Me ir¨¦ o me quedar¨¦

Me ancl¨¦ en los ochenta, como fan del paleo-rock-pop (todav¨ªa uso microsurco por single; claro que tambi¨¦n utilizo soltera por single; qu¨¦ soponcio), por lo que intento rellenar mis huecos poni¨¦ndome intempestivamente al d¨ªa. As¨ª, al ver que surge un brutal ¨¦xito titulado Me ir¨¦, por la ¨²ltima ganadora de OT, tecleo en Tito Google. Ah¨ª me encuentro tambi¨¦n con muchos y muy otros int¨¦rpretes que han cantado lo mismo hasta el coma diab¨¦tico induc...

Me ancl¨¦ en los ochenta, como fan del paleo-rock-pop (todav¨ªa uso microsurco por single; claro que tambi¨¦n utilizo soltera por single; qu¨¦ soponcio), por lo que intento rellenar mis huecos poni¨¦ndome intempestivamente al d¨ªa. As¨ª, al ver que surge un brutal ¨¦xito titulado Me ir¨¦, por la ¨²ltima ganadora de OT, tecleo en Tito Google. Ah¨ª me encuentro tambi¨¦n con muchos y muy otros int¨¦rpretes que han cantado lo mismo hasta el coma diab¨¦tico inducido, pero con diferentes e igualmente inanes letras (creo que solo el Boss estuvo y¨¦ndose de muchos sitios con autoridad moral y f¨ªsica, durante una temporada larga), de tal modo que no me sirve la idea.

La idea luminosa (que me vino viendo en Movistar la peli Cegado por la luz, en donde la m¨²sica de Springsteen cambia una vida ahogada en Lutton) era para asociar el t¨ªtulo del hit patrio con mis estados de ¨¢nimo: ?Me ir¨¦, no me ir¨¦? ?Me ir¨ªa o no me ir¨ªa, si pudiera? ?De este pa¨ªs, de este apocalapsus ling¨¹e? ?Del constante recurso a dar fe de jeta? Iba en taxi, con mi vestidito para el prudente salimiento (c¨®modo, amplio, con bolsillos y muy lavable), conversando pl¨¢cidamente con el conductor, a trav¨¦s de la mampara de pl¨¢stico, mientras cavilaba acerca del alejamiento f¨ªsico del chiquero o pocilga de nuestra realidad. Irme, s¨ª, claro. La cuesti¨®n es: ?a d¨®nde? Inglaterra, suspir¨¦, yo que he sido siempre angl¨®fila (aunque no tanto como una dise?adora de interiores que, lo vi en la telly, le decor¨® un pisopl¨®n de Serrano a una pija que ten¨ªa una cena con el jefe ingl¨¦s de su marido: p¨²sole hasta reposapi¨¦s con la cara de Winston Churchill).

Perdonad, me he perdido con los par¨¦ntesis. Me he aficionado a ellos a fuerza de vivir todos nosotros en uno de los m¨¢s incisivos. Pronto escribir¨¦ solo entre curvos corchetes. Perdonadme, dec¨ªa, pero a Inglaterra no puedo ir mientras est¨¦n esos impresentables que, como aqu¨ª, tambi¨¦n votan a sus indecentes (y a quienes malmeten en la sombra: leed, si no lo hab¨¦is hecho, el magn¨ªfico perfil de Dominic Cummings, asesor principal de Boris Johnson, publicado en Icon por Bego?a G¨®mez Urz¨¢iz). Solo nos queda Portugal: es peque?ito (aunque grande de esp¨ªritu), y no vamos a caber.

Habr¨¢ que quedarse, pens¨¦, mientras volv¨ªa en otro taxi de un negocio que empieza por Marina y acaba por Rinaldi al que alegr¨¦ la vida (tengo el prop¨®sito de gastar lo que pueda para animar la econom¨ªa) comprando ropa en tallas grandes (el ¨²nico sitio en el que me dicen que tengo una talla peque?a; y adem¨¢s se aseguran la clientela: te meten chocolatinas en la bolsa final).

Habr¨¢ que quedarse, me repet¨ª, mientras el taxista de vuelta, que llevaba la mascarilla negra y ten¨ªa un punto del Bronx apabullante, me contaba c¨®mo le conmueven los clientes de mi edad que le cuentan sus historias. ¡°Yo, antes, no me fijaba¡±.

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