Rumania, la Europa que no se vacuna
La desconfianza hacia las autoridades y las campa?as de desinformaci¨®n han llevado al pa¨ªs a tener solo el 26% de la poblaci¨®n inmunizada, la tasa m¨¢s baja de la UE despu¨¦s de Bulgaria, con solo un 19%
Roxana imparte lengua rumana en un c¨¦ntrico instituto de Bucarest y, pese al inminente inicio de curso a principios de septiembre, todav¨ªa no piensa en vacunarse contra la covid-19 como muchos compa?eros de trabajo ¨Cel 60% de los profesores ya est¨¢n inmunizados¨C. Teme que la vacuna le genere efectos adversos y desconf¨ªa de las autoridades, de los medios de comunicaci¨®n y los m¨¦dicos. ¡°No quiero vacunarme; hay un d¨¦ficit de comunicaci¨®n de quienes deb...
Roxana imparte lengua rumana en un c¨¦ntrico instituto de Bucarest y, pese al inminente inicio de curso a principios de septiembre, todav¨ªa no piensa en vacunarse contra la covid-19 como muchos compa?eros de trabajo ¨Cel 60% de los profesores ya est¨¢n inmunizados¨C. Teme que la vacuna le genere efectos adversos y desconf¨ªa de las autoridades, de los medios de comunicaci¨®n y los m¨¦dicos. ¡°No quiero vacunarme; hay un d¨¦ficit de comunicaci¨®n de quienes deben promover la vacunaci¨®n, informaciones contradictorias entre especialistas y agresivas campa?as en contra de conocidos personajes en la televisi¨®n y las redes sociales¡±, advierte la profesora, de 43 a?os. Asegura que una vacuna hallada en tan poco tiempo no puede convencerla. Su perfil es diferente del de la mayor¨ªa de antivacunas en Rumania, que se concentran en las zonas rurales, con bajos ingresos y sin apenas estudios. Para apoyar sus argumentos, Roxana dice tener ¡°colegas de trabajo que afirman que no existe ninguna pandemia y se interrogan sobre qu¨¦ sentido tiene vacunarse cuando el n¨²mero de contagios y fallecidos muestra que [la crisis sanitaria] est¨¢ a punto de acabar¡±, prosigue.
Con el 26% de la poblaci¨®n inmunizada, muy por debajo del 67% de la media europea, Rumania se halla en la cola de la Uni¨®n Europea en cuanto al ritmo de vacunaci¨®n, tan solo por delante de la vecina Bulgaria, con 19%. No siempre fue as¨ª: cuando llegaron las primeras dosis a principios de a?o, las autoridades se mostraron euf¨®ricas al ver c¨®mo la gente acud¨ªa a vacunarse. Pero solo se trataba de la parte de la poblaci¨®n que lo ten¨ªa claro y acud¨ªa conforme llegaban dosis. Los problemas comenzaron despu¨¦s, cuando se trata de alcanzar al resto, la gran mayor¨ªa. Tras inocular el pasado mes de mayo a m¨¢s de 100.000 personas en un d¨ªa, ya son menos de 15.000 por jornada las que reciben las dosis en agosto.
Hasta ahora, solo unos cinco millones de rumanos se han vacunado en un pa¨ªs de 19,4 millones de habitantes, la mitad del objetivo marcado para septiembre por el Gobierno, que ya ha tenido que vender 1.1700.00 dosis de Pfizer a Dinamarca y otras 700.000 a Irlanda para evitar que caducaran ante gran cantidad de viales adquirida. Las zonas rurales, m¨¢s pobres y envejecidas, acusan sobre todo el desapego hacia las vacunas, con apenas el 15% de poblaci¨®n inmunizada frente a las tasas de alrededor del 40% que se observan en ciudades grandes como Bucarest o Cluj.
Petru Marocico es alcalde de Ulma, uno de esos lugares en los que la vacunaci¨®n suena como algo remoto. Se trata de una comuna de unos 2.000 habitantes en la provincia de Suceava, junto a la frontera de Ucrania, con apenas el 2% de su poblaci¨®n con la pauta de vacunaci¨®n completa. ¡°Yo tampoco me he vacunado. Es una invenci¨®n mundial¡±, cuenta por tel¨¦fono Marocico. ¡°Nunca he estado enfermo¡±, arguye como justificaci¨®n el edil, de 52 a?os, aunque recalca que ha hecho todo lo posible por explicar a sus vecinos las ventajas de la vacunaci¨®n.
Otro alcalde, esta vez de Barbulesti, a 60 kil¨®metros de Bucarest, asegura que ¨¦l no tiene nada que ver con la campa?a de inmunizaci¨®n, aunque su pueblo es el que menor ¨ªndice de vacunaci¨®n tiene del pa¨ªs: solo el 0,33%, de un censo de poco m¨¢s de 5.000 personas est¨¢n inmunizadas. ¡°He delegado las tareas a los servicios sanitarios y he cumplido con mi deber. Si me implicara [en que la gente se vacune] y falleciera alguien, la responsabilidad recaer¨ªa sobre m¨ª¡±, se defiende Vasile Lita, que tampoco se ha vacunado. El regidor asegura que la poblaci¨®n tiene miedo a las vacunas, pero no dice nada de que haya miedo a la covid, pese a que la enfermedad se ha llevado por delante la vida de 34.388 personas en Rumania desde el inicio de la pandemia. Ahora, la incidencia es muy baja, de 20 casos por cada 100.000 habitantes ¨Ccon datos del Centro Europeo de Prevenci¨®n y Control de Enfermedades, ECDC¨C pero los contagios van al alza cada d¨ªa con la variante delta.
Las autoridades est¨¢n preocupadas por estas bajas tasas de inoculaci¨®n, en las que aflora un problema de credibilidad hacia la campa?a, empezando por los propios sanitarios: solo un 58% se ha inmunizado de entre los que trabajan en el sistema p¨²blico. De manera an¨®nima, un m¨¦dico de un hospital de la capital justifica as¨ª su negativa a inmunizarse: ¡°Una vacuna es un experimento gen¨¦tico; la campa?a de vacunaci¨®n, una manipulaci¨®n; y la inmunizaci¨®n, innecesaria¡±, se?ala. El coordinador de la vacunaci¨®n del Gobierno rumano, Valeriu Gheorghita, advierte del alza de los contagios. ¡°Esta nueva ola afectar¨¢ sobre todo a los que no se hayan vacunado¡±, apunta. De hecho, esta semana ha informado de que el 80% de los nuevos contagios ocurren entre personas no vacunadas, igual que el 90% de los fallecimientos. Gheorghita reconoce que detr¨¢s del bajo ritmo de inoculaci¨®n est¨¢ una infructuosa campa?a de informaci¨®n sobre la vacuna, sobre todo a los m¨¦dicos de primaria en las zonas rurales. A todo esto se suma la desconfianza de los rumanos hacia los gobernantes, que ya era pronunciada antes de la pandemia.
Seg¨²n un estudio del Instituto de Investigaci¨®n de Calidad de Vida rumano, dos millones, que representan el 15% de la ciudadan¨ªa, se oponen a las vacunas y recomiendan a sus cercanos que eviten pon¨¦rselas porque creen que no est¨¢n suficientemente probadas. Ante el panorama, las autoridades sanitarias planean introducir bonos como el pago de 100 lei (20 euros) para incentivar el inter¨¦s por la vacunaci¨®n y frenar la ya anunciada cuarta ola, cuyo punto ¨¢lgido se prev¨¦ en septiembre por la variante delta, la m¨¢s contagiosa hasta el momento. Pero poco m¨¢s. De momento, el Gobierno rumano no se plantea introducir la vacunaci¨®n obligatoria en ning¨²n ¨¢mbito, seg¨²n el coordinador de la campa?a vacunal, Valeriu Gheorghita. ¡°El objetivo no pasa por aumentar de cualquier forma el n¨²mero de personas que se vacunan. Es importante que la decisi¨®n se base en su deseo y en la informaci¨®n que disponen¡±, aclara. Por lo tanto, considera que no se debe obligar a los ciudadanos a pon¨¦rsela: ¡°No creo que estemos preparados como sociedad para entender este tipo de enfoque. La vacunaci¨®n obligatoria no es una soluci¨®n.¡±
Redes sociales
Una gran parte de los reticentes ha sido seducida a lo largo de los a?os a trav¨¦s de las campa?as antivacunas difundidas en la televisi¨®n nacional por celebridades, como la presentadora Olivia Steer, quien propaga la idea de que ¡°las vacunas contienen mercurio y aluminio, una mezcla que provoca autismo¡±. Tambi¨¦n se ha presentado una serie de supuestos casos de ni?os que habr¨ªan padecido enfermedades graves o intratables despu¨¦s de inmunizarse. Estas diatribas antivacunas se han viralizado con desorbitada rapidez por Facebook, la red social m¨¢s utilizada en Rumania. Seg¨²n un sondeo de la empresa demosc¨®pica INSCOP en marzo, el 55% de los rumanos ha estado expuesto a noticias falsas.
A este ruido medi¨¢tico le acompa?a el negacionismo religioso, otro germen de disuasi¨®n para vacunarse que ha obligado al Gobierno a pedir la intermediaci¨®n de la Iglesia Ortodoxa Rumana (BOR) para frenar la desinformaci¨®n. Algunos sacerdotes se dedicaban a pregonar teor¨ªas conspirativas y disparates en las eucarist¨ªas, como que ¡°tras la vacunaci¨®n, al poco tiempo y en combinaci¨®n con la nueva enfermedad, la piel de las personas se llenar¨¢ de escamas como peces¡± o que ¡°con la inoculaci¨®n se implanta un microchip de seguimiento en las personas¡±. Estas afirmaciones se convirtieron en virales en los medios sociales, en un pa¨ªs en el que el 85% de la poblaci¨®n se dice cristiano ortodoxo. Pese a que un portavoz de la Iglesia trat¨® de atajar estos mensajes, no existe una respuesta firme, clara y convincente por parte de esta iglesia como la divulgada por su hom¨®loga griega, en la que insta a sus cl¨¦rigos a leer una circular con preguntas y respuestas sobre la vacunaci¨®n.