La alerta por los pinchazos en Espa?a: ¡°No somos nosotras las que tenemos que cambiar nuestra manera de vivir¡±
La polic¨ªa investiga ya 60 denuncias en decenas de ciudades espa?olas, que est¨¢n provocando miedo, pero tambi¨¦n indignaci¨®n y resistencia de las mujeres a ser expulsadas de un espacio, el del ocio nocturno, que tambi¨¦n les pertenece
Mar¨ªa Rodr¨ªguez, Luc¨ªa Monz¨®n y Leire Redondo se conocieron mientras estudiaban Psicolog¨ªa y la noche del jueves inauguraban las fiestas de agosto en Madrid, en el barrio de La Latina. Esas, y casi todas las verbenas, bares, festivales y discotecas espa?olas comparten este verano un tema com¨²n: los pinchazos. Punciones a mujeres en decenas de ciudades desde hace varias semanas que est¨¢n provocando alarma social, s¨ª. Pero tambi¨¦n enfado, indignaci...
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Mar¨ªa Rodr¨ªguez, Luc¨ªa Monz¨®n y Leire Redondo se conocieron mientras estudiaban Psicolog¨ªa y la noche del jueves inauguraban las fiestas de agosto en Madrid, en el barrio de La Latina. Esas, y casi todas las verbenas, bares, festivales y discotecas espa?olas comparten este verano un tema com¨²n: los pinchazos. Punciones a mujeres en decenas de ciudades desde hace varias semanas que est¨¢n provocando alarma social, s¨ª. Pero tambi¨¦n enfado, indignaci¨®n y resistencia. La de muchas mujeres que se niegan a ser expulsadas de un espacio que tambi¨¦n les pertenece. ¡°Justo lo ven¨ªamos hablando. Miedo hay, pero hemos decidido salir de todas formas. No somos nosotras las que tenemos que cambiar nuestra manera de vivir. No es correcto que sea siempre la mujer la que sea se?alada¡±, afirmaba Redondo.
La polic¨ªa investiga ya 60 denuncias a lo largo del pa¨ªs, seg¨²n ha anunciado este viernes el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en TVE. All¨ª ha afirmado que las pesquisas tratan de determinar ¡°qu¨¦ hay detr¨¢s¡± de este fen¨®meno, si busca inocular sustancias para someter a la v¨ªctima y cometer un delito, fundamentalmente de car¨¢cter sexual, o si el objetivo es ¡°intentar trasladar una situaci¨®n de inseguridad¡± y ¡°amedrentar a un colectivo¡± con un ¡°discurso absolutamente machista de tratar de sacar al 50% de la poblaci¨®n, a las mujeres, del espacio p¨²blico¡±.
Pero a pesar de ese miedo, m¨¢s o menos intenso, que se filtra en las conversaciones, el jueves era f¨¢cil encontrar mujeres que decidieron salir. Y, en la noche madrile?a, a pesar de las aglomeraciones frente a los bares que hac¨ªan casi imposible el paso, encontrarse al aire libre dejaba tranquila a Luc¨ªa Merlo, de 33 a?os, que beb¨ªa una copa en la plaza de Cascorro: ¡°M¨¢s que miedo, me deprime. Me parece muy triste que haya hombres que se diviertan haciendo este tipo de cosas¡±.
A¨²n se desconoce qui¨¦nes est¨¢n detr¨¢s de los pinchazos. Hasta ahora solo se ha encontrado ¨¦xtasis l¨ªquido en los an¨¢lisis de una menor de 13 a?os en Gij¨®n, por lo que la sumisi¨®n qu¨ªmica de momento no parece el objetivo. No hay delitos aparejados ni ning¨²n detenido. Las autoridades desconocen la intenci¨®n que hay detr¨¢s de ello, pero s¨ª tiene ya la primera consecuencia: ese miedo que restringe la libertad de las mujeres. Salir con m¨¢s precauci¨®n que antes, quiz¨¢s modificar los lugares en los que se divierten, cambiar horarios o conductas y, en cualquier caso, estar en alerta ante la posibilidad de que ocurra.
Sabrina Soltani, una veintea?era de vacaciones en Barcelona que lleg¨® hace cuatro d¨ªas desde Mil¨¢n, explicaba la noche del que si llevaba pantal¨®n largo era precisamente por los pinchazos. Va a pasar una semana en la ciudad con una amiga, Alice Borsani: ¡°Vamos a cuidar una de la otra y ya tengo el tel¨¦fono de amigos de aqu¨ª en Barcelona por si nos pasa algo. Vigilaremos, pero vamos a divertirnos, solo hemos venido una semana¡±.
¡°Es como si el objetivo fuera hacerte todo el da?o posible¡±
Laura Amador, de la misma edad, pensaba lo mismo en la noche madrile?a: ¡°Es como si el objetivo fuera hacerte todo el da?o posible. S¨ª, pero ?qu¨¦ vamos a hacer? ?Dejar de vivir? No me voy a quedar en casa por una burrada como esta. No somos nosotras las que tenemos la culpa¡±.
No son las responsables, y, sin embargo, s¨ª recae sobre ellas cierta responsabilidad social que las conmina a protegerse. Tambi¨¦n familiar. ¡°Mi madre antes me dec¨ªa ¡®no bebas mucho¡¯, ahora me dice ¡°cuidado que no te pinchen¡±, explicaba Mar¨ªa Calvo, una estudiante de 21 a?os que esperaba entrar a un bar en el centro de Madrid.
Lo que est¨¢ ocurriendo no solo pone en alerta a las mujeres que deciden salir, sino tambi¨¦n a madres y padres. En Barcelona, a pie de playa, en el barrio pesquero de la Barceloneta, est¨¢n las discotecas del Frente Mar¨ªtimo donde vecinos y, sobre todo, turistas, se suelen concentrar para acabar la jornada. La de la noche del jueves estaba plagada de conversaciones sobre los pinchazos.
Entre las colas y los accesos a las discotecas estaba Zaira Hern¨¢ndez, que tiene 18 a?os y lleva meses saliendo de fiesta con la compa?era ¡°que m¨¢s la cuida¡±, su madre: Maidani L¨®pez, de 34. Madre e hija esperaban en la cola de la discoteca Shoko, donde hab¨ªa un concierto del cantante colombiano Manuel Turizo. ¡°He visto en las noticias que est¨¢n pinchando a mujeres y me preocupa much¨ªsimo. Lo bueno es que siempre estoy al lado de mi hija. Soy su sombra¡±, advert¨ªa L¨®pez. Su hija aseguraba que en las redes sociales (que ella consume compulsivamente) ya han aparecido varios avisos y el jueves sal¨ªa con temor. Iban con prudencia, pero no estaban dispuestas a que esta alarma les aguara la fiesta.
Vigilancia a las puertas de las discotecas
Dayana, de 20 a?os, y Andrea Saavedra, de 23, tambi¨¦n estaban a punto de entrar en el Shoko y se somet¨ªan al registro de sus bolsos por parte de los empleados de seguridad. ¡°Quiz¨¢s sea mejor as¨ª y estemos m¨¢s protegidas. Tenemos miedo y nuestras familias tambi¨¦n, pero somos hermanas y nos vigilamos una a otra¡±, aseguraba la mayor mientras un enorme portero revisaba concienzudamente su bolso. Pero donde los vigilantes se esmeraban era en el cacheo a todos los hombres que entraban en las discotecas.
¡°Nuestros vigilantes revisan y cachean, no hemos tenido problemas de pinchazos, pero no podemos bajar la guardia. Adem¨¢s, sabemos que es una moda que de alguna manera baja de Europa desde el norte al sur y no nos podemos exponer¡±, aseguraba Santi Cipr¨¦s, uno de los responsables de la m¨ªtica discoteca Pach¨¢. ¡°Vigilamos en la entrada y luego continuamente en la sala porque no sabemos si el posible agresor puede esconder en sus partes o en cualquier lugar una jeringa¡±, reconoc¨ªa.
El miedo a los pinchazos estaba en las colas de las discotecas, pero tambi¨¦n entre los responsables de los centros de ocio, que est¨¢n poniendo todos los esfuerzos para que alguien que pretenda realizar un ataque de estas caracter¨ªsticas se lo piense antes de hacerlo en sus negocios. En Baleares, Andaluc¨ªa, Valencia o Catalu?a los responsables de la industria de la noche ya han tenido, o tendr¨¢n en los pr¨®ximos d¨ªas, reuniones con los distintos gobiernos auton¨®micos para poner en com¨²n protocolos ante estos ataques que, recordaba Pilar Llop, la ministra de Justicia, pueden suponer un delito de lesiones.
El secretario general de la Federaci¨®n Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauraci¨®n y Musicales (Fecasarm), Joaquim Boadas, asegura que ¡°los locales de ocio nocturno de Lloret de Mar afectados por casos de pinchazos son totalmente seguros¡± y las punciones ¡°fueron puntuales y posiblemente llevadas a cabo por la misma persona¡±. Boadas se refiere a Lloret de Mar porque de los 23 casos denunciados de pinchazos en Catalu?a, hasta ahora 15 han sido en Girona, 14 en Lloret y uno en la fiesta mayor de Viladamat (Alt Empord¨¤). Sin embargo, a?ade, ¡°todos ellos se encuentran adoptando una serie de medidas para evitar nuevos casos, entre ellas, un mayor control y registros en los accesos, los cuales est¨¢n dando sus frutos, dado que hace m¨¢s de 10 d¨ªas que no ha habido ning¨²n caso en los establecimientos de la localidad¡±.
Boadas destaca que uno de esos locales cuenta con el distintivo Triple Excellence in Nightlife, que seg¨²n explica es la mayor distinci¨®n a nivel mundial en el sector del ocio nocturno y que otros dos est¨¢n en proceso de implementar medidas para obtenerlo. Lo concede la Asociaci¨®n Internacional de Ocio Nocturno, que tiene como principal objetivo promover la seguridad y calidad en el sector. en Espa?a hay ocho locales que lo tienen en Ibiza, siete en Tenerife, seis en Barcelona uno en Madrid y otro en Lloret de Mar. Esta distinci¨®n obliga a los establecimientos a disponer de medidas de seguridad como c¨¢maras de videovigilancia, vigilantes de seguridad, reanimadores card¨ªacos, tapavasos para las bebidas, un alcohol¨ªmetro, detectores de metales y a formar a todo el personal del local. Tambi¨¦n deben contar con un protocolo para evitar agresiones sexuales, y carteler¨ªa informativa respecto a conductas prohibidas y recomendaciones a seguir.
Puntos violetas
Pero las iniciativas que se est¨¢n tomando en el sector trascienden el ¨¢mbito empresarial. El Ministerio de Igualdad firm¨® la semana pasada un convenio con la Federaci¨®n Nacional de Empresarios de Ocio y Espect¨¢culos para que los lugares de ocio nocturno sean tambi¨¦n puntos violetas, es decir, puntos de informaci¨®n para prevenir las agresiones sexuales a mujeres. ¡°El sector se ha mostrado comprometido contra las violencias sexuales y, a partir de ahora, en puntos visibles de los ba?os podr¨¢s encontrar un c¨®digo QR que te llevar¨¢ directamente a la Gu¨ªa del Punto Violeta¡±, que tambi¨¦n est¨¢ disponible en la web del ministerio, explic¨® Irene Montero.
Tanto este acuerdo como las distintas iniciativas por ciudades tienen ahora que ser activadas. Y por el momento difieren seg¨²n el territorio y seg¨²n los establecimientos. En Madrid, en el barrio de Chamber¨ª, Paula Serrano esperaba la noche del jueves para entrar en un local de copas, aunque admit¨ªa que ten¨ªa miedo, sobre todo, de ¡°no sentir el pinchazo¡±.
En ese local, con aforo de 170 personas, tienen siete c¨¢maras y hay dos personas de seguridad. Su encargada, Micaela Pascual, de 25 a?os, contaba que ahora est¨¢n m¨¢s atentas: ¡°Siempre atentas ante alguna situaci¨®n de peligro. Aqu¨ª no ha pasado nunca, pero por las c¨¢maras podr¨ªamos identificar qui¨¦n es y c¨®mo lo ha hecho¡±. Dentro del local, no se permite llevar gorra u otros objetos que no permitan ver el rostro de las personas. ¡°Ahora ya no es tomarte una copa, tambi¨¦n tienes que estar informada para saber qu¨¦ hacer si pasa y tener cuidado¡±, a?ad¨ªa Pascual.
Fuera, en la puerta de la discoteca, firme y con un pinganillo en la oreja, Guillermo Larra¨ªn, de 42 a?os, lleva trabajando como jefe de seguridad dos d¨¦cadas: ¡°Sabiendo que una chica te dice que se encuentra mal, no puedes dejarla sola y la tienes que sacar de entre la muchedumbre. Hay que avisar. La cosa es darse cuenta y saber que puede haber pasado eso¡±. Y reaccionar.
La mayor¨ªa de los protocolos que han publicado los gobiernos auton¨®micos, como el de Extremadura o Andaluc¨ªa, advierten de que lo primero ha de ser encontrar a alguno de los amigos o amigas con quienes est¨¦n en ese momento y puedan estar con ellas, y llamar al 112 y acudir a Urgencias de los hospitales. Despu¨¦s, denunciar, como incid¨ªa esta semana la ministra de Justicia.
Son gu¨ªas para ellas sobre c¨®mo actuar, mientras se intenta averiguar qu¨¦ est¨¢ pasando y por qu¨¦. Tambi¨¦n mientras muchas mujeres deciden seguir con sus vidas y sus planes, aun con miedo. Y mientras otras cambian esa vida y esos planes, por ese mismo miedo. Como har¨¢ estos pr¨®ximos d¨ªas Clara, de 22 a?os, en Girona. Ella y sus amigas suelen ir a discotecas de Platja d¡¯Aro, Calella de Palafrugell o Pals, pero la semana pasada empez¨® a ver que muchos de sus contactos de Instagram se refer¨ªan a los pinchazos y a que se conoc¨ªan m¨¢s casos, y decidi¨® no salir por la noche a ning¨²n gran local o espacio de ocio nocturno. Todav¨ªa no tiene claro si hacerlo. ¡°Muchas de mis amigas lo est¨¢n diciendo, si antes ya ten¨ªamos miedo, ahora todav¨ªa m¨¢s¡±.