La vacunaci¨®n abre una batalla por salvar vidas y ganar influencia global
Europa vive con nerviosismo el arranque de una campa?a que incidir¨¢ en los equilibrios geopol¨ªticos en el mundo posterior a la covid-19
Es la mayor campa?a de vacunaci¨®n de la historia. De su ¨¦xito o fracaso depender¨¢ que, despu¨¦s de casi un a?o de confinamientos y otras medidas para frenar el coronavirus, miles de millones de personas vivan y trabajen sin miedo al contagio. Est¨¢ en juego la salud de la humanidad y la posibilidad de que la econom¨ªa del planeta salga de la peor recesi¨®n en d¨¦cadas.
Pero hay algo m¨¢s. Deber¨ªa ser un esfuerzo conjunto de todo el planeta; en realidad, se escenifica una competici¨®n entre pa¨ªses por ver qui¨¦n vacuna m¨¢s r¨¢pido y mejor. Es una cuesti¨®n de prestigio. Y de poder.
¡±No solo ocurre que las grandes potencias intentan afirmar su primac¨ªa al acaparar dosis o afirmar que su vacuna es mejor que las dem¨¢s¡±, explica la especialista en geograf¨ªa pol¨ªtica Luiza Bialasiewicz, profesora de gobernanza europea en la Universidad de ?msterdam. ¡°La vacuna se usa como un arma¡±, a?ade.
Bialasiewicz pone el ejemplo de las im¨¢genes de la vacuna rusa, que lleva el nombre del sat¨¦lite sovi¨¦tico de la Guerra Fr¨ªa Sputnik, llegando a Argentina, o las vacunas chinas en ?frica. Tambi¨¦n la Uni¨®n Europea (UE), donde el arranque de la campa?a ha sido m¨¢s lento que en otros pa¨ªses, se enfrenta a una nueva prueba para su capacidad de actuar como potencia global.
Cuando ha pasado m¨¢s de un mes del inicio de las campa?as en Estados Unidos y Reino Unido, las dudas se instalan en algunos pa¨ªses de la UE, que decidi¨® hace meses centralizar la compra de las dosis para distribuirlas de forma equitativa entre los miembros y negociar en posici¨®n de fuerza precios m¨¢s favorables. Ahora hay signos de impaciencia y de divisi¨®n.
¡±Todo retraso son vidas que no podr¨¢n salvarse. Es una carrera contrarreloj¡±, dice Antoine Flahault, director del Instituto de Salud Global de la Universidad de Ginebra, en Suiza. ¡°Adem¨¢s, las nuevas variantes que quiz¨¢ sean m¨¢s transmisibles que las cepas precedentes nos conducen a acelerar la protecci¨®n de las personas vulnerables. Cuanto m¨¢s r¨¢pido, mejor. Si puede hacerse en unos d¨ªas, mejor que en unas semanas, y si puede hacerse en unas semanas, mejor que en unos meses¡±.
Como sucedi¨® en la Guerra Fr¨ªa con la competici¨®n entre Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica por conquistar el espacio o con la carrera armament¨ªstica, la vacunaci¨®n contra un virus que en un a?o ya ha matado a m¨¢s de dos millones de personas ha abierto una lucha por la influencia. Esta lucha incidir¨¢ en los equilibrios geopol¨ªticos en un momento de fragilidad de la hegemon¨ªa estadounidense, de consolidaci¨®n del poder chino y de indecisi¨®n europea. Del resultado de las campa?as dependen millones de vidas y la confianza de los ciudadanos en los Gobiernos de sus pa¨ªses; un fracaso ¡ªpor la carest¨ªa de dosis, los atascos en la distribuci¨®n o la ineficacia para frenar la covid-19¡ª tendr¨ªa consecuencias graves para los gobernantes y la confianza en el sistema despu¨¦s de los tropiezos de muchas democracias occidentales en la gesti¨®n de la pandemia en 2020.
Desconfianza en la estrategia com¨²n
El viernes, varios pa¨ªses europeos expresaron su ¡°gran preocupaci¨®n sobre la sostenibilidad y la credibilidad del proceso de vacunaci¨®n¡± tras el anuncio de un retraso en la distribuci¨®n de las vacunas que produce el laboratorio estadounidense Pfizer junto a la alemana BioNTech. La Hungr¨ªa del nacionalista Viktor Orban lleva semanas alimentando la desconfianza hacia la estrategia com¨²n en la vacunaci¨®n, y ha decidido comprar vacunas a la china Sinopharm.
En Francia, donde el escepticismo, m¨¢s all¨¢ del movimiento antivacunas, est¨¢ arraigado, el Gobierno empez¨® la campa?a con cuentagotas, lo que dispar¨® las alarmas. Hab¨ªa un motivo para la lentitud: persuadir a los reticentes. ¡±Nuestro primer reto consist¨ªa en crear las condiciones para que los franceses tuviesen ganas de vacunarse¡±, declara a EL PA?S la ministra francesa de la Funci¨®n P¨²blica, Am¨¦lie de Montchalin. ¡°Incontestablemente funciona¡±. A finales de diciembre, solo un 42% de franceses quer¨ªa vacunarse; ahora son un 56%, seg¨²n un sondeo. El ritmo de vacunaci¨®n se ha acelerado.
En Alemania, donde el ritmo de vacunaci¨®n fue m¨¢s r¨¢pido que en Francia, algunas cr¨ªticas se dirigieron a la Comisi¨®n Europea y al procedimiento com¨²n en la autorizaci¨®n y adquisici¨®n de las dosis, considerado como demasiado burocr¨¢tico. ¡°Es dif¨ªcil explicar que se desarrollase una vacuna muy buena en Alemania y que se haya vacunado m¨¢s r¨¢pido en otros lugares¡±, se quej¨® a principios de a?o el presidente del estado federado de Baviera, Markus S?der, en una entrevista con el dominical Bild am Sonntag. ¡°El factor tiempo es crucial. Si Israel, Estados Unidos o Reino Unido est¨¢n m¨¢s adelantados en la vacunaci¨®n, tambi¨¦n se beneficiar¨¢n econ¨®micamente¡±.
En todo el mundo, se han administrado 37,9 millones de dosis de vacuna contra el coronavirus, seg¨²n un c¨¢lculo de la agencia Bloomberg. De estos, 12,9 millones en Estados Unidos; 9 millones en China y 4,8 millones en la UE. Lo primero que llama la atenci¨®n en el mapamundi de la inmunizaci¨®n es el gran vac¨ªo en buena parte del hemisferio sur, donde o bien no hay datos disponibles o las tasas de vacunaci¨®n son anecd¨®ticas.
Si la comparaci¨®n se hace seg¨²n el n¨²mero de dosis por cada cien habitantes, los europeos salen mal parados: 1,09 dosis por cien habitantes, frente a las 3,95 de Estados Unidos, las 5,51 del Reino Unido reci¨¦n salido de la UE, las 15,5 de Emiratos ?rabes Unidos o las 24,24 de Israel, el pa¨ªs m¨¢s adelantado.
¡±Si se hace el paralelismo con la carrera armament¨ªstica, la capacidad de movilizaci¨®n de Estados Unidos es fenomenal: siempre se subestima¡±, dice Fran?ois Heisbourg, consejero del laboratorio de ideas International Institute for Strategic Studies. ¡°Las dos primeras vacunas que obtuvieron la autorizaci¨®n de las agencias m¨¢s exigentes, la europea y la estadounidense, son las de Pfizer y Moderna, que son estadounidenses, con ayuda alemana en el caso de la primera¡±.
La campa?a de vacunaci¨®n, como se vio en Francia durante los primeros d¨ªas, ofrece un campo abonado para las teor¨ªas de la conspiraci¨®n. ¡°Vivimos un momento de v¨¦rtigo geopol¨ªtico¡±, reflexiona Bialasiewicz, de la Universidad de ?msterdam, ¡°y la pandemia no ha hecho m¨¢s que exacerbar tendencias previas, como la desconfianza en las ¨¦lites y en el conocimiento cient¨ªfico y de otro tipo¡±.
Para Heisbourg, es pronto para evaluar el ¨¦xito o fracaso de la operaci¨®n. La batalla no ha hecho m¨¢s que comenzar, las medidas de confinamiento y las restricciones siguen en pie en muchos pa¨ªses y las variantes del virus pueden obligar a modificar los c¨¢lculos. ¡°Si esto es una prueba¡±, dice, ¡°no es un sprint de 100 metros, pero tampoco sabemos si ser¨¢ una carrera de 5.000 metros o una marat¨®n¡±.
La UE, China y el tablero africano
¡°Si la Comisi¨®n Europea no hubiese actuado, habr¨ªan empeorado las divisiones y la desigualdad en la UE: mantener conjuntada a la Uni¨®n es un logro pol¨ªtico. Y negoci¨® bastante bien los precios¡±, dice Sueri Moon, codirectora del Centro de Salud Global en el Graduate Institute de Ginebra. Moon precisa que, al comprar los europeos gran parte del suministro global, se socavaron los esfuerzos de COVAX, el mecanismo multilateral para dar acceso a las vacunas a los pa¨ªses con ingresos bajos. ¡°La caracter¨ªstica de la carrera de las vacunas es que cada pa¨ªs antepone sus intereses nacionales o regionales¡±, afirma Moon.
¡°La producci¨®n occidental y europea de vacunas es limitada¡±, dice Theodore Murphy, responsable de ?frica en el European Council on Foreign Relations. Al depender COVAX de la producci¨®n occidental, y al dar prioridad la UE a la vacunaci¨®n de sus ciudadanos, los pa¨ªses con ingresos bajos han quedado relegados. Y aqu¨ª interviene China, que dispone de un exceso de vacunas que puede distribuir en ?frica. ¡°Los europeos¡±, dice Murphy, ¡°competimos con China en ?frica, y por eso debemos mirar a las vacunas no solo como un asunto humanitario, sino como un momento en el que podemos demostrar nuestro valor como socios¡±.
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