Crack, crack, crack, crack y crack. En Espa?a, en un hospital de tama?o medio, se atienden en torno a cinco fracturas al d¨ªa, seg¨²n estiman varios traumat¨®logos consultados. De ellas, al menos dos requieren escayola. Multiplique esa cifra por todos los centros sanitarios del pa¨ªs y alcanzar¨¢ una cifra abrumadora: centenares de pacientes enyesados al d¨ªa, con un miembro inmovilizado, r¨ªgido, que a veces pica y produce incomodidad. Un problema humilde, pero a su vez gigantesco.

En ello cay¨® la ingeniera industrial Raquel Serrano Lled¨®, de 31 a?os y natural de Alhaur¨ªn de la Torre (M¨¢laga), cofundadora de Fiixit, una compa?¨ªa que produce f¨¦rulas a medida impresas en 3D, sumergibles, de un peso diez veces menor que la escayola y con una forma reticular que deja respirar a la piel. Esto se traduce en una vida m¨¢s sencilla para estos pacientes, ni?os en su mayor¨ªa, que pueden zambullirse sin problemas en el mar y la piscina, rascarse si les place, lavarse con comodidad y moverse con mayor libertad. Los dise?os son personalizables y lucen una est¨¦tica m¨¢s moderna que la de las ortopedias tradicionales, que confer¨ªan a su portador un aspecto algo rob¨®tico. Por ejemplo, los m¨¢s peque?os portan grabados de las pel¨ªculas La patrulla canina o Batman en sus brazos. ¡°Es m¨¢s humano. Se sienten menos diferentes y participan en el dise?o¡±, sostiene la ingeniera.

La empresa est¨¢ formada por cinco compa?eros y amigos que, como dice Serrano Lled¨®, han agitado el mercado de las ¨®rtesis ¨Cque ella resume como las sujeciones que envuelven un miembro y soportes que ayudan a la estabilizaci¨®n¨C partiendo de un producto existente. ¡°Hemos revolucionado el sector, pero no hemos inventado nada. Las f¨¦rulas ya se hac¨ªan, pero de manera m¨¢s tradicional, con otros materiales y otra est¨¦tica, y se tardaba much¨ªsimo¡±, afirma. En su andadura han cosechado premios al emprendimiento como el M de M¨¢laga o la medalla al M¨¦rito Civil en 2019. Desde su taller han atendido las peticiones de miles de pacientes y dise?ado cientos de piezas al a?o distribuidas a m¨¢s de 50 ortopedias de todo el pa¨ªs. La esencia de su ¨¦xito parte de la habilidad para detectar un peque?o problema cotidiano, que afecta a miles de ciudadanos, y solventarlo con tecnolog¨ªa e ingenio en un sector tan estanco y tradicional como el de la ortopedia. Hasta han llegado a Silicon Valley, donde la ingeniera expuso su proyecto y aprendi¨® de otros modelos de negocio. ¡°Alucin¨¦ porque, nada m¨¢s llegar, ya quer¨ªan comprarnos y que nos fu¨¦ramos a EE UU¡±, r¨ªe. ¡°Pero nunca se nos pas¨® por la cabeza vender la empresa, sacarme de M¨¢laga cuesta mucho¡±.

Las f¨¦rulas, fabricadas con PLA, un derivado biodegradable e inocuo de cultivos como el ma¨ªz, y recubiertas de EVA, un tipo de goma com¨²n en ortopedias, sirven por lo general para fracturas comunes en piernas, brazos, manos o dedos. Pero tambi¨¦n se utilizan en otros casos, como la inmovilizaci¨®n de una extremidad tras una operaci¨®n delicada o como complemento a la rehabilitaci¨®n de una lesi¨®n que afecta a la movilidad. Serrano Lled¨® recuerda la historia de un motorista que se cay¨® con 18 a?os y el quitamiedos le destroz¨® un brazo. Tiempo despu¨¦s, cuando su salud hab¨ªa mejorado, el chico quer¨ªa montar en bici, una de sus pasiones, pero necesitaba una f¨¦rula que le facilitase el apoyo de la mano insensible en el manillar. Las aplicaciones del dise?o de Fiixit van m¨¢s all¨¢ de los traumatismos: han concebido asientos a medida para ni?os con afectaci¨®n del sistema nervioso o peque?os con acondroplasia -enfermedad que causa extremidades cortas-, una soluci¨®n para que mantengan el tronco estable y puedan ver la tele, sentarse en la playa o estar erguidos sin dificultades. ¡°Son los casos que m¨¢s nos emocionan y nos gustan¡±, afirma la ingeniera, y detalla c¨®mo confeccionaron una pieza milim¨¦trica para una mujer a la que se le contra¨ªa la mano si no ten¨ªa un apoyo palmar.

El ni?o que se rascaba con un boli

De primeras, Serrano Lled¨® estudi¨® Ingenier¨ªa de Montes en Madrid. Le gustaba la naturaleza y el campo. ¡°Pero me equivoqu¨¦: Geolog¨ªa... ?Qu¨¦ hago aqu¨ª estudiando las piedras?¡±, recuerda, divertida. En aquella ¨¦poca se top¨® con varias pistas que presagiaban que lo suyo era imaginar objetos. Una fue el joyero que model¨® para una asignatura de dise?o con ordenador. Ten¨ªa tantos cajoncitos y recovecos que parec¨ªa una navaja suiza. ¡°La profesora alucin¨®¡±, cuenta. Otra, cuando preguntaron a los alumnos lo primero que dir¨ªan acerca de una puerta. ¡°Mis amigos dijeron que mirar¨ªan si era de madera o metal. Yo, que si era barroca, que qu¨¦ elementos arquitect¨®nicos ten¨ªa¡­¡±, narra con permanente buen humor.

Entonces llam¨® a su familia y decidi¨® cambiarse de carrera. Volvi¨® a M¨¢laga e inici¨® Dise?o Industrial. La materia le encant¨® desde el primer momento. ¡°Mis apuntes y bocetos rulaban por la biblioteca. Yo ten¨ªa un dominio con mi nombre que me hab¨ªa regalado mi padre. Y empec¨¦ a subirlos de manera ordenada a la web. ?Solo quer¨ªa reivindicar mi autor¨ªa!¡±, exclama. La p¨¢gina se volvi¨® muy popular en la facultad y, gracias a este peque?o proyecto, logr¨® unas pr¨¢cticas en las que entr¨® en contacto con el dise?o de prototipos. ¡°El ordenador todo lo soporta, pero hay que hacerlo en la realidad para ver si es ¨²til y funciona¡±, explica. Su primer encargo fue una silla para ni?os con dificultades motoras de entre tres y cinco a?os. ¡°Al principio sent¨ª presi¨®n, pero despu¨¦s me di cuenta de que era lo m¨ªo¡±, relata.

Se compr¨® entonces su primera impresora en 3D y comenz¨® a fabricar brazaletes y pulseras. Una noche, mientras cenaba con su novio, en la mesa contigua un ni?o trataba de rascarse por debajo de la escayola con un cuchillo. ¡°Pens¨¦: ¡®?Y si en vez de pulseras me pongo a hacer f¨¦rulas?¡±, rememora. Llam¨® entonces a su primo, que trabajaba en el mundo de la ortopedia: ¡°Me dijo que adelante, que eso era el futuro de la ortopedia, pero que ¡®es complicado¡¯, que ¡®aqu¨ª hay multinacionales extranjeras en ello¡¯, que ¡®c¨®mo vamos a meternos nosotros¡­¡±, vuelve a sonre¨ªr. Hace siete a?os de aquello. Ahora planean dar el salto al extranjero y, a futuro, comenzar la fabricaci¨®n de pr¨®tesis.

?lvaro y un exoesqueleto pionero

La tecnolog¨ªa aplicada al dise?o tambi¨¦n transform¨® la vida de ?lvaro, un ni?o que padece atrofia muscular espinal. En su corta vida nunca ha podido erguirse y caminar. Pero su situaci¨®n cambi¨® radicalmente gracias al primer exoesqueleto infantil del mundo, obra de la ingeniera Elena Garc¨ªa Armada (Santander, 1971), una de las cient¨ªficas espa?olas m¨¢s reconocidas y disruptivas. ¡°Investigu¨¦ y me di cuenta de que hab¨ªa una necesidad global, pero no hab¨ªa nada en el mercado ni planes para abordar ese sector¡±, afirma. Una versi¨®n piloto de este ingenio tecnol¨®gico, llamado Atlas 2030, consigui¨® que ?lvaro caminase y se moviese con autonom¨ªa. Ahora, tras ocho a?os de investigaci¨®n y esfuerzo, el exoesqueleto ha sido aprobado por la Agencia Europea del Medicamento y el Producto Sanitario, lo que permite que este invento pueda comercializarse con todas las garant¨ªas.

Su historia forma parte de Pienso, Luego Act¨²o, la plataforma social de Yoigo que da voz a personas que est¨¢n cambiando el mundo a mejor y que ha colaborado en la divulgaci¨®n de su tarea. Si quieres escucharla, pincha en el siguiente podcast.

El fin de los veranos encerrados

La invenci¨®n puede parecer modesta pero, sin ir m¨¢s lejos, salva un verano o incluso una boda. A Serrano Lled¨® y a sus socios les han llamado familias para agradecerles la f¨¦rula que permite que su hijo se ba?e y, por tanto, que hayan podido viajar sin alterar o cancelar sus ansiadas vacaciones. ¡°Los padres de un ni?o que no absorb¨ªa el calcio [y cuyos huesos tend¨ªan a fracturarse m¨¢s] dijeron que por fin les hab¨ªamos regalado un verano¡±, afirma. Algunos hombres tambi¨¦n les han agradecido poder casarse con una f¨¦rula en la mano o la pierna que, gracias a su tama?o -uno se puede poner un pantal¨®n o una chaqueta encima- y peso -no pasa de los 200 gramos-, no se notaba bajo el traje. La fractura a proteger ven¨ªa de la despedida de soltero.

Durante la pandemia, cuenta Serrano Lled¨®, atendieron muchas lesiones del dedo me?ique, la llamada fractura del boxeador. ¡°La gente estaba enfadada y en un pu?etazo sobre la mesa, por ejemplo, te puedes partir un dedo¡±, explica. Ellos se pusieron manos a la obra. Cuanto m¨¢s trabajo, mejor. Vendieron decenas. ¡°En cuanto nos dicen que les hemos solucionado una papeleta grande, nosotros, encantados. Es un alivio f¨ªsico, pero tambi¨¦n mental. Y para eso estamos¡±, cierra.