Menos promiscuidad para frenar la viruela del mono: la receta de la OMS ofende a la comunidad gay
El colectivo LGTBI se siente se?alado y teme el estigma que ya vivi¨® con el VIH, pero los salubristas se?alan que limitar las parejas sexuales reduce el riesgo de infecci¨®n
No existe una forma segura de mantener relaciones sexuales con personas infectadas de viruela del mono. Aunque no se trata de una enfermedad de transmisi¨®n sexual, su contagio se produce por contacto ¨ªntimo y estrecho y no hay barreras de protecci¨®n, como pueden ser los preservativos. Ante esta evidencia, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) recomend¨® el mi¨¦rcoles a los hombres que tienen sexo con...
No existe una forma segura de mantener relaciones sexuales con personas infectadas de viruela del mono. Aunque no se trata de una enfermedad de transmisi¨®n sexual, su contagio se produce por contacto ¨ªntimo y estrecho y no hay barreras de protecci¨®n, como pueden ser los preservativos. Ante esta evidencia, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) recomend¨® el mi¨¦rcoles a los hombres que tienen sexo con hombres limitar el n¨²mero de parejas para reducir la transmisi¨®n. El 98% de las m¨¢s de 18.000 infecciones detectadas en el mundo se han producido en este colectivo. Es un consejo ¡°pertinente¡± para los salubristas consultados por EL PA?S, pero que la comunidad LGTBI siente como un se?alamiento que le recuerda al estigma que vivi¨® hace tres d¨¦cadas con el VIH.
¡°Alucinamos un poco al escuchar la recomendaci¨®n de la OMS¡±, asegura Nahun Cabrera, portavoz de la Federaci¨®n Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y m¨¢s (FELGTBI+) que pide a la organizaci¨®n que evite ¡°estigmatizar¡± al colectivo. Consideran que se les culpa de la difusi¨®n de la enfermedad ¡°por ejercer su libertad sexual, sin proponer medidas efectivas para prevenir su difusi¨®n¡±.
El colectivo incide en un mensaje que tambi¨¦n ha repetido la OMS: no se trata de una enfermedad sexual, sino de contacto ¨ªntimo. Y una tendencia sexual no predispone m¨¢s a la infecci¨®n que otra. Cualquiera puede padecerla si tiene suficiente exposici¨®n directa al virus. ¡°No entendemos el paternalismo de la OMS con el colectivo LGTBI. Nos se?ala como si fu¨¦ramos precursores de los contagios y est¨¢ generando p¨¢nico en la comunidad¡±, se?ala Cabrera, que no cree que sea conveniente ¡°meterse¡± en el n¨²mero de parejas sexuales que tenga cada cual. ¡°Lo que s¨ª hay que hacer es informar de que antes de un acercamiento interpersonal con otra persona, mires un poco, observes. Pero no solo sexual. Si ves una persona que tiene p¨²stulas en el brazo, no la abraces [aunque la enfermedad se puede transmitir tambi¨¦n sin que haya lesiones]. Pasa exactamente lo mismo con el sarampi¨®n o la rubeola, que funcionan igual y est¨¢n m¨¢s naturalizadas¡±, a?ade el activista por los derechos LGTBI.
Los vir¨®logos y salubristas consultados por EL PA?S piden poner las recomendaciones de la OMS en contexto. Las relaciones sexuales est¨¢n siendo la principal v¨ªa de propagaci¨®n. Y la vacuna, que podr¨ªa servir como protecci¨®n, no llega a todos los que la necesitan. El Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en ingl¨¦s) aconseja que la reciban quienes mantengan pr¨¢cticas sexuales de alto riesgo, pero las 110.000 dosis que ha comprado la Uni¨®n Europea son insuficientes, como denuncia FELGTBI+.
Espa?a es el primer pa¨ªs en casos detectados en el mundo (m¨¢s de 3.700), por delante de Estados Unidos, pero tan solo ha recibido 5.300 dosis de la compra conjunta con Europa. Tanto Madrid como Catalu?a han abierto citas previas para personas con pr¨¢cticas de riesgo, aunque ambas administraciones admiten que carecen de las dosis necesarias. El Ministerio de Sanidad ha anunciado que la semana que viene llegar¨¢n 7.000 m¨¢s, que apenas cubren a los contactos directos de los casos.
Sin embargo, tanto los expertos consultados como la OMS advierten de que la vacuna tiene sus limitaciones. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general del organismo, insisti¨® el mi¨¦rcoles en que todav¨ªa no est¨¢ claro el grado de protecci¨®n que confieren los distintos tipos de inyecciones que se est¨¢n administrando, formuladas para la viruela tradicional. Y, en cualquier caso, no protege al instante: la pauta es de dos inoculaciones y son necesarias varias semanas para que haga efecto completo.
Pello Latasa, de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa, cree que no solo hay que intentar cubrir los aspectos ¡°m¨¢s biom¨¦dicos¡± relacionados con el diagn¨®stico y el tratamiento de la viruela del mono, sino tambi¨¦n los sociales: ¡°Es muy importante que la gente sepa qu¨¦ pasa y c¨®mo prevenirlo. Ayudar a la ciudadan¨ªa a encontrar sus propias herramientas para resolver problemas es de las cosas m¨¢s eficaces que se pueden hacer, porque es un agente activo¡±. En este sentido, ve pertinentes las recomendaciones de la OMS de reducir el n¨²mero de parejas sexuales dentro de un paquete m¨¢s amplio de consejos.
Apelar a la responsabilidad
Tampoco considera que se est¨¦ generando estigma Fernando Garc¨ªa, presidente del Comit¨¦ de ?tica de la Investigaci¨®n del Instituto de Salud Carlos III, que ha publicado investigaciones sobre este tema. ¡°La OMS apela a la responsabilidad individual de los miembros de ese colectivo, sin la cual ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil frenar la propagaci¨®n de la infecci¨®n. Estigma ser¨ªa decir a la poblaci¨®n que se tranquilice porque la epidemia solo afecta a los hombres que tienen sexo con hombres. Es importante que la comunidad homosexual tome una parte activa en la decisi¨®n y no sea mera receptora pasiva de recomendaciones hechas por otros, porque para que las medidas de salud p¨²blica tengan ¨¦xito, adem¨¢s de las acciones de las autoridades (aislamiento, cuarentena, tratamiento...), es precisa la colaboraci¨®n de los sectores implicados, con su concurso voluntario, claro¡±, apunta Garc¨ªa.
Aunque el mensaje de la OMS son¨® un poco ¡°dr¨¢stico¡±, Jos¨¦ Antonio L¨®pez Guerrero, catedr¨¢tico de Microbiolog¨ªa en el Departamento de Biolog¨ªa Molecular de la Universidad Aut¨®noma, cree que el hecho de intentar reducir ¡°los contactos sexuales promiscuos¡± en el colectivo m¨¢s afectado puede ser ¨²til para frenar la enfermedad. Lo compara con la covid, dejando claro que son enfermedades completamente distintas: ¡°Al igual que en su momento con el coronavirus se nos conmin¨® a todos y se nos oblig¨® en un momento determinado a confinarnos, es decir, a evitar la transmisi¨®n del virus, esta [limitar las parejas sexuales] es una forma de desconexi¨®n a la trasmisi¨®n del virus. Es hacer una cuarentena en la v¨ªa de transmisi¨®n, que hoy es fundamentalmente en contactos de sexo de riesgo, sobre todo entre hombres¡±.
Pese a esta comparaci¨®n, L¨®pez Guerrero aclara que ¡°no se puede obligar a nadie a no tener sexo¡±, por lo que considera adecuado tomarlo como una recomendaci¨®n, ¡°sin estigmatizar y sin decir que es un virus de homosexuales¡±. Porque, como insisten todos los expertos, ni siquiera es de transmisi¨®n sexual. Aunque es posible que est¨¦ presente en fluidos sexuales, un cond¨®n no evitar¨ªa el contagio en una relaci¨®n. ¡°El virus no se transmite de forma f¨¢cil, no se transmite por un contacto casual, se transmite por uno m¨¢s estrecho: entre personas que conviven, que comparten cama, s¨¢banas, toallas, cubiertos...¡±, explica el microbi¨®logo. Y en el acto sexual este contacto directo es inevitable, aunque como ha reconocido el propio Tedros, todav¨ªa hay que averiguar cu¨¢l es la v¨ªa concreta por la que este virus se est¨¢ transmitiendo.
Pese a que todos los expertos inciden en las diferencias que hay con otros virus y tratan de evitar repetir el estigma que gener¨® en su d¨ªa el VIH, la comunidad gay se siente de nuevo amenazada. Y las recetas de abstinencia sexual que se formularon entonces para frenar el sida no dieron resultado. Elvis Garc¨ªa, doctor en Salud P¨²blica por la Universidad de Harvard, explica que ya se model¨® con un supuesto impacto positivo en la pandemia del sida: ¡°Pero una cosa es el modelo y otra es la realidad. Y en este caso, quiz¨¢s las palabras de Tedros pueden no ser demasiado afortunadas, ya que se est¨¢ intr¨ªnsecamente se?alando a la comunidad gay de la propagaci¨®n de la enfermedad. Creo que la idea es correcta, la transparencia es clave para la OMS en estos momentos. Pero el mensaje, sin estar acompa?ado de otras medidas de educaci¨®n y movilizaci¨®n a nivel m¨¢s local, corren el riesgo de no llegar demasiado lejos. Y, sin embargo, al se?alar a un grupo como el foco de una epidemia, hist¨®ricamente se ha demostrado que no es positivo y que puede llevar a la estigmatizaci¨®n y a pr¨¢cticas no deseadas que complican el seguimiento y la erradicaci¨®n de la enfermedad¡±.
La Coordinadora estatal de VIH y sida (Cesida) considera que el error de la OMS ha sido hacer referencia a una orientaci¨®n sexual concreta. ¡°Entiendo que no quer¨ªa ser estigmatizante, pero s¨ª que lo ha sido¡±, reflexiona su presidenta, Reyes Velayos. ¡°Tendr¨ªan que haber hablado de todas las personas y hacer una recomendaci¨®n general de no tener muchas parejas sexuales. Pero lo que han hecho es estigmatizar y provocar que las personas que no se sientan incluidas en este grupo [de hombres que tienen sexo con hombres] se puedan sentir inmunes, cuando no lo son¡±, zanja.