¡®Housing first¡¯: el primer hogar de una nueva vida
El Gobierno ha escogido este modelo de pisos tutelados para abordar el problema de las personas que viven en la calle, una iniciativa que ya han puesto en marcha muchos ayuntamientos de grandes ciudades
Antonio S¨¢nchez abre la puerta de su piso en el barrio sevillano de La Macarena. Es un tercero sin ascensor, muy luminoso, con tres habitaciones que comparte con otros dos compa?eros, un sal¨®n mediano con los muebles justos, un ba?o peque?o y una amplia cocina. Lleva all¨ª desde octubre de 2020. Nada, aparentemente, chirr¨ªa en el contexto que rodea a Antonio, de 36 a?os. Pero como bien sabe, con ¨¦l no conviene quedarse en las apariencias. Estos son los primeros 15 meses de los ¨²ltimos seis a?os en los que se despierta bajo un techo, se hace la comida y se asea diariamente.
Antonio es una...
Antonio S¨¢nchez abre la puerta de su piso en el barrio sevillano de La Macarena. Es un tercero sin ascensor, muy luminoso, con tres habitaciones que comparte con otros dos compa?eros, un sal¨®n mediano con los muebles justos, un ba?o peque?o y una amplia cocina. Lleva all¨ª desde octubre de 2020. Nada, aparentemente, chirr¨ªa en el contexto que rodea a Antonio, de 36 a?os. Pero como bien sabe, con ¨¦l no conviene quedarse en las apariencias. Estos son los primeros 15 meses de los ¨²ltimos seis a?os en los que se despierta bajo un techo, se hace la comida y se asea diariamente.
Antonio es una de las primeras personas sin hogar de Sevilla en entrar en el programa de Housing First que la Fundaci¨®n Hogar S¨ª ha iniciado en la capital andaluza en colaboraci¨®n con el Ayuntamiento hispalense, que desde 2016 ha apostado por este sistema de red de pisos tutelados que ponen la vivienda en el epicentro de la soluci¨®n para ayudar a este colectivo a lograr ser autosuficientes y abandonar su situaci¨®n de exclusi¨®n social. Este sistema, que la mayor¨ªa de grandes ciudades de Espa?a ha puesto en marcha, es el modelo por el que ha apostado el Gobierno en la nueva Estrategia Nacional para Personas Sin Hogar para abordar el sinhogarismo, en la que se est¨¢ trabajando.
¡°El covid me hizo reflexionar y decid¨ª que ten¨ªa que cambiar mi vida, pero est¨¢ claro que si no me hubieran dado la oportunidad de estar en este piso, de encontrarme con todos los profesionales que me atienden, hubiera sido un infierno¡±, cuenta Antonio. Sufre esquizofrenia paranoide y desde peque?o consum¨ªa cannabis y pastillas. Con 25 a?os tuvo un brote y se fue a vivir a casa de su abuelo. ¡°Me dio una depresi¨®n, estuve tres a?os sin salir de casa, luego entraba y sal¨ªa hasta que mi familia me dijo que no pod¨ªa continuar as¨ª y empec¨¦ a vivir en distintos sitios, en habitaciones, hasta que acab¨¦ en la calle¡±, resume.
Antonio no reniega de ese pasado y, de hecho, sigue quedando con compa?eros con los que dorm¨ªa a la intemperie o en los albergues. Su sonrisa no se cierra en toda la conversaci¨®n. Vive el momento y se fija objetivos a corto plazo, pero tiene muy claro que, mientras dependa de ¨¦l, no va a volver atr¨¢s. ¡°Tener la llave en la mano de esta casa me produjo calma en la mente y en el cuerpo¡±, dice, para explicar el estr¨¦s que supone estar en la calle y lidiar no solo con el desd¨¦n de los transe¨²ntes, sino con los problemas de otras personas sin hogar.
En los proyectos de Housing First no se fijan plazos de estancia en los pisos, pero s¨ª se fomenta que sus inquilinos adquieran autonom¨ªa para que puedan vivir con sus propios recursos. En Hogar S¨ª les proporcionan 30 euros para comprar comida y quienes, como Antonio que es pinche de cocina, trabajan tienen que aportar una cantidad como alquiler. ¡°Nosotros trabajamos desde el acompa?amiento cercano. El individuo es lo primero y cada uno tiene necesidades distintas y tiempos diferentes¡±, explica Alejandra Puente, directora de la soluci¨®n de viviendas para la autonom¨ªa de Hogar S¨ª. ¡°Hay quien requiere de apoyos m¨¢s t¨¦cnicos, otros m¨¢s emocionales, m¨¢s relacionales o sociosanitarios... Tambi¨¦n les ayudamos con la parte administrativa, porque muchos de ellos no saben que tiene derecho a una prestaci¨®n o no pueden tramitarla, tratamos de ayudarles a encontrar un empleo¡¡°, indica Puente.
Desde que iniciaron el proyecto en Sevilla en octubre de 2020, han ayudado a 14 personas en los cuatro pisos con tres habitaciones que tienen en la capital andaluza. En Espa?a empezaron en 2017, un per¨ªodo en el que han apoyado a 191 personas en procesos personales con una media de estancia de 18 meses. ¡°Lo que queremos es que tomen las riendas de su vida¡±, abunda Puente.
Eso es lo que est¨¢ intentando Luc¨ªa R., una mujer transexual de 32 a?os que lleva desde los cinco bordeando la exclusi¨®n social. A esa edad fue entregada a los servicios tutelares de la Junta de Andaluc¨ªa y en ellos creci¨®. Cuando cumpli¨® la mayor¨ªa de edad el poco dinero que le dieron se le fue agotando y despu¨¦s de un tiempo en M¨¢laga, del que prefiere no hablar, acab¨® con 22 en Sevilla y en la calle. ¡°Yo llegu¨¦ a acostumbrarme. He vivido en tiendas de campa?a, en coches¡¡±, explica sentada en el sof¨¢ de la casa que comparte desde finales de 2020 con otra mujer y un hombre en la barriada del Cerro del ?guila.
Aun as¨ª, ella pasaba miedo por las noches. ¡°En medio de la nada, nunca sabes qui¨¦n te va a venir¡ Yo he estado en una situaci¨®n de m¨¢xima ansiedad, m¨¢xima vulnerabilidad y en riesgo a que me hagan todo tipo de da?o, hasta de que me maten¡±, relata. Ese temor ha quedado atr¨¢s. Tambi¨¦n el fr¨ªo por las ma?anas y las colas para ducharse en los albergues¡ Pero en este tiempo, adem¨¢s de lograr seguridad, Luc¨ªa ha notado que ha dejado de lado su parte m¨¢s sentimental. ¡°Cuando te hacen tanto da?o, te humillan tanto, estar en una situaci¨®n acomodada es como que dices, pues ahora voy a dar yo el portazo. Pero quiero recuperar mi parte emocional¡±, reconoce. Por eso, por las tardes, cuando termina en su trabajo como limpiadora, suele acudir a albergues o asociaciones para ayudar a la gente que ahora est¨¢ en la misma situaci¨®n que ella hace unos meses.
Soluciones adaptadas a cada necesidad
Antes de entrar en un programa de Housing First, los profesionales de los servicios sociales seleccionan los perfiles que consideran que pueden adaptarse a ese modelo. ¡°Hay muchas personas para las que esta no es una respuesta realista ni viable porque esta realidad es muy compleja¡±, advierte Susana Quiroga, especialista de la ONG Accem en la atenci¨®n a personas sin hogar. En Espa?a existen entre 30.000 y 40.000 personas sin hogar, 6.000 de ellas en situaci¨®n de calle. Los perfiles son muy diversos y las atenciones deben ser espec¨ªficas, defiende Quiroga. ¡°La vivienda es un derecho y esa es una parte de la soluci¨®n, pero hay colectivos que tienen unas necesidades que les impiden estar solos en un domicilio, personas mayores, con grandes discapacidades, menores de 25, mujeres v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero¡¡±.
La respuesta pasa, seg¨²n Quiroga, por prescindir de los grandes albergues o incluso de recursos m¨¢s peque?os donde el tiempo de estancia queda limitado a pocos d¨ªas para ofrecer alojamientos adaptados a cada una de las distintas necesidades implicando a las redes que trabajan con esos colectivos. ¡°En las ciudades grandes hay mucha conciencia sobre el sinhogarismo y ofrecen grandes respuestas, aunque es necesario trabajar con otras redes, pero lo importante es respetar el proceso personal de cada uno de ellos, lo importante es la persona. En las localidades m¨¢s peque?as hay menos sensibilizaci¨®n y se les sigue responsabilizando de su situaci¨®n¡±, advierte Quiroga.
En estos meses Antonio ha recuperado el v¨ªnculo con su madre, a quien su padre abandon¨® cuando ¨¦l ten¨ªa ocho a?os. Come con ella todos los d¨ªas, despu¨¦s va al gimnasio y luego, en casa con los compa?eros de piso, se ponen a ver una serie. En la rutina que se ha creado ¡ªesencial para ¨¦l¨D se incluyen las visitas de la supervisora del programa con la que va fijando nuevos objetivos. Sabe que pronto tendr¨¢ que dejar la casa y es realista. ¡°Con lo que gano me da para vivir en una habitaci¨®n, no para alquilar nada, pero poco a poco¡±. Cuando abandonan el proyecto, en Hogar S¨ª realizan un seguimiento de unos seis meses para asegurarse de c¨®mo avanzan en su proceso de integraci¨®n.
Luc¨ªa s¨ª aspira a poder comprarse una casa alg¨²n d¨ªa, aunque su meta a corto plazo es cambiarse de nombre. Coqueta, muestra su habitaci¨®n, un reflejo de sus peque?os sue?os cotidianos. Tiene dos armarios donde guarda su ropa, que tambi¨¦n ha dejado de sufrir los embates de la calle ¡ª¡°Me la robaban, cuando llov¨ªa no ten¨ªa d¨®nde meterla¡¡°, cuenta¨D, muebles que ha reciclado, adornos de mariposas y una mantita para acurrucarse viendo la tele. Cuando se recupere de una lesi¨®n de rodilla quiere retomar sus clases de baile.
Antonio y Luc¨ªa son muy j¨®venes, pero han vivido miles de vidas, ninguna complaciente. Ahora est¨¢n iniciando una nueva que, esta vez s¨ª, esperan que tenga un final feliz. ¡°En la mayor¨ªa de las ocasiones los finales lo son¡±, asegura Puente, apelando a su experiencia.