As¨ª han recibido las restricciones los universitarios de Granada: ¡°Va a ser m¨¢s f¨¢cil pedir un cubata que sacar un libro de la biblioteca¡±
Ni la comunidad universitaria ni el comercio local entiende el cierre de las facultades mientras sigan abiertos los bares de copas
¡°Enfoque incorrecto¡±. Este an¨¢lisis de Helena Mart¨ªnez, estudiante de la Universidad de Granada (UGR) y subdirectora del colegio mayor Isabel La Cat¨®lica, es perfecto para definir c¨®mo ha ca¨ªdo en la ciudad y en la comunidad universitaria granadina la intenci¨®n de la Junta de Andaluc¨ªa de convertir a la UGR en una universidad virtual durante las pr¨®ximas dos semanas. Nadie comprende que el Gobierno andaluz haya decidido la clausura de las a...
¡°Enfoque incorrecto¡±. Este an¨¢lisis de Helena Mart¨ªnez, estudiante de la Universidad de Granada (UGR) y subdirectora del colegio mayor Isabel La Cat¨®lica, es perfecto para definir c¨®mo ha ca¨ªdo en la ciudad y en la comunidad universitaria granadina la intenci¨®n de la Junta de Andaluc¨ªa de convertir a la UGR en una universidad virtual durante las pr¨®ximas dos semanas. Nadie comprende que el Gobierno andaluz haya decidido la clausura de las aulas universitarias desde el jueves 15 hasta el 24 y no el de los bares de copas de la ciudad. El cierre anunciado de dos semanas se ha quedado finalmente en 10 d¨ªas naturales y siete d¨ªas de clase efectiva.
El sentimiento general es que el efecto de cerrar temporalmente aulas, laboratorios y bibliotecas ser¨¢ poco efectivo si se mantiene el ocio nocturno sin restricciones. Pilar Aranda, la rectora de la Universidad, ya mostr¨® su molestia con la medida al anunciarse. Tras ella, decanos y directores de escuelas de la Universidad han emitido tambi¨¦n un comunicado en el que explican que ¡°los estudiantes est¨¢n con una enorme responsabilidad en las aulas, trabajando y form¨¢ndose con seguridad y acatando las normas sanitarias, porque aqu¨ª es f¨¢cil acatarlas. No podemos robarles el derecho que tienen a recibir una formaci¨®n presencial¡±.
A las puertas de la Facultad de Sociolog¨ªa, el mi¨¦rcoles por la ma?ana, un grupo de estudiantes debate sobre el cierre de facultades. ¡°Al final, va a ser m¨¢s f¨¢cil pedir un cubata que sacar un libro de la biblioteca¡±, dice uno de ellos. En el grupo, en el que todos son estudiantes de primer curso, est¨¢n de acuerdo en que ¡°es un sinsentido mantener el ocio y cerrar las aulas¡±. ¡°Sinceramente, en las aulas es donde m¨¢s seguros estamos¡±, reflexionan. No muy lejos de all¨ª est¨¢ la Facultad de Derecho. Bel¨¦n Ca?avate y Celia Cruz estudian tercero de Derecho y Pol¨ªticas. Califican la medida como ¡°un desastre en el que se pone la econom¨ªa antes que la educaci¨®n¡±, cuenta Celia. Bel¨¦n, que no entiende que cerrar la UGR sea la primera medida, habla sobre los v¨ªdeos virales en los que se ve¨ªan concentraciones de personas en la madrugada del s¨¢bado en la calle Ganivet, del centro de la ciudad: ¡°Llevo aqu¨ª tres a?os y nunca he ido por ah¨ª porque esa es zona m¨¢s treintea?era, no universitaria, que salimos por otros sitios¡±. En eso hay acuerdo entre varios estudiantes consultados: ¡°No vamos por ah¨ª porque es una zona muy cara y para mayores que nosotros¡±.
El cierre de aulas universitarias ha sido justificado por la Junta andaluza en que el 80% de las tasas de contagios en la provincia proviene de la franja de personas entre 15 y 35 a?os y en la existencia de 150 contagiados en siete residencias universitarias, seg¨²n Pablo Garc¨ªa, delegado de la Junta en Granada. Por ello, junto al cierre de aulas, la otra medida adoptada en Granada ha sido el toque de queda a las 22.00 en los colegios mayores. Helena Mart¨ªnez, subdirectora del colegio mayor Isabel La Cat¨®lica, a?ade a lo de ¡°enfoque incorrecto¡± que, adem¨¢s, los colegios mayores en Granada ¡°en n¨²mero, no son representativos de la comunidad universitaria¡±. 2.100 universitarios del total de 60.000 estudiantes de la UGR, seg¨²n un comunicado conjunto de los 11 colegios mayores granadinos. Todos, excepto el Isabel La Cat¨®lica que s¨ª depende directamente de la universidad, son instituciones privadas independientes de la UGR.
Helena Mart¨ªnez considera que el cierre a las 22.00 ¡°es una medida restrictiva de derechos fundamentales que puede tener, adem¨¢s, consecuencias preocupantes. ?Qu¨¦ ocurre si alguien llega tarde? ?Se va a casa de amigos con el riesgo que eso conlleva?¡±, se pregunta. Los colegios mayores granadinos, en su comunicado, explican que lejos de necesitar ahora un plan anticovid, como les ha pedido el Consejero de Presidencia andaluz, El¨ªas Bendodo, ya disponen de ¨¦l desde el 26 de mayo. Por eso, cuentan, ¡°no son parte del problema, sino de la soluci¨®n¡±. Para ellos el cierre a partir de las 22.00 horas ¡°podr¨ªa no generar los resultados esperados y est¨¢ desconectado de la causa del problema¡±.
Lo que muchos entienden como una amnist¨ªa a la hosteler¨ªa nocturna tiene, sin embargo, un problema a?adido. La virtualidad de las clases puede suponer que muchos estudiantes volver¨¢n a su casa de origen, lo que conlleva una p¨¦rdida de negocio importante en el comercio de proximidad, que tiembla con la idea de que los estudiantes se vayan de nuevo como se fueron en marzo. Un estudio reciente del Consejo Social de la UGR determina que el 34% de los estudiantes viven en el domicilio familiar y el 66% fuera de ¨¦l. De este grupo, la gran mayor¨ªa reside en viviendas alquiladas. Sergio es el due?o de Don Copi¨®n, una copister¨ªa junto a la Facultad de Sociolog¨ªa. ¡°Si este a?o hubiera empezado online, hubiera tenido que cerrar. Que empezara presencial o semipresencial me ha permitido mantenerme. Con este cierre de ahora, veremos a ver qu¨¦ pasa¡±. Sergio calcula en 700 euros sus gastos mensuales m¨ªnimos ¡°sin abrir la puerta¡± y teme que sin estudiantes no le d¨¦ y tenga que cerrar.
A su lado, Silverio regenta El rinc¨®n de las golosinas. Desde ah¨ª, en los buenos tiempos, dice, vend¨ªa ¡°m¨¢s de 60 paninis al d¨ªa a los estudiantes que sal¨ªan de la facultad o que entre clase y clase ten¨ªan hambre y ven¨ªan a por uno¡±. Con las clases virtuales, anuncia, los ingresos se reducen a cero ¡°porque en este sitio no hay vecinos¡±. As¨ª, le ser¨¢ dif¨ªcil reunir siquiera los 800 euros de gastos fijos m¨ªnimos que le supone su tienda. ¡°Realmente, no entiendo lo del cierre de la universidad¡±, se despide Silverio.
Como esta tienda de golosinas, en la cercana librer¨ªa Babel explican que el cierre les ¡°influye bastante y para mal¡±. Tambi¨¦n Amalia, que atiende la librer¨ªa Fleming, a pocos metros de la Facultad de Derecho y que se dedica en exclusiva a sus estudiantes y a abogados. ¡°Nos afecta mucho. La vuelta a clase nos salv¨® y el cierre ahora podr¨ªa hundirnos¡±, concluye Amalia, que estima que un 60% de sus ventas procede de los estudiantes.
Protestas
Los universitarios granadinos no quieren cruzarse de brazos. En el colegio mayor Isabel la Cat¨®lica han puesto en marcha una protesta diaria en su entrada. All¨ª, al grito de ¡°Queremos estudiar en clase presencial¡±, se quejaban en la ma?ana del mi¨¦rcoles por las decisiones del Gobierno andaluz, una decisi¨®n que Rogelio Velasco, consejero de universidades andaluz, ha admitido que no ha tomado ¨¦l y sobre la que ni siquiera ha sido consultado. Para el viernes a las 12.00, varias agrupaciones estudiantiles han convocado ya una manifestaci¨®n por unas medidas que, seg¨²n ellos, ¡°hacen evidentes las prioridades del Gobierno auton¨®mico y local, quienes priorizan el beneficio econ¨®mico a la calidad educativa en la universidad¡±.
Informaci¨®n sobre el coronavirus
- Aqu¨ª puede seguir la ¨²ltima hora sobre la evoluci¨®n de la pandemia
- As¨ª evoluciona la curva del coronavirus en Espa?a y en cada autonom¨ªa
- Desc¨¢rguese la aplicaci¨®n de rastreo para Espa?a