El proceso emocional de los conductores de metro tras un atropello: ¡°Me vine abajo¡±
Las empresas de transporte han implementado protocolos psicol¨®gicos para atender a los trabajadores que viven este episodio que consideran traum¨¢tico
¡°Incidencia en la v¨ªa por causas ajenas al metro¡±. Para algunos puede ser un retraso al trabajo y para otros un cambio de ruta obligatorio. Lo cierto es que una o dos veces al mes, para un maquinista del Metro de Madrid, esto significa un atropello, seg¨²n calcula el Sindicato de Maquinistas. ¡°No quiero ni volver a acordarme¡±, dice Francisco del Sol Bermejo (Madrid, 47 a?os), vicesecretario del sind...
¡°Incidencia en la v¨ªa por causas ajenas al metro¡±. Para algunos puede ser un retraso al trabajo y para otros un cambio de ruta obligatorio. Lo cierto es que una o dos veces al mes, para un maquinista del Metro de Madrid, esto significa un atropello, seg¨²n calcula el Sindicato de Maquinistas. ¡°No quiero ni volver a acordarme¡±, dice Francisco del Sol Bermejo (Madrid, 47 a?os), vicesecretario del sindicato y quien en 2007 o 2008 ¨Dno lo recuerda con precisi¨®n¨D conduc¨ªa un tren cuando un hombre se acerc¨® a la v¨ªa, accidentalmente, y fue arrollado. ¡°Intent¨¦ no volver a trabajar en la l¨ªnea 6 para no pasar por Conde de Casal, cada vez que paso por ah¨ª digo: ¡®madre m¨ªa, la que me llev¨¦ aqu¨ª¡±, cuenta.
Francisco recuerda aquel d¨ªa: ¡°Era uno de los ¨²ltimos trenes de la noche y hab¨ªa un se?or en el borde con unas bolsas pesadas entre sus piernas. Cuando vio que se acercaba el tren, se agach¨® a recogerlas y yo entr¨¦ con el tren y le golpe¨®¡±. Agrega que en ese momento ya no se puede hacer nada aunque se intente parar el tren lo antes posible.
¡°La primera noche se pasa mal, muy mal¡±, comenta Francisco, quien trabaja en el metro desde hace 25 a?os.
El Metro de Madrid indica que no puede compartir el n¨²mero de atropellos, pero el sindicato calcula que podr¨ªan ser unos 20 al a?o. Desde Barcelona, Ana, trabajadora del metro de 45 a?os ¨Dquien prefiere no compartir su verdadero nombre¨D cuenta: ¡°Nos dicen que puede pasar, pero a lo mejor te tiras 40 a?os trabajando y nunca te pasa; o a lo mejor en un mes te puedes llevar a m¨¢s de una persona¡±. En Barcelona, en 2024 hubo 15 atropellos; en 2023 fueron 18, seg¨²n la empresa.
Fue en junio de 2008 o 2009 ¨DAna no recuerda el a?o exacto¨D cuando ella estaba conduciendo el metro entre la estaci¨®n Ciutadella y Barceloneta y arroll¨® a una persona que escapaba por los t¨²neles tras un robo. ¡°El peor momento fue cuando vi a los bomberos, ambulancia, polic¨ªa. Me vine abajo, porque¡ uf¡±, dice sin poder terminar la frase. ¡°Ah¨ª te das cuenta de lo que ha pasado, recuerdo a los bomberos buscando a la persona¡±. El hombre sobrevivi¨® y eso, a pesar del susto, le dio cierto alivio.
Un atropello en el metro puede ser un intento de suicidio o un accidente. Los trabajadores que han pasado por ello coinciden en que cada uno tiene un impacto emocional distinto. Sin embargo, en todos deja huella. Las empresas de metro de distintas ciudades han implementado un protocolo de atenci¨®n para los trabajadores. En Barcelona, por ejemplo, se instaur¨® en 2016, en Bilbao en 1995 ¨Daunque ha sido modificado con los a?os¨D, y en Madrid en 2021. En Sevilla no existe, ya que todos los andenes tienen puertas que impiden estos accidentes.
Una vez sucede el atropello, el conductor tiene que parar el tren, llamar a los supervisores de la estaci¨®n y evacuar a todos los usuarios. Francisco dice: ¡°Est¨¢s con la cabeza en shock, porque ha ocurrido un accidente muy grave y empiezan a atiborrarte con preguntas. Yo no era capaz de volver a hacer que el tren se moviera¡±.
La mayor¨ªa de protocolos son parecidos. Despu¨¦s de parar el tren, el conductor recibe una primera atenci¨®n en el sitio, presta declaraci¨®n y luego es movilizado para una atenci¨®n m¨¦dica especializada. Le brindan atenci¨®n psicol¨®gica ese d¨ªa y otra un par de d¨ªas despu¨¦s. Se dan entre dos y tres d¨ªas de baja, pero si lo necesita, el trabajador puede solicitar m¨¢s. El regreso a las labores depende de cada persona. Las diferencias en cada empresa var¨ªan entre si la asistencia psicol¨®gica es virtual o presencial, si son empresas subcontratadas, o cu¨¢ntos d¨ªas de baja se dan.
Jose Luis Cejudo, secretario general del sindicato de maquinistas de Metro de Madrid, cuenta sobre el protocolo: ¡°Fue una lucha, ten¨ªa que ser reconocido como un accidente de trabajo. En algunas ocasiones ha tra¨ªdo trauma en compa?eros que no han podido volver a coger un tren¡±. Agrega que ahora se sienten m¨¢s ¡°arropados¡±; antes era ¡°m¨¢s forzoso: dos d¨ªas a casa y al tercer d¨ªa al puesto de trabajo¡±.
Sara Li¨¦bana, directora del m¨¢ster universitario en psicolog¨ªa general sanitaria de la Universidad Europea de Madrid, sostiene que las empresas de metro tienen la responsabilidad de apoyar a sus trabajadores. ¡°Es vital tanto para el bienestar emocional de los empleados como para garantizar un entorno laboral seguro¡±. Adem¨¢s, las repercusiones de estos eventos pueden variar seg¨²n ¡°factores como el nivel de exposici¨®n al evento y las caracter¨ªsticas psicol¨®gicas previas de la persona¡±, dice.
Explica que se debe poner el foco en intervenciones inmediatas y dise?ar un retorno progresivo de los trabajadores, dependiendo de su estado emocional. Adem¨¢s, crear espacios seguros para que los maquinistas compartan sus experiencias y estrategias de afrontamiento. Esto ¨²ltimo es algo que los maquinistas aseguran que funciona mucho: que les arropen los compa?eros.
El regreso al tren
Ferr¨¢n Anguera, responsable de protecci¨®n civil de TBM, Transportes Metropolitanos de Barcelona, comenta que despu¨¦s de la segunda sesi¨®n de terapia, el 90% de los empleados quiere volver a trabajar. ¡°Entienden que cuanto antes lo hagan, antes podr¨¢n ver si les ha ido bien la ayuda psicol¨®gica¡±, explica.
Ana, por ejemplo, cog¨ªa vacaciones por un mes al d¨ªa siguiente, por lo que prefiri¨® volver de inmediato. ¡°No quer¨ªa irme con esa sensaci¨®n y luego tener m¨¢s miedo a coger el tren¡±, dice. ¡°Cuando volv¨ª a pasar por el sitio, fue con much¨ªsimos nervios. Lo hice porque yo quise¡±, agrega.
Francisco apost¨® por lo mismo y aunque ¨¦l estaba obligado a volver a los dos d¨ªas ¨Dno hab¨ªa protocolo en su momento¨D el prefer¨ªa subirse r¨¢pido al tren. ¡°A m¨ª no me gusta tener miedo, no me pod¨ªa quedar con ese sentimiento¡±, dice. ¡°Cuando pas¨¦ por Conde de Casal...¡±, cuenta y hace una pausa.
Recuerdos del accidente
El a?o pasado, durante una madrugada de abril, Javier (Barcelona, 53 a?os) ¨Dquien pide no ser identificado con su apellido¨D estaba llegando a su puesto de trabajo en la estaci¨®n Torras i Bages cuando, en el and¨¦n del frente, se bajaron dos j¨®venes. Uno de ellos se subi¨® al estribo de la puerta del tren, ¡°con la mala suerte de que se le enganch¨® el pantal¨®n¡±, dice Javier. ¡°Y el metro lo arrastr¨®¡±. Recuerda la estaci¨®n en completo silencio y los gritos del otro chaval, que era el hermano.
Como parte del protocolo, una psic¨®loga lo llam¨® y le mencion¨® que podr¨ªa sufrir ciertas consecuencias psicol¨®gicas en los siguientes d¨ªas. Lo que ¨¦l tuvo fueron im¨¢genes de c¨®mo el tren se hab¨ªa llevado a la persona. ¡°Iba caminando por el and¨¦n y sab¨ªa que ah¨ª, hac¨ªa nada, hab¨ªa un cuerpo sin vida¡±, dice. Li¨¦bana explica que algunas consecuencias pueden ser recuerdos del evento, pesadillas, irritabilidad, problemas de sue?o o evitaci¨®n del lugar del evento; aunque, en la mayor¨ªa de los casos, los s¨ªntomas desaparecen en d¨ªas o semanas.
Francisco cuenta que todav¨ªa es muy duro pensar en el atropello: ¡°Sabes que no tiene que ocurrir de nuevo, pero lo piensas. Hay ¨¦pocas en que es peor: ex¨¢menes o Navidades¡±. ¡°Durante la fecha de Navidad la gente se siente muy sola¡±, agrega. De hecho, el atropello que ¨¦l vivi¨® fue en diciembre. Las bolsas pesadas que se agach¨® a recoger el se?or eran regalos de Navidad, recuerda.