La Justicia australiana anula la condena del cardenal George Pell por abuso sexual contra dos menores
El extesorero del Vaticano sale de la c¨¢rcel despu¨¦s de que el m¨¢ximo tribunal australiano admitiera su apelaci¨®n
El cardenal George Pell, el alto cargo de mayor rango del Vaticano jam¨¢s condenado por abusos sexuales, ha sido absuelto este martes de la pena de seis a?os de prisi¨®n que le hab¨ªa impuesto un tribunal australiano. La m¨¢xima instancia judicial de ese pa¨ªs ha anulado este martes la condena a seis a?os de prisi¨®n impuesta contra el prelado australiano, extesorero del Vaticano, por abusos cometidos contra dos menores en los a?os 90. Despu¨¦s de dos resoluciones y un recurso, el Tribunal Superior ha fallado que existi¨® la ¡°posibilidad significa...
El cardenal George Pell, el alto cargo de mayor rango del Vaticano jam¨¢s condenado por abusos sexuales, ha sido absuelto este martes de la pena de seis a?os de prisi¨®n que le hab¨ªa impuesto un tribunal australiano. La m¨¢xima instancia judicial de ese pa¨ªs ha anulado este martes la condena a seis a?os de prisi¨®n impuesta contra el prelado australiano, extesorero del Vaticano, por abusos cometidos contra dos menores en los a?os 90. Despu¨¦s de dos resoluciones y un recurso, el Tribunal Superior ha fallado que existi¨® la ¡°posibilidad significativa de que una persona inocente haya sido condenada porque las pruebas no establecieron la culpabilidad con el nivel probatorio requerido¡±. Pell ya abandon¨® la prisi¨®n de Barwon para instalarse en una instituci¨®n religiosa en Melbourne.
El Vaticano nunca crey¨® en la culpabilidad de a quien Francisco convirti¨® en superministro de finanzas cuando comenz¨® su Pontificado y algo as¨ª como tercero de la c¨²pula de la Santa Sede. Cuando fue llamado a declarar, en junio de 2017, el Papa le concedi¨® una suerte de permiso extraordinario para que viajase a Australia a ¡°defender su inocencia¡±. En marzo de 2019, sin embargo, fue condenado a prisi¨®n tras ser declarado culpable de cinco delitos de pederastia, uno por penetraci¨®n oral, cometidos contra dos chicos del coro de la catedral de St. Patrick¡¯s, en Melbourne, en los a?os 1996 y 1997. Seis meses despu¨¦s, el cardenal apel¨® el fallo del tribunal. Ha pasado m¨¢s de 12 meses entre rejas, pero a los 78 a?os, el hombre a quien el Papa confi¨® las llaves de la caja fuerte del Vaticano volver¨¢ a estar en libertad. Pocas horas despu¨¦s de conocerse la absoluci¨®n, Francisco rez¨® en su misa matinal en Santa Marta ¡°por aquellos que cumplen sentencias injustas¡±.
El cardenal no fue apartado de sus funciones como responsable de las finanzas hasta dos d¨ªas antes de hacerse p¨²blica su condena. De hecho, ni siquiera fue obligado a dimitir, su mandato expir¨® de forma natural al llegar a los cinco a?os. Tampoco fue relevado de su cargo como asesor en el C9 (el ¨®rgano de cardenales que asesora al Papa en las reformas) hasta casi dos a?os despu¨¦s de marcharse como imputado a Australia y solo cuando el Vaticano tuvo noticia de que ser¨ªa condenado. Gran parte del entorno de Francisco nunca estuvo convencido de las acusaciones que pesaban contra Pell. Muchos pensaban que en instancias superiores tendr¨ªa mejores perspectivas de ser declarado inocente ante un juez (ya le sucedi¨® al arzobispo de Adelaida Philip Wilson, que hab¨ªa sido condenado a un a?o de prisi¨®n por encubrimiento).
El cardenal Pell, tras la decisi¨®n del Tribunal Supremo, reiter¨® que hab¨ªa ¡°sostenido sistem¨¢ticamente¡± su inocencia y que la injusticia que hab¨ªa sufrido ya estaba reparada. Su historia ha sido larga y llena de giros de guion. El pasado 21 de agosto, el Tribunal Supremo del Estado de Victoria, cuya sede se encuentra en Melbourne, hab¨ªa desestimado su apelaci¨®n contra la condena. Los jueces rechazaron los argumentos del recurso de los abogados del cardenal que cuestionaban la veracidad del testimonio de la v¨ªctima y la posibilidad de que el jurado pudiera haber dictado un veredicto m¨¢s all¨¢ de la duda razonable. Tras ese fallo, el prelado se encontraba ante la ¨²ltima oportunidad para ser absuelto en una compleja batalla legal seguida con atenci¨®n en todo el mundo y que, incluso, lleg¨® a motivar la condena de periodistas que informaron de la sentencia antes de que fuera publicada.
Las acusaciones de pederastia contra Pell salieron a la luz en 2015, cuando una de las v¨ªctimas denunci¨® ante la Polic¨ªa de Victoria que hab¨ªa sufrido abusos sexuales en dos ocasiones por parte del prelado, poco despu¨¦s de que fuera nombrado arzobispo de Melbourne en 1996. El religioso se enfrentaba a una pena m¨¢xima de 50 de a?os de prisi¨®n, pero el juez, Peter Kidd, argument¨® para su condena a seis a?os que tuvo en cuenta tanto la edad del cardenal, 77 a?os, como los delitos ¡°horribles¡± de los que se le acusaba. El magistrado del Tribunal del Estado de Victoria remarc¨® en la sentencia que el abuso contra los dos ni?os del coro, que se produjo cuando iba a¨²n vestido con sus atuendos religiosos oficiales, supuso ¡°un ataque sexual descarado y forzado contra las v¨ªctimas¡±. ¡°Los actos fueron sexualmente gr¨¢ficos, ambas v¨ªctimas estaban visible y audiblemente angustiadas durante la ofensa¡±, precis¨® el magistrado, al insistir en que Pell era consciente de sus actos e incluso no reaccion¨® cuando uno de los ni?os le pidi¨® que los dejara ir. Ahora la m¨¢xima instancia del pa¨ªs no ve suficiente solidez en las acusaciones.
El cardenal naci¨® en Ballarat, en el Estado australiano de Victoria. Vivi¨® varios a?os en la misma casa que Gerald Ridsdale, el abusador en serie de la escuela Saint Alipius en esa misma localidad. Un centro calificado por la prensa local como ¡°para¨ªso de pederastas¡±, en el que cinco de sus seis profesores fueron relacionados y condenados por casos de abusos. Ambos fueron colegas mucho tiempo. De hecho, Pell le acompa?¨® a testificar en 1993 a uno de los juicios en los que fue condenado a 18 a?os de c¨¢rcel por la violaci¨®n de hasta 54 menores. Durante d¨¦cadas ha habido decenas de suicidios ¡ªal menos 40, seg¨²n la polic¨ªa de Victoria¡ª relacionados con aquellos casos.
Una de las supuestas v¨ªctimas de Pell, de hecho, se enganch¨® a la hero¨ªna despu¨¦s de los te¨®ricos abusos, que seg¨²n la denuncia se produjeron cuando ten¨ªa 13 a?os. El chico, relataron sus padres a la cadena ABC australiana, comenz¨® a drogarse antes de que se cumpliera un a?o del incidente y muri¨® en 2014 por sobredosis. La Conferencia Episcopal Australiana, por boca de su presidente, el arzobispo Mark Coleridge, reconoci¨® que la decisi¨®n del Tribunal Supremo ser¨¢ bien recibida por quienes creen en la inocencia del cardenal, mientras que ser¨¢ ¡°devastadora¡± para otros.