¡°A mi marido no le gusta que diga que estuve muerta¡±
Audrey Mash apenas arrastra secuelas de la prolongada hipotermia que sufri¨® tras perderse en el Pirineo
A Audrey Mash (Kent, 34 a?os) le cost¨® asimilar su inusual salto a la fama. Durante semanas tras su accidente en Vall de N¨²ria, en el Pirineo gerundense, la gente le ped¨ªa selfies en los bares y la abordaba por la calle. ¡°Todo el mundo est¨¢ muy feliz por m¨ª¡±, dice con resignaci¨®n. Eso s¨ª, casi siempre le formulan la misma pregunta. ¡°Is it true?¡±, rememora en su ingl¨¦s nativo, ?es cierto que sobrevivi¨® a una parada cardiorrespiratoria de m¨¢s de seis horas de duraci¨®n??
Mash y su marido se perdieron el 3 de noviembre tras verse sorprendidos por una tormenta de nieve, que desorient¨® a la pareja. Mash empez¨® a sufrir los azotes del intenso viento y fr¨ªo hasta quedar inconsciente debido a la hipotermia que sufri¨®. Horas despu¨¦s, los servicios de emergencia encontraron a la pareja. Audrey se encontraba en plena parada cardiorrespiratoria y su cuerpo no superaba los 20 grados, un factor clave para su supervivencia: permiti¨® la conservaci¨®n de sus ¨®rganos.
Ella no recuerda nada de lo que pas¨® aquel d¨ªa. ¡°Cuando despert¨¦, no comprend¨ª la gravedad de lo que nos hab¨ªa ocurrido, al menos no inmediatamente¡±, relata Mash que, tras ser rescatada en helic¨®ptero, ingres¨® en el hospital Vall d'Hebron de Barcelona. ¡°Incluso cuando me contaron la historia completa no lo asimil¨¦ del todo. Solo lo entend¨ª cuando me march¨¦ del hospital¡±, a?ade.
¡°A mi marido no le gusta que diga que estuve muerta; ?quiz¨¢s tengo un humor muy negro!¡±, bromea. Su pareja, Rohan Schoeman, acude actualmente a un psic¨®logo especializado en eventos traum¨¢ticos. ¡°Evita hablar sobre el tema. Necesita tiempo para procesar lo que ha ocurrido¡±, dice la mujer.
¡°La familia es quien m¨¢s sufre la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)¡±, advierte Jordi Riera, m¨¦dico adjunto en esta ¨¢rea del Vall d'Hebron. ¡°El paciente cr¨ªtico est¨¢ sedado, dormido o, como en el caso de Audrey, no recuerda claramente. Sin duda, su pareja es quien va a sufrir o recordar m¨¢s el proceso¡±, a?ade Riera.
Audrey se salv¨® gracias a una t¨¦cnica de oxigenaci¨®n con membrana extracorp¨®rea (ECMO): una m¨¢quina que sustituye temporalmente la funci¨®n del coraz¨®n y los pulmones, oxigenando la sangre de forma externa. Riera tambi¨¦n dirige el programa ECMO del hospital barcelon¨¦s. ¡°Precisamente una semana antes del caso de Audrey, habl¨¦ con Eduard para mejorar la resistencia a la hipotermia¡±. Se refiere a Eduard Argudo, el m¨¦dico adjunto que recibi¨® y estuvo a cargo de la paciente durante su reanimaci¨®n y posterior recuperaci¨®n. La habilidad del equipo de Argudo ¡ªla reanimaron pasadas las nueve de la noche, cuando su cuerpo alcanz¨® los 30 grados de temperatura corporal¡ª propici¨® que Audrey no arrastre secuelas importantes. ¡°Las primeras semanas me dol¨ªa mucho caminar y estaba muy cansada, pero pas¨® pronto. Un mes despu¨¦s volv¨ª a mi rutina diaria¡±, relata la profesora de ingl¨¦s.
La brit¨¢nica arrastra algunas lesiones leves, pese a todo. Ha perdido movilidad en los dedos de las manos, una molestia presente desde su alta hospitalaria y para la que precisa rehabilitaci¨®n. ¡°Me cuesta mucho juntar los dedos, ejercito diferentes m¨²sculos de las manos una hora al d¨ªa¡±, explica.
Hay una novedad con respecto a los s¨ªntomas que aparecieron previamente en el hospital. ¡°Estoy perdiendo pelo¡±, indica Mash. ¡°Antes solo eran dos calvas peque?itas, y ahora es una m¨¢s grande. Como yo no puedo verla, y mi marido no quer¨ªa preocuparme, no me di cuenta hasta que mi madre me pregunt¨® por qu¨¦ se hab¨ªa agrandado¡±, relata la paciente.
¡°Normalmente, esto ocurre en pacientes cr¨ªticos con hipotermias severas¡±, apunta el doctor Argudo. ¡°El cuerpo estuvo durante horas sin suficiente aporte de sangre y ox¨ªgeno, y aunque esto no caus¨® da?os neurol¨®gicos, se han producido otro tipo de lesiones¡±. El m¨¦dico cree que la cabeza se ve afectada por ser una zona de apoyo. La presi¨®n del cr¨¢neo contra el suelo o la cama del hospital hace que llegue a¨²n menos sangre y ox¨ªgeno a la zona, lo que provoca la p¨¦rdida capilar. ¡°No es demasiado habitual, pero est¨¢ descrito en pacientes graves¡±, aporta Riera.
Audrey se prometi¨® regresar a las monta?as en el plazo de un a?o. ¡°Hay tanta naturaleza en Catalu?a¡ es uno de los motivos por los que escogimos Barcelona para vivir¡±, dice. ¡°Me pondr¨ªa muy triste si dejase de hacer monta?ismo¡±. Pese a los miedos de su pareja, la inglesa ya tiene planeadas para pr¨®ximos fines de semana dos rutas de senderismo sencillas por Ripoll y la sierra de Collserola. ¡°No considero que mi perspectiva vital haya cambiado tras el accidente. Creo que tuve la suerte de tener una vida feliz antes de que sucediese. Si algo ha cambiado, es que me he dado cuenta de que era feliz¡±, concluye Mash.
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