La desidia del vicepresidente

Jam¨¢s pens¨¦ que tendr¨ªa que dirigirme a usted, Pablo Iglesias, como ministro en estos t¨¦rminos. Me ilusion¨¦ el d¨ªa que elevaron el rango de los derechos sociales a vicepresidencia y nombraron a una persona con un liderazgo potente, que pronosticaba por su fuerza e influencia que se pondr¨ªan en la agenda p¨²blica los servicios sociales como cuarto pilar del Estado del bienestar social.

Confiaba (todav¨ªa conf¨ªo) en que todos los predicamentos sobre el bien com¨²n, el compromiso con los m¨¢s vulnerables y el entusiasmo de una persona novel en la gesti¨®n de gobierno iban a tener la impronta de...

Jam¨¢s pens¨¦ que tendr¨ªa que dirigirme a usted, Pablo Iglesias, como ministro en estos t¨¦rminos. Me ilusion¨¦ el d¨ªa que elevaron el rango de los derechos sociales a vicepresidencia y nombraron a una persona con un liderazgo potente, que pronosticaba por su fuerza e influencia que se pondr¨ªan en la agenda p¨²blica los servicios sociales como cuarto pilar del Estado del bienestar social.

Confiaba (todav¨ªa conf¨ªo) en que todos los predicamentos sobre el bien com¨²n, el compromiso con los m¨¢s vulnerables y el entusiasmo de una persona novel en la gesti¨®n de gobierno iban a tener la impronta de posicionar los servicios sociales y el sistema de la dependencia en la prioridad pol¨ªtica. Y lleg¨® la crisis sanitaria que nos deja la crisis social m¨¢s grave que nos ha tocado vivir.

Ahora, cuando esper¨¢bamos que esa esperanza se convirtiera en realidad, justo en el momento de reforzar los servicios sociales, cuyos usuarios pasar¨¢n antes de final de a?o de seis millones de personas a diez millones, usted permite y respalda con su actitud que desaparezca la prometida y cacareada aportaci¨®n de mil millones de euros al sector procedentes del fondo social. Algo rayano en el desprecio que, comprender¨¢, resulta inasumible por los m¨¢s de medio mill¨®n de trabajadores y trabajadoras del ¨¢rea y altamente lesivo para las personas usuarias que, conf¨ªen o no en usted, nos necesitan.

Actualmente el sistema de la dependencia est¨¢ en la UCI. Todos los indicadores muestran una ca¨ªda estrepitosa, registrando unos valores muy inferiores a los de comienzos del a?o. Durante 2020, 24.554 personas fallecieron en las listas de espera: 17.139 en el limbo de la dependencia, dependientes a quienes se les hab¨ªa reconocido el derecho a una prestaci¨®n y no se les atendi¨®, y 7.415 que lo hab¨ªan solicitado y ni siquiera se les valor¨®.

Se mantiene el recorte acumulado de 5.864 millones de euros desde 2012 en el sistema de atenci¨®n a la dependencia y se discursea sobre la importancia de no dejar a nadie atr¨¢s. Pues s¨ª, en Espa?a 164 personas mueren al d¨ªa en las listas de espera de la dependencia. Imagine el sufrimiento de no poder contar con las prestaciones y servicios a los que tienen derecho. Se impone, es absolutamente imprescindible, tomar medidas urgentes para no abandonar a las 404.159 personas dependientes que est¨¢n a la espera de un procedimiento.

Y lo m¨¢s dram¨¢tico, las residencias, el ojo del hurac¨¢n de este cataclismo que nos est¨¢ tocando vivir. Abandonadas a su suerte, soportando el intento de criminalizaci¨®n. Es bien sabido que las residencias de mayores son lugares donde la covid-19 ha hecho estragos. La edad de quienes las habitan (en su mayor¨ªa m¨¢s de 80 a?os), la fragilidad de su salud y la convivencia en un mismo entorno hacen que constituyan uno de los escenarios m¨¢s expuestos a la enfermedad y a su contagio, y que sus consecuencias sean m¨¢s letales.

En este escenario, los responsables de los centros residenciales y, de manera especial, sus trabajadores y trabajadoras, han tenido que desarrollar su labor sin recibir los medios materiales (equipos de protecci¨®n individual) para prevenir riesgos para ellos mismos y para los residentes, ni los test, ni apoyo sanitario por parte de un sistema de salud desbordado.

Dejen de tirarse los muertos a la cabeza. No se puede plantear una soluci¨®n a este reto al que nos impele la sociedad desde los intereses econ¨®micos (empresas), corporativistas (sociedades y colectivos que defienden una profesi¨®n) o pol¨ªticos (con estrategias cortoplacistas mirando los votos). No se pueden ni deben admitir ocurrencias, ni banalizar sobre un tema tan trascendente, y menos en este momento (que si todas p¨²blicas, que si el modelo n¨®rdico, o el de Singapur¡­). P¨®nganse y pongan a sus equipos a trabajar en alternativas serias y decentes para la gente que depende de ustedes, que depende de nosotros como servidores p¨²blicos.

En este contexto, debe comprender usted que sorprenda y diluya la confianza de la que hablaba al principio el hecho de que este jueves presida el Consejo Territorial ¡ªel m¨¢ximo ¨®rgano de coordinaci¨®n y toma de decisiones con los consejeros y consejeras de las comunidades aut¨®nomas (un consejo que en estos tres meses apenas se ha reunido)¡ª, y que se despache con asuntos de tr¨¢mite de car¨¢cter ordinario como todos los a?os. No hay ni un solo punto del orden del d¨ªa sobre dependencia, ni sobre residencias, ni sobre servicios sociales de atenci¨®n primaria, ni nada novedoso que no hiciera cualquier Gobierno en otras situaciones.

Debe hacerse consciente de que est¨¢ usted obligado a ejercer como ministro y gestionar sus competencias, ahora m¨¢s que nunca, en esta materia tan sensible precisamente en estas circunstancias. Un gobernante que quiere alcanzar el nivel de ¡°pol¨ªtico de Estado¡± debe demostrar su capacidad para ser eficaz en la encomienda de la que es responsable y no debe distraerse con asuntos de rifirrafe pol¨ªtico que le podr¨¢n mantener en la cresta de la ola, pero que le hacen estar fracasando en su principal trabajo (por el que le pagan), que es ni m¨¢s ni menos que atender las necesidades sociales de las personas m¨¢s vulnerables de este pa¨ªs. Por ahora les est¨¢ defraudando, y su desidia e impericia est¨¢ provocando mucho sufrimiento y dolor.

Si decide gestionar y liderar la pol¨ªtica social de este pa¨ªs, puede contar con nosotros. Llevamos muchos lustros de experiencia y rigor metodol¨®gico en la defensa de los servicios sociales y el sistema de la dependencia desde la ¨¦tica profesional y el compromiso ciudadano con las personas m¨¢s vulnerables. Para asuntos de tr¨¢mite y procedimientos ordinarios es suficiente con la gesti¨®n de un negociado.

Jos¨¦ Manuel Ram¨ªrez Navarro es presidente de la Asociaci¨®n de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales de Espa?a.

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