Cine desde el balc¨®n en los barrios de Bogot¨¢

Los balcones se han convertido para muchos en la ¨²nica ventana al mundo en pandemia. Desde ellos se ve la intimidad del vecino, su ropa repetida de estos d¨ªas; se sale a cantar, a aplaudir a los m¨¦dicos o a golpear cacerolas para protestar por lo que sea. En Colombia, donde en sentarse en un balc¨®n a ver pasar la gente es un plan en s¨ª mismo y algunos, con alma de delatores, tambi¨¦n lo hacen para verificar qui¨¦n sale a la calle; una iniciativa quiere resignificar los balcones y convertirlos en espacio de ocio.

En Bogot¨¢ se hace cine al balc¨®n. Cine Colombia, que es la principal empresa ...

Los balcones se han convertido para muchos en la ¨²nica ventana al mundo en pandemia. Desde ellos se ve la intimidad del vecino, su ropa repetida de estos d¨ªas; se sale a cantar, a aplaudir a los m¨¦dicos o a golpear cacerolas para protestar por lo que sea. En Colombia, donde en sentarse en un balc¨®n a ver pasar la gente es un plan en s¨ª mismo y algunos, con alma de delatores, tambi¨¦n lo hacen para verificar qui¨¦n sale a la calle; una iniciativa quiere resignificar los balcones y convertirlos en espacio de ocio.

En Bogot¨¢ se hace cine al balc¨®n. Cine Colombia, que es la principal empresa de exhibici¨®n en el pa¨ªs andino, empez¨® con un experimento llamado ¡®Ruta 90 desde los balcones¡¯ y se convirti¨® en un ¨¦xito entre los espectadores: familias que se cuelgan una cobija, arrastran una silla y se disponen para la funci¨®n. Este viernes fue en el conjunto residencial Alamedas de San Diego, en el norte de Bogot¨¢, vieron El Rey Le¨®n, pero ya otros vecinos del barrio La Felicidad, se hab¨ªan alistado con palomitas de ma¨ªz frente a una pantalla, para ver Mia y el Le¨®n Blanco.

Este cine m¨®vil es una versi¨®n de cuarentena del programa Ruta 90, que desde 2017 lleva cine a los pueblos m¨¢s rec¨®nditos de Colombia donde no hay salas de cine. ¡°A prop¨®sito de nuestro aniversario n¨²mero 90, adaptamos dos camiones con equipos que no tienen nada que envidiarles a de un multiplex. Desde entonces, un cami¨®n recorre el norte y el otro, el sur del pa¨ªs. Cuando empez¨® la pandemia hicimos traer los camiones para parquearlos, pero decidimos usarlos para repartir alimentos a personas vulnerables¡±, dice a este diario Munir Falah, presidente de Cine Colombia.

Luego vieron que miles de personas necesitaban alg¨²n tipo de distracci¨®n y apuntaron a las funciones de cine gratuitas. Se les ocurri¨® que la alternativa encajaba en las reglas: respetaba el aislamiento, la distancia de 2 metros y que la gente no tuviera que salir. ¡°Ubicamos ciertos condominios donde hubiera buen espacio al frente para poner las pantallas. Ahora, un grupo de empleados de los teatros recorre la ciudad buscando lugares aptos para la proyecci¨®n¡±, agrega Falah, quien fue uno de los primeros empresarios de cine que decidi¨® cerrar sus teatros antes de la decisi¨®n gubernamental. ¡°A los 15 d¨ªas del cierre hicimos una encuesta y ni uno de los 2.000 empleados estaba contagiado. Eso ratific¨® que nuestra decisi¨®n de cerrar r¨¢pidamente fue acertada porque protegimos a nuestros empleados y clientes. Eso ha sido lo m¨¢s satisfactorio¡±.

Para los vecinos del conjunto Alamedas de San Diego fue su viernes de distracci¨®n y lo m¨¢s parecido a una noche de autocine gratis. Y a muchos, antes de comenzar la funci¨®n se les vio bailar con sombreros desde los balcones, porque en Bogot¨¢ tambi¨¦n se ha vuelto com¨²n que la Polic¨ªa pase por las tardes a dar clases de zumba o a tocar instrumentos durante el confinamiento antes de cada pel¨ªcula. Asi que adem¨¢s de cine, desde los balcones tambi¨¦n se baila.