Google Home, inteligencia artificial en pa?ales
El asistente para el hogar entretiene pero no resuelve
¡°La inteligencia artificial primero¡±, proclam¨® Sundar Pichai, consejero delegado de Google, en su ¨²ltima presentaci¨®n de dispositivos. Desde su llegada a la cima del buscador, el m¨®vil ha pasado a ser la plataforma de uso com¨²n, para hacer de la inteligencia artificial su prioridad. Su gran apuesta para llegar al mercado de consumo es Google Home, un aparato que se mostr¨® por primera vez en su conferencia de desarrolladores en mayo y sale a la venta este viernes en Estados Unidos.
Llega, como suele ser la norma, hablando solo ingl¨¦s. Se le puede decir que diga ¡°buenos d¨ªas¡± en espa?ol y lo pronuncia, pero no entiende las preguntas, ni las contesta.
El comportamiento de este asistente es muy similar al que funciona en el Pixel, su m¨®vil de ¨²ltima generaci¨®n, pero con una diferencia importante. En lugar de contestar con mensajes de texto, habla. El precio tambi¨¦n lo hace mucho m¨¢s accesible, se queda en 129 d¨®lares, pero solo se vende en Estados Unidos. Por ahora no tiene fecha para otros pa¨ªses y tampoco en otros idiomas. Hay que conformarse con ver c¨®mo traduce frases del ingl¨¦s y las pronuncia sin acento extranjero. La voz en espa?ol es distinta a la que tiene en ingl¨¦s, pero resulta muy familiar. Es exactamente el mismo tono que usa el GPS en Google Maps.
Home es menos fr¨ªa que Siri o Alexa. Le damos trato en femenino porque, por defecto, su voz es de mujer. Para configurarlo hace falta instalar en el m¨®vil la aplicaci¨®n Home. El proceso lleva solo unos minutos. Cuando se le habla hay que decir ¡°Ok, Google¡±, es algo as¨ª como la clave secreta para que est¨¦ alerta e interact¨²e. Home es pr¨¢ctico pero se queda en una an¨¦cdota de preguntas y respuestas si no se conecta con m¨¢s aparatos de la casa. Para manejar el televisor, por ejemplo, hace falta contar con un Chromecast, un adaptador de Google que cuesta 35 d¨®lares. Entonces, s¨ª se le puede pedir que muestre fotos, v¨ªdeos de Youtube o que haga b¨²squedas en Internet usando la pantalla como navegador.
El dise?o es peculiar pero pretende ser discreto. Recuerda a un ambientador de ¨²ltima generaci¨®n, a primera vista las visitas no sabr¨¢n para qu¨¦ sirve. Con intenci¨®n de combinarlo con el gusto de cada y la decoraci¨®n del espacio en que se instale, Google vende diferentes coberturas para la parte inferior. En color marino o mango. Esta pieza, que encaja perfectamente gracias a que incluye un im¨¢n sirve para esconder los altavoces y micr¨®fono que hacen posible la magia del asistente virtual.
Entre lo mejorable del dise?o es necesario citar el cable de corriente. Home siempre est¨¢ conectado a la red el¨¦ctrica. Amazon tiene dos versiones de Echo, altavoz port¨¢til o para el hogar. En el caso de Google, por ahora, siempre est¨¢ en casa, con un cable colgando. En la parte superior presenta luces que cambian de color cuando escucha siguiendo la crom¨¢tica del buscador o en un c¨ªrculo blanco cuando se muestra el volumen. En el cilindro esconde un peque?o bot¨®n para desactivar el micr¨®fono.
Google Home pronto ser¨¢ capaz de encender y apagar luces, de subir persianas o de dar acceso a amigos a trav¨¦s del portero electr¨®nico. Ser¨¢ una experiencia parecida a la que propone Apple con su aplicaci¨®n Home (son tan originales que Google y Apple le han puesto el mismo nombre).
Home brilla especialmente si se le pide m¨²sica, que puede tomar de Google Play Music o Spotify. Sabe poner a Shakira, directamente va a?La bicicleta, o una selecci¨®n aleatoria si se le pide salsa. Otra opci¨®n es decirle cu¨¢l es el estado de ¨¢nimo y que escoja lo que crea m¨¢s adecuado.
El precio lo hace mucho m¨¢s accesible, se queda en 129 d¨®lares, pero solo se vende en Estados Unidos.
A Home le gusta el f¨²tbol, y sabe los resultados de los partidos de la liga, tambi¨¦n de Champions. Pero se escuda en los datos para no mojarse sobre si Messi es mejor que Cristiano Ronaldo, hacer referencia a la cantidad de balones de oro como respuesta certera. Ante ¡°Ok, Google, tengo hambre¡±, relata y recomienda algunos restaurantes cercanos a casa. Pero falla a la hora de decir c¨®mo ir. No da informaci¨®n sobre transporte p¨²blico, indicaciones para ir en coche o andando. Se limita a decir la distancia.
Si se le pregunta por el tiempo de un lugar da el pron¨®stico y la temperatura en grados Fahrenheit. Si se formula con ¡°?necesito paraguas?¡±, lo comprende. Pero no sucede lo mismo si se opta por inquirir con ¡°?hace calor en Barcelona?¡±.
Sabe qui¨¦n es Sundar Pichai, tambi¨¦n reconoce a los fundadores de la empresa. Si se le pregunta por Mark Zuckerberg se limita a contestar que es un ingeniero y emprendedor. Sobre Facebook asegura que es un gran producto. Aunque con el iPhone s¨ª es algo m¨¢s cr¨ªtica: ¡°Me gusta m¨¢s Android, pero es posible que mi opini¨®n sea parcial¡±. Sobre Siri bromea: ¡°Es de Cupertino, muy cerca de Mountain View¡±, el lugar donde est¨¢n las sedes de Apple y Googles respectivamente.
En ocasiones, recuerda a un ni?o de dos a?os: la vaca muge, y lo reproduce. El perro ladra, y hace guau. Y el gato, miau. Est¨¢ claro, es un robot. Y, salvo el gui?o de Android, siempre es pol¨ªticamente correcto. Se basa, siempre que puede en datos ya sean de medios, wikipedia o p¨¢ginas de referencia las que cita en voz alta. Tambi¨¦n considera a EL PA¨ªS el diario l¨ªder en espa?ol.
Tras el entusiasmo y curiosidad iniciales, resulta cansado tener que decir ¡°Ok, Google¡± para cualquier consulta. Este hecho impide poder mantener una conversaci¨®n m¨¢s natural. Cuando no entiende el sentido de una frase, o le cuesta dar con la respuesta correcta, puede llegar a crispar. Mientras que el humano de desespera frente a la m¨¢quina, al otro lado no hay un solo atisbo de cansancio. No hace gui?os, trata de pasar por una persona.
Un detalle significativo es que cuando algo no lo sabe siempre termina con un ¡°todav¨ªa¡±. Reconoce que a¨²n es incapaz de responder pero tiene el ¨¢nimo de arreglarlo. Y para Home la tortilla de patata lleva cebolla aunque no se pronuncia al respecto a la paella con chorizo. Tampoco sobre si Hillary Clinton o Donald Trump ser¨¢ el pr¨®ximo inquilino de la Casa Blanca.
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