La vida despu¨¦s de un megaincendio: el resurgir de las cenizas del bosque de las Landas en Francia
Guardas forestales y cient¨ªficos trabajan para favorecer la regeneraci¨®n natural del pinar que bordea la famosa Duna de Pilat un a?o despu¨¦s del fuego que afect¨® a m¨¢s de 30.000 hect¨¢reas
En el bosque de las Landas, el mayor macizo forestal artificial de Europa occidental, la esperanza tiene la insignificante forma de una pl¨¢ntula de pino de apenas un palmo de altura. Fabrice Carr¨¦, t¨¦cnico forestal de la Organizaci¨®n Nacional de Bosques en Francia (ONF), se?ala uno de los miles de brotes que han surgido sobre los restos ...
En el bosque de las Landas, el mayor macizo forestal artificial de Europa occidental, la esperanza tiene la insignificante forma de una pl¨¢ntula de pino de apenas un palmo de altura. Fabrice Carr¨¦, t¨¦cnico forestal de la Organizaci¨®n Nacional de Bosques en Francia (ONF), se?ala uno de los miles de brotes que han surgido sobre los restos del incendio que hace un a?o arras¨® cerca de 6.000 hect¨¢reas en la costa atl¨¢ntica, en torno al lugar m¨¢s tur¨ªstico del sudoeste franc¨¦s: la Duna de Pilat. ¡°El fuego fue tan severo que hasta la arena se quem¨®¡±, rememora Carr¨¦.
En julio de 2022, el pinar que se extiende por cerca de un mill¨®n de hect¨¢reas entre los departamentos de Gironda y las Landas fue v¨ªctima de uno de los incendios m¨¢s feroces que se recuerdan en Francia. De las 62.000 hect¨¢reas que ardieron en todo el pa¨ªs, m¨¢s de 30.000 se situaban en varios focos de este bosque, agrandado por orden de Napole¨®n III, quien mand¨® poblar las dunas y las landas del interior con pinos para sanear el terreno y avanzar en la industrializaci¨®n del territorio. Landiras y La Teste-de-Buch se llevaron la peor parte, con miles de personas evacuadas y numerosos destrozos. Los rastros de ese escenario apocal¨ªptico siguen ah¨ª: en una de las parcelas calcinadas, solo quedan en pie varios alcornoques, vivos pese a tener el tronco carbonizado. Algunos arbustos alcanzan ya el metro y dan sombra a los min¨²sculos pinos que surgen de esta tierra arenosa.
Fabrice Carr¨¦ empieza a trabajar temprano para no molestar a los veraneantes. A bordo de su furgoneta para en los carriles para comprobar el inicio de la regeneraci¨®n. Saca un pulverizador y marca con naranja el tronco de otro pino. Parec¨ªa haber sobrevivido pero, un a?o despu¨¦s, es evidente: ese ¨¢rbol est¨¢ muerto, y ya son 50 en lo que va de ma?ana, como marca en el contador met¨¢lico que lleva en el cintur¨®n. La ONF ha apostado por la regeneraci¨®n natural en las 2.000 hect¨¢reas que controla de este bosque, las m¨¢s tur¨ªsticas. ¡°Estos pinos se han adaptado y han desarrollado una gen¨¦tica particular. Las semillas de esta especie son mucho m¨¢s interesantes. Adem¨¢s, y no es cuesti¨®n menor, es gratis¡±, explica el guarda forestal. En las hect¨¢reas quemadas del bosque privado, la regeneraci¨®n ser¨¢ mayoritariamente artificial, por plantaci¨®n.
Desde hace un a?o, Carr¨¦ marca qu¨¦ parcelas hay que intervenir con rapidez para poder explotar la madera muerta e impedir las plagas de barrenillos. Han vendido hasta 80.000 metros c¨²bicos de madera, subastada a empresas locales antes incluso de ser derribada, el equivalente a lo que producen habitualmente en 10 a?os. La madera se vende ¨²nicamente si el ¨¢rbol no tiene posibilidad de sobrevivir.
¡°Un a?o despu¨¦s seguimos la evoluci¨®n de infecciones, enviamos nuevos equipos de explotaci¨®n a los ¨¢rboles que tardan m¨¢s en morir. Tenemos dos a?os de trabajo por delante antes de saber cu¨¢l es la capacidad real de regenerarse¡±, explica Carr¨¦. La misi¨®n del guardabosques consiste en encaminar esta din¨¢mica. En unos a?os, plantar¨¢n en las zonas donde la densidad no sea suficiente. En ese momento habr¨¢ que prestar atenci¨®n a c¨®mo mejorar la resiliencia de la espesura, es decir, c¨®mo facilitar su adaptaci¨®n a los desajustes clim¨¢ticos que se han multiplicado en los ¨²ltimos 20 a?os, probablemente a?adiendo nuevas especies a este monocultivo de pinos.
En 2022, las altas temperaturas y la sequ¨ªa se ensa?aron con estos ¨¢rboles. Un incidente t¨¦cnico en una camioneta, propiedad de uno de los campings de este rinc¨®n tur¨ªstico en la Bah¨ªa de Arcachon, provoc¨® un peque?o incendio que acab¨® extendi¨¦ndose. El viento y las altas temperaturas favorecieron su propagaci¨®n durante m¨¢s de un mes. El verano de 2023 ha sido lluvioso y ha dado un breve respiro a las plantas. En el suelo, se acumulan las ramas y restos de ¨¢rboles quemados que ahora ayudan a conservar la humedad del terreno y, al descomponerse, favorecen un retorno de minerales a la tierra. El paisaje no ha perdido su espectacularidad, pero tardar¨¢ al menos 40 a?os en recuperar la densidad anterior al incendio, que ahora deja a la vista un relieve de dunas. ¡°Creo que la gente tom¨® conciencia, pero tambi¨¦n creo que olvidamos demasiado r¨¢pido. Los campings reabren, el parking hubo que prepararlo r¨¢pido¡ El peso econ¨®mico pesa mucho en las decisiones pol¨ªticas. A menudo son intereses divergentes a los de la naturaleza¡±, se?ala Carr¨¦.
Entre tanto, el turismo que el a?o pasado abandon¨® la regi¨®n ha vuelto a instalarse. La francochilena Carolina V¨¢zquez lleva 13 a?os veraneando en el que tiene reputaci¨®n de ser ¡°el camping m¨¢s famoso de Francia¡±, Les Flots Bleus, escenario de la trilog¨ªa de pel¨ªculas Camping. Situado al pie de la Duna de Pilat, el lugar qued¨® calcinado y han necesitado entre siete y ocho millones de euros para reconstruirlo, pese a que la duna avanza entre dos y cuatro metros cada a?o. Una de las pocas estructuras del camping que se salv¨® de las llamas tendr¨¢ que ser derruida el a?o que viene o quedar¨¢ sepultada por la arena. La sombra de la expropiaci¨®n pesa sobre este m¨ªtico lugar desde hace a?os y muchos pensaron que el incendio acelerar¨ªa su expulsi¨®n, pero el propio Emmanuel Macron se comprometi¨® a que ser¨ªan reconstruidos y as¨ª ha sido. De momento.
¡°En 20 o 30 a?os la duna llegar¨¢ a la carretera, pero mientras podamos seguir aqu¨ª, lo haremos¡±, dice su director, Franck Couderc. V¨¢squez ha regresado este a?o con sus hijos y su hermano tras haber tenido que ser evacuada durante la madrugada en la que se desat¨® el incendio. ¡°Estando aqu¨ª contribuyo a la reconstrucci¨®n del camping. Hay menos ¨¢rboles, menos sombra y menos actividades, mucha menos gente, pero venir es una costumbre y esta duna es preciosa. ?Has visto las vistas que tenemos?¡±, comenta V¨¢zquez. El camping, donde los espa?oles son la segunda nacionalidad extranjera con mayor presencia, se ha comprometido tambi¨¦n a plantar ¨¢rboles por valor de 500.000 euros.
La regi¨®n ha puesto en marcha varias investigaciones para estudiar, entre otros aspectos, la velocidad a la que se recupera el suelo y la capacidad de la vegetaci¨®n para reconstruirse. Desde 1999, los estudios se hab¨ªan centrado en la amenaza de las tempestades invernales, que asolaron la zona en dos fuertes temporales en 1999 y 2009. ¡°Si comparamos la biomasa en 1998 y 2010, la cantidad de materia viva se ha dividido por dos¡±, explica el investigador del Instituto Nacional para la Investigaci¨®n Agron¨®mica, Laurent Augusto. En los ¨²ltimos a?os, la vigilancia se ha vuelto permanente por la multiplicaci¨®n de riesgos: los efectos del cambio clim¨¢tico con sequ¨ªas prolongadas y olas de calor, y el temor a ataques biol¨®gicos como el del nematodo de pino, que ya afecta Portugal y Espa?a tras propagarse desde Am¨¦rica del Norte por el aumento de intercambios de madera. ¡°?Va a poder adaptarse esta especie del pino mar¨ªtimo o tendremos que introducir otras adaptadas a un clima m¨¢s seco? Hay colegas genetistas que se interesan en otras poblaciones de Espa?a, Portugal o Marruecos para ver si en el patrimonio de esos bosques hay individuos m¨¢s resistentes a la sequ¨ªa y el calor¡±, explica Augusto.
Los investigadores saben que es probable que la fisonom¨ªa del Bosque de las Landas cambie en los pr¨®ximos 50 a?os. ¡°Este suelo es muy pobre en f¨®sforo y no hay ¨¢rboles que puedan compararse en t¨¦rminos de productividad, pero las expectativas sociales est¨¢n cambiando y las amenazas son m¨¢s fuertes. Esto ha llevado a que los gestores y la industria, en un bosque de gesti¨®n eminentemente privada, se hayan abierto al cambio. Por ejemplo, ?por qu¨¦ no introducir otras especies para aumentar la resiliencia o crear bordes de bosque? Vaticino que habr¨¢ m¨¢s espacios de biodiversidad y ser¨¢n m¨¢s prudentes con las talas, que no son bien percibidas por la sociedad¡±, dice Augusto. El cient¨ªfico advierte una progresi¨®n en las mentalidades de todos los sectores implicados en la silvicultura y augura que hay cuestiones que cambiar¨¢n, ¡°aunque sea por la presi¨®n social¡±. Es solo un inicio pero, ahora s¨ª, los ciudadanos son capaces de percibir el impacto del cambio clim¨¢tico en sus vidas.