Si la historia de Antonio te ha hecho pensar y t¨² tambi¨¦n quieres ayudar a esta causa para cambiar el mundo
En una de sus clases, mientras estudiaba Arquitectura en la universidad, un profesor pidi¨® a Antonio y a sus compa?eros que dibujasen el sonido de una regla de metal al golpear una pizarra. ¡°Pintar el sonido; a mi aquello me pareci¨® un reto enorme¡±, nos explica Antonio durante la entrevista. Quiz¨¢s lo ¨²ltimo que pod¨ªa imaginarse entonces era que, apenas unos a?os despu¨¦s, el verdadero reto de su vida iba a ser encontrar la f¨®rmula para llevar agua potable a cientos de miles de personas que no tienen acceso a ella.
A Antonio, la obsesi¨®n por el agua no le lleg¨® de repente, sino que se gest¨® a lo largo de muchos viajes. Aprovechaba sus clases de Arquitectura durante el curso para poder irse durante las vacaciones muy lejos, al otro lado del mundo, todo lo lejos que ¨¦l entend¨ªa que se encontraban otras culturas, otras formas de entender el mundo, otros modos de vivirlo. Durante sus viajes, se met¨ªa de lleno en la construcci¨®n y en experiencias de voluntariado que, poco a poco, fueron esculpiendo la motivaci¨®n interior con la que ¨¦l verdaderamente se sent¨ªa identificado. Uno no siempre sabe d¨®nde est¨¢ la persona que quiere ser, pero hay veces que la encuentra y, entonces, ya no hay forma de volver atr¨¢s.
Los problemas del agua
Cuando es algo habitual, caemos en el error de pensar que el agua solo es agua. No vemos, y ni siquiera intuimos, que para muchos millones de mujeres y ni?os significa m¨¢s de tres horas de trayecto diario que les impiden hacer otras cosas imprescindibles como ir a la escuela o que les exponen a peligros tan tristemente cotidianos como estructurales (las agresiones sexuales). No vemos que la falta de agua arruina las cosechas de pa¨ªses enteros y llena de hambre los est¨®magos vac¨ªos. No vemos las heridas que nunca se limpian, los min¨²sculos microbios que campan a sus anchas por estanques y charcos y que acabar¨¢n convirti¨¦ndose en enfermedades mortales. Cada d¨ªa mueren cerca de mil ni?os menores de cinco a?os a causa de las diarreas provocadas por las malas condiciones del agua, saneamiento e higiene.
En todo el mundo, 748 millones de personas tienen serios problemas para acceder al agua. Una cantidad que es como toda la poblaci¨®n de Europa¡ pero, claro, no est¨¢n en Europa. Es una de cada diez personas en el mundo¡ pero, claro, no las conocemos. El problema de las cifras es siempre el mismo: que no tienen nombre, ni padres, ni recuerdos, ni hermanos, ni infancias, ni futuro.
En uno de sus viajes, Antonio lleg¨® a la regi¨®n de Afar, en Etiop¨ªa, una de las zonas m¨¢s c¨¢lidas y ¨¢ridas del mundo. Afar es tambi¨¦n el lugar donde se encontraron los restos m¨¢s antiguos del hombre actual. Etiop¨ªa es realmente un mundo aparte en todos los sentidos, cuna de civilizaciones, de paisajes y tradiciones y uno de los pa¨ªses con la historia m¨¢s rica del mundo (a los et¨ªopes les encanta hablar con orgullo de sus haza?as hist¨®ricas). All¨ª estaban ayudando a construir un quir¨®fano en un hospital y, cada d¨ªa, llegaba un mont¨®n de gente con problemas sanitarios que compart¨ªan, de un modo u otro, una relaci¨®n directa o indirecta con la falta de agua. ¡°Recuerdo una pareja de ancianos. El hombre ven¨ªa con la pierna absolutamente gangrenada y necesitaba que se la amputasen¡±, cuenta Antonio. ¡°En realidad, en origen el problema era solo una herida, pero al no tener agua para limpiarla, con el tiempo hab¨ªa degenerado tanto que ese hombre iba a perder su pierna¡±.
Ocurre con las cifras que cuando conoces de cerca una de las historias que esconden, ya nunca vuelve a ser una cifra. Le ocurri¨® a Antonio, que los n¨²meros pasaron a ser nombres, a ser ni?os, ancianos, mujeres, el futuro. Y pas¨® que para Antonio el agua empez¨® a convertirse en una obsesi¨®n. ¡°Poco a poco te vas metiendo en la rueda del agua, en todo lo que significa, y luego ya es muy dif¨ªcil escaparte¡±, trata de justificar ¨¦l.
Coherencia en medio de la competitividad
Despu¨¦s de aquel camino sin retorno al universo del agua seguir¨ªan otros tres viajes a Etiop¨ªa, de los que Antonio ya volvi¨® siendo distinto. Una tarde de cumplea?os, ¨¦l y su amigo de la infancia, Pablo Urbano, se entusiasmaron con la idea de crear una empresa social que les permitiese llevar agua a puntos del planeta donde no tienen acceso. ¡°En aquel momento, montar una empresa social nos pareci¨® lo m¨¢s coherente y lo m¨¢s f¨¢cil para conseguir lo que quer¨ªamos hacer. Quiz¨¢s si no nos hubiera sobrado ingenuidad, hoy Auara no ser¨ªa una realidad¡±.
Y as¨ª, sin miedos, sin filtros, y quiz¨¢s sin consciencia, se lanzaron a vender agua en el que probablemente sea el sector m¨¢s competitivo del mercado del consumo. ¡°En todos los sitios a los que nos present¨¢bamos nos echaban para atr¨¢s. Tardamos m¨¢s de dos a?os en vender la primera botella y ah¨ª todav¨ªa fuimos m¨¢s conscientes todav¨ªa de lo dif¨ªcil que era este mercado en el que compiten las multinacionales m¨¢s grandes¡±.
Auara, que en am¨¢rico (el idioma oficial mayoritario en Etiop¨ªa) significa tormenta de arena, lleg¨® al mercado para romper las reglas. Como empresa social, el 100% de los dividendos que generan con la venta de las botellas de agua se destinan a proyectos para llevar agua adonde las personas no tienen acceso. ¡°El planteamiento no fue montar una empresa para vender botellas de agua, sino vender botellas para lograr llevarla donde hace falta¡±.
Pero, al reto del mercado competitivo, ellos a?adieron sin dudarlo el de que la coherencia absoluta atravesase toda su actividad. ¡°No puedes tratar de solucionar un problema favoreciendo otro m¨¢s grande¡±, resume Antonio. El agua de sus botellas procede de Los Barrancos, en Le¨®n y, para reducir el impacto ambiental, los envases se producen en Espa?a con un 100% de pl¨¢stico (PET) reciclado, que no proviene del petr¨®leo sino de reciclar otras botellas. Es la primera marca de agua que emplea este tipo de envases reciclados. Para optimizar el transporte, el dise?o de las botellas es cuadrado, lo que permite ahorrar hasta un 20% de espacios en cada pal¨¦.
El poder extraordinario de los gestos cotidianos
Ese mismo rigor y coherencia que buscan para competir lo buscan tambi¨¦n en los proyectos de agua y saneamiento que desarrollan. ¡°Trabajamos siempre con socios locales que seleccionamos con mucho empe?o y nos aseguramos de que tienen un impacto real, son transparentes y, sobre todo, tienen un seguimiento en el largo plazo¡±. Buscan la implicaci¨®n absoluta de la comunidad local, que sean sus miembros los que perciban como necesario el proyecto y que, por tanto, entiendan la necesidad de cuidarlo. ¡°Nosotros nos comprometemos a hacer un seguimiento de cada infraestructura durante cinco a?os porque, si construyes un pozo y despu¨¦s se estropea y nadie lo soluciona, generas un problema mayor del que hab¨ªas solucionado¡±.
A d¨ªa de hoy ya han conseguido llevar m¨¢s de 13 millones de litros de agua a trav¨¦s de 37 proyectos en 15 pa¨ªses del mundo (la gran mayor¨ªa en ?frica). No conocen sus nombres pero, para ellos, cada una de las 24.000 personas que se han beneficiado de los proyectos son igual de importantes que las que han elegido comprar una botella de agua para colaborar con el cambio. ¡°Cuando voy por la calle y veo que alguien lleva una botella de Auara me dan ganas de darle un abrazo¡±, reconoce Antonio.
Pero con Auara no buscan solo responder a la necesidad de agua que tiene la poblaci¨®n mundial y que en algunos lugares es mucho m¨¢s dif¨ªcil de satisfacer, sino que tambi¨¦n sienten que ofrecen una opci¨®n (entre muchas otras) a esa otra necesidad tan humana de actuar y de hacer algo para cambiar las cosas.
¡°Queremos convertir un acto tan cotidiano como beber agua en un acto extraordinario. Creemos que la forma m¨¢s f¨¢cil que tenemos las personas de poder influir en nuestro mundo est¨¢ en lo que consumimos y en los valores que hay detr¨¢s¡±, concluye Antonio Espinosa.
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Contenido adaptado del v¨ªdeo de Antonio
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La falta de agua potable afecta a m¨¢s de 700 millones de personas, la mayor pobreza del mundo. Antonio Espinosa decidi¨® invertir todo su esfuerzo en la creaci¨®n de una empresa social que dedica el 100% de los beneficios al desarrollo de proyectos de acceso al agua potable. Hoy, Auara es un agua embotellada espa?ola que cambia el mundo, y ha abierto pozos en m¨¢s de 15 pa¨ªses.
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Para m¨ª, la arquitectura era el trabajo que yo quer¨ªa hacer, me gustaban muchos los rascacielos cuando era peque?o, no s¨¦, lo ve¨ªa como una responsabilidad muy grande porque luego es el paisaje que ve la gente.
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Tuve la oportunidad de irme a Etiop¨ªa; estuve un mes ayudando en la construcci¨®n de un hospital, en la regi¨®n m¨¢s pobre del pa¨ªs. Fui m¨¢s con la inquietud t¨¦cnica, quer¨ªa conocer c¨®mo era un proyecto, una obra por dentro. All¨ª me di cuenta de que la gente ten¨ªa muchas pobrezas materiales, pero la pobreza m¨¢s grande que exist¨ªa, la pobreza m¨¢s terrible que hab¨ªa, era la falta de agua.
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Hab¨ªa muchos problemas de malnutrici¨®n, problemas estomacales, por beber agua contaminado, unas heridas terribles porque estaban infectadas porque no ten¨ªan higiene en casa para lavarse. Ah¨ª tuve un poco el clic, ?no?, el decir, el agua es como la base de la vida y es lo m¨¢s necesario. La locura es que en el mundo hay 700 millones de personas que no tienen acceso a agua potable, as¨ª que decid¨ª que quer¨ªa dedicar mi vida a trabajar para intentar solucionar y luchar contra este problema.
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Montamos una empresa social para llevar agua potable a estos lugares, era una relaci¨®n conceptual muy directa: yo bebiendo agua aqu¨ª ayudo a que otra persona pueda tener agua en otro lugar del mundo.
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Estamos llevando agua potable a m¨¢s de 24.000 personas y hemos llevado saneamiento a casi 2.000 ya. No se trata solo de construir un pozo, de hacer una infraestructura, sino de que eso tenga impacto en el largo plazo y sea sostenible. Necesitamos que la gente conozca esto y hable de ello, ?no?, pues el boca a boca, y el Facebook a Facebook, y el Instagram a Instagram, funcionan muy bien.
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Yo no dejo nunca de sorprenderme cuando voy por la calle y veo a alguien que lleva una botella de Auara en la mano; me dan ganas de darle un abrazo y muchas veces la gente flipa porque me acerco a alguien que va con su botella y le hago un comentario, le digo algo, le doy las gracias o le digo ¡°Oye, esa botella que llevas es muy especial¡±.
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Al final, el concepto detr¨¢s de Auara no es tanto una botella de agua, una marca de agua, sino introducir lo extraordinario en lo cotidiano.
Este contenido ha sido elaborado por Yoigo.