Un colegio de Bilbao deber¨¢ pagar 40.000 euros por no actuar ante el acoso a una ni?a de 5 a?os
En el curso 2021-2022 la ni?a padeci¨® ¡°constantes agresiones¡± f¨ªsicas e incluso de ¨ªndole sexual; el magistrado considera acreditado que no se trat¨® de una situaci¨®n ¡°aislada ni puntual¡±
El Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 8 de Bilbao ha condenado al colegio religioso Nuestra Se?ora de Bego?a a pagar 40.000 euros a una familia por no actuar ante el acoso escolar sufrido por su hija cuando ten¨ªa 5 a?os. En el curso 2021-2022 la ni?a padeci¨® ¡°constantes agresiones¡± f¨ªsicas e incluso de ¨ªndole sexual, intimidaci¨®n y acoso por parte de una compa?era de clase durante meses y hasta que los padres decidieron cambiarla de centro, seg¨²...
El Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 8 de Bilbao ha condenado al colegio religioso Nuestra Se?ora de Bego?a a pagar 40.000 euros a una familia por no actuar ante el acoso escolar sufrido por su hija cuando ten¨ªa 5 a?os. En el curso 2021-2022 la ni?a padeci¨® ¡°constantes agresiones¡± f¨ªsicas e incluso de ¨ªndole sexual, intimidaci¨®n y acoso por parte de una compa?era de clase durante meses y hasta que los padres decidieron cambiarla de centro, seg¨²n la sentencia.
El fallo hace constar que la v¨ªctima sufri¨® ¡°una sucesi¨®n de agresiones de car¨¢cter grave¡± protagonizadas por otra menor ¡°en el aula, en el comedor, en las escaleras y en los ba?os del centro docente¡±. ¡°No se trat¨® de una situaci¨®n aislada o puntual¡±, se recoge en la sentencia, pues el acoso se prolong¨® ¡°durante meses¡± desde septiembre de 2021 hasta marzo de 2022 y ¡°sin que se lograse articular alguna soluci¨®n que pusiera fin a la misma¡± por parte del centro concertado, ubicado en el barrio Santutxu de la misma capital.
El juzgado concluye que las pruebas muestran ¡°de forma clara y sin asomo de duda¡± que ante estos hechos el centro educativo ¡°fracas¨® a la hora de resolver lo sucedido y garantizar la protecci¨®n de la menor¡± agredida por su compa?era. La demanda interpuesta por los padres de la menor se estima ¨ªntegramente y puede ser recurrida ante la Audiencia provincial de Bizkaia.
La abogada Celia Larrocea, que ha defendido a la familia de la menor acosada, sostiene que la sentencia es ¡°hist¨®rica¡± pues es ¡°la primera vez que se condena a un centro educativo en la jurisdicci¨®n civil¡± por un caso de bullying en una etapa de educaci¨®n infantil, porque ¡°no es habitual¡± que sucedan hechos de esta gravedad, y en una cuant¨ªa econ¨®mica tan elevada.
La resoluci¨®n judicial da validez al testimonio y los informes presentados por la psiquiatra que atendi¨® a la menor, quien encontr¨® ¡°extraordinariamente enferma¡± a la paciente, con un cuadro propio de estr¨¦s postraum¨¢tico severo ¡°como reacci¨®n a una situaci¨®n de maltrato y abuso de naturaleza sexual a manos de una ni?a un a?o mayor¡±. La maltratadora despleg¨® una sucesi¨®n de agresiones f¨ªsicas ¡°calculadas¡±: ¡°Irrumpi¨® en el ba?o para quitarle los pantalones cuando se encontraba haciendo sus necesidades y en otras le introdujo rotuladores en la vagina¡±, consta en la sentencia. Tambi¨¦n expone que se produjeron ¡°empujones, tirones de pelo, patadas, vejaciones (tocamientos en zonas ¨ªntimas) y comportamientos intimidatorios (rotura de objetos, conductas coactivas para impedir comer)¡±.
Las pruebas practicas durante el juicio muestran que el centro demandado ¡°desconoci¨® la diligencia que le era exigible¡± para proteger a la menor agredida, y muy al contrario ¡°opt¨® por convertirse en un mero espectador¡±. ¡°No hay rastro alguno de que se arbitrase, o ni siquiera se llegara a considerar la posibilidad, en ning¨²n momento medida alguna que atajase con las agresiones y protegiese a la menor de las agresiones que sufri¨® en el centro¡±. Los responsables del colegio de Bilbao (la directora del centro, la tutora de ambas y el jefe de estudios, cita la sentencia) atribuyeron estos hechos a un ¡°problema de integraci¨®n¡±, un ¡°conflicto de convivencia¡± y a ¡°momentos de discordia¡±.
El juzgado se?ala que los padres de la v¨ªctimas comunicaron estos episodios a sus responsables en ¡°reiteradas¡± ocasiones, sin que hubiese ninguna reacci¨®n para proteger a la ni?a. ¡°Resulta incomprensible la pasividad del centro¡±, se?al¨® la psiquiatra en la vista oral: ¡°Hizo o¨ªdos y ojos sordos al sufrimiento¡± de la menor, quien sufri¨® ¡°mutismo, intenso retraimiento social, intensa ansiedad con crisis de angustia, insomnio y p¨¦rdida de apetito¡±. La ni?a acosada solo dibujaba c¨ªrculos y tuvo que ser tratada con ansiol¨ªticos ¡°todo el d¨ªa¡± para combatir el cuadro que presentaba. Tres a?os despu¨¦s, la menor contin¨²a recibiendo tratamiento psiqui¨¢trico y medicaci¨®n. La familia se ha mudado para alejarse del infierno vivido.
La abogada de la acusaci¨®n ha declarado que los padres, ¡°preocupados y perdidos¡±, se personaron en su bufete tras contactar con el Departamento de Educaci¨®n del Gobierno vasco, que inici¨® un protocolo de acoso en el colegio que tuvo como respuesta ¡°una pasividad manifiesta¡± del centro, seg¨²n Larrocea. Fuentes de la direcci¨®n del centro escolar han se?alado a Efe que no comparten el contenido del fallo porque siguieron todos los pasos establecidos por la ley, ¡°con contacto directo con la Inspecci¨®n desde el primer momento¡±, por lo que recurrir¨¢n la sentencia ante la Audiencia Provincial de Bizkaia.