La violaci¨®n de una turista en un microb¨²s conmociona a R¨ªo de Janeiro
Dos norteamericanos sufren seis horas de palizas en un veh¨ªculo de transporte p¨²blico clandestino Los tres agresores han sido detenidos
¡°Nadie se imagina que le van a esposar, golpear y atracar mientras est¨¢ en Disney. Copacabana es nuestro Disney¡±. Con esta elocuente declaraci¨®n ha reaccionado el presidente de la Asociaci¨®n Brasile?a de la Industria Hotelera, Alfredo Lopes, a la brutal y esperp¨¦ntica agresi¨®n sufrida el pasado fin de semana por una pareja de turistas norteamericanos que resid¨ªan temporalmente en R¨ªo de Janeiro. La prensa local de la futura sede ol¨ªmpica se recrea estos d¨ªas en el dram¨¢tico suceso producido en la madrugada del pasado domingo en el interior de un microb¨²s clandestino, que acab¨® en una pesadilla de seis horas de palizas y violaciones y, posteriormente, en la detenci¨®n de los agresores.
Al veh¨ªculo irregular subieron los dos j¨®venes extranjeros en la Avenida Atl¨¢ntica, que recorre la internacionalmente conocida playa de Copacabana, epicentro hotelero y tur¨ªstico de R¨ªo. Se dirig¨ªan de madrugada al barrio de Lapa, conocido por su vida nocturna y por albergar el mayor n¨²mero de bares y locales de m¨²sica en vivo de la ciudad. Tres hombres de 20, 21 y 22 a?os se encargaban en ese momento de conducir, cobrar a los pasajeros y organizar las diferentes paradas de embarque y desembarque. A la altura del barrio de Botafogo, vecino de Copacabana, el veh¨ªculo par¨® y el conductor orden¨® que todos los pasajeros desembarcasen. Todos menos la pareja de norteamericanos. Aqu¨ª comenz¨® una desesperante escena, m¨¢s propia de un thriller de terror.
Durante seis interminables horas, Wallace Aparecido Souza Silva, de 22 a?os, Jonathan Foudakis de Souza, de 20, y Carlos Armando Costa dos Santos, de 21, se recrearon en una suerte de recorrido macabro por la ciudad, consistente en alternarse al volante para que los otros dos compinches pudiesen violar y golpear repetidamente a la turista, de 21 a?os, mientras que su novio, de 23, permanec¨ªa esposado y recib¨ªa fuertes impactos con una barra de hierro en el rostro y en el cuerpo ante cualquier reacci¨®n para evitar la violaci¨®n. Se desconoce la identidad de las v¨ªctimas, de la misma manera que la polic¨ªa no ha querido entrar en los detalles de la agresi¨®n. S¨ª ha trascendido que la v¨ªctima de la violaci¨®n tiene una doble factura del tabique nasal y que su compa?ero aun se recupera de las palizas mientras colabora con los investigadores en R¨ªo de Janeiro. Ella, sin embargo, decidi¨® regresar de inmediato a su pa¨ªs.
Las agresiones fueron alternadas con paradas en cajeros autom¨¢ticos y gasolineras para extraer y gastar todo el dinero posible con las tarjetas de cr¨¦dito de los turistas. Seg¨²n ha trascendido, cuando las tarjetas llegaron a su l¨ªmite de seguridad, los delincuentes llevaron a la pareja hasta su domicilio para buscar otras con las que que seguir sacando dinero durante toda la madrugada. El microb¨²s recorri¨® sesenta kil¨®metros en total sin levantar sospechas.
La pareja fue finalmente abandonada en las afueras de la localidad sat¨¦lite de Itabora¨ª. Tras pedir auxilio a la polic¨ªa, esta no tard¨® mucho tiempo en detener a dos sospechosos. Uno asumi¨® inmediatamente la autor¨ªa del crimen. El lunes se procedi¨® a la detenci¨®n del tercer integrante de la banda criminal. El tr¨ªo responde a los delitos de robo, violaci¨®n y corrupci¨®n de menores, ya que un adolescente trabajaba a sus ¨®rdenes cobrando a los pasajeros del microb¨²s.
El tr¨¢gico suceso mancha la imagen de una ciudad que pelea a brazo partido por limpiar su imagen (a veces injustificada) de ser uno de los lugares m¨¢s peligrosos del planeta. La pacificaci¨®n de las favelas en las ¨¢reas m¨¢s tur¨ªsticas de la capital y la reducci¨®n paulatina de las armas de fuego en la vida cotidiana de los cariocas es un ¨¦xito innegable del actual Gobierno del Estado de R¨ªo. La ciudad se prepara para recibir en poco m¨¢s de tres meses y medio la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) a la que acudir¨¢ el papa Francisco y m¨¢s de dos millones de j¨®venes cat¨®licos de todo el mundo. R¨ªo tambi¨¦n recibir¨¢ la Copa Confederaciones?(junio de 2013), la Copa del Mundo (2014) y los Juegos Ol¨ªmpicos (2016). Todo ello contribuye innegablemente a que salten las alarmas a nivel planetario ante cualquier suceso de esta naturaleza.
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