Sin comer, beber ni orinar. As¨ª malviv¨ªan las 21 v¨ªctimas de explotaci¨®n laboral rescatadas en Sevilla
Una de las personas rescatadas, menor de edad, que estaba embarazada, lleg¨® a sufrir un aborto, otro salt¨® por la ventana desesperado para huir, muchos ten¨ªan que rebuscar en la basura para alimentarse
Trabajar de sol a sol no era el peor de sus problemas. No les permit¨ªan comer, ni beber -pese a estar a m¨¢s de 40 grados sevillanos recogiendo fruta-, ni siquiera orinar. Ten¨ªan adem¨¢s que pagar por lo poco que com¨ªan, tan poco, que ten¨ªan que rebuscar de noche en la basura. Esta es la vida de inhumana esclavitud a la que estaban sometidas 25 personas, hombres y mujeres de entre 16 y 45 a?os de origen rumano y moldavo , captadas por un clan familiar -tambi¨¦n de nacionalidad rumana- perfectamente organizado que ha si...
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Trabajar de sol a sol no era el peor de sus problemas. No les permit¨ªan comer, ni beber -pese a estar a m¨¢s de 40 grados sevillanos recogiendo fruta-, ni siquiera orinar. Ten¨ªan adem¨¢s que pagar por lo poco que com¨ªan, tan poco, que ten¨ªan que rebuscar de noche en la basura. Esta es la vida de inhumana esclavitud a la que estaban sometidas 25 personas, hombres y mujeres de entre 16 y 45 a?os de origen rumano y moldavo , captadas por un clan familiar -tambi¨¦n de nacionalidad rumana- perfectamente organizado que ha sido desarticulado por la Polic¨ªa Nacional.
Las v¨ªctimas eran captadas en sus pa¨ªses de origen a trav¨¦s de anuncios por Internet atray¨¦ndolas con suculentas condiciones laborales. Totalmente contrarias a las que luego padecieron durante casi un a?o y medio el tiempo que dur¨® la investigaci¨®n, que se inici¨® en abril de 2022, cuando los agentes fueron a inspecciona una finca de la localidad sevillana de Brenes por sospechas de la existencia de v¨ªctimas de trata.
El sufrimiento empezaba a las siete de la ma?ana, cuando llegaban a las fincas y empezaban a recoger fruta. Adem¨¢s de la privaci¨®n de todo tipo de alimento y bebida, sufr¨ªan insultos y la completa vigilancia de sus guardianes. Cuando se iba la luz, a las ocho, regresaban a unas infraviviendas donde viv¨ªan hacinados y por las que, adem¨¢s, tambi¨¦n deb¨ªan pagar a sus explotadores. Colchones sucios apilados encima de pal¨¦s, paredes cubiertas de moho y suciedad, cables de la luz pelados y sueltos¡.
Su situaci¨®n de extenuaci¨®n era tal que una de las v¨ªctimas se desmay¨® en un supermercado. No pudo pedir ayuda, porque el control al que estaban sometidos era tal, que de inmediato, uno de los miembros del clan la arrastr¨® por el suelo bajo amenazas. El grado de explotaci¨®n era tal, que otra joven, menor de edad, perdi¨® uno de los gemelos de los que estaba embarazada por las condiciones en las que era obligada a vivir.
No solo deb¨ªan pagar por la exigua com¨ªa que le daban o por la ratonera en la que viv¨ªan, tampoco recib¨ªan salario por lo que tampoco pod¨ªan pagar las cantidades que deb¨ªan por su traslado en autob¨²s desde Sevilla. La desesperaci¨®n de un moldavo ante la necesidad de enviar dinero a su familia fue tal, que se arroj¨® por una de las ventanas tratando de huir de ese tormento.
Mientras sus v¨ªctimas malviv¨ªan, sus explotadores hac¨ªan ostentaci¨®n de un alto nivel de vida, conduciendo coches de lujo y mostrando relojes de alta gama. Se trata de un clan perfectamente organizado, con el patriarca a la cabeza y dos subalternos que coordinaban los trabajos en las fincas y la captaci¨®n y su posterior traslado a Espa?a.
Pero sobre lo que llaman la atenci¨®n los investigadores es sobre el alto grado de sofisticaci¨®n del clan, que hab¨ªa creado hasta 10 empresas pantalla a trav¨¦s de las que daban apariencia de legalidad a sus actividades y con las que consegu¨ªan enga?ar a los empresarios agr¨ªcolas que los contrataban para administrar sus fincas. Como no abonaban ning¨²n salario real a los trabajadores, esto les permit¨ªa ofertar condiciones de contrataci¨®n m¨¢s bajas que la competencia, por lo que tambi¨¦n podr¨ªan incurrir en un delito de competencia desleal, se?alan las fuentes de la investigaci¨®n, que desvinculan a los propietarios de cualquier relaci¨®n con la trama.
La operaci¨®n culmin¨® en noviembre del a?o pasado con el registro de siete viviendas de las localidades de Brenes y Cantillana y la detenci¨®n de 15 personas acusadas de pertenencia a organizaci¨®n criminal, trata de seres humanos con fines de explotaci¨®n laboral, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, usurpaci¨®n de la identidad y falsedad documental. Aunque se orden¨® el ingreso en prisi¨®n de los tres cabecillas, la cadena Ser ha adelantado que, semanas despu¨¦s, el juez decret¨® su puesta en libertad contra el criterio de la Fiscal¨ªa y sin tener en cuenta que el l¨ªder ya hab¨ªa sido detenido por hechos similares en 2022. La operaci¨®n, no obstante, sigue abierta.