Una moneda al aire es mejor que t¨² en detectar m¨²sica digital
Un estudio pone de manifiesto la escasa capacidad de estudiantes de m¨²sica y profesionales para determinar las diferencias entre los sonidos instrumentales y los que se generan por ordenador
?C¨®mo distinguir¨ªas una melod¨ªa creada por una m¨¢quina de otra reproducida por una orquesta humana? Seg¨²n un estudio de la Universidad de Florida, con muy poco ¨¦xito. As¨ª lo han determinado Jos¨¦ Valentino Ruiz, Patrick K. Cooper y Jalil Najeeb Muhammed, despu¨¦s de evaluar a 96 estudiantes de m¨²sica y 9 profesores a su particular prueba del algod¨®n: adivinar el origen de melod¨ªas grabadas con librer¨ªas de sonidos digitales y de otras procedentes de representaciones musicales en directo, con instrumentos ac¨²sticos. ¡°Los resultados indican una d¨¦bil habilidad para discriminar samples de gr...
?C¨®mo distinguir¨ªas una melod¨ªa creada por una m¨¢quina de otra reproducida por una orquesta humana? Seg¨²n un estudio de la Universidad de Florida, con muy poco ¨¦xito. As¨ª lo han determinado Jos¨¦ Valentino Ruiz, Patrick K. Cooper y Jalil Najeeb Muhammed, despu¨¦s de evaluar a 96 estudiantes de m¨²sica y 9 profesores a su particular prueba del algod¨®n: adivinar el origen de melod¨ªas grabadas con librer¨ªas de sonidos digitales y de otras procedentes de representaciones musicales en directo, con instrumentos ac¨²sticos. ¡°Los resultados indican una d¨¦bil habilidad para discriminar samples de grabaciones ac¨²sticas¡±, concluyen. Tanto es as¨ª, que obtuvieron mejores resultados determinando las respuestas con un juego de cara o cruz.
Juan Solaguren, editor musical y profesor de Musikene (el Centro superior de m¨²sica del Pa¨ªs Vasco), suele hacer un ejercicio parecido en sus clases, con grabaciones de m¨²sica orquestal, de c¨¢mara, Big Band o instrumentos solistas creadas con estas tecnolog¨ªas. ¡°Cada alumno analiza grabaciones en las que est¨¢ presente su instrumento. El trabajo consiste en analizar los aspectos t¨ªmbricos, las din¨¢micas y las t¨¦cnicas de interpretaci¨®n con las que se han grabado, para valorar su fidelidad respecto a los instrumentos ac¨²sticos¡±, explica. Los resultados que obtienen no son muy distintos de lo que se encontraron los investigadores de la Universidad de Florida. Y, ojo, no estamos hablando de o¨ªdos profanos, sino de estudiantes de programas avanzados de formaci¨®n musical. ¡°Analizando grabaciones realizadas con sonidos digitalizados, los alumnos conocen el estado actual de estas tecnolog¨ªas, pueden valorar la idoneidad o no de su uso en distintos contextos art¨ªsticos y laborales, adem¨¢s de aportar nuevos elementos de reflexi¨®n sobre aspectos sonoros y expresivos de sus propios instrumentos¡±.
?Hemos perdido audici¨®n o discernimiento? Ni lo uno ni lo otro. Las culpables son las tecnolog¨ªas implicadas en la grabaci¨®n y generaci¨®n de estos sonidos digitales, que han ganado capacidad para enga?arnos. ¡°Actualmente, las tecnolog¨ªas, sistemas y librer¨ªas musicales de instrumentos virtuales han alcanzado un nivel de calidad muy alto, llegando en muchas ocasiones a confundir a o¨ªdos entrenados¡±, confirma el profesor. ¡°Adem¨¢s, la evoluci¨®n de estas tecnolog¨ªas, as¨ª como los productos que se van comercializando basados en ellas, viven una constante renovaci¨®n¡±.
Una muestra de c¨®mo se han concentrado estos avances en el ¨¢mbito de la creaci¨®n musical es esta grabaci¨®n de La Consagraci¨®n de la primavera de Igor Stravinsky. Los instrumentos que participan en ella no existen son sonidos extra¨ªdos de la colecci¨®n de Vienna Symphonic Library.
A este escenario contribuyen por un lado, las continuas revoluciones del mundo tecnol¨®gico en general, que permiten aplicar estos avances en los procesos de creaci¨®n y edici¨®n de las librer¨ªas musicales, mejorando continuamente de forma notable la calidad de estos sonidos. Adem¨¢s, las empresas de tecnolog¨ªa musical han consolidado con estos productos un mercado muy atractivo para m¨²sicos y compositores dedicados a la creaci¨®n de m¨²sica para cine, televisi¨®n, videojuegos, producciones teatrales y contenidos audiovisuales en general. ¡°Es importante recordar que cada vez hay m¨¢s agrupaciones musicales de primer nivel, como la Sinf¨®nica de Viena, as¨ª como m¨²sicos y compositores de prestigio como Hans Zimmer, colaborando de forma muy estrecha con las empresas que desarrollan estos productos. La mejor¨ªa de estas librer¨ªas desde el punto de vista t¨¦cnico es exponencial ¡±, precisa Solaguren.
Sin embargo, no todos los instrumentos son tan imitables. Algunos, como el viol¨ªn, presentan mucha m¨¢s dificultad que otros como el piano o la celesta. Un violinista puede producir un n¨²mero de timbres muy variados con su instrumento. Sonidos de todo tipo con el arco, pizzicatos pellizcando las cuerdas con los dedos... ¡°Todos reconocemos estos timbres como sonidos producidos por el viol¨ªn, pero para poder usarlos en una librer¨ªa, se deben grabar todos ellos y en todas las formas posibles en las que pueda sonar. Sin toda esta variedad t¨ªmbrica estar¨ªamos muy lejos de una representaci¨®n cre¨ªble¡±, a?ade el docente. Cuantas m¨¢s posibilidades expresivas tenga un instrumento, m¨¢s dif¨ªcil ser¨¢ imitarlo en una interpretaci¨®n.
La clave del ¨¦xito es, seg¨²n el experto, control y conocimiento. ¡°Por otro lado, para que una interpretaci¨®n pueda parecer hecha con un instrumento en concreto, adem¨¢s de tener todos sus sonidos grabados previamente, es fundamental conocer las t¨¦cnicas de interpretaci¨®n, sus caracter¨ªsticas, y los l¨ªmites de ese instrumento¡±. No enga?amos a nadie si imitando a un contrabajo, hacemos sonar notas agudas que este instrumento no tiene. ¡°Las percusiones, instrumentos de placa como la marimba o el vibr¨¢fono y el piano, est¨¢n muy bien conseguidos¡±, se?ala Solaguren, que recuerda que la mayor pega que puso uno de sus alumnos a una librer¨ªa de sonidos de vibr¨¢fono era que los redobles le parecieron ¡°demasiado perfectos¡± para ser reales. ¡°Normalmente los redobles no son tan exactos. Ciertas imprecisiones hacen que las interpretaciones resulten m¨¢s naturales. De todas formas, estamos hablando de percepciones muy sutiles entre profesionales ¡±.
El ¨®rgano de Notre Dame, en ¡®samples¡¯
¡°Los ¨®rganos son instrumentos complejos, no existe un sonido de ¨®rgano est¨¢ndar.¡± Cada uno tiene distinto n¨²mero de tubos, registros y otros elementos mec¨¢nicos que los convierten en instrumentos ¨²nicos¡±, comenta Solaguren. Distintas empresas especializadas en instrumentos virtuales, han digitalizado muchos de estos ¨®rganos, para su comercializaci¨®n. ¡°Son productos caros, pero te permiten tener a tu disposici¨®n ¨®rganos famosos como el de la catedral de Notre Dame o el de Saint George. Puedo asegurar que la calidad de estos instrumentos virtuales es espectacular. Creo que muy pocos los distinguir¨ªan¡±.
Esta revoluci¨®n de sonidos artificiales ha encontrado su hueco en la industria musical y sobre todo en el mundo audiovisual. Desde la producci¨®n de ¨¢lbumes de distintos g¨¦neros hasta bandas sonoras en el cine, m¨²sica para la TV y publicidad, m¨²sica para videojuegos, teatro... ¡°En producciones de poco presupuesto, entre contratar a tres o cuatro violinistas o hacer la producci¨®n en tu casa con estos sonidos, la diferencia de costes es abismal¡±, admite Solaguren.
?Peligran las melod¨ªas ac¨²sticas y quienes las hacen sonar? El profesor se remite a lo ocurrido en Estados Unidos cuando la sincronizaci¨®n del cine mudo elimin¨® la necesidad de tener m¨²sicos en las salas. ¡°En un a?o se fueron al paro 70.000 m¨²sicos¡±. Pero no ve motivos para dudar de la supervivencia de ambas vertientes: ¡°La m¨²sica con m¨²sicos en directo, orquestas sinf¨®nicas, m¨²sica de c¨¢mara o recitales seguir¨¢ su curso, seguramente uno distinto al que hemos conocido hasta ahora. Pero es cierto que muchas actividades musicales como las grabaciones para el medio audiovisual, que hasta ahora han venido realizando m¨²sicos reales, ahora se est¨¢n haciendo en estudios profesionales e incluso dom¨¦sticos, bas¨¢ndose en estas tecnolog¨ªas¡±.
Lo que s¨ª prescribe Solaguren para suavizar el impacto es un mejor conocimiento de la realidad del mercado musical en el sentido m¨¢s amplio. Tanto de los desarrollos tecnol¨®gicos, como de los cambios culturales, sociales, laborales e incluso legales que traen consigo. ¡°No se trata de que los conservatorios se empiecen a convertir en centros de investigaci¨®n tecnol¨®gica o de gesti¨®n musical, pero muchos m¨²sicos no saben lo que es un contrato editorial, no conocen c¨®mo funcionan las entidades de gesti¨®n¡¡±. Y con las posibilidades tecnol¨®gicas, m¨¢s de lo mismo. En el propio estudio de la Universidad de Florida se celebra esa incapacidad para distinguir unos y otros sonidos como un signo de la necesidad de que los programas de formaci¨®n profundicen m¨¢s en la ense?anza de estas t¨¦cnicas de grabaci¨®n para ampliar sus posibilidades laborales. ¡°Conocer el mundo tecnol¨®gico te da un elemento m¨¢s para valorar qu¨¦ se puede hacer¡±.