Los pinchos ya no se tocan

Las barras de pinchos de los bares de San Sebasti¨¢n ya no son lo que eran. Se acabaron aquellos mostradores rebosantes de tapas reci¨¦n hechas, tentadoras creaciones culinarias en miniatura que los clientes sol¨ªan servirse como aperitivo. La pandemia del coronavirus ha cambiado por completo el aspecto de las tabernas: ¡°Antes ten¨ªamos 200 pinchos en la barra; ahora solo podemos ofrecer 40¡±, dice Esteban Ortega, del Bar Vergara, un referente de la ciudad con una larga lista de premios. ...

Las barras de pinchos de los bares de San Sebasti¨¢n ya no son lo que eran. Se acabaron aquellos mostradores rebosantes de tapas reci¨¦n hechas, tentadoras creaciones culinarias en miniatura que los clientes sol¨ªan servirse como aperitivo. La pandemia del coronavirus ha cambiado por completo el aspecto de las tabernas: ¡°Antes ten¨ªamos 200 pinchos en la barra; ahora solo podemos ofrecer 40¡±, dice Esteban Ortega, del Bar Vergara, un referente de la ciudad con una larga lista de premios. La entrada del Pa¨ªs Vasco en la fase 3 de la desescalada permite a los establecimientos de hosteler¨ªa eliminar el l¨ªmite de aforo y servir en la barra, pero deben guardar una distancia de dos metros entre clientes y esto supone una traba para los negocios: ¡°Adem¨¢s de servir, tenemos que estar controlando que la gente no se nos amontone¡±, comenta el camarero del bar Juantxo, donde sol¨ªan formarse hasta tres filas de clientes en horas punta.

Desde este lunes ya est¨¢ permitido potear en los bares de San Sebasti¨¢n, una de las se?as de identidad de esta ciudad. Hasta ahora solo se pod¨ªa consumir en las terrazas o en las mesas de los bares, pero no apoyados en el mostrador. ¡°Muchos clientes sol¨ªan tomar siempre su aperitivo en la barra, de pie y en grupo. Es una costumbre de toda la vida, pero ahora hay que ir adapt¨¢ndola a los nuevos tiempos. Este primer d¨ªa ha habido poco poteo, la verdad¡±, explica Miguel Montorio, de la Bodega Donostiarra, el templo de la famosa gilda: ¡°Estamos haciendo lo que nunca hubi¨¦semos imaginado. Tenemos que preguntar en la entrada a los clientes si van a consumir en una mesa o en la barra, si tienen reserva¡­ Y todos los pinchos tienen que estar cubiertos por una vitrina de cristal. Estamos aprendiendo sobre la marcha¡±.

El poteo o el txikiteo ya es una realidad a medias. Se pueden tomar unos cortos de cerveza (zuritos) o de vino (txikitos) con una tapa en la barra de los bares, pero con restricciones. Separar tanto a los clientes impide a muchos abrir su negocio. ¡°No s¨¦ si esto volver¨¢ a ser como era, cuando serv¨ªamos a cuadrillas de seis, ocho o diez personas. Todav¨ªa no es as¨ª¡±, asegura Montorio. En la Parte Vieja donostiarra la actividad de los bares ha ca¨ªdo much¨ªsimo. Antes del cierre por la pandemia sol¨ªan estar rebosantes, con muchos clientes tomando la consumici¨®n en plena calle. Este lunes, las calles Ferm¨ªn Calbet¨®n y 31 de Agosto est¨¢n casi vac¨ªas. No es el mejor d¨ªa de la semana para alternar, pero esto no es lo habitual. Muchos establecimientos siguen cerrados porque son locales peque?os y sin terraza.

Los hosteleros, se?ala Ortega, est¨¢n a la espera de que la nueva normalidad llegue pronto: ¡°Necesitamos que abran las fronteras para que vuelvan a venir los franceses y se permita a los navarros entrar en Euskadi¡±. Un grupo de tres txikiteros est¨¢ de enhorabuena: ¡°Ya qued¨¢bamos pocos y se agradece poder estar de nuevo en la barra del bar con los amigos¡±.

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