleosis o ?enfermedad del beso?, que lleva d¨¦cadas sobrevol¨¢ndonos como un p¨¢jaro de mal ag¨¹ero, aunque pocas veces la hayamos puesto como excusa para apearnos del juego de la seducci¨®n). El art¨ªculo proporciona tambi¨¦n otros datos recreativos: por ejemplo, que un beso emplea ciento cuarenta y seis m¨²sculos para llevarse a cabo y que los occidentales llegan a pasar unos veinte mil minutos ¨Cunas dos semanas¨C dando besos a lo largo de su vida.
Y, como imagin¨¢bamos, los expertos concluyen afirmando que no todas las culturas consideran el beso en los labios como un gesto indefectiblemente aparejado al galanteo, pues solo se practica en un 46% de las que analizaron. As¨ª que el beso rom¨¢ntico es tan poco global como el rito de ?llegar y besar el santo?, es decir, el de posar los labios sobre iconograf¨ªa religiosa con fines de veneraci¨®n, costumbre que lleva desde el mes de marzo suprimida en la Catedral de Santiago de Compostela, la Bas¨ªlica del Pilar y otros templos donde residen santos patrones.
Ya que por ahora el preservativo bucal no resulta posible (ni deseable), habr¨¢ que optar por otras formas antropol¨®gicas de saludo. Boris Izaguirre, en este mismo peri¨®dico, vaticina la importancia de los ojos en lo que ¨¦l llama ?La nueva realidad?: entre los accesorios estrella de estos tiempos Izaguirre cita las pesta?as y las sombras de ojos, pues ?igual que en la cultura isl¨¢mica, ser¨¢n los ojos los que hablar¨¢n por nosotros. Ojos bien expresivos y gestualidad. El amaneramiento, el lenguaje corporal, va a recobrar importancia?.
Buscando en la larga tipolog¨ªa de besos ¨Cveintid¨®s¨C que recoge el Kama-sutra y tras examinarlos a conciencia, lamentablemente solo dos se perfilan adecuados para nuestros d¨ªas: el llamado ?beso transferido?, que sucede cuando el amante besa un retrato de la persona amada en presencia de esta ¨²ltima, y el trist¨®n ?beso lagrimoso?, que es b¨¢sicamente la misma acci¨®n pero en ausencia del ser amado. Otras posibilidades exentas de riesgos tambi¨¦n proceden del ¨¢mbito hind¨²: son las salutaciones propias del yoga como el namast¨¦ y el m¨¢s respetuoso pranam, que, temporalmente y sin af¨¢n apropiacionista, quiz¨¢s sustituyan al besuqueo occidental. Mientras tanto, y sin duda alguna, la onomatopeya oclusiva del muac muac se seguir¨¢ emitiendo como efecto sonoro sustitutivo del ¨®sculo de toda la vida.