Si la historia de Elena te ha hecho pensar y t¨² tambi¨¦n quieres ayudar a esta causa para cambiar el mundo
Esta funci¨®n, tan real y prodigiosa como la vida misma, comienza en la antigua c¨¢rcel de Yeser¨ªas y contin¨²a en sus ensayos en el Centro Penitenciario Madrid I Mujeres de Alcal¨¢ Meco. Es la historia de una funcionaria que consigue que mujeres encarceladas vuelvan a mirar a la vida de frente provocando m¨²ltiples metamorfosis. La protagonista logra que las reclusas viajen en avi¨®n para interpretar sus creaciones en el extranjero, que cosechen un sinf¨ªn de premios y ovaciones e incluso que lleguen a desayunar junto a Gorbachov y el Dalai Lama en el contexto del F¨®rum de las Culturas. La obra se titula Yeses y gracias al reparto, encabezado por Elena C¨¢novas, es pura realidad. Ella no es actriz, sino la directora de la compa?¨ªa de teatro que saca la prisi¨®n a escena para que las internas pisen con firmeza todas las tablas que les presente el destino y que el resto, como espectadores, recordemos que el talego es parte de la sociedad.
En el primer acto de su biograf¨ªa, Elena C¨¢novas recibi¨® un uniforme, un manojo de llaves y un m¨®dulo a custodiar. Su cometido: recuentos y cacheos, la obligaci¨®n de imponer la autoridad. Se hab¨ªa convertido en guardiana de ese h¨¢bitat artificial donde el sonido de los cerrojos y la omnipresente megafon¨ªa impone el ritmo de la vida en cautiverio. A los 23 a?os, reci¨¦n divorciada, con dos ni?as a su cargo y un t¨ªtulo de asistente social bajo el brazo, acababa de obtener una plaza como funcionaria de prisiones. Hu¨ªa de los trabajos de oficina que consideraba asfixiantes pero, al entrar en la c¨¢rcel de mujeres de Yeser¨ªas, no encontr¨® el ox¨ªgeno que esperaba respirar.
La Ley General Penitenciaria de 1979, que Elena se?ala como ¡°una de las m¨¢s progresistas del mundo¡±, acababa de estrenarse. Lleg¨® a la c¨¢rcel pensando en ¡°cumplir el mandato constitucional que en el art¨ªculo 25 dice que, en las penas privativas de libertad, el fin primordial es la reinserci¨®n social¡±. Ahora, achaca a su anterior ingenuidad aquella visi¨®n idealista que hab¨ªa construido para su profesi¨®n. En realidad, ¡°todo era muy desolador y muy poco proclive para la reinserci¨®n¡±. Se encontr¨® a s¨ª misma en un ambiente inh¨®spito donde ¡°la seguridad empa?aba todo¡±.
La encarnaci¨®n de un personaje poli¨¦drico
La rigidez que encontr¨® en la c¨¢rcel no iba con aquella joven inconformista que deseaba contagiar a las reclusas su entusiasmo por la vida: ¡°Ten¨ªa que establecer una distancia con la interna que me dol¨ªa profundamente porque yo quer¨ªa tambi¨¦n realizarme en mi trabajo. Entonces me di cuenta de que me hab¨ªa equivocado¡±. En busca de un giro argumental en la trama, rescat¨® la pasi¨®n por el teatro que le hab¨ªa inculcado su profesora de literatura. Aquella docente y actriz frustrada de la ni?ez hab¨ªa puesto en ella la semilla que, contra todo pron¨®stico, estaba a punto de florecer en un tiesto de hormig¨®n y concertinas. Nuestra protagonista super¨® las pruebas para entrar en la Real Escuela Superior de Arte Dram¨¢tico (Resad) y nuevas ra¨ªces brotaron para su personaje. ¡°A partir de ah¨ª, cambi¨® mi vida¡±, afirma Elena. Lo que no sab¨ªa es que el teatro ser¨ªa tambi¨¦n el bal¨®n de ox¨ªgeno con el que insuflar vida en la biograf¨ªa de m¨¢s de 700 mujeres condenadas durante su paso por prisi¨®n. En este segundo acto, Yeses estaba a punto de entrar en escena.
Como tel¨®n de fondo, las s¨¢banas que vest¨ªan las camas de las celdas y para el escenario, dibujos sobre rollos de papel manila. En 1985, cuando puso en marcha el proyecto, nadie imaginaba que aquel grupo de presas dirigido por Elena llegar¨ªa a salir del furg¨®n para encaminarse al escenario sin esposas, que viajar¨ªa a Berl¨ªn llevando la metadona de una de las int¨¦rpretes en el avi¨®n, ni que conseguir¨ªa profesionalizar la compa?¨ªa ampliando el reparto con actores profesionales y hasta con un agente de polic¨ªa interpret¨¢ndose a s¨ª mismo encima del escenario. La frase de Elena ¡°no se os ocurra marcharos porque hac¨¦is polvo al grupo¡± siempre funcion¨® y, a pesar de las oportunidades, jam¨¢s una actriz Yeses se dio a la fuga. El premio Dionisos otorgado por la Unesco, el galard¨®n de la Uni¨®n de Actores con el que compa?eros de profesi¨®n reconocieron su andadura y el prestigioso Premio Max que obtendr¨ªan en 2017 ser¨ªan inesperadas sorpresas a¨²n por llegar.
Fueron los propios profesores de la Resad quienes animaron a C¨¢novas a plantarse ante la directora del centro penitenciario para proponerle la creaci¨®n de un taller de teatro. A diferencia de los compa?eros que observaba en las clases de arte dram¨¢tico, aquellas mujeres ¡°hab¨ªan vivido¡±. Contaban con el bagaje de haber experimentado ¡°vivencias antes de tiempo muy al l¨ªmite que pod¨ªan aportar a sus personajes¡±. Muchas de ellas eran chicas de su misma edad a las que la vida les hab¨ªa asignado roles abocados a finales infelices, pero que a trav¨¦s del teatro pod¨ªan hacerse con herramientas indispensables para su retorno al tejido social.
El poder transformador del teatro
Independientemente del delito cometido, las reclusas a su cargo cumpl¨ªan condena por no haber sabido convivir. La mayor parte de las chicas Yeses no hab¨ªan recibido una educaci¨®n con la que desarrollar sus aptitudes, carec¨ªan del apoyo de un contexto familiar s¨®lido y sus vidas estaban marcadas por la pobreza o la drogadicci¨®n. La c¨¢rcel deb¨ªa propiciar ese espacio donde volver a aprender a vivir en sociedad: ¡°Son personas desprovistas de los medios que hemos tenido la mayor¨ªa y hay que aprovechar el tiempo de la c¨¢rcel para d¨¢rselos, para que sea constructivo¡±. Para Elena, ¡°el castigo es la privaci¨®n de libertad¡± y el tiempo impuesto en la pena debe suponer un antes y un despu¨¦s: ¡°Ese tiempo se ten¨ªa que convertir en uno de aprendizaje y de enriquecimiento¡±, algo que para Elena ¡°es una deuda que tiene la sociedad tambi¨¦n con ellas¡±.
El teatro no solo representa un espacio de libertad e intimidad donde crear y olvidar su cautiverio, sino tambi¨¦n un reto donde enfrentarse al crecimiento individual y colectivo, a la autodisciplina y al aprendizaje del respeto por la convivencia. A diferencia de la vida, aqu¨ª s¨ª se permiten ensayos y los errores cometidos pueden convertirse en recursos para representar lo humano desde la verdad. Tras pasar por Yeses, las reclusas ¡°son chicas totalmente distintas¡± porque adquieren ¡°conciencia de s¨ª mismas, de su dignidad, de que pueden luchar en la vida¡±. Casi todas comparten ¡°un sentimiento de injusticia sufrida¡± y por eso, a trav¨¦s de los textos dram¨¢ticos, algunos como Mal baj¨ªo creados por ellas mismas desde prisi¨®n, ¡°denuncian las actitudes machistas, pelean la igualdad y son obras que siempre est¨¢n cargadas de un mensaje de lucha por la justicia social¡±.
En palabras de Lorca: ¡°El teatro es una escuela de llanto y de risa, y una tribuna libre donde los hombres pueden poner en evidencia morales viejas o equ¨ªvocas, y explicar con ejemplos vivos normas eternas del coraz¨®n y del sentimiento¡±. En esa escuela de vida, Elena y las Yeses encontraron un potente revulsivo contra la exclusi¨®n y cada vez que suben a la tribuna, ponen en evidencia verdades a las que prestar una renovada atenci¨®n. Como indica la dama del teatro que encontr¨® en las penadas una familia de amigas: ¡°Solo nos acordamos de las c¨¢rceles cuando un amigo o un familiar tiene la mala suerte de pasar por all¨ª. Si no, las prisiones son un ap¨¦ndice del que no queremos saber nada¡±.
Para ilustrar la marginalizaci¨®n a¨²n presente, Elena recuerda le etimolog¨ªa de la palabra con la que nos referimos en la calle a este espacio de vigilancia y castigo: ¡°El talego es un trozo de tela donde se meten cosas y luego se cierra. En ese sentido, las c¨¢rceles son lugares donde entran personas y se cierran tambi¨¦n; no sabemos nada de ellas¡±. Pero la esencia del teatro y su fin ¨²ltimo es el de mirar y ser mirado, y por eso, en este viaje de dos direcciones, tanto int¨¦rpretes como p¨²blico salen enriquecidos. Para muchas de las reclusas, Yeses ha supuesto ¡°una tabla de salvaci¨®n¡± y para los espectadores en libertad, un ant¨ªdoto contra la indiferencia. La magia ocurre en el parpadeo, en ese lapso de libertad entre la subida y bajada del tel¨®n que permite que todos podamos vivir muchas m¨¢s vidas.
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Contenido adaptado del v¨ªdeo de Elena
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El objetivo de las c¨¢rceles deber¨ªa ser la reinserci¨®n social. Elena C¨¢novas, funcionaria de prisiones, cre¨® la compa?¨ªa de teatro Yeses para que las presas se suban al escenario, recuperen las riendas de su vida y, desde la c¨¢rcel, abrir una ventana a la sociedad.
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Yo era una chica muy alegre. Estudi¨¦ la carrera de asistente social, que era una carrera nueva, porque me gustaba mucho la problem¨¢tica social; me gustaban las personas, la comunicaci¨®n¡
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Decido hacerme funcionaria de prisiones porque necesitaba trabajar y, de una manera yo creo que un tanto ingenua, sin mucho conocimiento de las c¨¢rceles, me parec¨ªa un reto muy interesante trabajar con los presos. Me imaginaba ya haciendo actividades y cuando ingres¨¦ all¨ª la realidad era bien distinta.
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Cuando llego a Yeser¨ªas me encuentro una c¨¢rcel dura, muy poco proclive para la reinserci¨®n social, esa es la verdad. Fue en ese momento cuando decid¨ª cambiar el rumbo de mi vida hacia algo que me hab¨ªa gustado siempre que es el teatro. Le propuse a la directora que estaba en ese momento crear un taller de teatro y lo admiti¨®. Lo comuniqu¨¦ a las internas y nos pusimos a esta aventura.
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Hay un antes y un despu¨¦s. Son chicas totalmente distintas. El teatro tiene esa fuerza, tiene esa fuerza transformadora y opera muy positivamente sobre su resocializaci¨®n.
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Ellas tienen que hacer los papeles masculinos hasta que dijimos: ¡°No, tenemos que ser como una compa?¨ªa de la calle, con la ¨²nica diferencia de que se ensaya en la c¨¢rcel¡±. Para eso hab¨ªa que meter actores que hicieran los papeles masculinos y eso fue otro proceso para profesionalizarnos. Es un grupo pionero porque hace ya muchos a?os fue capaz de romper, de saltar al mundo libre. Gracias a este trabajo hemos recibido varios reconocimientos, el m¨¢s importante, el premio Max.
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Yo creo que es una plataforma muy interesante la del teatro, porque el teatro es para mostrarlo y ver que las c¨¢rceles existen, que forman parte de la sociedad, que all¨ª hacemos cosas para la reinserci¨®n social, para el p¨²blico que lo ve, el p¨²blico libre, para que se sensibilice y que forma parte tambi¨¦n de esta sociedad.
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A m¨ª el teatro me cambi¨® la vida y a partir de ah¨ª creo que en su poder para cambiar a otras personas.
Este contenido ha sido elaborado por Yoigo.