Ni?os que viven sin verdura, dentista o calefacci¨®n: ¡°Comemos todos los d¨ªas lo mismo, no puedo permitirme otra cosa¡±
Un informe de Save The Children muestra el perfil de las familias m¨¢s vulnerables que acuden a sus programas. Un tercio de ellas vive con menos de 100 euros al mes
La pandemia les quit¨® a Amara y a su marido el sustento. Ella trabajaba de limpiadora, ¨¦l de mozo de almac¨¦n. Desde entonces, a su casa no llega m¨¢s dinero que el del ingreso m¨ªnimo vital. Son padres de tres hijos, la mayor de ellos tiene autismo y los dos peque?os van al instituto. ¡°No tenemos a nadie que nos pueda dar un bote de lentejas o de sal. Mezclamos el agua con la leche para desayunar¡±, cuenta la mujer. Un tercio ...
La pandemia les quit¨® a Amara y a su marido el sustento. Ella trabajaba de limpiadora, ¨¦l de mozo de almac¨¦n. Desde entonces, a su casa no llega m¨¢s dinero que el del ingreso m¨ªnimo vital. Son padres de tres hijos, la mayor de ellos tiene autismo y los dos peque?os van al instituto. ¡°No tenemos a nadie que nos pueda dar un bote de lentejas o de sal. Mezclamos el agua con la leche para desayunar¡±, cuenta la mujer. Un tercio de las familias que atiende Save the Children en Espa?a vive con 100 euros al mes por persona y est¨¢ en riesgo de pobreza extrema, seg¨²n un informe que ha publicado este jueves la ONG y que ejemplifica c¨®mo viven los ni?os de las m¨¢s de 2.000 familias con pocos recursos a las que ayudan en sus programas para hogares en exclusi¨®n social. Una de esas familias es la de Amara, que usa un nombre ficticio para mantener la privacidad de los suyos.
¡°La situaci¨®n es muy grave. Tenemos 733.000 ni?os y ni?as que viven en una situaci¨®n de privaciones materiales diarias. Somos el pa¨ªs de la Uni¨®n Europea, despu¨¦s de Rumania, con m¨¢s ni?os en riesgo de pobreza¡±, expone Andr¨¦s Conde, director general de Save The Children Espa?a. La organizaci¨®n ha encuestado a 1.187 familias que acuden a sus programas y que pertenecen a la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable, social y econ¨®micamente. La mitad son hogares biparentales, y un tercio de ellas, monomarentales. El 64% vive con unos ingresos mensuales menores a mil euros, y el 5% no tiene ning¨²n tipo de ingreso. ¡°Hablamos de derechos vulnerados de estos ni?os: a una alimentaci¨®n sana, educaci¨®n o vivienda digna¡±, explica Conde.
Los hijos de Amara comen cuando pueden y lo que pueden. ¡°Sigo teniendo 50 euros para llenar el carrito, pero ahora consigo menos cosas. Productos que antes pod¨ªa comprar, como el pollo o el pescado, son un lujo¡±, cuenta Amara. La mayor¨ªa de los ni?os atendidos por la organizaci¨®n, el 58%, no alcanza a consumir fruta fresca o verdura al menos una vez al d¨ªa, y el 37% no consume las prote¨ªnas adecuadas. La ni?a mayor de Amara va a un colegio de educaci¨®n especial, y al menos all¨ª puede asegurarse una dieta sana de lunes a viernes. Los peque?os salen del instituto y comen en casa, porque Amara no puede pagar el comedor. ¡°Comemos todos los d¨ªas pr¨¢cticamente lo mismo, no puedo permitirme otra cosa¡±, lamenta la madre.
Hay otras cosas que Amara tampoco puede ofrecer a sus hijos, como material escolar nuevo o la oportunidad de asistir a actividades extraescolares. ¡°Es doloroso decirles que no hay dinero para que puedan gastar en el recreo cuando sus amigos s¨ª tienen¡±, expresa. Conde explica que las actividades deportivas, de aprendizaje de idiomas o art¨ªsticas est¨¢n ¡°fuera del alcance de los pobres¡±, y que eso no solo repercute en su formaci¨®n, sino tambi¨¦n en sus relaciones sociales. Solo un 44% de los ni?os que atiende la organizaci¨®n est¨¢ apuntado a alguna actividad. Entre estos ni?os, el rendimiento escolar es menor debido a las circunstancias socioecon¨®micas de sus familias. El refuerzo escolar compensa las desventajas acad¨¦micas a las que se enfrentan, pero muchos padres y madres no pueden pagarlo.
¨D?Sigue alg¨²n tipo de actividad extraescolar?
¨DOjal¨¢. En su colegio no organizan gratuitas y yo no puedo pagar una academia.
El acceso a la escuela antes de los tres a?os es fundamental para el desarrollo, especialmente en entornos vulnerables, adem¨¢s de para la conciliaci¨®n. Sin embargo, el 23% de los ni?os encuestados que podr¨ªan asistir a Educaci¨®n Infantil no lo hace. ¡°Es imprescindible corregir la desigualdad por origen socioecon¨®mico, que limita las oportunidades para estos ni?os¡±, explica Conde. El director de Save the Children insiste en la importancia de garantizar los derechos de los menores con medidas espec¨ªficas: plazas asequibles y accesibles para todos los padres y madres que quieran llevar a sus hijos a Educaci¨®n Infantil; un comedor escolar gratuito, para asegurar una alimentaci¨®n equilibrada; y refuerzo educativo, tambi¨¦n gratuito, para quienes no se lo pueden permitir.
La vivienda es el otro gran problema de las familias pobres, seg¨²n el informe. Las que menos recursos tienen dedican el 63% a la casa, una sobrecarga muy fuerte sobre el presupuesto familiar. Muchas, como la de Amara, tienen que pasar el invierno sin calefacci¨®n. ¡°Mi hija me dice que tiene fr¨ªo. Para ducharse, estudiar, todo. Ve que hay ni?os que van calientes al cole y me pregunta: ¡®?Por qu¨¦ no aqu¨ª?¡±, relata. Un 47,2% de los menores viven en familias que nunca o casi nunca o solo a veces han sido capaces de mantener a una temperatura adecuada sus viviendas, lo cual significa que han sufrido cortes de suministro o que, con mucha frecuencia, dejan de poner la calefacci¨®n o el aire acondicionado porque la factura a la que deben hacer frente es inasumible. Adem¨¢s, un gran n¨²mero de las viviendas son insalubres, tienen poca luz y mucho ruido. ¡°Luego tienen fiebre, gripe, y les tengo que llevar al m¨¦dico¡±, narra Amara. Las familias monoparentales superan en 12 puntos el esfuerzo de las familias con dos progenitores, y el sacrificio tambi¨¦n es m¨¢s elevado en las familias de origen migrante.
Otras muchas familias como la suya no pueden permitirse, por ejemplo, gafas o aud¨ªfonos para sus hijos, que no est¨¢n cubiertos por el sistema de sanidad p¨²blica, seg¨²n destaca el informe. El 26% de estas familias manifiestan que no han podido ir con ellos al dentista. El 10% que no puede conseguir material sanitario, como aud¨ªfonos o pr¨®tesis. La propia Amara necesita gafas. ¡°Me estoy quedando ciega, pero no puedo ir al oftalm¨®logo. El ni?o tambi¨¦n las necesita, pero no podemos permit¨ªrnoslas. Y mi ni?a necesita ir al dentista, pero ?con qu¨¦ dinero la llevo?¡±, cuenta.
El momento de soluciones
Conde se?ala que la manera m¨¢s efectiva de combatir la pobreza infantil ser¨ªa una prestaci¨®n de ayuda a la crianza de 100 euros mensuales para todos los menores, hasta que cumplan los 18 a?os, algo actualmente inexistente en Espa?a. En los Presupuestos de 2023 se incluy¨® la extensi¨®n de la actual ayuda de 100 euros al mes que actualmente perciben las madres trabajadoras, de forma que tambi¨¦n la recibir¨¢n las mujeres que cobren una prestaci¨®n por desempleo o que hayan cotizado al menos 30 d¨ªas desde el nacimiento del beb¨¦, una medida que est¨¢ prevista en la Ley de Familias, cuya aprobaci¨®n estaba prevista este martes en Consejo de Ministros, pero se ha pospuesto. En cualquier caso, est¨¢ lejos de la universalidad que piden las organizaciones de infancia. ¡°La ayuda a la crianza es una asignatura pendiente en Espa?a, extendida por muchos otros pa¨ªses. Nuestro pa¨ªs invierte la mitad que los pa¨ªses europeos en familia e infancia, y eso es lo primero que hay que corregir¡±, advierte el director de Save the Children Espa?a.
La organizaci¨®n calcula que criar a un hijo en Espa?a cuesta 672 euros al mes, un gasto inasumible para las familias vulnerables, pero indispensable para los ni?os. ¡°Estamos ante la oportunidad perfecta para hacerlo con la Ley de Familias, que ahora est¨¢ bloqueada, y con la implantaci¨®n de la Garant¨ªa Infantil Europea, que nos empuja a salvaguardar los derechos de todos los ni?os¡±, asegura Conde. Pero no solo lo defienden por justicia social, tambi¨¦n por criterio econ¨®mico. ¡°O invertimos ahora en nuestra infancia o vamos a tener un tercio de la poblaci¨®n siempre dependiendo de ayudas p¨²blicas¡±, advierte.
Amara tambi¨¦n pide: ¡°Cuando llega el invierno, todo es peor. Los ni?os necesitan m¨¢s ropa, zapatos. Pasan fr¨ªo dentro y fuera de la casa. No nos podemos calentar. Tienen que darse cuenta de eso¡±. Por ahora, espera poder celebrar la Nochebuena, y para el a?o que viene, que la inflaci¨®n deje de afectar a su cesta de la compra: ¡°Para poder volver a comprar pl¨¢tanos, carne, yuca...¡±. Amara repite que lo suyo no es un caso aislado, solo ¡°una historia m¨¢s de las que viven miles de familias¡±.