Tus grabaciones caseras son piezas de museo
Los v¨ªdeos familiares son un cine distinto, la cara b de la historia de las ciudades y sus gentes contada en primera persona y sin filtros. Para preservar este patrimonio cultural, la Filmoteca de Cantabria est¨¢ digitalizando los formatos m¨¢s antiguos y conformando un archivo que glosa la vida espa?ola desde los a?os 20 hasta los 80
Es una pel¨ªcula en formato 8 mil¨ªmetros. Corre el a?o 1980 y en el barrio de San Francisco, ubicado en la periferia de Santander, una multitud de vecinos pertrechados con palos y piedras se afana en derribar dos edificios ruinosos de los que nadie se ocupa. Tratan de liberar espacio para construir un polideportivo en el que jueguen sus hijos. Tras varios d¨ªas lo consiguen y, en medio de una nube de polvo, emerge una gran explanada en la que ellos mismos inician la obra deseada. Hacia el final del metraje el polideportivo se materializa. Hay partidos de f¨²tbol en las pistas y animadores en las gradas. El v¨ªdeo cierra con risas, carreras y celebraciones.
El autor de la grabaci¨®n es Jos¨¦ Luis Guti¨¦rrez, un mec¨¢nico jubilado de 84 a?os que ha habitado ese barrio toda la vida. Tres d¨¦cadas despu¨¦s de los acontecimientos que lo transformaron explica que, aposentado en la ventana de su piso, asomaba su c¨¢mara cada domingo para registrar lo que suced¨ªa, el empe?o de sus vecinos en que sus calles estuvieran mejor equipadas y fueran m¨¢s salubres. ¡°Ni siquiera sab¨ªa utilizar el zoom y la c¨¢mara era prestada¡±, afirma con humor. ¡°Pero quer¨ªa dejar constancia del movimiento de la gente en defensa de su terreno¡±.
No imaginaba que esas cintas -junto a otras en las que se observa c¨®mo la polic¨ªa trata de desalojar, en balde, unas casas vac¨ªas que los vecinos hab¨ªan ocupado para constituir escuelas- se convertir¨ªan en un documento notable de la historia urbana de Santander. Fue su hijo Francisco Javier el que los deposit¨® en la Filmoteca de Cantabria, una instituci¨®n que ya ha digitalizado las grabaciones en formatos antiguos -9,5 mil¨ªmetros, 8 mil¨ªmetros o s¨²per 8, entre otros- de 200 santanderinos, muchas de ellas perdidas, abandonadas y deterioradas, ajenas al valor que encierran. As¨ª lo explica Antonio Navarro, de 43 a?os y director de esta instituci¨®n: ¡°Es un cine amateur que es vital recuperar. Los grandes hitos del cine en Espa?a ya est¨¢n salvaguardados, pero hay que salvar estas grabaciones caseras que mapean tiempos y lugares con una mirada ¨²nica, en primera persona¡±. Navarro insta a que cualquier c¨¢ntabro acuda con sus recuerdos audiovisuales para salvaguardarlos del paso del tiempo.
Si esta historia te ha hecho pensar, quieres salvar tus grabaciones o replicar la iniciativa en otros lugares
ACT?ALa filmoteca ha digitalizado desde grabaciones de los a?os 20, en caros formatos de ¨¦poca como el 9,5 mil¨ªmetros, a documentos de los a?os 80, cuando los ¨²ltimos s¨²per 8 dejaron paso a las cintas magn¨¦ticas. Son pel¨ªculas rodadas con escasos conocimientos t¨¦cnicos, m¨¢s inclinadas a registrar que a narrar o interpretar. ¡°Es fundamental conservarlas porque retratan una manera de ver las cosas que nunca observamos. La cara b de la historia, de lo que nos han contado casi siempre terceros, se relata aqu¨ª a trav¨¦s de los que lo vivieron¡±, prosigue Navarro, de 43 a?os, que acumul¨® experiencia en la conservaci¨®n de esta clase de celuloide, cuando trabajaba en la Filmoteca de C¨®rdoba en la clasificaci¨®n, digitalizaci¨®n y difusi¨®n de este material. Declarado entusiasta de este acervo casero y de los formatos cl¨¢sicos, ¨¦l mismo ha viajado a pueblos cercanos en busca de cintas que engrosen el archivo. ¡°Desde siempre me ha gustado ese tipo de cine ¨ªntimo. Ver qu¨¦ episodios se contaban entonces¡±, a?ade.
Un ejemplo de ese cine ¨ªntimo son las grabaciones del padre de Javier Torcida, un marinero retirado de 53 a?os que creci¨® en el barrio pesquero de Santander y que pas¨®, como muchos espa?oles, d¨ªas de campo y playa en los pueblos cercanos vacacionales. Cuando era peque?o contempl¨® aquellas im¨¢genes, pero las perdi¨® de vista cuando creci¨®. ¡°Las grab¨® mi padre en los a?os 70 con un tomavistas, una c¨¢mara de la ¨¦poca de esas a las que se le daba a una manivela. ?l era muy ordenado y met¨®dico. Coleccionaba sellos y le gustaba el v¨ªdeo¡±, recuerda. A?os despu¨¦s encontr¨® las cintas y se anim¨® a digitalizarlas para volver a verlas. En algunas de las que ha compartido con la filmoteca se ven escenas familiares, como la de su hermana, ya fallecida, que corretea por la playa de Noja, cuyo paisaje nada tiene que ver con el actual. ¡°Es muy bonito verlo de nuevo¡±, contin¨²a, ¡°y es did¨¢ctico conocer c¨®mo viv¨ªan las familias en aquella ¨¦poca, con mucho menos y con menos prisa¡±.
El perfil de las personas que han cedido material es diverso. Hay gente mayor que pose¨ªa gran cantidad de cintas y no sab¨ªa qu¨¦ hacer con ellas, pero tambi¨¦n hijos que las encontraron extraviadas en un caj¨®n. Una familia de C¨®breces, un peque?o pueblo de la comarca, atesoraba una extensa cantidad de metraje, m¨¢s de 30 pel¨ªculas, que el padre, agregado cultural en los a?os 40, hab¨ªa grabado en sus viajes por Espa?a y Francia. En ellas se observan celebraciones y bailes regionales, pastores orde?ando el ganado, paisajes cambiantes, costumbrismo¡ Fue el propio Navarro el que se acerc¨® a recogerlas. ¡°Con el s¨²per 8 se democratiza tanto la grabaci¨®n como el revelado de las pel¨ªculas, pero las primeras grabaciones de los a?os 20 son en 9,5 mil¨ªmetros, un formato dif¨ªcil de adquirir y caro. Cuando nos llega una cinta as¨ª es una sorpresa porque hay pocas. Es una alegr¨ªa y lo vivimos con expectaci¨®n¡±, explica.
Una wikipedia sin sesgos
La informaci¨®n tambi¨¦n es una v¨ªa para contar la historia. Con ¨¢nimo de lograr un lugar de edici¨®n y consulta libre de sesgos, colaborativo y abierto al mundo, la periodista Patricia Horrillo puso en marcha Wikiesfera, un espacio sin prejuicios de idioma, g¨¦nero u occidentalismo. La creaci¨®n de Horrillo tiene como objetivo ense?ar a editar, pero tambi¨¦n empoderar a las mujeres y a las comunidades menos visibilizadas. ¡°Tenemos una carencia absoluta de editoras, no llegamos ni al 10% de mujeres. Y este hecho repercute en los contenidos que se crean. Lo mismo ocurre con grupos y pueblos que han estado apartados de las estructuras de poder tradicionales¡±, afirma.
Su historia forma parte de Pienso, Luego Act¨²o, la plataforma social de Yoigo que da voz a personas que est¨¢n cambiando el mundo a mejor y que ha colaborado en la divulgaci¨®n de su tarea.
Como la de Cantabria, son varias las filmotecas nacionales que han puesto en marcha programas de salvaci¨®n del patrimonio audiovisual. El objetivo es la creaci¨®n de un archivo p¨²blico con descriptores y temas, un tesauro que ordene las grabaciones, que siempre son propiedad del depositante, y permita la consulta a historiadores e investigadores, as¨ª como su exhibici¨®n en proyecciones abiertas. ¡°Es esencial guardar y difundir este cine menor. Nunca le hemos dedicado atenci¨®n, pero tiene gran valor porque va a desaparecer, y es el m¨¢s fr¨¢gil. Se encuentra en trasteros, en cocheras, en rincones sin medidas de conservaci¨®n. Hay que rescatarlo, difundirlo y conservarlo¡±, termina Navarro.
¡®PIENSO, LUEGO ACT?O¡¯ TAMBI?N SE ESCUCHA
Descubre a trav¨¦s de las voces de sus protagonistas otras muchas historias de personas que pensaron y despu¨¦s actuaron. Pincha aqu¨ª para conocerlas.
CR?DITOS
- Redacci¨®n: Jaime Ripa
- Fotograf¨ªa: Javier Hern¨¢ndez
- Coordinaci¨®n editorial: Francis Pach¨¢
- Dise?o: Bel¨¦n Daza
- Maquetaci¨®n: Bel¨¦n Polo
- Coordinaci¨®n dise?o: Adolfo Dom¨¦nech