Un futuro laboral para las personas sin hogar gracias a Instagram
¡®Un mismo equipo¡¯, una cuenta con m¨¢s de 16.000 seguidores en la red social, conecta a empresarios y perfiles en situaci¨®n de calle
Detr¨¢s de Un mismo equipo, una cuenta de Instagram que tiene m¨¢s de 16.000 seguidores y que se cre¨® hace apenas tres meses, est¨¢n Gonzalo Perales, Pablo Garc¨ªa y Miguel Jim¨¦nez, que acaban de entrar en la treintena. Estos chicos se iban pateando las calles de Madrid para descubrir la historia que hay detr¨¢s de cada persona sin hogar, con el objetivo de ayudarles a escapar de su vulnerabilidad. A trav¨¦s de la red social, decidieron publicar los perfiles con una fotograf¨ªa, acompa?ada de una descripci¨®n de su experiencia laboral para conectarlos con empresarios. Una especie de escaparate de talento, formado en su mayor¨ªa por hombres de m¨¢s de 50 a?os, que no solo abarca la capital, sino que engloba a otras comunidades aut¨®nomas. Ya han conseguido contratar a unos 10 sin techo y la rueda sigue girando, con m¨¢s casos de ¨¦xito a la vista.
¡°Si les das un buen uso, las redes sociales pueden ser muy potentes¡±, cuenta Perales. Hace cuatro a?os pas¨® una leucemia y su relato se viraliz¨®. La gente comenz¨® a seguirle en las plataformas y us¨® su poder de convocatoria para dar voz a las personas sin hogar que conoc¨ªa. Comprob¨® que en cuesti¨®n de d¨ªas alguien se ofrec¨ªa a contratarlas, as¨ª que mont¨® una asociaci¨®n junto a Pablo Garc¨ªa y Miguel Jim¨¦nez, gracias a que una amiga en com¨²n les present¨® porque sus personalidades encajaban perfectamente. ¡°El mismo d¨ªa que abr¨ª el perfil en Instagram lanzamos la p¨¢gina web, contratando a un se?or que tambi¨¦n estaba en la calle y que ten¨ªa de amigo en Linkedin¡±, aclara Perales.
Ahora mismo est¨¢n en una fase de crecimiento y de asentamiento empresarial, en la l¨ªnea de convertirse en una start up social que dispone de un gran abanico de profesionales, como carpinteros, camareros, directores de comunicaci¨®n o chefs. ¡°Hay perfiles que no tienen traje, ni apartamento, ni transporte. Necesitan recargas de tel¨¦fono y una compra hasta que tengan el primer sueldo. Lo que estamos haciendo es ponderar lo que cuesta sacar a una persona de una situaci¨®n tan fr¨¢gil como esta y la idea es que a partir de este oto?o vayamos hablando con diversas empresas para que aparte de contratar nos puedan donar dinero o material durante la transici¨®n¡±, explica Perales.
Una de las personas que celebra su vuelta al mercado laboral es Iv¨¢n, que reconoce que la adicci¨®n al alcohol, acentuada durante el confinamiento, le condujo a un peligroso bucle. Perdi¨® su empleo y su apartamento y se vio por primera vez en la calle. Prefiere dar un nombre falso porque cree que matar¨ªa a su madre del disgusto si se enterase de su realidad: duerme en un banco en el barrio de Salamanca desde hace siete meses. Tuvo suerte porque dio a parar con un grupo tranquilo.
¡°Era el m¨¢s joven. Si no hubiera sido por ellos me hubiese muerto seguro, pero es complicado tener una conversaci¨®n normal y razonar las cosas con los que llevan mucho tiempo en la calle, y no quer¨ªa terminar as¨ª. El primer mes perd¨ª 30 kilos porque com¨ªa solo dos chocolatinas al d¨ªa. No sab¨ªa de asociaciones, no ten¨ªa amigos, lo hab¨ªa perdido todo¡±, confiesa Iv¨¢n, un inform¨¢tico de 39 a?os, amable e inteligente, que disfruta de su rol de programador. Ha tenido que aprender a sobrevivir pidiendo o buscando libros en contenedores que despu¨¦s vend¨ªa.
Con la llegada del verano se cort¨® el pelo, se afeit¨® y no se encontr¨® tan fastidiado. Su cabeza empez¨® a decirle que hab¨ªa que remontar. Es entonces cuando conoci¨® a los chicos de Un mismo equipo. ¡°No ayudan a todo el mundo, sino a los que ven que tienen algo ah¨ª dentro. Me dieron un m¨®vil para que pudiera hacer entrevistas y me ha costado conseguir empleo porque en inform¨¢tica un a?o sin trabajar se nota. Me incorporo el lunes que viene y estoy muy contento. Solo me falta una habitaci¨®n, que est¨¢ complicado. A ver si lo consigo antes de empezar¡±, declara Iv¨¢n, lleno de energ¨ªa.
Cada semana estos chicos reciben unos 20 emails. Algunos de ellos son fotograf¨ªas de carteles de establecimientos que buscan personal. Aunque Perales y Garc¨ªa indican que la mejor forma de echarles una mano es que esas personas que les contactan se acerquen al empresario que ha colocado la oferta para hablarle del proyecto, y sea ¨¦l quien les llame. ¡°Eso nos facilita mucho el trabajo. El empresario tambi¨¦n recibe algo positivo, que es una publicidad muy blanca porque el d¨ªa que contratan a esa persona publicamos el caso de ¨¦xito a nuestros 16.000 seguidores org¨¢nicos. Si mencionamos a ese bar pues quiz¨¢s la gente va a tomarse un caf¨¦ para darle las gracias¡±, declaran ambos.
Otro logro ha sido el de R.C, que acaba de encontrar un empleo como tapicero de motos de gran cilindrada en Cantabria. Un oficio que asegura est¨¢ en decadencia y es poco valorado, pero muy laborioso. Da sus iniciales porque no quiere que su hija de 17 a?os sepa que lleva a?o y medio pidiendo de lunes a domingo en las puertas de un mercado en el madrile?o barrio de Arg¨¹elles. Viven en un piso de una habitaci¨®n que le dej¨® su padre, fallecido por covid: ¡°Soy la quinta generaci¨®n de tapiceros. Mi abuelo eran 11 hermanos y 9 eran guarnicioneros, los que hacen art¨ªculos para los caballos. A principios de la pandemia me desahuciaron de un taller en el que llevaba 10 a?os y tuve que malvender mis m¨¢quinas porque no ten¨ªa sitio para meterlas¡±.
Hab¨ªa d¨ªas que volv¨ªa con tres o cuatro euros a casa, los buenos con alg¨²n billete. ¡°He perdido 10 kilos de los nervios y la tensi¨®n. Los cuatro primeros meses no pegaba ojo, ya no por m¨ª, sino por mi hija. No se lo deseo a nadie. A veces yo no com¨ªa por ella. Ped¨ª el Ingreso M¨ªnimo Vital y me lo denegaron por estar cobrando cada tres meses 168 euros por orfandad de la ni?a¡±, expone. R.C. En este momento est¨¢ euf¨®rico, deseando comenzar una nueva vida a las orillas del Cant¨¢brico.
Las personas sin hogar son invisibles para el Servicio P¨²blico de Empleo Estatal (SEPE). Es lo que piensan los chicos de Un mismo equipo, que por fin disponen de un n¨²mero de cuenta para recibir las donaciones que sufraguen los primeros gastos de aquellos que abandonan la crudeza de las calles. ¡°Se est¨¢ demostrando que si nos ayudamos entre nosotros esto funciona. La gente es muy generosa¡±, concluyen.
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