Los expertos cuestionan las restricciones de Madrid: llegan tarde y son insuficientes
¡°Mi pron¨®stico es que no se lograr¨¢ doblegar la curva de crecimiento as¨ª¡±, dice Jos¨¦ Mart¨ªnez Olmos, profesor de la Escuela Andaluza de Salud P¨²blica
Las medidas restrictivas que aplicar¨¢ la Comunidad de Madrid a partir del pr¨®ximo lunes llegan tarde, coinciden los epidemi¨®logos consultados, con las tasas de contagio ya desbocadas en los barrios que ser¨¢n confinados perimetralmente (salvo para tareas esenciales como trabajar, estudiar o acudir a centros sanitarios) y en los que se cerrar¨¢n parques y se limitar¨¢n aforos en bares y restaurantes. Varios de el...
Las medidas restrictivas que aplicar¨¢ la Comunidad de Madrid a partir del pr¨®ximo lunes llegan tarde, coinciden los epidemi¨®logos consultados, con las tasas de contagio ya desbocadas en los barrios que ser¨¢n confinados perimetralmente (salvo para tareas esenciales como trabajar, estudiar o acudir a centros sanitarios) y en los que se cerrar¨¢n parques y se limitar¨¢n aforos en bares y restaurantes. Varios de ellos afirman que adem¨¢s son insuficientes y echan en falta medidas como el refuerzo del transporte p¨²blico, el aumento de la capacidad de rastreo o la habilitaci¨®n de hoteles o establecimientos en los que se pueda garantizar el aislamiento de los positivos.
El m¨¢s pesimista es Jos¨¦ Mart¨ªnez Olmos, profesor de la Escuela Andaluza de Salud P¨²blica: ¡°Mi pron¨®stico es que no se lograr¨¢ doblegar la curva de crecimiento as¨ª¡±. En su opini¨®n, ¡°las ¨¢reas seleccionadas son pocas y las excepciones a la restricci¨®n de movilidad son demasiadas¡±, lo que har¨¢ que muchas personas asintom¨¢ticas puedan seguir llevando la infecci¨®n m¨¢s all¨¢ de los barrios en los que residen. Y pone el acento en la capacidad para hacer cumplir esas restricciones. ¡°Al no basarse en la declaraci¨®n del estado de alarma, su base legal es muy endeble y los efectivos humanos, insuficientes¡±, asegura. El que fuera secretario general de Sanidad con cuatro ministros cree que ¡°Madrid ha perdido un mes¡±, durante el que podr¨ªa haber ido haciendo confinamientos selectivos para tratar de reducir la transmisi¨®n en ¨¢reas concretas. Su vaticinio es sombr¨ªo: ¡°Estamos condenados al confinamiento¡±.
¡°?Y el refuerzo del transporte p¨²blico? ?Y los rastreadores?¡±, se pregunta Jes¨²s Molina Cabrillana, de la Sociedad Espa?ola de Medicina Preventiva, Salud P¨²blica e Higiene (Sempsph). ¡°La incidencia es muy alta en zonas desfavorecidas¡±, apunta, lo que hace imprescindible ¡°habilitar ¨¢reas para asegurar las cuarentenas¡±. En esta fase es muy importante que los contactos estrechos de un positivo puedan aislarse correctamente, quiz¨¢ en hoteles u hostales donde pasar las cuarentenas con cierta supervisi¨®n, coincide Joan Ramon Villalb¨ª, miembro de la junta directiva de la Sociedad Espa?ola de Salud P¨²blica y Administraci¨®n Sanitaria (Sespas). Pone el ejemplo de las viviendas en las que reside m¨¢s de una familia. Molina Cabrillana cree que las medidas ¡°llegan tarde¡±. ¡°Hace m¨¢s de una semana que la incidencia estaba disparada¡±, lamenta.
¡°Ser¨ªa bueno tener una estimaci¨®n de qu¨¦ proporci¨®n de la tasa de contagio en esas zonas b¨¢sicas de salud es atribuible a su elevada movilidad, y por tanto potencialmente reducible al disminuirla¡±, apunta Fernando Rodr¨ªguez Artalejo, portavoz de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa (SEE). Porque, recuerda, la movilidad por motivos laborales, escolares, de fuerza mayor o para realizar tr¨¢mites con la Administraci¨®n se va a mantener. Estos desplazamientos, a?ade, ¡°son probablemente un componente sustancial de la movilidad total en los d¨ªas de semana¡±. ¡°La cuesti¨®n central es si el conjunto de las medidas son sin¨¦rgicas porque cada una por separado puede ser insuficiente. Adem¨¢s hace falta m¨¢s responsabilidad social porque una parte importante de los casos se producen en ambientes privados¡±, a?ade.
Mart¨ªnez Olmos resalta lo ¡°contradictorio¡± de cerrar espacios p¨²blicos como los parques mientras se mantiene un aforo del 50% en el interior de bares y restaurantes. En esta decisi¨®n, asegura, ha primado m¨¢s el aspecto econ¨®mico que el epidemiol¨®gico. Y recuerda que, al no tratarse de un confinamiento estricto como en marzo, las personas que residen en viviendas peque?as con varios convivientes, quiz¨¢ con mala ventilaci¨®n, van a seguir saliendo a la calle pero no van a disponer de espacios amplios como los parques para pasear. Para ¨¦l mejorar las frecuencias del transporte p¨²blico es esencial. ¡°Y para eso no hace falta estado de alarma¡±, dice. Molina Cabrillana asegura que metros y autobuses en determinadas horas ¡°deber¨ªan ir a la mitad de su capacidad para asegurar la distancia, lo que refuerza la protecci¨®n de las mascarillas¡±.
Villalb¨ª apunta a que las tasas de contagios de Madrid son similares a las de Israel: ¡°Y all¨ª lo han cerrado todo¡±. Y recuerda que otras comunidades han tomado estas medidas mucho antes, ¡°cuando hab¨ªa indicios de que los casos iban subiendo¡±. Cuando investigar, aislar y cuarentenar ¡°no se hace, o se hace poco o mal, al final tocan medidas orientadas a reducir el contacto entre personas¡±, afirma, ya sea con restricciones de aforo o con cierres perimetrales como ya hubo en Arag¨®n o en Galicia. ¡°La situaci¨®n de Madrid es peculiar porque parece que durante mucho tiempo no quisieron tomar estas medidas¡±, reflexiona. ?Es posible ahora hacer una buena investigaci¨®n de casos? ¡°Ser¨ªa importante, pero con el volumen que tienen ya no lo deben de ver posible¡±, asegura. Pese a ello, las comunidades que aplicaron medidas consiguieron disminuir la transmisi¨®n. ¡°Esperemos entre siete y diez d¨ªas y veamos qu¨¦ ocurre¡±.
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