Acompa?amiento, el modelo alternativo de acogida de refugiados
Patrocinio Comunitario Somos es un programa piloto de las administraciones, Acnur y el centro Padre Lasa por el que vecinos de Tudela acompa?an a personas refugiadas sirias en tareas cotidianas y les ense?an espa?ol para que su integraci¨®n sea r¨¢pida, amable y exitosa
La televisi¨®n convencional tiene una funci¨®n social no siempre reconocida. Una pantalla de los 2000 emite deporte en abierto y dibujos animados en un austero sal¨®n configurado con muebles donados y donde el caf¨¦ se toma con cardamomo y el t¨¦ sabe a cereza. Es la casa de los refugiados sirios Abdullah Alahmad (31 a?os) y Ayoush Alkhalil (27). A este joven matrimonio asentado en Tudela (Navarra) desde hace cinco meses, los canales generalistas les ayudan a entretenerse junto con sus tres hijos en edad escolar y a aprender espa?ol, la clave una vez resueltas las necesidades b¨¢sicas para prosperar en su nuevo destino, al que llegaron tras una d¨¦cada en L¨ªbano al estallar la guerra en su pa¨ªs. El mundial de nataci¨®n y los programas infantiles sirvieron en verano como refuerzo de las clases de castellano que reciben en el centro Padre Lasa, ubicado en el barrio de Lourdes, una zona de casas bajas donde se concentra la poblaci¨®n migrante. Dos cromos de la selecci¨®n espa?ola de f¨²tbol adornan la puerta del sal¨®n de Alahmad y Alkhail. Catar 2022 tambi¨¦n se seguir¨¢ por la tele en abierto.
Las lecciones de espa?ol que les imparte un grupo de voluntarios se encuadran dentro de la iniciativa Patrocinio Comunitario, un programa impulsado por el Ministerio de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones, el Gobierno de Navarra, Acnur, el Ayuntamiento de Tudela y la Fundaci¨®n Padre Lasa, por el que vecinos de Tudela contribuyen a una integraci¨®n m¨¢s r¨¢pida y amable de familias refugiadas que se han reasentado en esta ciudad. Las acompa?an en el d¨ªa a d¨ªa en sus tareas m¨¢s rutinarias, como ir a una carnicer¨ªa halal o al parque a jugar con sus hijos, y tambi¨¦n a actividades propias de la ciudad, bien sea una obra de teatro infantil organizada por el Ayuntamiento o un partido del Tudelano, club de la tercera categor¨ªa del f¨²tbol espa?ol.
El objetivo del modelo de acogida a refugiados bajo Patrocinio Comunitario, que naci¨® en Canad¨¢ en los setenta, lo resume Mar¨ªa Zabala, asociada en Soluciones Duraderas de Acnur, un departamento que trabaja en la acogida, integraci¨®n y reasentamiento de forma permanente de los refugiados: ¡°Pretende implicar a la sociedad de acogida para que ayude a estas familias a desenvolverse en el d¨ªa a d¨ªa¡±. Zabala explica que resulta frecuente que a los refugiados les cueste entender los mecanismos culturales del lugar al que llegan: ¡°Con este programa se crea una red local de personas sensibilizadas. A veces esta red m¨¢s local e informal es eficaz para encontrar empleo por el boca a boca¡±, explica.
Dos familias de refugiados sirios se benefician de este programa piloto que tiene una duraci¨®n de 24 meses y que en Navarra se llama Somos. Se trata de la tercera experiencia tras haber arrancado en el Pa¨ªs Vasco en 2019 y en la Comunidad Valenciana en 2020, tambi¨¦n de la mano de Acnur. Entidades como la Fundaci¨®n Padre Lasa ejercen de mediadoras, son las que se encargan del apoyo profesional a las familias y de identificar a los voluntarios y guiarlos. Las familias refugiadas est¨¢n en permanente contacto con los profesionales y vecinos, con personas, m¨¢s que con un ente.
Sergio Iturre, director del centro Padre Lasa, se?ala la importancia de las relaciones que se generan: ¡°Se crean v¨ªnculos de igual a igual, se rompe esa forma de voluntariado jer¨¢rquico¡±. ?ngela Garc¨ªa, una de las responsables de Patrocinio Comunitario en el centro Padre Lasa, a?ade: ¡°No son acciones puntuales, sino que se trata de un acompa?amiento. No solo se les brinda apoyo educativo. Un d¨ªa a un voluntario le apetece tomar un caf¨¦ y llama a una de estas personas para quedar y hablar un rato¡±. Andriuska Surga, compa?era de Iturre y Garc¨ªa, destaca el apoyo emocional y personal del programa, toda vez que las necesidades b¨¢sicas en forma de una vivienda cedida y una renta garantizada b¨¢sica estipulada por el Gobierno de Navarra est¨¢n resueltas.
¨CAbdullah, ya sabes que es mejor que veas los v¨ªdeos en espa?ol.
Laura Abaigar, una profesora pensionista nacida en Argentina hace 55 a?os, es una de las docentes voluntarias del programa. Les da clases un d¨ªa a la semana en la fundaci¨®n ¨Clos ni?os, escolarizados desde su llegada, las reciben de forma natural en las aulas de Infantil y Primaria¨C. Tras encontrarse con Abdullah Alahmad despu¨¦s del par¨®n del verano, le insiste en que consuma contenido en espa?ol en el tel¨¦fono del mismo modo que lo hace en casa con la televisi¨®n. Con el permiso de residencia y el de trabajo garantizado gracias a su condici¨®n de refugiados, el idioma se revela imprescindible para desempe?arse en algunas de las industrias agropecuarias que existen en La Ribera, la comarca navarra cuya capital es Tudela.
Sana Edra, una traductora y mediadora, acompa?a a Alahmad, que trabajaba en el sector agr¨ªcola en L¨ªbano, y a su mujer Alkhalil, ambos procedentes de la regi¨®n de Ebla, ubicada a 55 kil¨®metros al suroeste de Alepo. Alkhalil, cocinera aficionada, no tiene una receta en concreto que destacar porque dice que todas le salen muy bien. En cuanto se desenvuelva en espa?ol, tiene previsto montar un negocio de comidas: ¡°Primero, desde casa para no tomar muchos riesgos y luego, si va bien, un restaurante¡±, afirma. Edra, nacida en Marruecos y casada con un sirio, se?ala el gran apego que este pueblo tiene a su cocina. Esta familia incluso se ha desplazado en alguna ocasi¨®n a Zaragoza, que se encuentra a una hora en autob¨²s ¨CTudela cuenta con mayores opciones de comunicaci¨®n con la capital aragonesa que con Pamplona¨C, en busca de pan sirio. ¡°El de Espa?a est¨¢ muy duro, no te permite utilizarlo como pinzas para coger la comida¡±, explica Alahmad, que acto seguido se acerca a la cocina en busca de una bolsa con estas obleas planas y blandas, tambi¨¦n conocido como pan de pita.
Los reci¨¦n llegados en julio
Antes de Alkhalil y Alahmad, otras dos familias sirias se asentaron en Tudela ¨Cla situaci¨®n en L¨ªbano para el mill¨®n y medio de refugiados sirios es cada vez m¨¢s tensa¨C. Tras unos meses en el programa Patrocinio Comunitario se trasladaron a otros pa¨ªses europeos para reagruparse con sus familiares. Una cuarta familia, formada por Ibrahim Ezzeddin, Aya Mameech y sus dos hijos, aterriz¨® en Madrid camino de la ciudad navarra el pasado julio. R¨¢pidamente se han hecho amigos entre ellos. Son los ¨²nicos sirios en una poblaci¨®n de 37.008 habitantes. Ezzeddin, de 30 a?os, y Aya, de 20 a?os, proceden de Homs (163 kil¨®metros al norte de Damasco). Se casaron en L¨ªbano, donde se asentaron en 2012 tras huir de Siria.
Ezzeddin comenz¨® una ingenier¨ªa en Alepo, que tuvo que abandonar con el comienzo de la guerra. ¡°Claro que me gustar¨ªa seguir estudiando en Espa?a¡±, asegura Ezzeddin, que trabaj¨® en la instalaci¨®n del cableado de las v¨ªas del tren en su pa¨ªs. Por el momento, se afana en aprender el idioma para encontrar un empleo, algo en lo que, insisten, es la forma de ser independientes. A esta familia se le ofreci¨® la posibilidad de asentarse en Espa?a para que una de sus hijas se sometiera a una operaci¨®n. ¡°Ten¨ªa dudas al principio. Parte de mi familia est¨¢ en Dinamarca y en Suecia. Estamos convencidos de seguir en Espa?a. No quiero estar cambiando de pa¨ªs para empezar una vida nueva otra vez¡±, afirma este sirio aficionado al mate.
La traductora los ha acompa?ado al banco para abrir una cuenta y a las sucesivas visitas al hospital. Los voluntarios, con el comienzo del curso, se van a encargar de llevar a sus hijos al parque y a otras actividades que surjan por la tarde. Cuando termine el programa de acompa?amiento, a los 24 meses, las redes creadas se suelen mantener, seg¨²n cuenta Mar¨ªa Zabala, de Acnur, tras las experiencias pasadas en el Pa¨ªs Vasco y la Comunidad Valenciana.
?ngela Garc¨ªa, la encargada de Patrocinio Comunitario en el centro, se fue con las dos mujeres sirias a Zaragoza a comprar ropa. En la celebraci¨®n del Eid al-Fitr, que pone fin al mes de Ramad¨¢n, los musulmanes estrenan atuendo: ¡°Los hombres se quedaron con los ni?os. Pasamos un d¨ªa juntas entre mujeres, tomamos caf¨¦¡¡±, cuenta Garc¨ªa, que est¨¢ pendiente de cualquier necesidad que se les presente a las familias. En otra ocasi¨®n fueron de excursi¨®n con uno de los matrimonios y sus hijos a Loiola, en Azpeitia (Gipuzkoa).
El centro Padre Lasa tiene previsto recibir a una tercera familia el a?o que viene. Muy probablemente Alkhalil, la mujer siria que se asent¨® en Tudela en febrero, se desplace al aeropuerto de Madrid con el equipo de Padre Lasa. Ella se habr¨¢ convertido de facto en una voluntaria del programa Patrocinio Comunitario. Los nuevos contar¨¢n con la red local existente y con sus compatriotas para adaptarse de forma r¨¢pida y amable a la ciudad. El objetivo, seg¨²n Mar¨ªa Zabala, de Acnur, es que el programa piloto cuente con un marco m¨¢s amplio y se lleve a cabo a escala nacional.