Cuatro catedr¨¢ticos de Penal diseccionan el auto de Juana Rivas: ¡°Lo del juez Pi?ar es grav¨ªsimo, supura veneno¡±
Los especialistas consideran que el magistrado no debi¨® incluir el tema de los presuntos abusos sexuales, un asunto sobrese¨ªdo: ¡°Debe fundamentar sus decisiones sobre sentencias¡±
El juez Manuel Pi?ar, magistrado de lo Penal 1 de Granada, ha rechazado dejar a Juana Rivas en libertad en su ¨²ltimo auto sobre el caso. Es el ¨²ltimo episodio hasta la fecha de un enrevesado caso judicial y social que empez¨® en 2017. Su abogado, Carlos Ar¨¢nguez, pidi¨® su libertad ampar¨¢ndose ...
El juez Manuel Pi?ar, magistrado de lo Penal 1 de Granada, ha rechazado dejar a Juana Rivas en libertad en su ¨²ltimo auto sobre el caso. Es el ¨²ltimo episodio hasta la fecha de un enrevesado caso judicial y social que empez¨® en 2017. Su abogado, Carlos Ar¨¢nguez, pidi¨® su libertad ampar¨¢ndose en el indulto parcial que el Gobierno concedi¨® a Rivas el 16 de noviembre tras ser condenada por sustracci¨®n de menores. La mujer de Maracena (Granada) desapareci¨® con sus dos hijos durante casi un mes en julio de hace cuatro a?os, despu¨¦s de viajar desde Italia, donde viv¨ªan con el padre de los ni?os, Francesco Arcuri. Rivas siempre ha defendido que lo hizo huyendo de los malos tratos a los que Arcuri someti¨® a ella y a sus hijos, un asunto sobre el que present¨® una denuncia en 2016 en Granada y otras posteriores, tanto en Espa?a como en Italia, que de momento no han prosperado.
El auto en el que el juez Pi?ar rechaza suspender su condena, de cinco folios, alude a la ausencia de arrepentimiento, aunque Juana Rivas ha manifestado p¨²blicamente y por escrito que no volver¨ªa a hacerlo. En segundo lugar, a?ade sin acreditar la existencia de ning¨²n procedimiento abierto que lo investigue, que la mujer volvi¨® a intentar llev¨¢rselos cuando los menores estaban ya en Italia, donde viven con su padre. Y, por ¨²ltimo, esgrime ¡°el peligro que para los hijos supone la madre¡± en referencia a unos presuntos abusos sexuales al hijo menor, un procedimiento abierto hace cuatro a?os que qued¨® archivado provisionalmente. La Audiencia Provincial de Granada decret¨® el sobreseimiento provisional ¡ªlo que significa que el caso podr¨ªa reabrirse si aparecen nuevas pruebas, algo que no se ha producido en este tiempo¡ª porque ¡°no aparece suficientemente justificada la perpetraci¨®n del delito de agresi¨®n sexual, pero sin concurrir tampoco razones para descartar esa posible agresi¨®n¡±, seg¨²n un auto del 23 de marzo de 2018. No existe ninguna sentencia. La jueza que llev¨® el caso dict¨® un auto en el que obligaba a los equipos jur¨ªdicos a abstenerse de comentar nada sobre los ni?os y su vida ¨ªntima o de los delitos que se investigaban. Por eso era un asunto que apenas hab¨ªa trascendido a la opini¨®n p¨²blica, hasta el auto del juez Pi?ar fechado el 9 de diciembre.
Cuatro catedr¨¢ticos de Derecho Penal han analizado para EL PA?S los cinco folios del auto. Todos subrayan con sorpresa que el asunto de los abusos sexuales no deber¨ªa figurar entre los argumentos del juez. ¡°Lo que ha hecho es grav¨ªsimo, es una resoluci¨®n que supura veneno¡±, resume Francisco Javier ?lvarez, catedr¨¢tico de Derecho Penal de la Universidad Carlos III de Madrid. El C¨®digo Penal establece que decidir sobre la libertad de un penado es discrecionalidad del juez independientemente de lo que consideren el resto de intervinientes ¡ªen el caso de Rivas ni la acusaci¨®n ejercida por su expareja ni la Fiscal¨ªa se opusieron a que quedara libre¡ª. Patricia Laurenzo, catedr¨¢tica de Penal de la Universidad de M¨¢laga, considera que, en este caso, el juez ¡°ha confundido esa discrecionalidad con arbitrariedad, porque su escrito no se basa en argumentos sino en presunciones¡±. ¡°El auto destila una cierta animosidad hacia la persona de Rivas¡±, cree Mar¨ªa Luisa Cuerda Arnau, catedr¨¢tica de Penal de la Universidad de Castell¨®n. ¡°Sus afirmaciones a lo largo del auto dejan patente el menosprecio que exterioriza hacia Juana¡±, considera por su parte Mar¨ªa Luisa Maqueda, catedr¨¢tica de Penal de la Universidad de Granada.
Tres de los cuatro penalistas consultados contemplan la posibilidad de que el juez sea sancionado por el auto, aunque difieren en cu¨¢les podr¨ªan ser los motivos que llegaran a una amonestaci¨®n y en qui¨¦n deber¨ªa promoverla. El abogado de Juana Rivas, Carlos Ar¨¢nguez, anunci¨® una querella criminal contra el juez ¡°por delito de prevaricaci¨®n judicial y calumnias¡± tras este auto. El equipo jur¨ªdico ha presentado este mi¨¦rcoles un recurso de apelaci¨®n ante la Audiencia Provincial para que la dejen en libertad y que el pronunciamiento de Pi?ar no impida a Rivas reunirse con los ni?os en Navidad, como le ha concedido la Corte de Apelaciones de Cagliaria (Italia), donde hay abierto un procedimiento sobre la custodia de los menores.
¡°Es absolutamente improcedente que uno de los argumentos para denegar la suspensi¨®n de la condena sean los supuestos abusos en los que el juez atribuye a Juana Rivas una responsabilidad omisiva¡±, considera Mar¨ªa Luisa Cuerda Arnau. ¡°No es un argumento jur¨ªdico propio de un juez porque se sobresey¨® la causa por no estimar suficientemente acreditados los hechos. Esa es la verdad procesal y resulta sorprendente que algo tan elemental no lo entienda un juez, que, por otra parte, ha basado sus argumentaciones en presunciones de culpabilidad, algo inasumible¡±, a?ade la catedr¨¢tica. Coincide Mar¨ªa Luisa Maqueda, que recuerda que se trata de un asunto ¡°sobrese¨ªdo que en ning¨²n momento ha reconocido la responsabilidad de la mujer por abandono u omisiones de cuidado y protecci¨®n de su hijo¡±.
Patricia Laurenzo se?ala que el magistrado ¡°est¨¢ utilizando una sospecha como argumento, cuando debe fundamentar sus decisiones y el ¨²nico fundamento posible es una sentencia condenatoria¡±. Francisco Javier ?lvarez subraya adem¨¢s que se contradice con otro tribunal: ¡°En contra de lo que ha decidido la Audiencia Provincial, el magistrado Pi?ar dice que s¨ª hay delito y que Juana Rivas no ha estado vigilante. Es llamativo adem¨¢s el hecho de que no habiendo estado en ning¨²n momento imputada como autora o c¨®mplice de ese inexistente delito, ¨¦l decida, por su sola voluntad, que ella es culpable por omisi¨®n¡±.
El asunto de los supuestos abusos se remonta a principios de 2017, cuando Juana Rivas viv¨ªa con sus hijos en Maracena tras trasladarse con ellos desde Italia. En esos d¨ªas, las maestras de la guarder¨ªa notaron quejas del ni?o por dolor en la zona anal. La madre le llev¨® varias veces al m¨¦dico por ese dolor y, en una de las visitas, el doctor decidi¨® abrir un protocolo por presunto abuso sexual sobre el ni?o, entonces con tres a?os de edad. La forense que analiz¨® el asunto, del Instituto de Medicina Legal (IML) de Granada, recogi¨® en su informe que ¡°no se puede descartar¡± una agresi¨®n. ¡°Por mi experiencia, en los casos de ni?os tan peque?os no suele haber dudas en los informes forenses y pueden acreditar de forma taxativa que ha habido una penetraci¨®n, porque se producen desgarros claros dada la desproporci¨®n entre los ¨®rganos de ambos¡±, se?ala Arnau. Un posterior informe de la Guardia Civil, que solo se bas¨® en pruebas testificales y tom¨® declaraciones a la maestra, al pediatra y a Juana Rivas, consider¨®: ¡°No se han encontrado indicios que indiquen la existencia de los presuntos abusos sexuales¡±.
El juez Pi?ar cuestiona tambi¨¦n que Juana Rivas sea una v¨ªctima de violencia de g¨¦nero pese a que existe una sentencia firme. Seg¨²n la sentencia del Juzgado de la Violencia sobre la Mujer 1 de Granada, en 2009, Arcuri fue condenado a tres meses de prisi¨®n por ¡°lesiones en el ¨¢mbito familiar¡± y se le impuso una orden de alejamiento de un a?o y tres meses. El magistrado considera que se intent¨® ocultar el supuesto abuso sexual al menor ¡°bajo la apariencia de ser la penada una v¨ªctima de un maltratador, cuando despu¨¦s de la ¨²nica condena habida, se reconcilia, concibe otro hijo, sin que haya habido ning¨²n otro episodio acreditado de maltrato¡±. No es una excepci¨®n que una mujer vuelva con su maltratador tras una agresi¨®n o una condena. Adem¨¢s, el abogado de Rivas recuerda que ella ¡°denunci¨® y sigue denunciando¡± violencia sobre ella y sus hijos, un aspecto que ¡°la justicia sigue desatendiendo¡±.
Patricia Laurenzo ve un ¡°perfil ideol¨®gico¡± y ¡°sesgos machistas¡± en esta valoraci¨®n sobre la violencia machista de Pi?ar, que ¡°culpa a la v¨ªctima porque si volvi¨® con ¨¦l y tuvo otro hijo no tiene derecho a quejarse. Es una revictimizaci¨®n¡±. Laurenzo subraya que emplea tambi¨¦n la figura de ¡°la mala madre, otro de los sesgos sexistas m¨¢s arraigados¡±, cuando el magistrado alude a que ¡°una madre normal¡± habr¨ªa denunciado los abusos, cuya investigaci¨®n se abri¨® tras el aviso de un m¨¦dico. Mar¨ªa Luisa Maqueda a?ade que el juez ¡°aprovecha cualquier ocasi¨®n para calificarla de mujer indigna¡±.
Valoraciones sobre una posible sanci¨®n
¡°Lo que ha hecho el magistrado implica la comisi¨®n de una falta disciplinaria muy grave que se puede castigar hasta con la separaci¨®n del servicio¡±, considera Francisco Javier ?lvarez. ¡°Ha identificado a un menor, y le ha se?alado como una v¨ªctima de penetraci¨®n anal. Esto es grav¨ªsimo¡±, se?ala el catedr¨¢tico, que recuerda que la jueza de ese proceso pidi¨® ¡°guardar reserva¡± para preservar la intimidad del ni?o. La Ley Org¨¢nica del Poder Judicial, recuerda el penalista, considera falta muy grave ¡°la revelaci¨®n por el juez o magistrado de hechos o datos conocidos en el ejercicio de su funci¨®n o con ocasi¨®n de este, cuando se cause alg¨²n perjuicio a la tramitaci¨®n de un proceso o a cualquier persona¡±. ¡°Su conducta merece, al menos, una sanci¨®n disciplinaria, y el CGPJ [Consejo General del Poder Judicial] no puede permitirlo¡±, seg¨²n ?lvarez, que considera que el consejo deber¨ªa actuar de oficio. Preguntada al respecto, una portavoz del CGPJ se?ala que este ¨®rgano ¡°como norma general no suele actuar de oficio como promotor de una acci¨®n disciplinaria¡±. A?ade que en estos momentos no hay ninguna actuaci¨®n abierta sobre este asunto.
Mar¨ªa Luisa Cuerda prefiere no pronunciarse sobre una posible sanci¨®n: ¡°No es de mi competencia¡±, se?ala. Mar¨ªa Luisa Maqueda considera que ¡°hay argumentos para inculpar al magistrado y solicitar responsabilidad disciplinaria (administrativa) por una falta grave o a¨²n responsabilidad penal por un delito de prevaricaci¨®n judicial¡±. Patricia Laurenzo ve tambi¨¦n visos de que pueda prosperar una posible querella por prevaricaci¨®n judicial, que supone dictar una resoluci¨®n injusta a sabiendas: ¡°No digo que sea un caso claro, pero la posibilidad de pensar en una prevaricaci¨®n no es irracional¡±.