Las hijas de maltratadas tienen tres veces m¨¢s riesgo de sufrir violencia machista
Los chicos con madres v¨ªctimas est¨¢n casi tres veces m¨¢s expuestos a ser agresores, seg¨²n un estudio, que apunta que no es un comportamiento ¡°autom¨¢tico ni inevitable¡±
Ya se sab¨ªa que no era gratuito. Escuchar los insultos y las desvalorizaciones ¡ªcon frases como ¡°No eres nadie¡±¡ª, convivir con un padre que intenta aislar a la madre de sus amistades, la controla al dedillo, la asusta o le pega palizas deja huella sobre los hijos e hijas, a quienes los poderes p¨²blicos solo consideraron v¨ªctimas directas de violencia machista a partir de 2015, 11 a?os despu¨¦s de aprobar una ley contra la violencia de g¨¦nero. La novedad de este estudio realizado en m¨¢s de 300 centros escolares es cuan...
Ya se sab¨ªa que no era gratuito. Escuchar los insultos y las desvalorizaciones ¡ªcon frases como ¡°No eres nadie¡±¡ª, convivir con un padre que intenta aislar a la madre de sus amistades, la controla al dedillo, la asusta o le pega palizas deja huella sobre los hijos e hijas, a quienes los poderes p¨²blicos solo consideraron v¨ªctimas directas de violencia machista a partir de 2015, 11 a?os despu¨¦s de aprobar una ley contra la violencia de g¨¦nero. La novedad de este estudio realizado en m¨¢s de 300 centros escolares es cuantificar esos efectos. Y esta es la conclusi¨®n: Ser testigo de la violencia machista ejercida contra la madre multiplica casi por tres (2,7) el riesgo de que las chicas sufran abuso sexual durante la infancia y violencia de g¨¦nero de sus parejas en la adolescencia, en comparaci¨®n con aquellas que no han visto esa violencia en casa. En el caso de los chicos, la proporci¨®n es similar, pero el riesgo es justo el contrario: que ellos se conviertan en maltratadores.
El estudio Menores y violencia de g¨¦nero, presentado este jueves, incluye encuestas a 10.465 menores de 14 a 18 a?os de 304 institutos de Espa?a de 16 comunidades aut¨®nomas (todas menos el Pa¨ªs Vasco), adem¨¢s de Ceuta y Melilla. En su elaboraci¨®n han participado tambi¨¦n 3.045 docentes y 227 equipos directivos.
El trabajo compara las situaciones de aquellos menores que aseguran haber vivido la violencia en casa y de quienes despu¨¦s admiten que las est¨¢n reproduciendo. Si bien el riesgo de que se produzca crece de forma significativa en los casos de alumnos y alumnas hijos de v¨ªctimas, esta reproducci¨®n de la violencia entre generaciones ¡°no es autom¨¢tica ni inevitable¡±, subraya el estudio presentado por la Delegaci¨®n del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero y realizado desde la Unidad de Psicolog¨ªa Preventiva de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
De hecho, la gran mayor¨ªa de las menores ¡ªel 88% de los encuestados en el caso de familias donde no hay violencia de g¨¦nero a un 67% entre aquellas que conviven con maltratadores¡ª aseguran que no repiten esos patrones y no son tambi¨¦n v¨ªctimas. Ocurre igual con los chicos: el 88% de los que viven en casas sin violencia machista y el 65% de aquellos expuestos a las agresiones machistas no reproducen esos comportamientos en su adolescencia.
El estudio s¨ª advierte de que los menores expuestos a la violencia en casa tienen m¨¢s riesgo de sufrir problemas de salud f¨ªsica y psicol¨®gica, consumir tranquilizantes y antidepresivos, tabaco, marihuana u otras drogas o desarrollar adicciones a las redes sociales. Esta exposici¨®n incrementa el riesgo ¡°pero no los determina¡±, seg¨²n las conclusiones del informe elaborado por Mar¨ªa Jos¨¦ D¨ªaz-Aguado, catedr¨¢tica en Psicolog¨ªa de la Educaci¨®n de la UCM.
¡°Hay que escuchar a los hijos y a las hijas¡± de las mujeres que sufren violencia de g¨¦nero, ha se?alado D¨ªaz-Aguado: ¡°Tienen mucho que decirnos¡±. ¡°Tenemos que transmitir la idea de que la mayor¨ªa sale¡±, subraya esta experta. ¡°No podemos cometer el error cient¨ªfico, social, ¨¦tico y educativo de transmitir que est¨¢n condenados fatalmente a reproducir esta violencia. La gran mayor¨ªa logran salir¡±.
La delegada del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero, Victoria Rosell, considera que el estudio demuestra ¡°la necesidad de llevar a cabo la prevenci¨®n el abuso sexual desde la educaci¨®n primaria¡±. Rosell pide ¡°no estigmatizar ni hacer un an¨¢lisis con prejuicios¡± sobre estos menores, precisamente porque la mayor¨ªa de ellos consiguen no reproducirla en sus relaciones posteriores.
?C¨®mo proteger a esos menores? El mayor riesgo ¡°es la continuidad del contacto con el maltratador¡±, resalta el trabajo. En el otro extremo, convivir con la madre reduce el riesgo: hablar con ellas ¡°es una de las principales ayudas reconocidas por las menores¡±, seg¨²n el estudio.
Casi la mitad de los adolescentes encuestados aseguraron que hab¨ªan trabajado en la escuela temas de violencia machista, otro factor que ayuda a reducir el riesgo de que la violencia salte a la siguiente generaci¨®n, seg¨²n el informe. Pero el trabajo escolar no es suficiente, admite el estudio. Se necesita un tratamiento integral: ¡°Se trata de sustituir un modelo ancestral de relaci¨®n, basado en el dominio y la sumisi¨®n, por un modelo diferente, basado en la igualdad y el respeto mutuo¡±.
El profesorado, dispuesto a colaborar
Casi dos de cada cinco profesores (36,9%) que participaron en la encuesta hab¨ªan trabajado contra la violencia machista en el curso anterior y consideraron ¡°muy eficaces¡± esas actividades. Los que no lo han tratado en sus clases (63%) se muestran dispuestos a hacerlo, principalmente en tutor¨ªa o en programas integrales del centro. Solo el 4,6% de los docentes cree que no es necesario tratar la violencia de g¨¦nero en la escuela. En los equipos directivos, solo el 1,3% lo ven innecesario y el 0,4% no consideran que sea su funci¨®n.
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