¡°Quien no viva aqu¨ª no sabe lo que estamos pasando¡±: los efectos psicol¨®gicos de la cuarentena de Wuhan
Un 42% de los consultados en un estudio entre 18.000 ciudadanos chinos muestra s¨ªntomas de ansiedad
Lily, especialista en m¨¢rketing de 28 a?os, lleva 43 d¨ªas en su apartamento de Wuhan, desde que las autoridades bloquearon esa ciudad de 11 millones de habitantes para intentar poner coto a la epidemia de Covid-19. Desde entonces ha salido muy poco. Al principio, cuando se pod¨ªa, s¨ª se mov¨ªa algo m¨¢s, iba a las tiendas. Pero desde que la cuarentena se apret¨® en febrero, sacar la basura se ha convertido en la gran excursi¨®n cada dos o...
Lily, especialista en m¨¢rketing de 28 a?os, lleva 43 d¨ªas en su apartamento de Wuhan, desde que las autoridades bloquearon esa ciudad de 11 millones de habitantes para intentar poner coto a la epidemia de Covid-19. Desde entonces ha salido muy poco. Al principio, cuando se pod¨ªa, s¨ª se mov¨ªa algo m¨¢s, iba a las tiendas. Pero desde que la cuarentena se apret¨® en febrero, sacar la basura se ha convertido en la gran excursi¨®n cada dos o tres d¨ªas, y hacer la compra en la tienda de su urbanizaci¨®n, la aventura de la semana. No les permiten m¨¢s. Aun as¨ª, no le parec¨ªa que su vida o su estado de ¨¢nimo hubiera cambiado mucho: se considera una persona m¨¢s bien casera. Pero hace unos d¨ªas, mientras ve¨ªa las noticias en televisi¨®n, y sin saber por qu¨¦, rompi¨® a llorar. ¡°?ltimamente me noto cambios de humor bruscos¡±, admite.
Xiao Zhu, estudiante de 22 a?os tambi¨¦n recluido en la cuarentena de Wuhan en casa de sus padres, no ha salido del domicilio desde hace 50 d¨ªas. ¡°Al principio nos dejaban salir de la urbanizaci¨®n cada uno o dos d¨ªas para ir a comprar comida, pero entonces a m¨ª me daba demasiado miedo. Ahora ya eso no se puede hacer¡±. Ha empezado a aprender a cocinar, algo que nunca le hab¨ªa llamado la atenci¨®n. ¡°Necesito hacer algo¡±, explica. ¡°Me siento muy deprimido. Cada d¨ªa es lo mismo: comer, beber, jugar con el tel¨¦fono. No puedo pensar en nada, no puedo concentrarme. Solo me dejo llevar¡±.
Cambios s¨²bitos de humor. Depresi¨®n. Insomnio. Ira. Culpa. Son algunas de las consecuencias psicol¨®gicas de la larga cuarentena que viven Wuhan y su provincia de Hubei, con una poblaci¨®n total de unos 60 millones de personas, y de la limitaci¨®n de movimientos impuesta sobre otros cientos de millones de personas en el resto de China para atajar la propagaci¨®n del nuevo coronavirus.
La cuarentena de Hubei, comenzada s¨²bitamente el 23 de enero, ha representado un experimento social sin precedentes: aislar por completo a millones de personas en un mundo m¨¢s conectado que nunca. El procedimiento, contemplado inicialmente con escepticismo desde el exterior, parece arrojar resultados en una epidemia que en este pa¨ªs ha infectado a m¨¢s de 80.000 personas y causado la muerte a m¨¢s de 3.000. La propia OMS ha asegurado que el mundo tiene que aprender del ejemplo chino.
Este viernes, por primera vez, la provincia de Hubei no ha informado de nuevas infecciones fuera de Wuhan, donde los casos tambi¨¦n parecen remitir: la semana se cierra con menos de 130 casos nuevos, y fuera de Hubei los contagios recientes, seg¨²n las cifras oficiales, se han reducido a un pu?ado diario. La Comisi¨®n Nacional de Salud asegura que ya hay camas libres en Wuhan, cuando en su momento muchos enfermos tuvieron que regresar a sus casas sin diagn¨®stico ni tratamiento por falta de espacio.
Pero este experimento, y su ¨¦xito, no vienen exentos de un precio en la salud mental de sus protagonistas: los ciudadanos en cuarentena, los profesionales sanitarios y los propios enfermos.
¡°El impacto psicol¨®gico en este tipo de cuarentenas combina tres aspectos: el miedo a una nueva enfermedad que la gente a¨²n no entiende; el confinamiento prolongado y el estigma social¡±Profesor Chee Ng, catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa de la Universidad de Melbourne
Un estudio de la Sociedad China de Psicolog¨ªa encontr¨® en febrero que un 42,6% de 18.000 ciudadanos chinos analizados dieron s¨ªntomas de ansiedad relacionada con el coronavirus. Un 16,6% de 14.000 examinados mostraron indicios de depresi¨®n en distintos niveles de gravedad.
¡°El impacto psicol¨®gico en este tipo de cuarentenas combina tres aspectos: el miedo a una nueva enfermedad que la gente a¨²n no entiende; el confinamiento prolongado y el estigma social¡±, apunta en un v¨ªdeo conferencia el profesor Chee Ng, catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa en la Universidad de Melbourne.
El confinamiento dentro de la vivienda, con lo que ello conlleva de p¨¦rdida de la rutina y las actividades diarias, tambi¨¦n ¡°puede llevar al aburrimiento, la frustraci¨®n y una sensaci¨®n de aislamiento¡±, agrega Ng. Son sentimientos que se agravan si la estabilidad financiera se ve en peligro por el encierro, o por informaci¨®n imprecisa. Tambi¨¦n por el miedo al contagio, o a que se contagien seres queridos. Por ¨²ltimo, el estigma -¡°muy prevaleciente¡±- puede afectar a la autoestima, el estatus social o incluso a la p¨¦rdida del trabajo.
Una revisi¨®n de 24 estudios sobre la psicolog¨ªa de las cuarentenas, compilada por cient¨ªficos del Departamento de Medicina Psicol¨®gica del King¡¯s College y publicada por la revista The Lancet, recomienda que los confinamientos se mantengan lo m¨¢s cortos posibles, sin prorrogarlos. ¡°Las cuarentenas m¨¢s largas se asocian a resultados psicol¨®gicos peores¡±, apuntan los expertos. ¡°A quienes est¨¢n en cuarentena, una prolongaci¨®n, por peque?a que sea, es probable que les agrave el sentimiento de frustraci¨®n y desmoralizaci¨®n¡±, precisan.
En casos como el de Wuhan u otras ciudades donde el bloqueo se ha impuesto indefinidamente, la medida ¡°puede ser m¨¢s perjudicial que medidas de cuarentena aplicadas estrictamente y limitadas al periodo de incubaci¨®n¡±, se?alan.
En China, la Comisi¨®n Nacional de la Salud ha dado instrucciones a las autoridades locales para que respondan a las necesidades psicol¨®gicas de los afectados por la epidemia, y ha lanzado servicios de asesoramiento mental por tel¨¦fono y a trav¨¦s de Internet, para llegar a los confinados por la cuarentena.
Adem¨¢s, seg¨²n los medios estatales chinos, m¨¢s de 300 universidades, centros m¨¦dicos y ONG han lanzado sus propios tel¨¦fonos de asistencia psicol¨®gica, operativos las 24 horas del d¨ªa.
Aunque la salud mental en China a¨²n sigue siendo un tab¨², y no es f¨¢cil que alguien admita su necesidad de recibir servicios psicol¨®gicos: es un paso que puede generar reacciones de rechazo en su entorno. Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), China solo tiene 2,2 psiquiatras por cada 100.000 personas.
Ni Xiao Zhu ni Lily han pensado en ning¨²n momento de su encierro en pedir asesoramiento sobre salud mental. El estudiante se entretiene con sus creaciones culinarias y la especialista en marketing, con las redes sociales. Aunque Lily puntualiza que cuando la cuarentena acabe, ¡°mi visi¨®n de la gente ya no ser¨¢ igual¡±.
¡°Los que no est¨¢n aqu¨ª y no lo viven no pueden entender por lo que estamos pasando. Algunos amigos se preocupan por m¨ª, me preguntan si pueden ayudar con cosas pr¨¢cticas. Otros me hablan como si no pasara nada¡±, cuenta la mujer.