Los ricos esperan menos para operarse, tambi¨¦n en los hospitales p¨²blicos
Un estudio revela que los pacientes con mayor renta esperan hasta un 20% menos que los m¨¢s desfavorecidos en varios tipos de intervenciones quir¨²rgicas
La salud depende en buena parte del tama?o de la cuenta corriente. Tener m¨¢s recursos permite disfrutar de mejores condiciones de vida, acceder antes a la asistencia m¨¦dica (pagando) y vivir en un entorno en el que es m¨¢s f¨¢cil desarrollar h¨¢bitos saludables que permiten vivir m¨¢s a?os. La sanidad p¨²blica ha sido la gran apuesta de las sociedades desarrolladas para amortiguar estas desigualdades de origen. Un sistema construido para atender a todos...
La salud depende en buena parte del tama?o de la cuenta corriente. Tener m¨¢s recursos permite disfrutar de mejores condiciones de vida, acceder antes a la asistencia m¨¦dica (pagando) y vivir en un entorno en el que es m¨¢s f¨¢cil desarrollar h¨¢bitos saludables que permiten vivir m¨¢s a?os. La sanidad p¨²blica ha sido la gran apuesta de las sociedades desarrolladas para amortiguar estas desigualdades de origen. Un sistema construido para atender a todos, pero en el que la prioridad en la asistencia se da a quien m¨¢s lo necesita y no al que m¨¢s tiene.
Un novedoso estudio, sin embargo, revela ahora que la posici¨®n socioecon¨®mica del paciente tambi¨¦n influye en el tiempo que tarda en ser intervenido quir¨²rgicamente en los hospitales p¨²blicos. El trabajo compara los tiempos de espera de 10 tipos de operaciones quir¨²rgicas con decenas de miles de casos en la sanidad catalana entre 2015 y 2019, y los relaciona con cuatro niveles de renta fijados por la tarjeta sanitaria en el copago farmac¨¦utico. El resultado es que las esperas de las rentas altas son en varios casos m¨¢s de un 20% m¨¢s cortas que las que deben aguardar quienes tienen menos recursos.
¡°Las conclusiones ponen de manifiesto un problema dentro de los hospitales. En un sistema sanitario p¨²blico como el espa?ol, la prioridad de los pacientes a la hora de entrar en quir¨®fano debe depender solo de su estado de salud. En general, el estudio confirma que esto es as¨ª, pero los datos muestran que la posici¨®n socioecon¨®mica del paciente interfiere en algunos casos all¨ª donde no deber¨ªa hacerlo¡±, explica Laia Bosque Mercader, estudiante de doctorado en econom¨ªa en la Universidad de York (Reino Unido) y autora principal del estudio, en el que tambi¨¦n han participado la Agencia de Calidad y Evaluaci¨®n Sanitaria de la Generalitat de Catalunya y varios centros de investigaci¨®n de esta comunidad.
El an¨¢lisis toma como referencia la espera de los pacientes con una posici¨®n socioecon¨®mica baja (aquellos con unos ingresos menores a 18.000 euros al a?o) y la compara con la de quienes la tienen muy baja (parados o receptores de pensiones no contributivas), media (entre 18.000 y 100.000 euros) y alta (m¨¢s de 100.000 euros). En el caso de las intervenciones de pr¨®tesis de cadera, con una demora media de 149 d¨ªas, quienes tienen una posici¨®n socioecon¨®mica muy baja esperan 5,6 d¨ªas m¨¢s (el 3,8%) que quienes la tienen baja. Por el contrario, las rentas medias esperan 4,8 d¨ªas menos (el 3,2%) y las altas 21,1 d¨ªas menos (el 14,1%).
En las operaciones de pr¨®tesis de rodilla (170 d¨ªas de media), las rentas altas esperan 36,7 d¨ªas menos (el 21,5%) que las bajas. Para las operaciones de cataratas (123 d¨ªas de media), la espera de las rentas medias y altas respecto a las bajas es m¨¢s corta en 2,4 y 21,6 d¨ªas, respectivamente, aunque en este ¨²ltimo caso quienes ganan m¨¢s de 100.000 euros solo suponen el 0,1% del total de pacientes.
En las intervenciones de extirpaci¨®n de ¨²tero (espera media de 131 d¨ªas), la diferencia m¨¢s destacable son los 6,1 d¨ªas menos que deben esperar las rentas medias respecto a las bajas, mientras el estudio no ha encontrado diferencias significativas en el caso de las prostatectom¨ªas (extirpaci¨®n de pr¨®stata).
Los pacientes con una situaci¨®n socioecon¨®mica muy baja esperan 14,2 d¨ªas m¨¢s que aquellos con una posici¨®n baja para ser sometidos a un baip¨¢s coronario. Esta diferencia, que supone el 37% de una espera media de 38 d¨ªas, es la mayor encontrada por los investigadores.
Los investigadores tambi¨¦n han puesto el foco en cuatro intervenciones oncol¨®gicas, m¨¢s sensibles por el riesgo vital que supone esta patolog¨ªa, y aunque las diferencias se repiten en algunos casos, son en general m¨¢s reducidas. Los datos no revelan diferencias significativas en las operaciones por c¨¢ncer de pulm¨®n y muy peque?as en las de c¨¢ncer de mama. En el c¨¢ncer colorrectal, las rentas muy bajas esperan 2,3 d¨ªas m¨¢s que las bajas (el 9,5% m¨¢s en una demora media de 24 d¨ªas), mientras la mayor diferencia en este tipo de intervenciones se produce con el c¨¢ncer de pr¨®stata (9,3 d¨ªas, el 17,7% de diferencia, entre los dos extremos de la escala socioecon¨®mica).
Una de las hip¨®tesis que plantean los autores para explicar estas diferencias son ¡°las mayores habilidades de los pacientes con mejor posici¨®n socioecon¨®mica para moverse por el sistema sanitario, comunicarse y recurrir a los mecanismos de atenci¨®n al paciente¡±, explica Laia Bosque Mercader. Pero hay otras, como la menor flexibilidad de horarios para acudir a todas las citas de quienes ocupan un trabajo precario o tienen sin ayuda personas a su cargo, lo que suele ocurrir m¨¢s en las rentas bajas. Y tambi¨¦n influyen los contactos y relaciones sociales, algo que favorece a quienes disfrutan de una mejor posici¨®n socioecon¨®mica.
¡°Son resultados en la l¨ªnea de los encontrados en investigaciones realizadas en pa¨ªses en nuestro entorno y extrapolables al resto de Espa?a. La desigualdad, su impacto en la salud y en la relaci¨®n de los pacientes con el sistema sanitario es un problema global¡±, explica Anna Garc¨ªa-Alt¨¦s, coautora del estudio.
Los resultados de la investigaci¨®n fueron presentados en el reciente congreso de la Asociaci¨®n de Econom¨ªa de la Salud (AES) y est¨¢n pendientes de ser publicados en una revista cient¨ªfica. Entre las fortalezas del trabajo est¨¢ que por primera han podido estudiarse los datos administrativos de las intervenciones quir¨²rgicas realizadas de la sanidad catalana entre 2015 y 2019, lo que ¡°ha permitido analizar todo el universo de pacientes operados¡±, destacan los autores.
El estudio tambi¨¦n analiza la relaci¨®n que pueden tener estas desigualdades con el lugar de residencia del enfermo y el hospital de referencia asignado. La conclusi¨®n es que, aunque las demoras puedan ser diferentes seg¨²n el centro sanitario, las desigualdades observadas seg¨²n la posici¨®n socioecon¨®mica del paciente no dependen del lugar en el que viven, sino que se ¡°generan dentro de los hospitales¡±.
Anna Garc¨ªa-Alt¨¦s, que actualmente es responsable del mapa sanitario del Departamento de Salud de la Generalitat, considera que estos datos ponen de manifiesto un potencial de mejora en la asistencia que ofrecen los hospitales. ¡°Deben mejorarse los servicios de informaci¨®n y acompa?amiento al paciente en los circuitos asistenciales. Tambi¨¦n pueden adoptarse medidas que mitiguen las desigualdades en los criterios de inclusi¨®n y priorizaci¨®n de las agendas de los actos m¨¦dicos¡±, defiende.
Joan Benach, director del Grupo de Investigaci¨®n en Desigualdades en Salud de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), destaca el inter¨¦s de ¡°estudiar las desigualdades en la atenci¨®n sanitaria entre clases sociales, as¨ª como la necesidad de realizar nuevas investigaciones, especialmente la comparaci¨®n de las diferencias entre un sistema sanitario p¨²blico accesible para todas las personas, frente al privado, solo accesible para quienes pueden pagarlo¡±.
¡°Las diferencias observadas son significativas y merecen ser estudiadas, pero excepto en alg¨²n resultado concreto, no son muy grandes cuantitativamente ni disminuyen el crucial papel que el sistema sanitario p¨²blico posee como instrumento pol¨ªtico para reducir impacto en la salud de los determinantes sociales en la desigualdad¡±, concluye.