Vacunas para los pa¨ªses en desarrollo: mientras no estemos todos seguros nadie lo estar¨¢
Es inaceptable el desequilibrio entre regiones ricas y pobres. En 2021 hay que inmunizar, por lo menos, a todos sus sanitarios y poblaciones vulnerables
El director de la OMS acaba de calificar como inaceptable el desequilibrio en la distribuci¨®n global de vacunas entre pa¨ªses ricos y pobres, siendo as¨ª que para superar la covid-19 es necesario vacunar a todos los pa¨ªses y en 2021, por lo menos, a todos sus sanitarios y poblaciones vulnerables. Incluso antes de vacunar en el Norte a los poco vulnerables. Mientras no estemos todos seguros nadie estar¨¢ seguro. Por justicia...
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El director de la OMS acaba de calificar como inaceptable el desequilibrio en la distribuci¨®n global de vacunas entre pa¨ªses ricos y pobres, siendo as¨ª que para superar la covid-19 es necesario vacunar a todos los pa¨ªses y en 2021, por lo menos, a todos sus sanitarios y poblaciones vulnerables. Incluso antes de vacunar en el Norte a los poco vulnerables. Mientras no estemos todos seguros nadie estar¨¢ seguro. Por justicia y solidaridad, pero tambi¨¦n por ego¨ªsmo.
Para conseguirlo, lo m¨¢s pr¨¢ctico es desarrollar el programa Covax de la OMS en tres formas:
- Que los pa¨ªses ricos ¡ªincluida Espa?a¡ª donen a¨²n m¨¢s fondos, todo lo que la OMS pide.
- Que donen a Covax las vacunas que pronto les sobrar¨¢n. Los acuerdos anticipados de compra de la UE, EE UU y el Reino Unido permitieron desarrollarlas, pero ahora tienen que repartirlas para beneficiar a todo el mundo. El plan del Gobierno de donar 7,5 millones de dosis a pa¨ªses latinoamericanos cuando lleguemos al 50% de poblaci¨®n vacunada es muy buena noticia.
- Estimular con energ¨ªa los acuerdos entre empresas para aumentar la fabricaci¨®n global. Algunos entre grandes productores han sido ya decisivamente impulsados por los gobiernos norteamericano y europeos. El consorcio de acceso a la tecnolog¨ªa de la OMS (C-TAP) deber¨ªa revitalizarse.
En este muy corto plazo alterar las patentes puede no ser pr¨¢ctico, no aumentar la capacidad global de fabricaci¨®n, generar rechazo del sector privado y desanimar inversiones en innovaciones futuras. Las vacunas tienen que llegar a los pa¨ªses pobres ya, en las pr¨®ximas semanas. No podemos esperar a reformas legales, aunque sea cierto que las patentes tienen muchos defectos y se deben transformar en el medio plazo.
Adem¨¢s, las patentes no son el obst¨¢culo principal para ampliar la producci¨®n. La barrera es el conocimiento no patentable (¡°know how¡±), complejo y no improvisable, necesario para saber fabricar. Es mejor y m¨¢s r¨¢pido que este se trasmita por acuerdos voluntarios, impulsados con energ¨ªa, si es necesario, por los gobiernos, capaces de convencer a cualquier empresa, por muy multinacional que sea. Esta tercera v¨ªa, defendida por la directora de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio, es imprescindible.
Para el medio y largo plazo, en cambio, el G20, la Uni¨®n Europea y EE UU deben liderar proyectos globales, audaces y ambiciosos que den respuesta a las necesidades de prevenci¨®n, investigaci¨®n y fabricaci¨®n de toda la Humanidad.
Es necesario reafirmar el multilateralismo, la cooperaci¨®n internacional y el liderazgo de la OMS, contra el nacionalismo de las vacunas y hacerlas llegar a todo el planeta utilizando las cooperaciones p¨²blico-privadas. Pero el modelo anterior no sirve. La industria de vacunas estaba plagada ya antes de la pandemia de fallos del mercado y desabastecimientos.
El desarrollo de las vacunas ha sido un ¨¦xito, apoyado en el sector p¨²blico, adecuada financiaci¨®n y certidumbre y la colaboraci¨®n entre cient¨ªficos y empresas y se debe perseverar en estas l¨ªneas.
Incrementar y repartir r¨¢pida y globalmente la capacidad de fabricaci¨®n y distribuci¨®n exige avanzar m¨¢s all¨¢ del actual sistema de patentes y los acuerdos inter-empresas. Para que la tecnolog¨ªa se transmita eficientemente habr¨¢ que potenciar instrumentos cooperativos (como C-TAP) y dise?ar mecanismos imaginativos, con todas las innovaciones institucionales que sean necesarias. Podr¨ªamos asignar entre fabricantes el conocimiento y metodolog¨ªa, generados por los sectores p¨²blico y privado, con mecanismos competitivos y transparentes, como se hace con el espacio radioel¨¦ctrico o con el cr¨¦dito por los bancos centrales. Tambi¨¦n hay que ajustar los riesgos regulatorios y de responsabilidad civil. Para todo ello son necesarias agencias p¨²blicas muy capaces. Hoy no hay mejor inversi¨®n de los fondos p¨²blicos que las vacunas.
El mercado es insuficiente, pero no podemos prescindir de sus potencialidades. Hemos de mantener los incentivos a la inversi¨®n privada. Las vacunas tienen que ser buen negocio. Bueno porque genere beneficios sustanciales, pero no parasitarios de los fondos p¨²blicos ni depredadores; bueno por innovador y porque mantenga exquisitos controles de calidad y seguridad; bueno por socialmente responsable a escala global.
No queda tiempo que perder. Apoyemos a la OMS, d¨¦mosle la financiaci¨®n que necesita, cedamos las vacunas que nos van a sobrar pronto y transformemos el sistema productivo global. Acabemos con esta pandemia y prepar¨¦monos tambi¨¦n para la pr¨®xima. Tenemos tecnolog¨ªa, un mercado de 7.000 millones de personas, capacidad de financiaci¨®n, alt¨ªsimos retornos a la inversi¨®n y los conocimientos econ¨®micos para dise?ar los nuevos mecanismos necesarios.
F¨¦lix Lobo es catedr¨¢tico em¨¦rito de la Universidad Carlos III de Madrid, director de Econom¨ªa y Pol¨ªticas de Salud de Funcas.