?A qui¨¦n vacunar a continuaci¨®n?

Que las primeras vacunas deb¨ªan ser para las residencias geri¨¢tricas y el personal sanitario no ofrec¨ªa ninguna duda. El consenso era total y generalizado a nivel mundial. En nuestro caso, estaba m¨¢s que justificado: casi la mitad de las muertes registradas por covid-19 se han producido en residencias de ancianos y el personal sanitario, que ya pag¨® un alto precio por la desprotecci¨®n inicial, sigue siendo el co...

Que las primeras vacunas deb¨ªan ser para las residencias geri¨¢tricas y el personal sanitario no ofrec¨ªa ninguna duda. El consenso era total y generalizado a nivel mundial. En nuestro caso, estaba m¨¢s que justificado: casi la mitad de las muertes registradas por covid-19 se han producido en residencias de ancianos y el personal sanitario, que ya pag¨® un alto precio por la desprotecci¨®n inicial, sigue siendo el colectivo m¨¢s expuesto. Pero ahora viene el peliagudo reto de decidir a qui¨¦n vacunar a continuaci¨®n. Y eso ya no est¨¢ tan claro. En Espa?a a¨²n no se ha decidido, pero en el Reino Unido, por ejemplo, ya se sabe que ser¨¢n los mayores de 65 a?os, para ir bajando luego por franjas de edad. Ese es el criterio por el que se inclinaba tambi¨¦n el Centro para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos y la estrategia que van a seguir muchos pa¨ªses. Si el objetivo es inmunizar primero a quienes tienen un mayor riesgo de contraer enfermedad grave y morir, es en esa franja de edad en la que se da la mayor prevalencia de patolog¨ªas asociadas que pueden agravar el pron¨®stico. La edad cubre en este caso el criterio de mayor vulnerabilidad ante la enfermedad.

Pero en las ¨²ltimas semanas se ha suscitado en Estados Unidos un interesante debate sobre si la edad debe ser el ¨²nico criterio a tener en cuenta. Es el m¨¢s f¨¢cil de aplicar y el que menos controversia social genera, pero tal vez no sea ni el m¨¢s justo ni el m¨¢s conveniente para frenar el virus. El Comit¨¦ Consultivo sobre Pr¨¢cticas de Inmunizaci¨®n, dependiente del CDC, debati¨® esta cuesti¨®n el pasado 3 de enero. Y recomend¨® incluir a los trabajadores esenciales en la siguiente tanda de vacunaciones. No abandon¨® el criterio de edad, pero lo combin¨® con un criterio social.

El debate ilustra la dificultad que entra?a priorizar cuando hay vidas en juego. Como se?ala Mildred Z. Solomon, presidenta del The Hastings Center de Nueva York, uno de los organismos de referencia en temas de bio¨¦tica, las decisiones m¨¢s dif¨ªciles son aquellas que tratan de ponderar entre dos objetivos igualmente importantes y leg¨ªtimos. Todos esperaban una fuerte controversia, pero la conclusi¨®n del comit¨¦ fue muy clara: por 13 votos a uno se inclin¨® por recomendar que se vacune simult¨¢neamente a los mayores de 70 a?os y a los trabajadores esenciales. Entre ellos se cuentan profesores, socorristas, cajeras, conductores de autob¨²s y cualquier otro empleado de un servicio indispensable que exija contacto con el p¨²blico.

Los argumentos esgrimidos son interesantes. Entre los 65 y 70 a?os mucha gente goza de buena salud y puede aplicar medidas de autoprotecci¨®n para evitar los contagios. Los trabajadores esenciales, en cambio, est¨¢n obligados a una exposici¨®n permanente. Entre las razones para darles prioridad, las hay de tipo instrumental: son esenciales para el funcionamiento del pa¨ªs y protegerles a ellos es una forma de evitar que el virus circule, pues al estar m¨¢s expuestos, se contagian m¨¢s y transmiten m¨¢s.

Pero tambi¨¦n entran en consideraci¨®n criterios de justicia social. En Estados Unidos los afroamericanos y los latinos han sufrido tres veces m¨¢s la covid-19 que las comunidades blancas anglosajonas. En casi todos los pa¨ªses, las capas sociales m¨¢s desfavorecidas se han contagiado m¨¢s porque ocupan trabajos que no pueden hacerse a distancia y comparten m¨¢s el espacio vital. Los trabajadores esenciales han sostenido los servicios p¨²blicos durante la pandemia, incluso a costa de poner en riesgo su salud. La sociedad tiene con ellos una deuda de gratitud.

Priorizar por edad es f¨¢cil. Lo dif¨ªcil es discriminar por categor¨ªas. Por ejemplo, qu¨¦ patolog¨ªas asociadas deber¨ªan considerarse como factor de riesgo prioritario para recibir antes la vacuna. Y lo mismo para los criterios de riesgo laboral: qu¨¦ posiciones se consideran de primera l¨ªnea entre el personal sanitario o qu¨¦ colectivos deben considerarse trabajadores esenciales. No es f¨¢cil, seguro, decidir, pero nadie dijo que la ¨¦tica fuera sencilla.

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