Cuidados invisibles: ?de la crisis a la revoluci¨®n?

¡°Sin cuidados, no hay vida¡±. Es la advertencia que desde hace tiempo repiten los profesionales de la salud, trabajadoras del hogar, auxiliares en residencias, quienes tienen a su cargo a personas con discapacidad y quienes cuidan de los m¨¢s mayores y de los m¨¢s peque?os en hogares propios o ajenos. Ahora, al percatarnos de nuestra propia fragilidad, cuando nos hemos visto obligados a entender de forma colectiva la importancia de cuidar y ser cuidados, sus reivindicaciones adquieren una nueva dimensi¨®n.

¡°El cuidado es la esencia de la existencia, sin cuidado dejaremos de existir¡±, opina Antonio Torres (@ArteCuid), quien ha pasado los ¨²ltimos meses atendiendo a personas mayores en residencias intervenidas por la Generalitat en Barcelona: ¡°Ahora que estoy cuidando de pacientes de covid-19 en edad avanzada, incluso en el proceso final de la vida, me est¨¢n ense?ando a vivir. Comparten conmigo experiencias, silencios y miradas que me ayudan a crecer como persona y como enfermera¡±, explica. Aunque la ¡°a¡± final parece no corresponder a su g¨¦nero, aclara que ¨¦l prefiere denominarse as¨ª porque se trata de una profesi¨®n femenina en la que el 85% de las trabajadoras son mujeres: ¡°Yo me siento enfermera y no dejo de ser m¨¢s hombre por ello. Adem¨¢s, tengo el placer de decir que tanto mi hijo como mi hija tambi¨¦n ser¨¢n enfermeras¡±, indica Antonio, consciente del peso de los cuidados que sobre sus hombros han acarreado tradicionalmente las mujeres a lo largo de la historia, incluido el momento actual.

Lo que nos hace humanos

Al igual que Antonio Torres, Esther G¨®mez (@mienfermerafavorita en redes sociales) lleva meses cuidando m¨¢s all¨¢ del deber. Despu¨¦s de cada turno en el hospital 12 de Octubre de Madrid y durante sus d¨ªas libres administra una medicina para la que no es necesaria receta: el cari?o y el ¨¢nimo de una cara conocida expresando en palabras un abrazo que las medidas de aislamiento no permiten materializar.

Esther es la enfermera de 26 a?os que ha fundado la Asociaci¨®n Acortando la Distancia, nacida con el objetivo de propiciar la comunicaci¨®n entre pacientes y familiares, humanizando as¨ª la estancia hospitalaria: ¡°Estas videollamadas curan un poco el alma, tanto del paciente como de la familia¡±, asegura. ¡°Hace un par de d¨ªas estuve con un se?or que llevaba 27 d¨ªas ingresado. En cuanto le extubaron, hicimos una llamada en la que conoci¨® a su nieta, que hab¨ªa nacido hac¨ªa unos d¨ªas. No puedes imaginar lo que supuso para ¨¦l¡±, explica.

Cuenta que todo empez¨® gracias al ejemplo de un m¨¦dico italiano: ¡°Dijo que se hab¨ªa llevado su tablet al hospital y hab¨ªa hecho la videollamada porque no pod¨ªa entender que en un mundo tan avanzado una despedida fuera tan inhumana. Entonces se me ocurri¨®: si todo el dinero que las empresas quieren donar lo utilizamos para comprar dispositivos, nadie se va a morir sin poder despedirse¡±. Empez¨® con su propio tel¨¦fono y luego, al dar a conocer su iniciativa, lleg¨® una avalancha de solidaridad: ¡°Lanc¨¦ esta idea el 22 de marzo y al d¨ªa siguiente ya ten¨ªa un mont¨®n de personas llamando a mi puerta. Era una iniciativa que estaba en pa?ales, pero de repente lleg¨® el Grupo MASMOVIL y nos dio 300.000 € que se han traducido en dispositivos con pantallas enormes y l¨ªneas, routers, wifi¡­¡±, cuenta Esther.

Ya son casi 2.000 los dispositivos distribuidos, pero de lo que se siente m¨¢s orgullosa es de haber acortado las distancias en m¨¢s de 500 centros sociosanitarios diferentes: ¡°Me he peleado mucho para que lleguen no solo a los hospitales, sino a las residencias de ancianos, a pisos tutelados, a asociaciones que cuidan de personas con discapacidad que estaban olvidadas¡­ Haciendo una estimaci¨®n a la baja estamos hablando de 9.000 videollamadas al d¨ªa en toda Espa?a¡±, indica Esther, quien asegura que esta iniciativa permitir¨¢ seguir proporcionando cuidados invisibles tambi¨¦n en el futuro, ya que dichos tel¨¦fonos quedar¨¢n para siempre en los centros.

Adem¨¢s, apunta que hay otros muchos gestos que no aparecen en estad¨ªsticas, cuadrantes ni salarios que tambi¨¦n son indispensables para el bienestar de quienes se encuentran en una situaci¨®n vulnerable: ¡°?Sabes cu¨¢l es la persona con la que m¨¢s se sincera un paciente durante su ingreso?¡±, pregunta Esther. Deducimos que, muy probablemente, sea con una enfermera como ella. Pero estamos equivocados: ¡°Con la trabajadora de la limpieza. Y no lo digo yo, sino que ha quedado registrado en estudios. Porque el paciente se desnuda, la ve como un igual y se siente escuchado, cuidado. Eso tambi¨¦n son cuidados imprescindibles. Si una limpiadora no limpia un quir¨®fano, no opera nadie. Tenemos que valorar lo m¨¢s b¨¢sico porque, sin eso, no podemos hacer nada grande¡±, reclama.

Cuidar de quienes cuidan

Gabriel Heras, m¨¦dico intensivista y director del Proyecto HU-CI, realiza desde 2014 acciones de mejora vitales para aliviar el sufrimiento psicol¨®gico y emocional de los pacientes. A ra¨ªz de la pandemia, puso en marcha el programa H-Unidos y fue una de las personas que contact¨® con Esther para solicitar algunos de los terminales distribuidos por ella: ¡°Cuando alguien hace una llamada y facilita ese encuentro, el personal se conecta con su vocaci¨®n porque hace las cosas como siente que tienen que ser¡±, explica el m¨¦dico. Para ¨¦l, ¡°la humanizaci¨®n es la poes¨ªa de los cuidados¡±.

Adem¨¢s de facilitar la comunicaci¨®n con el exterior de los pacientes, los 60 tel¨¦fonos donados por Acortando la Distancia y gestionados por el Proyecto HU-CI est¨¢n sirviendo para velar por el bienestar psicol¨®gico de los propios sanitarios ¡°para que no caigan en depresiones, ansiedad o estr¨¦s postraum¨¢tico¡±, explica Gabriel.

¡°Los cuidados te ayudan a sostenerte con cierta serenidad frente a un desaf¨ªo que, de alguna manera, te sobrepasa¡±, y no hay situaci¨®n tan en el abismo como la que han vivido los sanitarios, cuenta Javier Fr¨¨re, psic¨®logo y responsable de otra iniciativa que busca cuidar de quienes nos cuidan: Desde Casa te Escucho es un proyecto para dar apoyo psicol¨®gico telef¨®nico y gratuito a este colectivo durante, pero tambi¨¦n, despu¨¦s de la pandemia.

En ese desahogo del sanitario con el profesional hay un ejercicio de revelaci¨®n personal indispensable para su bienestar emocional, para entender la experiencia que en muchos casos se ha tornado traum¨¢tica: ¡°Cuando t¨² se lo tienes que explicar a alguien, lo ordenas y te lo explicas a ti mismo y empiezas a detectar qu¨¦ te est¨¢ pasando¡±, se?ala el psic¨®logo. A pesar del sufrimiento, Javier ve un poso de optimismo para cuando desaparezcan las incertidumbres que ahora compartimos, la ola que acabar¨¢ retir¨¢ndose nos dejar¨¢ ver mejor los pilares que han resistido: ¡°El amor no est¨¢ solo en un 'te quiero'; el amor son los cuidados. Y siempre sobre la premisa de que son mutuos: yo te cuido, t¨² me cuidas. Ojal¨¢ esta revalorizaci¨®n de los v¨ªnculos sociales se mantuviera¡±.

La importancia de lo invisible: el futuro de los cuidados

Cuidar es tener presente la situaci¨®n completa del otro, asumir la responsabilidad de velar por un bienestar compartido, y en este proceso de humanizaci¨®n, de dignificaci¨®n y de visibilizaci¨®n de esfuerzos que muchas veces pasan desapercibidos, cuidar puede empezar con una llamada, con un gesto que impulse una cadena de apoyos, con una mirada de atenci¨®n que favorezca el cuidado de quienes cuidan, con la actitud de personas como Antonio, como Esther, como Gabriel, como Javier¡­ Como las acciones y actitudes de millones de personas detr¨¢s de las iniciativas recogidas en Pienso, Luego Act¨²o que durante la crisis entendieron la importancia de ofrecer ideas y herramientas para cuidar y ser cuidados.

?Es posible que cuidar y cuidarnos sea la gran revoluci¨®n pendiente que ya est¨¢ empezando a concretarse? Albert Camus dec¨ªa: ¡°La peste nos ense?a que hay en los hombres m¨¢s cosas dignas de admiraci¨®n que de desprecio¡±, y son las palabras de estos profesionales las que, quiz¨¢, deban permanecer en la memoria. Todav¨ªa no sabemos c¨®mo ser¨¢ el mundo de ma?ana, pero sin cuidados, no ser¨¢ mundo. Todas las personas que siempre cuidaron, las que ahora cuidan y las que cuidar¨¢n ma?ana son la esperanza para que los hilos invisibles que tejen la vida se fortalezcan.

Contenido adaptado del v¨ªdeo

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(Voz en off) Sin cuidados, no hay vida.

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(Voz en off) Nos lo dicen los profesionales de la salud y todos aquellos que cuidan pero que, a veces, no vemos.

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(Voz en off) Es ahora, m¨¢s que nunca, cuando estamos entendiendo, a la fuerza y de forma colectiva, la importancia de cuidar y ser cuidados.

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(Voz en off) ?Y si empezamos a construir la vida poniendo los cuidados en el centro?

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(Voz en off) Como Acortando la Distancia, esa iniciativa que consigue unir a los pacientes aislados y sus familias en los momentos m¨¢s duros, realizando 9.000 videollamadas al d¨ªa en 425 centros.

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(Esther G¨®mez) Es algo tan sencillo como hacer que puedan volver a verse. Estas videollamadas realmente curan un poco el alma, tanto del paciente como de la familia.

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(Voz en off) ?Y si entendemos que para curar hay cuidar, y ponemos en valor la humanizaci¨®n del ¨¢mbito sanitario?

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(Voz en off) Por eso, el PROGRAMA H-UNIDOS acerca a familias y pacientes, y tambi¨¦n a sanitarios y psic¨®logos.

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(Gabriel Heras) La herramienta que transformar¨¢ la asistencia sanitaria es la humanizaci¨®n de los cuidados. Y esto lo tenemos que hacer entre todos: pacientes, familias y profesionales.

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(Voz en off) Porque es esencial cuidar a quien cuida, se ha creado tambi¨¦n #DesdeCasaTeEscucho.

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(Voz en off) Un proyecto con el que la Asociaci¨®n Espa?ola de Neuropsiquiatr¨ªa ofrece apoyo psicol¨®gico al personal sanitario.

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(Javier Fr¨¨re) La escucha, aunque parezca una cosa insignificante, es muy importante. Porque es la forma esencial del cuidado: escuchar al otro.

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(Voz en off) Una llamada, una mirada atenta¡­

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(Voz en off) El cuidado puede ser el motor del cambio social.

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(Voz en off) Todav¨ªa no sabemos c¨®mo ser¨¢ el mundo de ma?ana, pero con los cuidados, siempre ser¨¢ mundo.

Este contenido ha sido elaborado por Yoigo.