Los ancianos en las villas miseria de Argentina, entre el miedo a salir y la necesidad de supervivencia
Organizaciones sociales reparten alimentos casa por casa a los mayores de 60 a?os para que puedan sostener la cuarentena
¡°?Qu¨¦ Dios los bendiga! ?Gracias por esta comida!¡±, agradece una devota jubilada al abrir la puerta de rejas y recibir el guiso de arroz que le ofrecen militantes de la organizaci¨®n social Barrios de Pie. Se llama Julia Herv¨¦s y vive sola con su perro en una habitaci¨®n de la villa 1-11-14, uno de los barrios m¨¢s pobres de Buenos Aires, en el que se ha disparado el temor a la covid-19 a partir del registro de los primeros casos. ¡°Tengo mucho miedo a la enfermedad porque estoy sola. Solo salgo un rato por la ma?ana para pasear al perro, pero ac¨¢ no se respeta la cuarentena: los mayores nos cuida...
¡°?Qu¨¦ Dios los bendiga! ?Gracias por esta comida!¡±, agradece una devota jubilada al abrir la puerta de rejas y recibir el guiso de arroz que le ofrecen militantes de la organizaci¨®n social Barrios de Pie. Se llama Julia Herv¨¦s y vive sola con su perro en una habitaci¨®n de la villa 1-11-14, uno de los barrios m¨¢s pobres de Buenos Aires, en el que se ha disparado el temor a la covid-19 a partir del registro de los primeros casos. ¡°Tengo mucho miedo a la enfermedad porque estoy sola. Solo salgo un rato por la ma?ana para pasear al perro, pero ac¨¢ no se respeta la cuarentena: los mayores nos cuidamos y los dem¨¢s no, hay j¨®venes que est¨¢n en la calle todo el d¨ªa y no usan barbijo¡±, denuncia. Poco despu¨¦s, repite las bendiciones, pide la presencia de m¨¢s polic¨ªas y vuelve a encerrarse.
El reparto contin¨²a a mediod¨ªa por los oscuros pasillos de esta villa, la m¨¢s extensa de Buenos Aires y en la que viven cerca de 40.000 personas. Jos¨¦ Ibarra sale a recibir la vianda apoyado sobre dos muletas porque meses atr¨¢s se cay¨® de un tercer piso cuando trabajaba. Ten¨ªa programada una operaci¨®n, pero se la aplazaron por la emergencia sanitaria. ¡°Me duele mucho, pero me cancelaron el turno y no puedo ir al hospital¡±, lamenta. Sin pensi¨®n y con movilidad muy reducida, Ibarra acumula deudas y come s¨®lo lo que le acercan hasta la puerta de la pieza en la que vive. Comparte el ba?o con familias que s¨ª salen a la calle y teme contagiarse.
El Gobierno y las organizaciones sociales han creado redes para repartir comida y medicinas a las personas ancianas y evitar as¨ª que salgan de sus casas, por ser el mayor grupo de riesgo ante este nuevo coronavirus. El jueves, Barrios de Pie entreg¨® unas 500.000 viandas a adultos mayores en m¨¢s de 2.000 puntos de todo el pa¨ªs, seg¨²n datos propios. Frente a su comedor popular de la 1-11-14 hay otro. A treinta metros, un tercero. A¨²n as¨ª, ninguno da abasto. ¡°Crece la psicosis, pero tambi¨¦n la necesidad. La demanda en los comedores se ha multiplicado por tres o por cuatro¡±, se?ala una voluntaria.
Poblaci¨®n desprotegida
A diferencia del confinamiento domiciliario en las ¨¢reas de clase media y alta, en las villas la cuarentena decretada por la covid-19 es comunitaria ¡ªdentro del barrio¡ª porque el hacinamiento y la precariedad de muchas viviendas vuelven muy dif¨ªcil pasar las 24 horas dentro. En las calles, la mayor¨ªa de habitantes de la 1-11-14 llevan la boca y la nariz tapadas, pero no es posible mantener la distancia f¨ªsica al cruzarse por pasillos de poco m¨¢s de un metro de ancho.
¡°Tengo 43 a?os y vivo en una pieza de tres metros cuadrados con mi padre y mi madre diab¨¦tica, que tienen 85 y 84 a?os. Pero eso no es todo: en el mismo piso viven otras tres familias, obligadas a compartir un ba?o para 13 personas. ?C¨®mo podr¨ªamos entonces cumplir las normas de prevenci¨®n?¡±, cont¨® el martes la primera contagiada por coronavirus en la villa 31, la m¨¢s c¨¦ntrica de Buenos Aires. ¡°Tengo la sospecha de haberme contagiado en un cajero autom¨¢tico, porque tuve que hacer una cola durante largas horas, una cola peligrosa para m¨ª, porque va mucha gente por d¨ªa y no se desinfecta permanentemente. Trat¨¦ de conseguir alcohol m¨¢s de una vez, pero escasea y cuando conseguimos, vale oro. ?Qui¨¦n no quiere cuidarse? Yo me cort¨¦ dos remeras para usarlas de tapabocas porque no puedo comprar barbijos, necesito esa plata para comer¡±, agreg¨® en una entrevista con La Garganta Poderosa. Un d¨ªa despu¨¦s, se confirm¨® el segundo caso: una mujer de 36 a?os asm¨¢tica, desempleada y con problemas renales.
Seg¨²n Barrios de Pie, en la 1-11-14 tienen constancia de al menos cuatro contagios, entre ellos una empleada de la limpieza del Congreso que falleci¨® hace dos semanas. Ante el avance de la enfermedad, las parroquias de las villas y los clubes deportivos han comenzado a acondicionarse para aislar a personas mayores de 65 a?os y con patolog¨ªas previas. Pero esa estrategia de prevenci¨®n a¨²n no se ha puesto en marcha y divide a sus destinatarios. Muchos ancianos est¨¢n a favor; otros tienen miedo de perder la habitaci¨®n en la que viven si se ausentan, seg¨²n Walter C¨®rdoba, referente de Barrios de Pie capital.
En Cilda?ez, otra de las villas de Buenos Aires, una enfermera que atend¨ªa en el ¨²nico centro ambulatorio del barrio dio positivo por coronavirus hace tres semanas y la salita estuvo cerrada durante 14 d¨ªas por protocolo. ¡°Al cerrarlo se rompi¨® completamente la cuarentena comunitaria porque para recibir atenci¨®n m¨¦dica hab¨ªa que salir a buscarla a otro barrio¡±, se lamenta una vecina y pone como ejemplo los numerosos enfermos de dengue, a los que no se les presta atenci¨®n pese a que Buenos Aires padece el peor brote de los ¨²ltimos cinco a?os.
¡°Ll¨¦venme al hospital, ll¨¦venme al hospital¡±, repite como una letan¨ªa la boliviana Silveria Mamani, de 102 a?os, postrada en cama desde hace un mes en la planta baja de una humilde vivienda de Cilda?ez. Sus hijas y nietos no se atreven a obedecerla ni tampoco la sacan ya a pasear en silla de ruedas para evitar exponerla al coronavirus. Las organizaciones no solo acercan comida y medicinas sino tambi¨¦n brindan contenci¨®n y transmiten al Gobierno peticiones generalizadas, como la de realizar campa?as de vacunaci¨®n a domicilio para los grupos de riesgo. El objetivo es acercar toda la ayuda posible para que la cuarentena pueda sostenerse.
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