Un d¨ªa de inmunizaci¨®n en la provincia donde sobran vacunas y faltan ni?os
En Soria, solo hay 5.233 ni?os de entre cinco y 11 a?os, la franja que comienza ahora a inmunizarse con las 6.000 dosis que da Sanidad
Luc¨ªa Jimeno tiene 11 a?os y en unos minutos pasa de la resignaci¨®n ante la vacuna que le van a poner en el hospital de Santa B¨¢rbara de Soria a la alegr¨ªa porque su madre le ha grabado un TikTok mientras recib¨ªa el pinchazo. ¡°Ha dolido un poquito¡±, comenta la chica, que admite cierto ¡°postureo¡± para exhibir que es una de los 5.233 sorianos de entre cinco y 11 a?os que comienzan a ser inmunizados este mi¨¦rcoles. Esta provincia, bajo un grave rie...
Luc¨ªa Jimeno tiene 11 a?os y en unos minutos pasa de la resignaci¨®n ante la vacuna que le van a poner en el hospital de Santa B¨¢rbara de Soria a la alegr¨ªa porque su madre le ha grabado un TikTok mientras recib¨ªa el pinchazo. ¡°Ha dolido un poquito¡±, comenta la chica, que admite cierto ¡°postureo¡± para exhibir que es una de los 5.233 sorianos de entre cinco y 11 a?os que comienzan a ser inmunizados este mi¨¦rcoles. Esta provincia, bajo un grave riesgo demogr¨¢fico, solo cuenta con esa cantidad de ni?os de esa edad entre sus 89.500 habitantes. Estos datos suponen multitud de problemas de prestaciones y p¨¦simos augurios pero, por fin, un beneficio: no habr¨¢ problemas para que esta poblaci¨®n reciba una de las 6.000 unidades que el Ministerio de Sanidad ha remitido a cada provincia.
El resto de territorios ha demandado m¨¢s unidades mientras los chavales y sus familiares hacen cola frente al centro sanitario de Soria. La primera que aguardaba su turno se llama Aitana Romera, que tras el pinchazo celebraba que le han regalado un juguete y que ¡°no duele¡±. Poco antes, bat¨ªa fren¨¦ticamente en sus manos la tarjeta sanitaria y hablaba con palabras entrecortadas.
Hacen unos sorprendentes 15 grados en la ciudad, desde la que se ven las cumbres blancas del macizo de Urbi¨®n, y los ni?os que hacen cola empiezan a quitarse los abrigos. Pronto se desprenden tambi¨¦n del ¡°miedillo¡± que admite Leyre D¨ªaz, tambi¨¦n con 11 a?os, como todos los citados en el Santa B¨¢rbara. Esta chica pelirroja explica que el objetivo es protegerse ella misma y a su abuela ante la Navidad y reconoce que en su colegio todas estallaron de alegr¨ªa cuando supieron que ser¨ªan vacunadas pronto. Aunque este mi¨¦rcoles hab¨ªa menos jolgorio y ¡°m¨¢s respeto¡±. Al rato constata que no era para tanto y que la tirita de su brazo cubre un ¡°mordisquito¡± muy suave. Su madre ha aprovechado para llevar al peque?o de la casa, Gerard, de nueve a?os, para ver si le dejaban hacer ¡°dos por uno¡±. Hubo suerte.
Los sanitarios de Soria hab¨ªan preparado las salas con globos, gorros de Pap¨¢ Noel, guirnaldas y, para rematar, algunos se pusieron unos jers¨¦is navide?os. Todo para espantar fantasmas. Victoria ?lvarez, directora de enfermer¨ªa en Atenci¨®n Primaria y responsable de la vacunaci¨®n, destaca que est¨¢ ¡°todo organizado¡± y que el problema demogr¨¢fico de su tierra por una vez supone algo positivo para agilizar la inmunizaci¨®n infantil. Las dosis de m¨¢s que han llegado ser¨¢n derivadas a reforzar pautas o a los segundos pinchazos infantiles. El Instituto Nacional de Estad¨ªstica recoge que m¨¢s de la mitad de personas nacidas en Soria vive fuera y que hay comarcas con una densidad de poblaci¨®n menor a tres habitantes por kil¨®metro cuadrado. La Uni¨®n Europea cifra en menos nueve la frontera para considerar un territorio como en riesgo demogr¨¢fico.
El turno de espera ante el hospital revela que hay un porcentaje elevado de ni?os de familias inmigrantes, clave para elevar la natalidad en estos lugares. Cristian Mayorga, con sangre boliviana y ecuatoriana, se dirige hacia las puertas con ganas de quitarse el estigma y que de una vez los mayores le dejen de decir que es el ¨²nico a¨²n no inmunizado. Nairobi Feliz, madre de Jonhan P¨¦rez y de su hermano Braidel, de nueve, ha pensado como los D¨ªaz y ha llevado al peque?o para ganar un par de d¨ªas respecto a su convocatoria real. Este tambi¨¦n recibe la dosis y alivia a su progenitora: ¡°As¨ª se la ponen juntos¡ ?Y si hay reacci¨®n tambi¨¦n la pasan a la vez!¡±.
La ciudad de Soria (39.000 habitantes) ha empezado con los de 11 a?os mientras que en El Burgo de Osma (4.900) se ha arrancado con los de siete. A primera vista, pocos efectos adversos se aprecian en una manada de chavales que juega al f¨²tbol en las instalaciones de esta segunda localidad. El bal¨®n vuela y los menores corretean sin dolor ni nada que se le asemeje. Lo que m¨¢s escuece son las acusaciones cruzadas: Aar¨®n Azhour asegura que ¨¦l solo ha derramado ¡°una l¨¢grima¡± pero que ¡°Mart¨ªn Iglesias lo ha pasado peor¡±. Ese se?alamiento le hace mostrar una generosa sonrisa con dientes de leche tras obtener una dosis para la que ¡°no ten¨ªa la m¨¢s m¨ªnima gana¡±. Diego Izquierdo afirma que no siente molestia ninguna y que nada le ha impedido rebozarse por el c¨¦sped. Su madre celebra la efem¨¦ride: ¡°Ya estamos todos m¨¢s seguros¡±. La felicidad que irradia Marta de Miguel, una defensa ¡°de las duras¡± seg¨²n su entrenador, se le nota cuando habla de sus ¨ªdolos: Cristiano Ronaldo y Alexia Putellas, flamante Bal¨®n de Oro femenino. ¡°He estado muy tranquila¡±, sostiene la joven soriana, que cuenta entre sus haza?as haber visitado hace a?os el campo en el que entrenaba la jugadora del F¨²tbol Club Barcelona. De Miguel ya se ha quitado la tirita y ahora estar¨¢ m¨¢s preocupada por los dorsales de los futbolistas rivales que por el 19 del coronavirus.