A solas con la obesidad
Convivir con esta enfermedad cr¨®nica es una carrera de obst¨¢culos. Para ellos viajar, desplazarse o comprar ropa es m¨¢s complicado y caro que para el resto de la poblaci¨®n y la asistencia sanitaria que reciben carece de los cuidados multidisciplinares que requerir¨ªan
La experiencia de una persona con obesidad severa es un viaje en soledad con 40, 50 o 60 kilos de m¨¢s que se prolonga, en ocasiones, durante d¨¦cadas. Esos kilos son una pesada carga porque los recursos para que su vida sea lo m¨¢s normal posible son escasos. Algo tan sencillo para el resto de la poblaci¨®n como comprarse una camisa o un vestido se convierte para alguien que vista una talla 50 o superior en todo un reto. Por otra parte, la prevenci¨®n y el tratamiento de esta enfermedad cr¨®nica tiene, seg¨²n los especialistas y las asociaciones de pacientes, un amplio margen de mejora.
Existen importantes lagunas en el d¨ªa a d¨ªa de la asistencia que reciben los pacientes, apuntan los propios sanitarios. ¡°La atenci¨®n est¨¢ poco estructurada. A la persona obesa casi siempre solo se le presta atenci¨®n cuando aparecen enfermedades asociadas, como diabetes o problemas en las articulaciones¡±, explica Susana Monereo, responsable de la Unidad de Obesidad, Metab¨®lico y Endocrino del Hospital Ruber Internacional de Madrid.
No corren mejor suerte las personas en las que est¨¢ indicada la cirug¨ªa de reducci¨®n de est¨®mago, aquellas en las que la dieta y el ejercicio f¨ªsico no han surtido el efecto deseado y presentan al menos un ?ndice Masa Corporal (IMC) de 30 con patolog¨ªas asociadas o de 35 sin estas. La lista de espera para esta operaci¨®n supera en muchas comunidades aut¨®nomas los dos a?os, seg¨²n la Sociedad Espa?ola de Cirug¨ªa de la Obesidad (SECO).
Pasar por el quir¨®fano es la opci¨®n de la que podr¨ªan beneficiarse 400.000 personas en Espa?a, pero la obesidad afecta 21% de la poblaci¨®n y sobre la mayor parte de la poblaci¨®n afectada, unos nueve millones de personas, apenas se interviene, seg¨²n la SECO. El motivo lo se?ala la doctora Monereo: ¡°La percepci¨®n de la obesidad como enfermedad cr¨®nica es escasa entre la gente, pero tambi¨¦n en el mundo sanitario¡±. Los especialistas son partidarios de elaborar para la poblaci¨®n general una estrategia similar a la que existe en otras enfermedades como el c¨¢ncer o los problemas cardiovasculares.
Dentro de esa estrategia deseable ya existe un plan para la obesidad infantil. ¡°Hay que aprender que la obesidad es una enfermedad desde peque?o¡±, dice Susana Monereo. El Plan Estrat¨¦gico Nacional para la Reducci¨®n de la Obesidad Infantil fue presentado por el Gobierno en junio y recoge 200 medidas para prevenir y tratar la obesidad en ni?os y adolescentes. La estrategia implica a profesionales de distintos ¨¢mbitos y administraciones. El plan propone, entre otras medidas, favorecer fiscalmente los alimentos saludables, garantizar el acceso universal al deporte, incorporar la educaci¨®n sobre salud en los planes de estudios, mejorar el etiquetado de los alimentos o incluir el cuidado sobre la salud mental en el curr¨ªculo educativo (la obesidad es m¨¢s frecuente en grupos vulnerables).
Isa Gal¨¢n, de 36 a?os, se someti¨® a una intervenci¨®n de reducci¨®n de est¨®mago hace un mes tras cuatro a?os en lista de espera. Con 1,65 de estatura, lleg¨® a pesar 137 kilos. Al quir¨®fano entr¨® con diez kilos menos, que corresponden a un ?ndice de Masa Corporal de 46 (a partir de 30 se considera obesidad). Empez¨® a acumular kilos en la adolescencia a pesar de las dietas controladas por nutricionistas que sigui¨® y del ejercicio intenso que realizaba. Ni la nataci¨®n ni la gimnasia art¨ªstica ni el b¨¦isbol le ayudaron a perder peso. Su trabajo no es precisamente sedentario. Estudi¨® Turismo, trabaj¨® en el Circo del Sol durante ocho a?os por todo el mundo y ahora es coordinadora de eventos en una agencia de viajes en Madrid.
El exceso de peso condiciona cada actividad de la vida de una persona, desde las relaciones sexuales hasta los viajes. En ocasiones se convierte en un h¨¢ndicap imposible de superar. Si alguien con un grado de obesidad severa que limite su movilidad tuviera que moverse en Madrid en taxi, le resultar¨ªa imposible hacerlo porque no hay ning¨²n veh¨ªculo adaptado. Por Madrid circulan 16.000 taxis. En tres de las cooperativas que prestan este servicio en la capital la ¨²nica opci¨®n que ofrecen para el desplazamiento de una persona con 140 kilos de peso es una minifurgoneta con m¨¢s plazas que un coche normal pero no con asientos m¨¢s grandes.
Ropa y accesorios un 50% m¨¢s caros
Viajar en tren, autob¨²s o avi¨®n tambi¨¦n es una carrera de obst¨¢culos. Isa Gal¨¢n, que viaja con frecuencia en avi¨®n, tiene localizadas las filas en las que no puede sentarse. En las que s¨ª puede hacerlo le resultaba imposible abrocharse el cintur¨®n de seguridad. Resolvi¨® el problema comprando a trav¨¦s de Amazon un extensor que ha incorporado a su equipaje habitual. Internet ha hecho la vida de las personas con obesidad un poco m¨¢s f¨¢cil, lo que no se encuentra en un establecimiento convencional puede adquirirse en la tienda global.
Isa Gal¨¢n tiene, adem¨¢s de obesidad, hipertrofia mamaria. En Espa?a no encontraba sujetadores de su talla y los compra en Inglaterra. Por internet compra tambi¨¦n ropa, aunque las posibilidades de adquirirla en tiendas f¨ªsicas se ha ido ampliando en los ¨²ltimos a?os. Uno de los inconvenientes en la compra suele ser el precio, de media un 50% m¨¢s caro que en el resto de tallas, que se ve incrementado si el paquete tiene que pasar por aduanas.
Sin embargo, no es el principal de los problemas. Isa Gal¨¢n habla de maltrato en algunas tiendas f¨ªsicas por la falta de sensibilidad de los dependientes. ¡°Los hay que te miran y te dicen que no hay nada para ti en su tienda o justifican que no tienen tallas grandes porque no les resulta rentable¡±. Ese tipo de expresiones, repetidas una y otra vez, minan con frecuencia la autoestima.
Por ese motivo, las asociaciones de pacientes y los especialistas insisten en la necesidad de incorporar la atenci¨®n psicol¨®gica al seguimiento de los pacientes.
El poder de las palabras
Un primer paso para luchar contra los prejuicios consiste en modificar el lenguaje prescindiendo de expresiones con una carga negativa. Los especialistas en cirug¨ªa de la obesidad lo han hecho, explica Antonio Jos¨¦ Torres, jefe del Servicio de Cirug¨ªa General del Hospital Cl¨ªnico San Carlos de Madrid, borrando del lenguaje m¨¦dico el t¨¦rmino obesidad m¨®rbida. ¡°Es muy negativo, preferimos hablar de obesidad grave o severa porque las personas obesas est¨¢n muy estigmatizadas y luchamos por borrar esa huella¡±.
Vivir con una mochila de 40 o 50 kilos de m¨¢s afecta a todos los ¨¢mbitos de la vida de una persona, influye en su salud f¨ªsica e impacta profundamente en su salud psicol¨®gica. Parte de la atenci¨®n integral que reclaman especialistas y pacientes pasa por la educaci¨®n en salud que ayude a derribar los muchos mitos que rodean la obesidad y a quien la sufre. Suele partirse de una idea preconcebida. Eso conduce, apunta Isa Gal¨¢n, ¡°a que muchos piensen que una persona obesa es una vaga o alguien que come por tres, y de alguna manera es culpable de la situaci¨®n que atraviesa¡±.
Tras la operaci¨®n, en la mente de Isa Gal¨¢n se dibuja ya la cifra que espera ver en la pantalla de la b¨¢scula dentro de unos meses. ¡°Para m¨ª ya ser¨¢ un logro pesar menos de 100 kilos, pero s¨¦ que probablemente llegar¨¦ m¨¢s lejos y bajar¨¦ hasta los 80 kilos¡±.
Dejar atr¨¢s los kilos de m¨¢s marca un punto de inflexi¨®n en la vida de una persona con obesidad porque incide en su bienestar f¨ªsico y emocional. Los pacientes que arrastran enfermedades asociadas ven, adem¨¢s, c¨®mo mejoran. De ah¨ª que los especialistas insistan en la necesidad de no escatimar recursos. En este sentido, Susana Monereo comenta que ¡°los f¨¢rmacos para perder peso que han demostrado su eficacia, no est¨¢n financiados por la Seguridad Social¡±, por lo que se tendr¨ªa que iniciar un debate sobre la necesidad de invertir en estos tratamientos.
La evidencia cient¨ªfica demuestra que la p¨¦rdida de peso aumenta la esperanza de vida y lo hace especialmente en las personas con obesidad severa. ¡°Se estima que aquellas personas con obesidad con indicaci¨®n de cirug¨ªa que no se operan viven diez a?os menos de media que las que lo hacen¡±, a?ade el especialista del Cl¨ªnico San Carlos.
En el caso de Isa Gal¨¢n no hab¨ªa patolog¨ªas asociadas a su obesidad que pudieran corregirse con la cirug¨ªa, pero con frecuencia s¨ª existen y requieren tratamiento farmacol¨®gico u otro tipo de intervenciones que incrementan el gasto sanitario. La cirug¨ªa bari¨¢trica es, adem¨¢s de la mejor opci¨®n terap¨¦utica para muchas personas, una inversi¨®n para los sistemas sanitarios porque ahorra costes a largo plazo. ¡°Los estudios macroecon¨®micos que hicimos las sociedades cient¨ªficas en Espa?a, Francia e Italia demuestran el beneficio brutal de la operaci¨®n. A partir de los tres a?os las curvas del coste de la intervenci¨®n y del ahorro en otros tratamientos se entrecruzan¡±, apunta Antonio Jos¨¦ Torres.
La filial espa?ola de la red mundial OPEN (Obesity Policy Engagemet Network) present¨® en mayo en el Congreso de los Diputados el Dec¨¢logo de Derechos de las Personas con Obesidad que plantea un giro de 180? en el abordaje de la enfermedad y reclama en su primer punto el acceso de los pacientes ¡°a la informaci¨®n, formaci¨®n, diagn¨®stico y tratamiento en todos los ¨¢mbitos (psicol¨®gico, emocional, educacional, social y terap¨¦utico).
El objetivo, apuntan especialistas y asociaciones de pacientes, es parar la progresi¨®n de la epidemia de obesidad y atender a las personas que la sufren de forma adecuada. Asegurarles una atenci¨®n integral ayudar¨ªa a que su viaje con la enfermedad sea lo m¨¢s liviano posible y en ning¨²n caso se convierta en un itinerario con la soledad como compa?¨ªa. ¡°Es una cuesti¨®n de todos¡±, apunta Antonio Jos¨¦ Torres. ¡°El centro tiene que ser el paciente. Todos tenemos que volcarnos con ¨¦l para conservar su salud, aumentar su esperanza y calidad de vida¡±.