Si la historia de Gema te ha hecho pensar y t¨² tambi¨¦n quieres ayudar a esta causa para cambiar el mundo
Ahora, durante las rebajas, los zapatos de los que te encaprichaste hace unos meses tienen descuento, puedes adquirir un abrigo extra a mitad de precio y resulta complicado no caer en la tentaci¨®n de comprar esos pantalones tan baratos aunque sepas que jam¨¢s se convertir¨¢n en tus favoritos. Los productos abaratados que pasan de las tiendas a nuestros armarios durante el periodo de rebajas son una ¨ªnfima parte de las 100.000 millones de prendas que se producen cada a?o en el mundo, una abrumadora cifra que debe su origen a la expansi¨®n de la fast fashion o ultra fast fashion. Es el modelo que ha convertido a la industria de la moda en la segunda m¨¢s contaminante del planeta despu¨¦s del petr¨®leo y para la que Gema G¨®mez, experta en moda sostenible, ofrece alternativas.
Teniendo en cuenta los recursos que fueron necesarios para obtener los materiales que componen las prendas, la mano de obra para confeccionarlas y el coste medioambiental del transporte para hacerlas llegar hasta las tiendas, el precio de las etiquetas no atiende a la l¨®gica y cada vez son m¨¢s personas las que se plantean la misma reflexi¨®n: si la ropa es tan barata, debe haber alg¨²n error en la cadena y al precio que marca la etiqueta hemos de a?adir el coste medioambiental. Como consecuencia, una nueva conciencia parece despertar lentamente entre los profesionales del sector a los que Gema siempre est¨¢ dispuesta a asesorar: ¡°La moda ser¨¢ sostenible, o no ser¨¢¡±, asevera.
Seg¨²n explica la experta, el modelo a¨²n imperante ¡°provoca un ritmo de consumo muy r¨¢pido en las tiendas. Hay una especie de ansiedad de compra¡±, que adem¨¢s se acent¨²a con los porcentajes que marcan los precios decrecientes. En la actualidad, apenas pasan dos semanas desde el dise?o de la prenda hasta que esta aparece en las tiendas, algunas marcas lanzan 20 colecciones al a?o y existen comercios online que llegan a ofrecer mil nuevos productos diferentes cada mes. Seg¨²n indica Gema, adem¨¢s de los excedentes de las colecciones pasadas, tambi¨¦n encontramos prendas creadas espec¨ªficamente para su venta durante las rebajas. Muchas de las que no se vendan ser¨¢n destruidas sin estrenar.
Tan solo en Espa?a, cada a?o tiramos a la basura el equivalente al peso de 45.000 coches medianos en ropa y la mayor¨ªa olvidamos preguntarnos qui¨¦n hizo nuestras prendas ni bajo qu¨¦ condiciones laborales pero, desde su punto de vista, ¡°este modelo est¨¢ empezando a dar coletazos¡±. En los ¨²ltimos a?os, muchos consumidores han cambiado sus h¨¢bitos, preocup¨¢ndose por ajustarse a lo que necesitan y teniendo en cuenta la sostenibilidad a todos los niveles, pero a¨²n queda mucho por hacer a la hora de transformar la industria: ¡°Ya se ha concienciado; ahora toca dar una vuelta de tuerca y ponerse manos a la obra. Basta de palabras. Es hora de una aut¨¦ntica regeneraci¨®n¡±.
Para Gema, la clave est¨¢ en no confundir la eficiencia con la verdadera sostenibilidad: ¡°Es cierto que las grandes empresas textiles empiezan a preocuparse por utilizar menos qu¨ªmicos, menos materiales e, incluso, menos personas. Pero eso no significa ser m¨¢s sostenible, sino ser m¨¢s eficientes. Para alcanzar la sostenibilidad es necesaria una regeneraci¨®n optando por unos materiales y una producci¨®n de proximidad y poniendo el foco en aportar soluciones al impacto negativo que ya se ha generado en el planeta¡±. Su objetivo no es tener m¨¢s clientes, sino que cada vez haya m¨¢s fans de la moda hecha a fuego lento.
Un directorio de marcas responsables
Su consejo para las rebajas es tener siempre en mente la durabilidad y funcionalidad de cada prenda, poner atenci¨®n a los tejidos y recordar que ¡°votamos con nuestro dinero. Cada compra es tambi¨¦n un acto pol¨ªtico¡±. Ella viste una chaqueta en cuya etiqueta no encontrar¨ªamos las palabras Made in Bangladesh ni poli¨¦ster y su estilo aboga por la elegancia atemporal. Adem¨¢s de comercializar tejidos naturales a trav¨¦s de su marca B2Fabric, Gema es la fundadora de Slow Fashion Next, la plataforma desde la que proporciona formaci¨®n para inculcar valores de sostenibilidad en la moda e impulsa un directorio con m¨¢s de 120 marcas responsables con el planeta. Cree firmemente que un modelo alternativo es posible y necesario: ¡°Slow Fashion te propone que no se necesita tanto. Lo que importa es lo que esa empresa est¨¢ solucionando a trav¨¦s de su cadena de valor, y lo llamamos as¨ª porque es una cadena en la que todos ganan¡±.
En la mesa de su despacho hay un libro m¨¢s desgastado que el resto y subrayado hasta la saciedad: es Econom¨ªa rosquilla, de la brit¨¢nica Kate Raworth, cuyo foco se encuentra en el agujero central sobre el que gira la econom¨ªa circular, representando as¨ª las carencias de bienes b¨¢sicos que sufren muchas personas y cuya cobertura deber¨ªa convertirse en la prioridad. Entre las p¨¢ginas de este libro Gema encontr¨® la hoja de ruta con la que dar un giro a la moda y contribuir a solucionar la desbaratada econom¨ªa actual. ¡°?El planeta es finito o infinito?¡±, se pregunta en ¨¦l, a sabiendas de que la respuesta no encaja con el modelo actual. ¡°El planeta es finito, entonces tendremos que crear cosas que est¨¦n dentro de los l¨ªmites del planeta (...) Me gustar¨ªa ver una industria que nos cuida a nosotros, que cuida a nuestros hijos, que cuida a los trabajadores. Estamos en el siglo XXI y no es necesario tener tanto. Se pueden crear empresas mucho m¨¢s razonables, m¨¢s sensatas, m¨¢s distributivas, que generen beneficios para todos¡±.
Adem¨¢s de Slow Fashion Next, Gema G¨®mez coordina junto con Alejandra de Cabanyes el movimiento Fashion Revolution en Espa?a, sirviendo de enlace entre profesionales del sector que persiguen unidos el sue?o de una revoluci¨®n pac¨ªfica: ¡°Amamos la moda pero no queremos que nuestra ropa explote a las personas o destruya nuestro planeta¡±, dicta su manifiesto. El movimiento mundial del que es embajadora surgi¨® a ra¨ªz del derrumbamiento en 2013 del Rana Plaza, el edificio que albergaba cinco f¨¢bricas textiles en Banglad¨¦s y que acab¨® con la vida de 1.134 personas. El desastre expuso a la luz p¨²blica la cara oculta de la moda y el mundo conoci¨® con estupor el verdadero rostro de la ropa de bajo coste. Pero, por aquel entonces, Gema ya era consciente del nocivo engranaje de la moda r¨¢pida: hab¨ªa formado parte del mismo.
Un futuro sostenible
Fue durante los viajes a Asia como empleada en una gran empresa textil cuando empez¨® a intuir que algo no iba bien. Algunos compa?eros aconsejaban ¡°no visitar ciertas f¨¢bricas porque hab¨ªan visto ni?os trabajando¡± y en los traslados observaba ¡°r¨ªos llenos de espuma¡± ti?¨¦ndose con los colores de temporada que unas semanas m¨¢s tarde predominar¨ªan en los escaparates. Los informes de Greenpeace acabaron por confirmar sus sospechas: ¡°Ah¨ª es cuando yo empiezo a entender realmente el sector en el que estoy¡±, recuerda Gema. ¡°No ten¨ªa nada que ver conmigo ni con mis valores y yo no quer¨ªa formar parte de eso¡±.
Cambio clim¨¢tico, explotaci¨®n laboral, las llamadas ciudades del c¨¢ncer e incluso la desaparici¨®n de las abejas; la creadora de Slow Fashion Next enumera con datos concretos los efectos del fast fashion. Sin embargo, ella nunca dej¨® de amar la moda y, a pesar de las cifras que arroja como pu?ales, no est¨¢ en contra de comprar ropa, ni mucho menos. Es justamente su profunda pasi¨®n por la moda lo que le proporcion¨® el impulso para recuperar su esencia: ¡°La moda es una expresi¨®n cultural y social que tiene que representar lo que somos como cultura y como sociedad. Y si somos una camisa de pl¨¢stico, yo no quiero ser eso. Yo prefiero ser otra cosa¡±.
Cada vez son m¨¢s los profesionales que, demostrando su creatividad y talento, ofrecen innovadoras alternativas a la moda r¨¢pida y es ese el camino sobre el que Gema dirige la mirada.Tiene claro que el futuro de las nuevas generaciones ser¨¢ sostenible y como ejemplo, antes de despedirnos, se?ala con entusiasmo el movimiento contra el cambio clim¨¢tico Fridays for Future impulsado por la joven activista Greta Thunberg. Gema nos recuerda que ¡°el poder hoy en d¨ªa, mucho m¨¢s que en votar, est¨¢ en los modelos de negocio que apoyamos con nuestra compra. Eso es lo que realmente cambia las cosas¡±. La slow fashion est¨¢ de moda y la reflexi¨®n sobre nuestro consumo es m¨¢s urgente que nunca.
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Contenido adaptado v¨ªdeo de Gema
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Anualmente se producen 100.000 millones de prendas en el mundo. Como alternativa a la fast fashion, Gema G¨®mez cre¨® Slow Fashion Next. Ofrecen formaci¨®n en moda sostenible y un directorio de 120 marcas responsables.
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Tengo recuerdos de muy peque?ita de jugar con las mu?ecas y vestirlas, de estar haci¨¦ndoles faldas, adem¨¢s faldas como muy grandes.
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Con 23 a?os quer¨ªa hacer algo que fuera creativo pero que al mismo tiempo pudiera ser una profesi¨®n, y la moda cubr¨ªa un poco esas dos cosas. Y me decid¨ª por ir a Par¨ªs.
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Me encantaba dise?ar, me encantaba aquel mundo de creatividad, de dibujos, de colorido¡ A m¨ª lo que hac¨ªa me apasionaba. Pero, claro, cuando empezamos a viajar m¨¢s a las f¨¢bricas, empec¨¦ a descubrir lo que hab¨ªa detr¨¢s, es que no pod¨ªa estar ah¨ª.
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Hay ni?os trabajando, un ni?o no tiene que estar trabajando. Y, por ejemplo, ves un r¨ªo y es un r¨ªo lleno de espuma. En la f¨¢brica te traen la comida y t¨² dices: ¡°Dios m¨ªo, si este pez viene de ese r¨ªo, lo que estoy comiendo no puede ser muy bueno¡±.
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Estas empresas iban all¨ª de una manera muy prepotente, me horrorizaba la manera en la que les trataban. No podemos funcionar as¨ª. A m¨ª aquello me sobrepasaba, no ten¨ªa nada que ver conmigo o con mis valores.
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Decid¨ª aportar mi granito de arena y as¨ª cre¨¦ Slow Fashion Next, con el objetivo claro de formar en moda sostenible para toda la industria, para el sector.
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El modelo actual, el modelo fast fashion que se llama, se basa en el crecimiento infinito. El planeta es finito, entonces tendremos que crear cosas que est¨¦n dentro de los l¨ªmites del planeta.
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Para producir los 250 gramos de una camiseta se necesitan 2.700 litros de agua, que es lo que m¨¢s o menos bebe una persona en tres a?os; una locura. Y encima, saber que para que yo me ponga 15 de esas camisetas hay una ni?a sin educaci¨®n, explotada al otro lado del mundo, y que su vida va a ser eso, no me interesa.
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La moda es una expresi¨®n, al final, cultural y social, y tiene que representar lo que somos como cultura y como sociedad. Yo creo que las prendas tienen que ser bonitas por fuera y por dentro.
Este contenido ha sido elaborado por Yoigo.